El consumo de plástico ha aumentado significativamente en los últimos años, superando las 400 TM a nivel global en 2022. En Europa se producen 54 MT, de las cuales el 39% de se destinan a aplicaciones de envase según datos de Plastics Europe. Esto se traduce en un gran aumento de la acumulación de residuos plásticos y, por tanto, de desechos de envases en los vertederos. Para frenar esta tendencia se han investigado diferentes estrategias como el desarrollo de soluciones compostables en línea también con las estrategias europeas para los plásticos.
Itene ha trabajado en el desarrollo y validación de diferentes materiales compostables ad-hoc compostables industriales o domésticos para aplicaciones de envase alimentario flexible y rígido en el proyecto COMPOLIST, financiado por IVACE+i. El objetivo fue optimizar las formulaciones determinando las combinaciones más compatibles y maximizando el grado de mezcla mediante el diseño de husillos a medida. De este modo, se han alcanzado las propiedades adecuadas para mantener o alargar la vida útil del producto envasado, evitando el desperdicio alimentario. En concreto, se han obtenido dos tipos de envases: flexibles para ensalada fresca cortada y, rígidos, para productos listos para el consumo.
En el caso de los envases flexibles, los dos films desarrollados se han utilizado para la fabricación de bolsas para envasar ensalada cortada y se ha monitorizado su vida útil. Tras analizar el comportamiento del producto, se ha concluido que ambos materiales son adecuados para envasar ensaladas frescas y que permiten alcanzar una vida útil de los productos envasados de 14 días.
Para la obtención del material flexible se han diseñado distintas formulaciones combinando diferentes biopolímeros con aditivos orgánicos e inorgánicos, con una configuración de husillos a medida. Estas se han procesado obteniéndose film mediante extrusión soplado en un equipo industrial, al que se le ha aplicado un recubrimiento barrera mediante huecograbado, obteniendo las referencias Flex. 1 y Flex. 2.
Con los films obtenidos se han conformado bolsas en las que se ha envasado ensalada fresca cortada. La vida útil de este producto ha sido monitorizada mediante la evaluación de los siguientes parámetros: evolución de atmósfera, pérdida de peso, análisis microbiológico y análisis sensorial.
La evolución de la atmósfera ha seguido una tendencia similar en ambos casos, manteniéndose más constante en la referencia Flex. 2. Sin embargo, esta misma referencia ha presentado una mayor pérdida de peso, alcanzando el 1,4%, mientras que Flex.1 no ha llegado al 1%.
Los ensayos microbiológicos han mostrado un incremento gradual de la carga microbiológica durante el tiempo de ensayo en todas las referencias evaluadas, siendo ligeramente menor en la referencia Flex. 1. Por último, el análisis sensorial indica una aceptación general por parte de los consumidores, con una valoración muy positiva para ambas muestras, especialmente para la Flex.1.
Los ensayos realizados indican que el producto es apto para el consumo de acuerdo con la legislación hasta el día 14, una semana después del fin de la vida útil indicada en el envase original. Asimismo, las ensaladas presentan una calidad sensorial adecuada en el día 12, dos días después del final de la vida útil indicada en el envase original. Comparando ambos materiales, se puede concluir que el film Flex.1 es el que ha demostrado un mejor comportamiento, considerándose el más adecuado para la conservación de productos de IV gama.
El proyecto COMPOLIST muestra cómo es posible crear envases más ecológicos para reducir el desperdicio de alimentos. Usando materiales naturales y biopolímeros, se reemplazan los plásticos comunes por opciones compostables. Aunque todavía hay que mejorar y hacer estas soluciones más asequibles, es un avance positivo. Además, la buena aceptación de los consumidores demuestra que se puede combinar sostenibilidad con calidad.
Me parece un artículo muy genial sobre el desarrollo y producción de nuevos envases biodegradables para alimentos, que generalmente suele generar grandes cantidades de desechos plásticos. Es importante seguir con sus investigaciones y pruebas para mejorar cada día este tipo de productos e incluso, en un futuro, implementarlos completamente para la conservación de nuestros alimentos, no solo como una medida alternativa de envasado akimentario sino también como una manera de cuidar el medio ambiente. Alentar el financiamiento e investigación biotecnología a través de su divulgación es la mejor manera de hacer realidad estos proyectos.