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La contribución de la composición de la dieta a lo largo de 25 años a los factores de riesgo cardiovascular en la infancia y la edad adulta

La dieta es un factor crucial que puede influir en el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV). Sin embargo, hasta la fecha, se ha investigado poco sobre cómo la calidad de la dieta puede cambiar a lo largo del tiempo y su impacto en el riesgo de ECV. Este estudio de la British Journal of Nutrition, analizó datos de la dieta de padres e hijos del Princeton Lipid Research Study, utilizando dos métodos de evaluación: un recordatorio de 24 horas realizado en la década de 1970 y un cuestionario de frecuencia de consumo (Block FFQ) en 1998.

Los investigadores evaluaron la calidad de la dieta utilizando un índice de puntuación basado en los Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión (DASH), que considera varios nutrientes clave. Se analizaron datos de 221 padres (39% varones) y 606 hijos (45% varones). En el seguimiento, los padres tenían una edad media de 66,6 años y los hijos de 38,5 años. Los resultados incluidos en el análisis abarcaron factores como la glucosa en sangre, la presión arterial, los lípidos en suero y el índice de masa corporal (IMC).

Los resultados mostraron que la puntuación de la dieta de los padres aumentó ligeramente desde el inicio hasta el seguimiento (de 1,4 a 2,1 en una escala de 8 puntos), lo que sugiere una mejora en la calidad de su dieta. Sin embargo, la puntuación de los hijos se mantuvo constante. A pesar de estos cambios en la calidad de la dieta, no se encontró una asociación significativa entre la adherencia a los enfoques DASH y los resultados de salud examinados, como la presión arterial o los niveles de lípidos.

El estudio encontró que, a lo largo del seguimiento, los padres que consumieron mayores cantidades de grasas saturadas y totales tenían un mayor riesgo de diabetes y dislipidemia. Por otro lado, el consumo de niacina (una vitamina B) se asoció con un menor riesgo de hipertensión y dislipidemia en los hijos. Estos hallazgos subrayan que ciertos componentes de la dieta pueden tener un impacto más significativo en la salud cardiovascular que la calidad general de la dieta, medida a través de la puntuación DASH.

En conclusión, aunque se observó una ligera mejora en la calidad de la dieta de los padres, no se encontró una relación clara entre la adherencia a los enfoques DASH y los resultados de salud cardiovascular. Sin embargo, el estudio resaltó la importancia de ciertos nutrientes, como las grasas saturadas y la niacina, en la salud cardiovascular. Esto sugiere que, a pesar de los esfuerzos por mejorar la dieta general, es crucial centrarse en nutrientes específicos que pueden afectar el riesgo de ECV.

Estos resultados enfatizan la necesidad de estrategias más efectivas para mejorar la calidad de la dieta en ambas generaciones. A largo plazo, mejorar la educación y el acceso a alimentos saludables puede ser fundamental para reducir el riesgo de ECV y promover una mejor salud cardiovascular en la población.

https://www.cambridge.org/core/journals/british-journal-of-nutrition/article/contribution-of-dietary-composition-over-25-years-to-cardiovascular-risk-factors-in-childhood-and-adulthood-the-princeton-lipid-research-study/B9E6036B9518CAA1461F81B4EA5AE586


1 comentario

  1. Este estudio me hace ver que, aunque mejorar la calidad general de la dieta es importante, no es suficiente para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Nutrientes específicos, como las grasas saturadas y la niacina, parecen tener un impacto más directo en la salud. Esto subraya la importancia de no solo seguir una dieta saludable, sino de prestar atención a los componentes individuales que pueden influir en nuestro bienestar cardiovascular.

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