Nueva alerta sanitaria en Estados Unidos. Varios informes han desvelado que, debido a la posible contaminación por listeria, una empresa está retirando casi 1,2 millones de libras de productos cárnicos y avícolas, incluyendo varios que fueron enviados a los centros educativos del país.
Esto, sin duda alguna, genera numerosos interrogantes sobre el sistema de supervisión de seguridad alimentaria en Estados Unidos. Y, también, expone la vulnerabilidad en materias de seguridad alimentaria. Ahora bien, este último no es un aspecto novedoso.
En concreto, el germen de la listeria es un patógeno que se puede propagar a través de alimentos contaminados, provocando enfermedades graves e incluso la muerte. Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), cada año son infectadas 1.600 aproximadamente por listeria y 260 mueren. Y no solo eso: la contaminación puede ocurrir en productos listos para consumir, como las carnes procesadas, durante las etapas de empaquetado y corte, e incluso en productos que han sido cocidos, lo cual supone un riesgo adicional para los consumidores.
Con respecto a los efectos, cabe destacar que el riesgo de infección en las mujeres embarazadas es diez veces mayor al del resto de la población general. Claro está, esto puede llevar a complicaciones como el parto prematuro o la muerte fetal. En los recién nacidos, de acuerdo a la información proporcionada por el organismo citado anteriormente, las enfermedades por listeria pueden conllevar problemas de salud a largo plazo, tales como discapacidades intelectuales y trastornos neurológicos.
Ante este panorama, las autoridades sanitarias recomiendan evitar ciertos productos alimenticios, en especial, aquellos más propensos a la contaminación, como carnes frías y productos lácteos no pasteurizados. Además, es aconsejable mantener los frigoríficos limpios, eliminando derrames rápidamente y consumiendo alimentos dentro de las fechas de caducidad.
Esta noticia muestra un fallo preocupante en la seguridad de los alimentos en EE.UU, especialmente porque productos contaminados llegaron a las escuelas. No es solo un caso aislado, destaca una debilidad en el sistema que necesita mejores controles para proteger a todos, especialmente a los grupos más vulnerables como niños o personas mayores.