¿Es sostenible las «carnes falsas»?
Las carnes falsas se denominan a carnes que no son producidas por los animales si no gracias a la ciencia, a partir de células madre extraídas de músculos de animales. Esto con tal de reducción la sobreexplotación de la ganadería y la deforestación
En los últimos años, hemos escuchado cada vez más sobre la posibilidad de reemplazar la carne de origen animal por alternativas vegetales, impulsados por estudios que señalan que la ganadería es responsable del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, tanto de manera directa como indirecta. Sin embargo, la pregunta que debemos hacernos es: ¿son las carnes vegetales realmente tan sostenibles como se afirma?
Durante los últimos años, diversas investigaciones han demostrado el impacto ambiental significativo de la ganadería, lo que ha llevado a la creación de carnes a base de vegetales como la soja, guisantes y patatas en algunos laboratorios. Estas nuevas alternativas prometen ser más saludables y menos contaminantes. No obstante, la información sobre las emisiones que generan sigue siendo limitada. Un ejemplo destacado es la marca Impossible Foods, cuya hamburguesa de origen vegetal produce solo un 11% de las emisiones que generaría una hamburguesa de carne de res, debido a procesos más eficientes que requieren menos agua y recursos. A pesar de estos beneficios, algunas carnes vegetales también contribuyen a la deforestación, como ocurre en el Amazonas. Por lo tanto, es necesario preguntarnos si una sustitución total de la carne animal por alternativas vegetales es realmente la solución más adecuada.
Más información:
https://elpais.com/ciencia/2023-09-25/como-de-sostenibles-son-las-carnes-falsas.html?event_log=go
Combatir la malnutrición con un inversión.
La Fundación Bill y Melinda Gates ha señalado que la lucha contra la malnutrición, especialmente en África, ha dejado de ser una prioridad para muchos países donantes debido a la acumulación de crisis globales, como el cambio climático y los conflictos internacionales. Mark Suzman, director general de la Fundación, asegura que invertir en la nutrición es «la inversión de mayor impacto que se puede hacer», ya que tiene un costo relativamente bajo y puede generar enormes beneficios tanto en términos de salud como de desarrollo. A pesar de los avances logrados hasta 2020, la crisis climática está empeorando la situación, con predicciones que indican que para 2050 unos 40 millones de niños más sufrirán retraso en el crecimiento y 28 millones estarán afectados por emaciación, una forma extrema de desnutrición.
Un informe reciente de la Fundación Gates, el «Goalkeepers 2024«, detalla que si las mujeres embarazadas de países de ingresos bajos y medios recibieran un suplemento con micronutrientes elaborado por Naciones Unidas, que cuesta solo 2,60 dólares por todo el embarazo, se podrían salvar hasta medio millón de vidas al año. Estos suplementos contienen vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo saludable de los bebés y podrían marcar una diferencia crucial en la lucha contra la desnutrición infantil.
Sin embargo, la falta de inversión en este tipo de soluciones tiene un impacto devastador, no solo en términos de salud, sino también en la economía global. El informe señala que las consecuencias económicas de no abordar la malnutrición podrían ser comparables a vivir en una recesión económica constante, similar a la de 2008, lo que afectaría gravemente el desarrollo de los países más vulnerables. Aunque más de 400 millones de niños sufren de desnutrición cada año, los esfuerzos internacionales se desvían hacia otras crisis que se perciben como más urgentes, dejando de lado un problema que tiene repercusiones tanto inmediatas como a largo plazo para el bienestar global.
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Polvo de uva como conservante de alimentos
Investigadores de la UBU buscan reemplazar los productos sintéticos con este residuo del vino. Aseguran que añadirlo no modifica texturas y mantiene las elaboraciones en un estado óptimo durante más tiempo.
Las uvas son un ingrediente básico en la dieta desde mucho tiempo atrás, ya que gracias a su rica variedad de nutrientes aportan múltiples beneficios para la salud. Pero sus ventajas van mucho más allá, ya que aparte de ser una estupenda fuente de sustancias terapéuticas, de esta fruta se pueden aprovechan hasta los residuos. Los hollejos y pepitas que se obtienen tras los procesos de elaboración de vinos blancos y tintos se pueden utilizar como conservantes naturales de los alimentos.
