Ancel Keys, un biólogo de Minnesota, fue el primero en demostrar los beneficios de la dieta mediterránea a través de su estudio de los siete países, realizado a finales de los años 50. Esta dieta, que combina alimentos frescos y naturales como frutas, verduras, cereales integrales, aceite de oliva y pescado, mostró una fuerte relación con la longevidad y la reducción de enfermedades coronarias. Las investigaciones posteriores confirmaron que la dieta mediterránea reduce el riesgo de obesidad, síndrome metabólico, hipertensión, envejecimiento celular y deterioro cognitivo, además de fortalecer el sistema inmune y la salud ósea.
El pescado, una fuente clave de omega-3 y proteínas de alta calidad, es uno de los pilares de esta dieta. La OMS recomienda consumirlo tres o cuatro veces a la semana, especialmente el pescado azul, por su relación con la longevidad y la salud cardiovascular. Sin embargo, el consumo de pescado ha disminuido en España, especialmente entre los jóvenes, pese a que la acuicultura ha facilitado su acceso durante todo el año. La acuicultura permite disfrutar de una variedad constante de especies, tanto de pescado blanco como azul, y es crucial para estabilizar la oferta y los precios, protegiendo los ecosistemas al reducir la dependencia de la pesca extractiva.
A medida que el consumo de productos acuáticos aumenta globalmente a un ritmo superior al crecimiento poblacional, la acuicultura se presenta como una solución sostenible para asegurar el abastecimiento futuro de alimentos acuáticos. Esta actividad permite un acceso equitativo y constante al pescado, garantizando que continúe siendo accesible para todos, lo que contribuye a la salud y a la sostenibilidad de las futuras generaciones.
La dieta mediterránea es famosa por sus beneficios para la salud, pero es preocupante que el consumo de pescado, un alimento clave, esté bajando, sobre todo entre los jóvenes. La acuicultura parece una buena solución porque ayuda a tener pescado todo el año sin dañar los mares. Creo que debemos educar más sobre la importancia de incluir pescado en nuestra dieta, no solo por sus nutrientes, sino porque es parte de cuidar nuestra salud y el futuro del planeta. Combinar tradición con sostenibilidad es algo que no podemos dejar de lado.