La ingesta de lácteos fue muy desigual entre las primeras poblaciones neolíticas de la Europa occidental. Hubo un menor consumo en las regiones del sur de la costa atlántica, península Ibérica y Francia que en las del norte. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio que ha recuperado y analizado los residuos de las cerámicas de hace entre 7.500 y 5.500 años.
Cerámica procedente del yacimiento arqueológico de Verson (Francia), analizada en la investigación. / Annabelle Cocollos, Conseil Départemental du Calvados ou CD14, publicada en Germain-Vallée et al. 2015
Un equipo de investigación internacional, liderado por la investigadora Miriam Cubas, de la Universidad de York (Reino Unido) y la Universidad de Oviedo, ha conseguido recuperar residuos de las actividades culinarias en las vasijas usadas por las sociedades prehistóricas de hace entre 7.500 y 5.500 años.
El análisis químico de los restos de grasas de animales, cera de las plantas, aceites de pescado y resinas preservados en las cerámicas prehistóricas ha permitido al equipo de Cubas explorar los distintos usos de estos recipientes por parte de las comunidades neolíticas, y particularmente su relación con las actividades agrícolas y ganaderas.
Los resultados del estudio, publicado en la revista Nature Communications, reflejan una gran variación en el uso de las cerámicas entre estas comunidades. Entre los recursos identificados, destacan los productos lácteos, cuya presencia se incrementa hacia la zona norte de Europa, la región atlántica francesa y las Islas británicas.
“Nuestro estudio ofrece una amplia comparación regional sobre el uso de la cerámica durante la Prehistoria. Estos resultados contribuyen a obtener más información sobre cómo vivieron los grupos humanos durante este proceso de cambio tan trascendental que supuso la introducción de la ganadería y la agricultura” afirma Miriam Cubas, autora principal del artículo.
Diferencias entre el norte y sur de Europa
Los autores, entre los que se encuentra André Colonese, investigador del departamento de Prehistoria y del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), revelan que estas diferencias pueden estar relacionadas con las diversas actividades ganaderas, con una mayor presencia del ganado vacuno en el norte y una ganadería centrada en las ovejas y las cabras en el sur de Europa.
En la península ibérica estas prácticas culinarias reflejan una importancia de los recursos cárnicos procedentes de los animales domésticos (oveja y cabra) que se introducen en esos momentos. Se trata de una de las comparaciones regionales más amplias que se han publicado hasta el momento sobre el uso de la cerámica durante la Prehistoria.
“Las diferencias respecto a la frecuencia de aparición de los productos lácteos podrían ser importantes para la comprensión de la evolución de la tolerancia a la lactosa en los adultos en Europa. Hoy en día, las mutaciones genéticas que permiten a los adultos digerir la lactosa presente en la leche tienen una mayor presencia en la zona noroeste de Europa que en las regiones del sur”, sostiene Oliver Craig, del departamento de Arqueología de la Universidad de York.
Ausencia de productos del mar
Otro de los hallazgos más sorprendentes es la ausencia de alimentos marinos en las cerámicas documentadas, incluso en yacimientos arqueológicos situados en zonas de costa, donde estos recursos alimenticios están claramente disponibles. Una excepción es la zona del Báltico, donde tanto los recursos lácteos como los alimentos de procedencia marina fueron preparados en la cerámica.
“Estos datos nos ofrecen una ventana a la riqueza de las tradiciones culinarias entre los primeros agricultores de Europa occidental, y la capacidad que estos grupos tuvieron para adaptarse a las distintas condiciones climáticas y culturales”, añade André Colonese.
El equipo de investigadores ha analizado los residuos orgánicos conservados en las cerámicas del Neolítico antiguo procedentes de 24 yacimientos arqueológicos situados entre Portugal y el Báltico. La investigación permite expandir nuestro conocimiento sobre las prácticas culinarias de estas primeras sociedades agrícolas, el papel que desempeñaron los distintos alimentos y su impacto en la dieta de las primeras comunidades campesinas.
Las vasijas reflejan cómo fue el consumo de leche en Europa hace 7.000 años
Tomado de: Sinc
Un estudio reciente muestra que el consumo de lácteos entre las primeras poblaciones neolíticas de Europa era muy desigual. En el norte, se usaban más productos lácteos, mientras que en el sur, como en la península ibérica, la gente consumía más carne de oveja y cabra. Los investigadores analizaron residuos de cerámica de hace 7.500 a 5.500 años y descubrieron que la ganadería variaba según la región. También sorprendió la falta de alimentos marinos, incluso en áreas costeras. Este estudio nos ayuda a entender cómo vivían y se alimentaban estas antiguas comunidades.
Esta noticia me ha parecido muy interesante. Esa alimentación basada en recursos cárnicos y ausencia de alimentos provenientes del mar me resulta llamativa. Y el tema del estudio de la tolerancia a la lactosa en función del área geográfica es, sin ninguna duda, muy novedoso. Así, en países como Suecia, Dinamarca y los Países Bajos, una alta proporción de la población es tolerante a la lactosa, debido posiblemente a una larga historia de cría de ganado lechero y el consumo de productos lácteos. La tolerancia se ha vuelto aún más común en estas poblaciones debido a una mutación genética que permite la digestión de la lactosa en la edad adulta. En contraste, en países como España, Italia y Grecia, la mayoría de la población tiene una mayor intolerancia a la lactosa, lo que podría atribuirse a un menor consumo histórico de productos lácteos en la dieta, así como a la menor selección genética para la tolerancia.
A mí personalmente el tema de la alimentación y la evolución humana me gusta mucho. En relación a la lactosa, adjunto un enlace que amplia esta información para quien os guste el tema:
Heyer, E., et al. (2012). The evolution of lactase persistence in humans. PLoS Genetics, 8(8), e1002773. https://doi.org/10.1371/journal.pgen.1002773. PDF para descargar: https://journals.plos.org/ploscompbiol/article?id=10.1371/journal.pcbi.1000491
Un estudio reciente revela que hace 7.000 años el consumo de lácteos en Europa era desigual, con más presencia en el norte que en el sur, donde predominaban las ovejas y cabras. Los investigadores analizaron residuos en vasijas antiguas, encontrando que las comunidades neolíticas del norte consumían más productos lácteos, mientras que en la península ibérica se centraban más en carnes. Sorprendentemente, aunque muchas vasijas fueron halladas en zonas costeras, casi no había restos de alimentos marinos, salvo en el Báltico. Estos hallazgos también ayudan a entender la evolución de la tolerancia a la lactosa en Europa.
El artículo ofrece una visión fascinante de cómo los residuos en cerámicas prehistóricas revelan la diversidad de prácticas culinarias entre las primeras sociedades agrícolas europeas. Destaca cómo el uso de la cerámica refleja las adaptaciones regionales a las condiciones locales, como la ganadería y la dieta basada en lácteos en el norte. También plantea interrogantes sobre la evolución de la tolerancia a la lactosa y cómo la dieta varió según el entorno. Es un interesante vistazo a la complejidad de las tradiciones alimentarias en la Prehistoria.