Quédate con este nombre, polvo de uva, un producto rico en fibra, antioxidantes y diversos minerales, que puede usarse como aditivo alimentario con diferentes fines: antioxidante, antimicrobiano y fuente de fibra, entre otros. Además, gracias a su alto contenido en potasio y a la presencia de diferentes sustancias saborizantes, puede emplearse como aderezo y sustituto parcial de la sal, por lo que se puede considerar como sazonador.
Todos estos estudios sobre el polvo de uva tanto a nivel celular como en animales de experimentación, han demostrado un efecto protector en la prevención y evolución de enfermedades cardiovasculares asociadas a patologías como la hipertensión, diabetes y obesidad.
En este sentido, se ha observado que la ingesta de los sazonadores reduce la presión arterial, previene el desarrollo de cambios vasculares en arterias, asociados con la remodelación hipertrófica de estos vasos, al disminuir el espesor de la pared vascular y la actividad inflamatoria implicada en el proceso y evolución de enfermedades cardiovasculares. Estos resultados respaldan el uso de estos productos en formulaciones de alimentos funcionales o como complementos alimenticios, con propiedades que pueden contribuir a mantener la salud.
Por todo ello, investigadores de la Universidad de Burgos (UBU) decidieron dar una segunda vida a este producto derivado del vino .
Así se hace el potaje alicantino: un plato sencillo, delicioso y rico en proteínas que es ideal para el otoño
Con la vuelta a la rutina tras las vacaciones, lo que apetece es comer sano. Las temperaturas ya no son tan altas como durante el verano, y un plato de cucharaes lo que más agradece el cuerpo. Una receta deliciosa que nos aporte energía extra para soportar el día.
Para comer un plato saludable, no hay que preparar la receta más complicada y rara del mundo. A veces, menos es más, y la comida de toda la vida gusta a todo el mundo. Estas recetas han pasado de generación a generación, y la mejor forma de que no se pierdan es ponerse manos a los ‘fogones’ con ellas.
La provincia de Alicante debe parte de su valor turístico a la gastronomía. El arroz a banda, su versión con costra, la gamba roja de Dénia, las cocas, la mojama de atún o la olleta, son algunos de los platos más típicos. Sin embargo, hay otras opciones para comer de caliente, que no deberían pasar desapercibidas.
La borreta es uno de los guisos más típicos de Alcoy. Se trata de un plato de cuchara, fácil de hacer, saludable y delicioso. Además, te aportará gran cantidad de proteínas, debido a algunos de sus ingredientes, como los huevos, los garbanzos o el bacalao.
La borreta es uno de los guisos más típicos de Alcoy. Se trata de un plato de cuchara, fácil de hacer, saludable y delicioso. Además, te aportará gran cantidad de proteínas, debido a algunos de sus ingredientes, como los huevos, los garbanzos o el bacalao.
El siguiente paso es poner al fuego. Cuando el caldo comience a hervir, se añade una tacita de aceite, «manteniendo el hervor a fuego lento durante unos cuarenta minutos«.
A continuación, recomiendan rectificar de sal y añadir un poco de pimienta. El último paso es uno de los más importantes, hay que subir el fuego para «dejar caer los huevos y que se escalfen«
Si lo que quieres es coger fuerzas para el otoño, te recomendamos este plato típico de la montaña alicantina. Sin embargo, si no te ha convencido la borreta, quizá lo hagan estas otras recetas alcoyanas: Abisinios y Garibaldinos, Croquetas de aladroc, Espardenyes, olleta alcoyana, pericana y pimientos rellenos.
Ana Sofía Fehn, la mujer que demostró que no todo estaba hecho en el universo de las ‘influencer’ culinarias
Esta estadounidense ha logrado en poco más de un año tener más de un millón de seguidores solo en Instagram: el secreto no se encuentra tanto en sus recetas como en su forma de ejecutarlas.
Los ingredientes van troceándose; el horno, calentando, todo sencillo, todo limpio. Resultado: una comida que casi se puede oler y saborear. La cocina es contenido instagrameable por excelencia. Un reel (vídeo diseñado para enganchar al espectador y darle ganas de compartirlo) es rápido y placentero, una pequeña cápsula de escapismo. Al menos quien pueda destacar entre los cientos de miles de resultados que da cada receta, Ana Sofía Fehn (Cleveland, Ohio, 25 años) tiene su truco desde una pequeña cocina de Los Ángeles, California.
