Nusret Gökçe, conocido como Salt Bae, nació en 1983 y es hijo de un minero de carbón. Debido a los problemas financieros de su familia tuvo que buscar diversos empleos desde adolescente. “Empecé trabajando más de 13 horas al día como asistente de cocina de un carnicero”.
Si bien esta experiencia laboral fue clave, cuando cumplió 27 años decidió utilizar el dinero ganado durante esos años para cumplir su sueño. En 2010 abrió su primer restaurante en Estambul. Pero lo que decidió su carrera posterior fue un viaje que hizo a Argentina y a Estados Unidos para aprender sobre los cortes de carne y las distintas formas de preparación. Ahí fue donde aprendió la técnica que lo hizo conocido. Es ahí donde Nusret experimentó lo que era trabajar sin recibir dinero, pues lo hizo gratis en diversos restaurantes solo para aprender las técnicas culinarias y mejorar las suyas.
El salto a la fama internacional se dio en 2017 y luego se volvió viral por la peculiar forma de espolvorear la sal en la carne que quedó registrada en diversos videos. “No lo hice para llamar la atención, es mi toque final, como si estuviera bendiciendo la carne”, contó en una entrevista; lo cual le valió su apodo «Salt Bae», que significa «sal antes que nada». Desde entonces su popularidad y éxito no han dejado de crecer al mismo ritmo que su cuenta bancaria.
Pero este chef turco no siempre fue el excéntrico personaje en el que se ha convertido. A base de trabajo fue creando su imperio. En 2014 llegó a la lujosa ciudad de Dubái y desde entonces ha ido abriendo restaurantes de su cadena Nusr-Et por casi los cinco continentes. Además de contar con clientes de la talla de Connor McGregor, Cristiano Ronaldo o hasta el mismísimo Al Pacino.
La historia de Salt Bae es un ejemplo de cómo la perseverancia y el sacrificio pueden transformar vidas. Su origen humilde y su decisión de trabajar sin recibir pago en su búsqueda de aprender técnicas culinarias destacan su dedicación y pasión. Aunque su fama surgió a partir de un gesto que podría parecer trivial, su éxito es el resultado de años de esfuerzo y de un enfoque incansable. Su evolución de ayudante de cocina a dueño de una cadena internacional inspira a ver el valor del trabajo duro y la autenticidad.
Es fascinante cómo una simple técnica, como espolvorear sal de manera peculiar, puede ser el toque distintivo que catapulta a alguien a la fama mundial. El caso de Nusret Gökçe muestra cómo las tendencias virales pueden transformar una carrera y crear un imperio gastronómico.