Un repaso a la historia de uno de los bocados que forma parte de la memoria sentimental de un país, y cuyo rastro lleva a la China del año 2000 a.C
La mayoría de nuestros recuerdos van asociados a sabores de la infancia. La memoria y, por extensión, la vida entera, se construye a partir de sabores y momentos. Perderlos equivale a borrar nuestra identidad y buena parte de los anclajes con la realidad. Por eso, la historia del helado en España es un recorrido sentimental por aquellos instantes brevísimos en los que fuimos felices, a la par que una narración sobre el desarrollo tecnológico de un país que soltó el botijo para abrazar un Frigo Dedo.
El helado, un postre que hoy disfrutamos con tanta naturalidad, tiene una fascinante historia en España que se remonta siglos atrás. Aunque sus orígenes se remontan a la antigua China hace 2000 a.C., su camino hacia la popularidad en tierras españolas fue largo y gradual.
Durante siglos solo para una élite
En sus inicios, el helado era un lujo reservado para la realeza y la nobleza. La dificultad para obtener y conservar el hielo, junto con el alto costo de ingredientes como el azúcar y las especias, lo convertían en un manjar exclusivo. Para preservar el hielo, se construyeron estructuras especiales como el Pozo del Frío en Almería o la Gran Cava en Alicante.
El siglo XIX vio la aparición de los primeros heladeros ambulantes en las ciudades españolas. Estos vendían una versión primitiva del polo, raspando barras de hielo y añadiendo siropes de diversos sabores. Esta práctica perduró hasta mediados del siglo XX.
La llegada del frío industrial
La verdadera revolución llegó con la industrialización del frío en el siglo XX. En 1952, coincidiendo con el fin del racionamiento en España, se generalizó el uso de neveras domésticas y el frío industrial en la restauración. Este avance, junto con el auge del turismo de playa, popularizó enormemente el consumo de helados.
Del Frigo Pie al Twister y el Calippo: El Marketing y la Publicidad que convirtieron a estos Helados en Top Ventas e Iconos del Verano / PuroMarketing
Los años 70 y 80 marcaron una época dorada para los helados industriales en España. Aparecieron productos que se volvieron icónicos como el Frigo Dedo, el Frigo Pie, el Calippo y el Twister. Estos helados se convirtieron en parte fundamental de los recuerdos de infancia de toda una generación.
Hoy en día, el helado no es solo un postre refrescante, sino un símbolo de momentos felices y despreocupados. Su evolución en España refleja no solo el desarrollo tecnológico del país, sino también los cambios en las costumbres y la creación de recuerdos colectivos. El helado se ha convertido en una «porción de felicidad congelada en el tiempo», un testigo dulce de la historia y la cultura española.
FUENTE: Butrón, I., Butrón, I., & Butrón, I. (2024, 25 julio). Los helados en España: del postre de Felipe II al Frigo Pie de los ochenta. El País. https://elpais.com/gastronomia/2024-07-25/los-helados-en-espana-del-postre-de-felipe-ii-al-frigo-pie-de-los-ochenta.html
Desde los tiempos de Felipe II hasta los Frigo de los 80, definitivamente, el helado es una parte esencial de nuestra cultura y un símbolo de buenos ratos.
La historia del helado en España es un viaje desde un lujo reservado para la realeza hasta convertirse en un símbolo de felicidad para generaciones. Su evolución refleja tanto avances tecnológicos como el poder de los recuerdos compartidos.
Me gusta verla evolución de la conservación de los alimentos en especial ver como pasan de construir grandes estructuras pasar conservar lo máximo posible el hielo, hasta la creación de las neveras y la comercialización e industrialización de las comidas frías.