Fehn destaca dentro de la camada de influencers de cocina que ahora dominan Instagram por la rapidez de su éxito. Llegó a un millón de seguidores en año y medio cocinando “un poquito de todo”, cuenta por videollamada desde el piso en el que vive desde hace poco menos de una década. Llegó allí persiguiendo una carrera de actriz —aún no ha abandonado ese sueño— pero ahora concilia con su trabajo como creadora de contenido.
La influencer no sigue una única línea gastronómica específica, sino que es una especie de atrapatodo. De una tradicional hamburguesa con queso estadounidense hasta coxinhas brasileñas, pulpo a la gallega o diferentes variedades de pastas italianas (sus favoritas, junto con el agnolotti italiano y el casado costarricense).
Fehn habla un español fluido, pero con un evidente sabor anglosajón. Cuenta que en su casa de Ohio había “una cocina de familia latina”: “Mi mamá es una cocinera buenísima. Cuando yo era pequeña e iba a jugar a las casas de mis amigas no me gustaba la comida que ellas comían. Yo siempre quería estar comiendo la comida de mi mamá”. Su familia no acostumbraba a ir a restaurantes, ya que eran siete hijos y comer en casa “siempre era lo más fácil”.
En Cleveland, además, explica que en aquel entonces no era común ver restaurantes asiáticos o europeos, por lo que mudarse a Los Ángeles fue una auténtica revelación. “Era la primera vez que comía en restaurantes de todo tipo. Comida china o tailandesa. Cosas como el pato. Me gustaba entender más sobre cómo las diferentes culturas preparaban su comida y aprender qué ingredientes usaban”, relata.
Hay, eso sí, mucho trabajo que no se refleja en los vídeos. “Muchas veces no tengo tiempo para grabar vídeos o cocinar. A veces me llaman a las nueve de la mañana para una audición en la que debo estar en dos horas y tengo que parar todo lo demás”, explica.
Cómo llega la bacteria ‘E. coli’ al queso y qué puedes hacer para evitar la contaminación
La reciente alerta alimentaria tras la detección de varios casos de síndrome hemolítico urémico en niños asociados al consumo de un queso contaminado por Escherichia coli, también comercializado en España, ha puesto de actualidad una bacteria de la que también los humanos podemos ser portadores, de ahí la importancia de conocer cómo se transmite y cómo disminuir los riesgos de contaminación.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha tenido conocimiento en los últimos días a través de la Red de Alerta Alimentaria Europea (RASFF) de una notificación de alerta trasladada por las autoridades sanitarias de Francia relativa a la presencia de Escherichia coli, bacteria productora de la toxina Shiga, en el producto queso madurado elaborado con leche cruda, de la marca MORBIER DOP.
En España por el momento no se han reportado casos de síndrome hemolítico asociado al consumo de este queso pero las autoridades sanitarias recomiendan a las personas que tengan en su domicilio productos afectados por esta alerta se abstengan de consumirlos.
Los datos del producto implicado son:
- Nombre del producto (en etiqueta): Morbier DOP Queso madurado elaborado con leche cruda.
- Nombres de marca comercial en la etiqueta: FrieslandCampina Iberia y Millán Vicente.
- Aspecto del producto y tipo de envase: envasados en cuñas (de 175 y 195 g).
- Número de lote: todos los lotes.
- Peso de unidad: 175 y 195 g
En el caso de haber consumido alguno de los productos de los lotes afectados y presentar alguna sintomatología compatible con la toxiinfección por E. coli productora de Shiga toxinas (calambres abdominales fuertes, que pueden progresar a una diarrea acuosa y sanguinolenta) se recomienda acudir a un centro de salud.
El fenómeno del ‘baby-led weaning’: las incógnitas científicas sobre la alimentación dirigida por el bebé
Los defensores de la introducción de alimentos a trozos, en lugar de en puré, destacan que mejora el control de la saciedad pero sus detractores alertan del riesgo de asfixia. La investigación de sus beneficios y riesgos sigue siendo limitada.
Lo llaman los 1.000 días de oro del bebé: los primeros dos años de vida donde todo lo que le ocurra, resultará clave para su desarrollo posterior. Y uno de esos momentos trascendentales es a los seis meses, cuando se da el salto de la lactancia materna a la introducción de la alimentación complementaria: en esa etapa, el bebé empieza a entrar en contacto con alimentos y experimenta con nuevos sabores y texturas.
