Del cuánto comemos al qué y cómo producimos, consumimos y aprovechamos los alimentos, la humanidad ha pasado por una evolución importante en torno a su salud. Hoy, la consciencia que nos lleva a elegir mejores opciones de alimentación es parte de un nuevo presente a favor de nuestra calidad de vida.
¿Qué comida me conviene más al amanecer?”, “¿Qué hábitos me llevan a un mejor aprovechamiento de los nutrientes que mi cuerpo necesita?”, “¿En dónde puedo informarme mejor sobre alimentos y productos que contribuyen al fortalecimiento de la salud de mi familia?” Aunque pareciera que éstas y otras cuestiones fundamentales en torno a nuestra salud y correcta alimentación siempre han estado ahí, al menos en la sociedad moderna, lo cierto es que este cambio que algunos llamarían como “consciencia alimentaria” tiene muy poco entre nosotros.
Ante este nuevo cambio de paradigma, el cual va del desarrollo en edades infantiles, el fortalecimiento en etapas adultas hasta el mantener una tercera edad saludable, encontrar nutrientes de calidad presentes en los tres grupos de alimentos (verduras y frutas; cereales y alimentos de origen animal), así como conocer la forma correcta de consumirlos en proporción suficiente y variada es uno de los pilares esenciales de la salud.
De acuerdo con un estudio reciente de la firma Kantar, especialista mundial de datos, insights y consultoría sobre los hábitos de consumo, durante los meses de confinamiento el contexto sanitario aceleró un sinfín de hábitos, tendencias y cambios de percepción orientados a la elección de productos mucho más saludables y a mantener un enfoque más amplio orientado al bienestar integral.
Frente a este escenario resulta pertinente el llamado que hace la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el marco del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra cada año el día 16 de octubre, y que este 2021 tiene el lema “El futuro de la alimentación” busca incorporar una visión integral, consciente y sensible alrededor de términos y dinámicas como la producción de los alimentos, la nutrición de las personas y el medio ambiente, pero sobre todo el de perseguir un impacto mucho más positivo en la salud.
En este sentido, hoy más que nunca se reitera y fortalece la recomendación de nutriólogos, doctores y organismos sobre incluir alimentos ricos, nutritivos y funcionales, cualidades que alimentos como el yoghurt poseen de forma superior, gracias a su contenido balanceado de fermentos y que aporta proteínas de buena calidad, minerales como el calcio y vitaminas.
Los fermentos que contiene el yoghurt, bacterias benéficas para el organismo, ayudan a equilibrar la flora intestinal y facilitan la digestión de la lactosa, logrando así que este alimento pueda ser consumido incluso por personas con alguna intolerancia baja o moderada. No por nada es reconocido mundialmente como un alimento saludable, cuyos compuestos bioactivos brindan grandes beneficios funcionales y su consumo se ha asociado también con la prevención de enfermedades como el sobrepeso, la diabetes mellitus y la hipertensión.
Como parte de este dinamismo alimentario, en donde algunas marcas líderes son pieza clave del engranaje que hace posible ofrecer productos saludables y de alta calidad de forma accesible a las poblaciones, Danone ha destacado por atender este sentido evolutivo y nutricional a través de su conocimiento en el desarrollo de fermentos para la creación de yoghurts.
A lo largo de más de un siglo en el mundo y por más de cuatro décadas en México, el compromiso de compañías como Danone se enfoca en preservar la salud, reinventándose de forma continua para desarrollar productos saludables, inspiradores y a la vanguardia, de forma responsable y cuidadosa con las cadenas de valor para crear yoghurts con ingredientes de origen local.
Concebido como un complemento alimentario funcional y versátil, el yoghurt puede ser incluido como parte de un desayuno balanceado o una colación estratégica en el día a día, pero también como ingrediente de recetas dulces y saladas para crear diferentes platillos en versiones más saludables, siendo un protagonista clave de esa “consciencia alimentaria” que está transformando nuestros hábitos, encaminándonos hacia un mejor futuro, en donde la alimentación correcta, la práctica constante de actividad física, así como una hidratación diaria y el buen descanso son esenciales para mantenernos sanos y con un sistema inmune mucho más fortalecido.