El desperdicio de alimentos es una realidad preocupante en España: más de 1.200 millones de kilos o litros de comida terminaron en la basura en 2023. Y convive con otro hecho muy relevante: el 6% de las familias españolas sufren pobreza alimentaria y carecen de recursos para acceder a este sustento. La paradoja es llamativa y cuanto menos grave, más aún si atendemos a que ambos problemas van en aumento. La pobreza material ha incrementado un 18% y el desperdicio un 1,1% en el último año, según datos del INE y el Ministerio de Agricultura. Ante esta situación, los Bancos de Alimentos lanzan ‘Plan B’, una iniciativa que busca reducir esta brecha y facilitar que los alimentos no terminen en la basura, y sí en las manos de quienes más los necesitan.
El plan, presentado este martes en Madrid, consiste en construir un puente solidario entre grandes donantes y organizaciones benéficas que después ayudan a las personas que sufren escasez alimentaria. Mediante una plataforma online, la fundación servirá de nexo de unión «fundamental» que pone en contacto a todos los miembros de la cadena alimentaria para «rescatar alimentos que tienen mucha vida», en palabras de José Manuel Marcos, responsable del proyecto.
En total, 54 Bancos de Alimentos en toda España y casi 6.500 organizaciones benéficas participarán en ‘PlanB’ para afianzar un compromiso que ya es vigente. En los últimos seis años los Bancos han repartido 471 millones de kilos de excedente alimentario y, de hecho, un 57% de las contribuciones de 2023 provinieron de comida que iba a ser despilfarrada.
Pero se pretende aspirar a más y conseguir que más grandes donantes se vuelquen con este fin, puesto que existen ciertos sectores en los que es más difícil evitar el desperdicio. José Manuel Marcos pone de ejemplo el sector agrícola, que carga con el 44% de las pérdidas y en el que se tiende al despilfarro por mal aspecto; o la industria alimentaria, en la que se tiran lotes con desperfectos cuyo contenido puede ser consumido.
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El ‘Plan B’ del Banco de Alimentos es una gran iniciativa para reducir el desperdicio alimentario y combatir la pobreza alimentaria en España. Conectar a grandes donantes con organizaciones benéficas a través de una plataforma online es una idea efectiva para rescatar alimentos. Es vital que más sectores, como el agrícola y la industria alimentaria, se involucren para maximizar el impacto de esta causa.
El desperdicio de alimentos es, por desgracia, una constante cada vez más habitual en las sociedades, y tanto más cuanto más consumistas son. Por desgracia, en las sociedades occidentales es también un fenómeno cada vez más frecuente, por lo que distintos organismos vienen alertando desde hace tiempo de que hay que ponerle freno a través de distintas estrategias. Así, a nivel de la Unión Europea, a nivel nacional y también a nivel autonómico son muchas las iniciativas al respecto.
Si bien es cierto lo que apunta la noticia referente al sector agrario y sus pérdidas, creo que es también muy importante recalcar el papel crucial del SECTOR EDUCATIVO. Pienso que la formación y la educación dirigida a lograr un consumo responsable y sostenible es un pilar fundamental para minimizar el desperdicio alimentario de futuras generaciones.
Es verdad que el sector agrícola desperdicia grandes cantidades de alimentos, la mayoría de ellos aptos para el consumo pero debido a su aspecto no los venden. Este tipo de planes me parecen necesarios ya que la cantidad de comida que se desperdicia es absurda. Otro sector donde se desperdician cantidades increíbles de comida es la hostelería.
Es alarmante ver cómo, mientras millones de alimentos acaban en la basura, muchas familias en España no tienen acceso a lo básico. La iniciativa ‘Plan B’ de los Bancos de Alimentos es una respuesta inspiradora, creando una red solidaria para redirigir esos alimentos sobrantes a quienes más lo necesitan. Es un recordatorio de lo fácil que podría ser reducir el desperdicio y ayudar a quienes sufren hambre, si todos nos involucráramos más en este esfuerzo colectivo.