Tradicionalmente, la comida se le daba en forma de purés donde se mezclaban distintos alimentos, pero en la última década se ha expandido un nuevo método, que es la alimentación dirigida por el bebé (o baby-led weaning), donde el niño ingiere a placer y por sí mismo trozos sólidos de comida. El bebé dirige la ingesta: sentado a la mesa, de cara a los alimentos, coge y se lleva a la boca lo que quiere y en la cantidad que desea. Come a su ritmo, sin forzar. El debate entre el método tradicional y la nueva tendencia está en la calle, pero también entre los científicos: la evidencia sobre las partes buenas y malas es muy limitada y poco concluyente.
“Esta moda se inicia en 2002, cuando la OMS empieza a recomendar la alimentación complementaria a los seis meses. Hay mucha controversia con el tema y muchos profesionales se agarran al método tradicional. Nosotros sí recomendamos el baby-led weaning, pero es importante individualizar cada caso”, expone Lina Makhmalji, nutricionista-dietista del servicio de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. A propósito de sus beneficios, destaca que, con este método, la alimentación del niño se basa en sus señales de hambre y saciedad: “El niño sabe regularlo, igual que la lactancia. Y además, fomentamos que conozca el sabor y la textura de los alimentos antes. Con el triturado, no sabemos si esa comida le gusta por el sabor de un alimento o de otro”. Los defensores de esta técnica defienden que así se favorece la aceptación de distintos alimentos.
Entre los peligros que más preocupan a médicos y familias está el riesgo de atragantamiento y las carencias nutricionales. Sobre lo primero, los investigadores italianos plantean que “a los seis meses, es posible que el bebé aún no haya desarrollado las habilidades motoras orales necesarias, como masticar y tragar, para ingerir alimentos enteros de manera segura”. Y también puede haber “una discrepancia entre la capacidad aparente del bebé para alimentarse por sí solo y la capacidad real para hacerlo”, pues no todos los pequeños de esa edad están preparados para alimentarse con sólidos.
Lo que sí puede haber, son arcadas, pero eso no es un episodio de asfixia. “Si les da una arcada, el alimento regresa a la parte anterior de la boca y lo vuelven a aplastar hasta que ya pueden tragarlo”, apunta la organización científica. A esas edades, la mayoría de los bebés ya son capaces de mantenerse sentados, coger objetos con la mano, llevárselos a la boca y aplastarlos con los labios y las encías si son alimentos blandos.
Makhmalji recuerda que los alimentos tienen que adaptarse a sus capacidades: “Hay que ofrecer trozos de comida que puedan aguantar con el puño y comerse la puntita que sobresale. Y que se puedan chafar o aplastar con la lengua. Hay que evitar sólidos con riesgo de asfixia, como los frutos secos, las aceitunas o la manzana entre otros”. Recuerda también que los niños deben estar acompañados mientras comen.
Sobre las carencias alimentarias, los expertos también han planteado si los bebés que practican el baby-led weaning tienen una ingesta inadecuada de nutrientes. A priori, a partir de los seis meses, la lactancia materna no aporta suficiente hierro al lactante para satisfacer sus necesidades y se requiere un refuerzo; pero los alimentos que habitualmente se emplean en esta técnica —que son aquellos más fáciles de agarrar, como frutas y verduras al vapor—, son más bajos en este mineral. Con todo, para paliar ese potencial déficit y los riesgos de asfixia, ya se ha desarrollado una versión modificada del baby-led weaning conocida como BLISS (siglas en inglés de introducción a los sólidos dirigida por el bebé), en la que se plantea incorporar en cada comida principal alimentos ricos en hierro, energéticos y adaptados para evitar el atragantamiento.
Makhmalji defiende también que la alimentación dirigida por el bebé “favorece la preferencia a medio y largo plazo por una dieta sana”, aunque admite que esto también “depende de la oferta y la dieta familiar que se realice”. De hecho, la evidencia científica sobre si el baby-led weaning protege contra la obesidad es poco concluyente: un ensayo clínico neozelandés publicado en 2017 en JAMA Pediatrics, en el que se probó el método BLISS, no logró un índice de masa corporal más apropiado que el que se consigue con la alimentación tradicional con cuchara. “No parece dar lugar a un crecimiento más saludable ni a una reducción del riesgo de sobrepeso en comparación con las prácticas de alimentación tradicionales”, concluyeron los autores.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación lanza la segunda edición del programa “StartBEC” para empresas emergentes en el ámbito de la bioeconomía agroalimentaria
“StartBEC” se centra en proporcionar información, asesoramiento, tecnología para superar el desarrollo y lanzamiento de procesos y productos innovadores de bioeconomía en el sector agroalimentario
Este programa celebra su reedición con una jornada de presentación, el 23 de septiembre, en la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación lanza la segunda edición del programa “StartBEC”, una iniciativa en colaboración con el centro tecnológico AINIA que ofrece asesoría y acompañamiento tecnológico gratuito a empresas emergentes en el ámbito de la bioeconomía. Está previsto que la jornada de presentación de esta segunda edición se celebre el próximo 23 de septiembre en la sede del ministerio.
