Investigadores del CSIC participan en el desarrollo de nuevos productos alimentarios de origen vegetal con el objetivo de promover mayores beneficios en la microbiota intestinal.
En marzo de este año se lanzó la iniciativa europea Domino, cuyo objetivo es identificar los posibles beneficios para la salud de los alimentos fermentados. El programa está diseñado para desarrollar productos alimenticios nuevos y más saludables para satisfacer las nuevas necesidades sociales. Para ello, investigadores del Instituto Asturiano de Productos Lácteos (IPLA-CSIC) y del Instituto de Ciencia de los Alimentos (CIAL, CSIC-UAM) lideraron un grupo de trabajo centrado en el desarrollo de nuevos alimentos fermentados.
El Proyecto Domino, un consorcio de 21 socios de diez países europeos, recibirá más de 10 millones de euros de la UE para lograr dos objetivos entre 2023 y 2028: identificar los beneficios para la salud de los alimentos fermentados como el kéfir y desarrollar nuevos alimentos fermentados. Satisfacer la demanda de la sociedad de alimentos más sanos y sostenibles. Dentro del segundo objetivo, el CSIC participará en el desarrollo de consorcios de síntesis microbiana, es decir, sistemas que consisten en múltiples especies microbianas que pueden diseñarse para propósitos específicos. En este caso, la comunidad microbiana se dedicará a la fermentación de nuevos productos alimenticios.
El kéfir consiste en leche fermentada rica en levaduras y bacterias. / Flickr
En concreto, los investigadores del IPLA y el CIAL centrarán sus investigaciones en el desarrollo de nuevos alimentos vegetales fermentados (manzanas, sidra Magaya).
«La premisa es que durante el proceso de fermentación de estos nuevos alimentos, la actividad de los microorganismos producirá metabolitos beneficiosos. En particular, veremos la aparición de oligosacáridos, es decir, carbohidratos formados a partir de azúcares simples o combinaciones de monosacáridos como galactosa, xilosa o arabinosa, porque tienen propiedades prebióticas, promoviendo un papel más saludable de la microbiota intestinal», dijo CIAL. El investigador Javier Moreno.
Los avances en el cuidado del microbioma intestinal (que podemos definir como el grupo de microorganismos que viven en el intestino) pueden ser la clave para mejorar nuestra salud, ya que los cambios en el microbioma pueden contribuir al desarrollo de trastornos metabólicos, mentales y autoinmunes.
«Además del objetivo principal, esperamos que este proyecto contribuya al análisis de otras áreas de investigación relacionadas con los alimentos fermentados: el uso de herramientas de diagnóstico basadas en el microbioma humano para recomendar estrategias nutricionales basadas en alimentos fermentados; nuevas herramientas computacionales para analizar el metabolismo de las interacciones del microbioma alimentario durante la fermentación de alimentos, valorización de residuos y subproductos alimentarios y mejora de sistemas agroalimentarios sostenibles, entre otros resultados.»
El nuevo IPLA, un edificio de 5.000 m2, completará «la manzana de la innovación» / Delegaciones CSIC
Para lograr estos objetivos y al mismo tiempo aumentar la confianza del público en los productos fermentados y la cadena de valor alimentaria, el proyecto incluirá varios laboratorios vivos. Abelardo Margolles del IPLA comenta: «Estos laboratorios creativos son plataformas de innovación que promoverán la transferencia de conocimiento, desarrollarán nuevos productos y escucharán a los consumidores, aumentando el interés de consumidores, empresas y centros de investigación».
FUENTE: Csic. (2023, 29 marzo). Un proyecto europeo busca desarrollar alimentos fermentados más saludables | Consejo Superior de Investigaciones Científicas. https://www.csic.es/es/actualidad-del-csic/un-proyecto-europeo-busca-desarrollar-alimentos-fermentados-mas-saludables
Muy interesante noticia, ya que es importante que se financien investigaciones para desarrollar nuevos alimentos que sean beneficiosos para nuestra salud y nos ayuden así a mejorar nuestra calidad de vida.