Llevar una vida saludable es cuestión de aptitud y de los alimentos que tomamos. Por eso, debemos tener en cuenta qué productos tomamos y de dónde procede la comida que consumimos. De ahí, que muchos nutricionistas o especialistas de la sanidad intervengan a menuda para decir qué es bueno comer y qué es malo.
En primer lugar, la comida rápida, el cual se considera como «el enemigo silencioso». El doctor London se centra en que este tipo de alimentos. Así, afirma que la mayoría de los productos en las cadenas de este tipo están cargados de ingredientes procesados, grasas saturadas y aditivos que resultan perjudiciales para el cuerpo.
Está comprobado que el consumo frecuente de comida rápida aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares debido al alto contenido de grasas trans y sodio. Esto se debe a que la comida rápida suele contener azúcares añadidos y harinas refinadas, que promueven la resistencia a la insulina, algo que está estrechamente vinculado a la obesidad y la diabetes tipo 2.
Por otro lado, también recuerda que los refrescos son «la muerte líquida», tanto las versiones regulares como las dietéticas de este tipo de bebida. El doctor afirma que la alta concentración de azúcares en los refrescos regulares eleva los niveles de glucosa en sangre, algo que a su vez conduce a un aumento de la obesidad y la diabetes. Estudios recientes sugieren que los edulcorantes artificiales que se utilizan en estos productos pueden alterar el metabolismo y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.
Los lácteos es otro de los ejemplos, pues sorprendentemente, el experto incluyó este tipo de alimentos en su lista de evitables. «Somos los únicos mamíferos que bebemos leche fuera de la infancia y de una especie diferente», añadiendo que contienen altas cantidades de grasas saturadas. Algunas investigaciones sugieren que el consumo excesivo está relacionado con la «inflamación crónica», un factor que contribuye al desarrollo de diversas enfermedades, entre ellas, la aterosclerosis.
Otra de las bebidas, el alcohol, es por supuesto es «tóxico en cualquier cantidad», describiéndolo como «absolutamente tóxico para cada célula en nuestros cuerpos». El alcohol tiene una gran cantidad de perjuicios para la salud, como el daño hepático, el deterioro del sistema inmunológico y el incremento de la posibilidad de desarrollar cáncer, entre otros efectos adversos.