“StartBEC” es una iniciativa que se distingue por su fuerte orientación tecnológica, y se centra en proporcionar información, asesoramiento, tecnología y las herramientas esenciales para superar los desafíos técnicos que surjan durante el desarrollo y lanzamiento de procesos y productos innovadores al mercado agroalimentario.
La experiencia positiva de la primera edición de “StartBEC” ha conducido a la renovación del trabajo conjunto entre el ministerio y la entidad AINIA, un centro de referencia para el desarrollo de la potencialidad tecnológica y comercial de proyectos que impulsen las cadenas de valor innovadoras vinculadas al sector agroalimentario.
Esta segunda edición del programa se enmarca en la prórroga del convenio de colaboración entre el ministerio y AINIA, que cuenta con un presupuesto total de 750.000 euros hasta 2026, de los que el ministerio aportará 625.000 euros.
Este acuerdo permitirá seguir con el asesoramiento y acompañamiento tecnológico individualizado y gratuito a las empresas emergentes seleccionadas, para que realicen ensayos o estudios piloto para el testado de procesos o productos; experimenten dinámicas de innovación con expertos para desarrollar aspectos tecnológicos de su modelo de negocio o accedan a seminarios intensivos profesionales tecnológicos en AINIA. También continuarán con el servicio de vigilancia tecnológica personalizada y soporte en la identificación y participación en oportunidades de financiación a la I+D+i.
El primer año de “StartBEC” ha permitido la creación de una comunidad con más de ochenta empresas emergentes que, gracias al impulso de tecnologías innovadoras, han desarrollado diferentes proyectos en cuestiones como la producción de algas, insectos u hongos, como base para nuevos productos de alto valor, como fertilizantes o biomateriales más sostenibles. El impacto del programa también se ha transmitido a otros ámbitos, como el desarrollo rural.
Las dietas del futuro: a medida y de precisión gracias a la ciencia
Un ambicioso e integrador estudio sanitario en todo Estados Unidos pretende predecir qué dietas proporcionarán la mejor nutrición en función de los genes, los microbios y el estilo de vida.
Los que tenemos al típico amigo o conocido que puede permitirse comer todos los días productos azucarados sin engordar ni un gramo, o un pariente que ha desarrollado una cardiopatía a pesar de evitar las grasas saturadas, sabemos que las recomendaciones dietéticas únicas no reflejan las distintas reacciones que tenemos ante los alimentos. Ahora, uno de los nuevos estudios más integradores y ambiciosos sobre dietas jamás realizados podría cambiar esta situación y aportar información que permita a los expertos adaptar por fin sus recomendaciones a cada persona.
Estados Unidos va a inscribir a 10 000 personas de edades y pesos muy diversos para determinar mejor los factores importantes que intervienen en lo que se denomina nutrición de precisión. Se realizarán esfuerzos específicos para incluir a quienes a menudo se pasan por alto en la ciencia de la nutrición: mayores de 65 años, afroamericanos, residentes en zonas rurales, personas con discapacidad y minorías sexuales.
Durante la primera fase de la investigación, que durará dos semanas, se indicará a todos que coman como lo hacen habitualmente. En la segunda fase, se asignará a 1500 personas una de varias dietas con comidas enviadas directamente a sus casas. Y en la fase final, 500 personas elegidas del grupo más numeroso comerán mientras residen en un centro de investigación durante dos semanas. Los participantes se seleccionarán a partir del programa de investigación sanitaria All of Us [Todos Nosotros] del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, al que puede unirse cualquier ciudadano del país.
