La miel, un 25% más dulce que el azúcar de mesa, es fundamentalmente agua (17-18%) y azúcar (75-80%), principalmente glucosa y fructosa. En su fórmula se han identificado más de 150 compuestos minoritarios, los cuales son los responsables de la mayoría de las propiedades biológicas y saludables. Los compuestos minoritarios incluyen minerales, vitaminas, polifenoles, aminoácidos, enzimas y proteínas, ácidos orgánicos, carotenoides y compuestos volátiles (aromáticos). Muchos de los compuestos minoritarios de la miel, fundamentalmente los compuestos fenólicos, son los responsables de las propiedades funcionales o saludables de la miel.
Tiene un alto potencial antioxidante que se ha demostrado tanto en estudios in vitro como en vivo. Se ha comprobado que el consumo de miel estimula el sistema de defensa antioxidante en los tejidos de animales de laboratorio y que el consumo incrementa la capacidad antioxidante del suero. La miel también ejerce a través de varios mecanismos, reduciendo la respuesta inflamatoria de los tejidos celulares ante diferentes agentes inflamatorios e impidiendo la producción de sustancias proinflamatorias.
La miel también inhibe el crecimiento de diferentes bacterias, virus y hongos patógenos y manifiesta actividad antimicrobiana. Esta acción se ha atribuido tanto a su actividad enzimática como a la presencia de ciertos compuestos con esta actividad antibacteriana. La actividad antiulcerosa de la miel se atribuye al incremento de prostaglandinas en la mucosa gástrica que actúa como protector y la inhibición de las secreciones ácidas, previniendo la formación de úlceras pépticas.
Este producto es atribuido a la reducción de los niveles de colesterol en pacientes con hiperlipidemia. Se dice que un consumo regular de miel mejora el perfil lipídico de los pacientes, contribuyendo a una reducción en el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de muerte en desarrollados países.
El artículo muestra que muchas de las propiedades atribuidas a la miel no son solo cuentos, sino que tienen una explicación científica. Ya que algunos estudios han demostrado que la miel tiene un alto poder antioxidante, puede reducir la inflamación, combatir bacterias, virus y hongos, y hasta proteger el estómago contra úlceras. También puede ayudar a mejorar el colesterol en personas con niveles altos. Aunque no la tenemos que considerar una cura milagrosa, está claro que la miel tiene beneficios reales y comprobados que van más allá de la creencia de la gente.
Sabía de la propiedades básicas de la miel, pero no tenía ni idea de que contaba con tantos beneficios debido a sus compuestos minoritarios. Gracias a este artículo me hago realmente consciente de todas las favorables consecuencias que puede aportar este alimento. Dada esta información, está claro que la miel puede preservar la salud de manera considerable y que por lo tanto deberíamos incluirla más en nuestra dieta en medidas adecuadas.
Es muy bueno saber que la miel, un producto el cual a todos nos vuelve locos, es tan bueno y tan saludable . Desde siempre , al tener un sabor dulce se le han atribuido propiedades malas y poco saludables , pero gracias a artículos como este podemos ver que eso no es así y que realmente la miel a parte de estar deliciosa ,es buena para nosotros!
La miel no solo es un endulzante natural, sino que también parece tener múltiples beneficios para la salud respaldados por la ciencia. Vale la pena considerar su inclusión en una alimentación equilibrada
Mi abuelo es apicultor y he tenido la suerte de poder haber tomado miel natural y no esa porquería procesada que venden en los supermercados. Me ha parecido un buen artículo pues la miel además de aportar dulzor tambi´en tiene importantes beneficios para nuestra salud.