En 2015, la evaluación que llevó a cabo la OMS de la carcinogenicidad (potencial para causar cáncer) de las carnes rojas y procesadas abrió el debate sobre que tan sanos son estos alimentos. Se descubrió que la ingesta de grandes cantidades de carne roja, como la res, el cordero y el cerdo,y carne procesada como salchichas o jamón, estaba asociado a un incremento en el riesgo de contraer cáncer de intestino, siendo mayor incluso el riesgo relacionado con la carne procesada. Este efecto podría explicarse, en principio, por la formación de productos químicos cancerígenos en la carne después del procesamiento (como el curado y el ahumado) y la cocción a alta temperatura (en sartén, en la parrilla o en una barbacoa). Por otro lado, en el caso de las carnes rojas se estima que una de las proteínas (la que les da el color rojo) puede dañar el intestino cuando se procesa.
Así mismo, la investigadora en Ciencias Médicas del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Tania Aburto Soto, advirtió sobre el mismo hecho e informó en una entrevista que consumir 50 gramos diarios de carne procesada incrementa 18 por ciento el riesgo de cáncer, debido principalmente a las nitrosaminas, compuestos carcinogénicos que dañan las células del aparato digestivo.
De este modo, diferentes estudios han proporcionado información esencial que refuerza la importancia de moderar el consumo, particularmente de carne procesada así como el efecto de la ingesta de carne roja.
https://www.eufic.org/es/vida-sana/articulo/que-tan-perjudicial-es-comer-carne-roja-para-nuestra-salud-y-el-medioambiente/
El debate sobre el consumo de carnes rojas y su impacto en la salud, particularmente su relación con el cáncer, ha sido objeto de numerosos estudios y discusiones en las últimas décadas. Me gusta y alegra que esta reflexión busque arrojar luz sobre esta compleja relación, considerando tanto la evidencia científica como las implicaciones para nuestra dieta diaria.
La relación entre el consumo de carnes rojas y procesadas y el riesgo de cáncer es un tema interesante. Los hallazgos de la OMS son realmente preocupantes y visibilizan la necesidad de moderar la ingesta de estos productos, especialmente de carnes procesadas, que suelen contener compuestos nocivos.
La alimentación debe adaptarse a estas evidencias, promoviendo dietas más equilibradas que incluyan alternativas saludables. Es fundamental educar a la población sobre la importancia de una alimentación saludable para mejorar la salud pública a largo plazo.