Este esfuerzo amplio y diverso «nos acercará un poco más a la posibilidad de ofrecer recomendaciones nutricionales más detalladas a grupos de personas», afirma Sai Krupa Das, científico especializado en metabolismo de la Universidad de Tufts, uno de los seis centros de investigación que coordinan los lugares de inscripción.
CÓMO FUNCIONARÁ EL ESTUDIO
Durante el estudio, los investigadores realizarán periódicamente análisis de orina y sangre y completarán un censo del microbioma intestinal de cada persona, es decir, los billones de organismos que residen permanentemente en el tubo digestivo. Los participantes llevarán monitores de glucosa para registrar las subidas y bajadas de azúcar en sangre, un marcador de la forma en que el organismo procesa los hidratos de carbono y un importante indicador de la salud. También se hará un seguimiento de comportamientos diarios como el sueño, el estrés y las horas a las que se come, entre otros factores.
El nuevo estudio cambiará nuestra comprensión de las dietas humanas porque es radicalmente distinto de cómo se realizan la mayoría de los estudios sobre nutrición, afirma Diana Thomas, profesora de matemáticas de la Academia Militar de West Point, que participa en la investigación. En este estudio no partimos de una hipótesis, dice, sino que «nos preguntamos cuáles son los factores implicados».
El objetivo es desentrañar las muchas variables que influyen en las respuestas nutricionales y desarrollar algoritmos que las predigan, lo que permitiría a los nutricionistas ofrecer consejos dietéticos a otras personas con características similares.
Ofrecer recomendaciones más específicas es crucial para mejorar la salud pública, afirma Das. «La nutrición de precisión nos permitirá ir más allá del consejo de la dieta mediterránea. En lugar de eso, diremos: ‘Si tienes determinadas etnias, características, respuestas físicas a los alimentos, esta dieta puede ser más adecuada’. Ese es el paso al que nos estamos acercando», afirma.
El estudio se centrará en comer para gozar de una salud óptima más que para perder peso, pero ambas cosas van de la mano, afirma Das. «No estamos proporcionando dietas restringidas en calorías, pero creo que la respuesta en términos de tratar de optimizar el metabolismo ayudaría también para el control del peso».
LOS GENES FRENTE AL MICROBIOMA
Varias décadas de investigación ya han dado pistas sobre qué elementos moldean la salud en general.
Uno de ellos es la genética. En un pequeño número de casos, los científicos han vinculado un gen concreto a un efecto directo sobre la salud. El gen CYP1A2, por ejemplo, es casi el único responsable de determinar la rapidez con que las enzimas metabolizan la cafeína en el hígado. Las variaciones genéticas determinan si una taza de café por la tarde mantiene a una persona despierta toda la noche o le permite dormir plácidamente. También influyen en si el café ayudará a una persona a hacer ejercicio de mayor intensidad, como montar en bicicleta más deprisa.
«La genética interviene, pero no nos dará las ecuaciones predictivas para individualizar las recomendaciones, porque intervienen muchos otros factores», afirma Ordovás. Dado que muchos de esos factores, sobre todo el comportamiento, son más fáciles de modificar que nuestros genes, comprenderlos debería conducir a un planteamiento más eficaz para mejorar la salud, afirma.
Cientos de estudios han demostrado que el microbioma (las bacterias, hongos, parásitos y virus que residen en el intestino) es un factor crítico en la forma en que el organismo procesa los alimentos.
Todavía queda mucho por aprender sobre el microbioma, como su composición óptima, la forma en que los microbios trabajan sinérgicamente, y cómo influye el estilo de vida en esta comunidad, afirma Eran Elinav, jefe de inmunología de sistemas del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel y prolífico investigador del microbioma.
CÓMO INFLUYE EL ESTILO DE VIDA EN EL PROCESAMIENTO DE LOS ALIMENTOS
Uno de los aspectos más complicados a la hora de determinar la dieta perfecta para cada persona es la compleja interacción entre el genoma, el microbioma y el estilo de vida, que los científicos denominan «exposoma».
Según Elinav, uno de esos factores es la hora a la que cenamos. «Cuando alteramos nuestros patrones de sueño-vigilia con el trabajo por turnos o el jet lag«, dice Elinav, «una de las primeras cosas que ocurre es que esto altera la actividad diurna de los microbios». Los mayores índices de obesidad, diabetes de tipo 2 y cánceres asociados a las personas cuyos horarios de sueño y alimentación se alteran crónicamente tienen su origen en esta alteración del microbioma, según sugieren estudios realizados en ratones.
