La Fundación Bill y Melinda Gates ha señalado que la lucha contra la malnutrición, especialmente en África, ha dejado de ser una prioridad para muchos países donantes debido a la acumulación de crisis globales, como el cambio climático y los conflictos internacionales. Mark Suzman, director general de la Fundación, asegura que invertir en la nutrición es «la inversión de mayor impacto que se puede hacer», ya que tiene un costo relativamente bajo y puede generar enormes beneficios tanto en términos de salud como de desarrollo. A pesar de los avances logrados hasta 2020, la crisis climática está empeorando la situación, con predicciones que indican que para 2050 unos 40 millones de niños más sufrirán retraso en el crecimiento y 28 millones estarán afectados por emaciación, una forma extrema de desnutrición.
Un informe reciente de la Fundación Gates, el «Goalkeepers 2024«, detalla que si las mujeres embarazadas de países de ingresos bajos y medios recibieran un suplemento con micronutrientes elaborado por Naciones Unidas, que cuesta solo 2,60 dólares por todo el embarazo, se podrían salvar hasta medio millón de vidas al año. Estos suplementos contienen vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo saludable de los bebés y podrían marcar una diferencia crucial en la lucha contra la desnutrición infantil.
Sin embargo, la falta de inversión en este tipo de soluciones tiene un impacto devastador, no solo en términos de salud, sino también en la economía global. El informe señala que las consecuencias económicas de no abordar la malnutrición podrían ser comparables a vivir en una recesión económica constante, similar a la de 2008, lo que afectaría gravemente el desarrollo de los países más vulnerables. Aunque más de 400 millones de niños sufren de desnutrición cada año, los esfuerzos internacionales se desvían hacia otras crisis que se perciben como más urgentes, dejando de lado un problema que tiene repercusiones tanto inmediatas como a largo plazo para el bienestar global.
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Tal vez estemos acostumbrados a escuchar cosas sobre este problema , al ser así , cada vez está más normalizado y ya no nos choca tanto escuchar muertes de niños por hambre. Cabe agradecer a todas las fundaciones que se dedican a salvar a estos niños y luchar contra el hambre. Ojalá este problema se pueda solucionar en algún momento sea como sea y que las personas y familias de países menos desarrollados puedan tener unas condiciones de vida aceptables y buenas.
Esta noticia es bastante interesante, creo que combatir la malnutrición a través de inversiones es una estrategia inteligente y necesaria que puede transformar tanto la salud pública como el desarrollo económico. Invertir en nutrición no solo ayuda a prevenir enfermedades, sino que también impulsa el crecimiento económico, reduce las desigualdades y promueve un futuro más saludable y equitativo.