El sueño deficiente, junto con el estrés intenso, altera además el metabolismo y tiene otros efectos negativos para la salud incluso en personas que siguen una dieta sana, afirma Das, de Tufts.
EN BUSCA DEL AJUSTE ÓPTIMO DE LA DIETA Y EL ESTILO DE VIDA
El objetivo de la próxima investigación de los NIH es mejorar la comprensión de los factores que explican las diferencias de procesamiento de alimentos en las diferentes personas. La esperanza es que esto permita a las personas ajustar su estilo de vida y su dieta, y tal vez su microbiota intestinal, para mejorar la respuesta de su organismo a diversos nutrientes. Aún no está claro si la manipulación de la microbiota, por ejemplo mediante cambios en la dieta, tiene efectos duraderos.
Por ahora, Das dice que el mejor consejo nutricional que ella y otros ofrecen se ciñe a lo básico: llenar el plato de verduras y frutas ricas en fibra y evitar los alimentos muy procesados en favor de los integrales.
«En los próximos cinco a 10 años se producirán grandes cambios en nuestra forma de ver las dietas», predice Thomas, de West Point. «Cuando empiecen a aparecer los resultados del estudio de los NIH, sabremos mucho más».
Las dietas del futuro: a medida y de precisión gracias a la ciencia | National Geographic
Malos ‘influencers’: cómo reconocer a charlatanes de la alimentación en las redes
¿De qué personajes que hablan de nutrición, dietas o salud te puedes fiar y de cuáles no? Estas son algunas pistas para identificar perfiles poco creíbles o peligrosos, y también para reconocer los honestos
Con el auge de las redes sociales cada vez más personas ponen su salud en manos de ciertos perfiles a los que todos conocemos como influencers. Ya sea desde Instagram, TikTok, YouTube o Twich, muchos usuarios se “informan” sobre cuestiones que afectan de forma directa a su salud. Desde incluir o descartar ciertos alimentos y usar determinados complementos alimenticios a, directamente, suscribirse a novedosos tratamientos y utilizar sistemas de diagnóstico de dudosa credibilidad y eficacia.
Los temas referentes a la alimentación, dietética, nutrición, estilo de vida y salud son un continuo trending topic con un hashtag u otro. Lo peor, como casi siempre en estos casos, es el torrente de información contradictoria –la infoxicación– a la que se enfrentan los usuarios que ya no saben de quién fiarse. Los mensajes son de lo más variopinto y casi siempre se construyen en forma de propuestas pseudo milagrosas: promover el consumo de agua alcalina, seguir una determinada alimentación para cada fase del ciclo menstrual –lo que implicaría, al menos, tres pautas dietéticas distintas cada mes–, adelgazar bebiendo agua con limón, dejar de beber agua porque esta deshidrata –y pasar a ingerir otras cosas– o cualquier otra tontería sin fundamento científico, como las que explicó la nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles en este post.
En este contexto, se estima que el 77% de los influencers españoles incumple la normativa europea e incurre en prácticas comerciales desleales. Este es uno de los preocupantes datos que se desprenden de una investigación llevada a cabo por la Comisión Europea junto a entidades de protección al consumidor, una acción de la que se ha hecho especial eco nuestro Ministerio de Consumo. Entre los objetivos principales de la investigación figura poner en relieve la especial vulnerabilidad de los consumidores cuando se enfrentan a sus habituales mensajes publicitarios, ya que la mayoría de dichos contenidos no son fáciles de identificar como tal.
Hasta la fecha, Consumo ha enviado una serie de advertencias a influencers españoles de especial relevancia advirtiéndoles de sus malas prácticas y de las duras sanciones a las que se exponen. En la mayor parte de los casos no se conocen las identidades de estos perfiles, excepción hecha de algunos que han aprovechado la advertencia del Gobierno para hacerse autopublicidad -y de paso las víctimas- como es el caso de Carlos Ríos (el creador del movimiento y supermercado realfooding)quien, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ha atribuido esta advertencia genuina sobre sus malas prácticas en RRSS, para afirmar, una vez más, que su persona es objeto de persecución por parte de las instituciones y que la mencionada advertencia es fruto de unas declaraciones suyas -de anteayer- criticando los menús en hospitales. Algo que nada tiene que ver con el aviso de sanción del Ministerio que en realidad aconteció meses atrás.