Una reciente investigación sobre la alimentación a bordo de los barcos romanos sugiere que se empleaban diversas técnicas para cocinar los alimentos. Pescado, gachas y sopas constituían una parte importante de la dieta que los marineros seguían en alta mar.
un reciente estudio publicado por Herman J. Van Vliet, historiador marítimo de la Universidad de Groningen, en la revista Journal of Maritime Archaeology ha reveladocómo y de qué manera preparaban sus alimentos y que ingerían los marineros romanos durante las largas y peligrosas travesías por el Mediterráneo.
Según el estudio, la logística en los barcos romanos fue evolucionando junto con el comercio marítimo. A medida que se construían navíos más grandes también lo hacían las cocinas a bordo. La cuestión que plantea el estudio es ¿cómo lograban cocinar en alta mar y cuál era la base de su dieta durante esas largas travesías?
A diferencia de lo que se pueda pensar, los romanos no dependían solo de alimentos frescos o en salazón. Van Vliet señala que se han encontrado los restos de rudimentarias cocinas en algunos de los pecios hundidos por todo el Mediterráneo. Estas estaban equipadas con grandes calderos y hornillos primitivosque permitían a los marineros preparar comidas calientes, lo que era todo un lujo para soportar las duras condiciones de navegación.
LA DIETA A BORDO
Entonces, ¿cuál era el alimento más consumido a bordo? Sin duda, el pan era uno de los alimentos básicos. Elaborado con cebada, era un alimento que podía conservarse durante largos períodos de tiempo. Sin embargo, también pescaban para complementar su dieta. Según Van Vliet, se han recuperado anzuelos y redes en varios naufragios, lo que confirmaría que durante las travesías se recurría a la pesca para asegurarse una fuente fresca de proteínas.
Además del pan y el pescado, los cereales y las legumbres también eran esenciales en la dieta de los marineros, ya que se utilizaban para preparar sopas y gachas que les proporcionaban una fuente rápida y fácil de calorías. Y no solo eso. Los arqueólogos también han encontrado restos de grano, aceitunas y frutos secos en diversos naufragios y puertos romanos, lo que sugiere que estos alimentos también formaban parte de la dieta a bordo.
TÉCNICAS DE COCCIÓN
Uno de los aspectos más interesantes de este estudio es la descripción de cómo se cocinaba a bordo sin arriesgar la seguridad del barco. Van Vliet describe el uso de braseros y estufas de carbón que producían calor sin llama abierta, lo que reducía considerablemente el riesgo de incendios. En algunos naufragios se han localizado baldosas y azulejos que se empleaban para proteger las áreas de cocina y así evitar accidentes.
Este interesante estudio también revela detalles acerca de los innovadores sistemas de cocción empleados por los marineros. Este es el caso de un brasero con un depósito de agua que fue descubierto frente a la costa de Israel. Este elemento controlaba la temperatura del fuego y evitaba que el plomo del brasero se derritiera. También se ha documentado la presencia de enormes calderos de cerámica que resistían altas temperaturas y permitían cocinar en medio de las duras condiciones del mar.
El estudio de Van Vliet destaca asimismo la importancia de una buena alimentación a bordo. Los pasajeros eran los responsables de su propia comida, aunque tanto la alimentación de los tripulantes, de los esclavos como la de los soldados era responsabilidad del Estado, lo que confirmaría la importancia de mantener bien alimentados a todos los ocupantes del barco.
«Lo que se cocinaba dependía de los hábitos de los marineros y de la disponibilidad regional de los productos. Había varias soluciones para recalentar los alimentos. Preparar pescado, gachas y sopas, traer pan de tierra firme y consumir alimentos en conserva podía garantizar que los marineros no murieran de hambre. Aun así, algunas fuentes hablan de ayunos involuntarios prolongados, que dejaban exhaustas a las tripulaciones. El sufrimiento del marinero romano era grande, pero sin la cocina a bordo habría sido mucho peor», finaliza el autor del estudio.
El artículo ofrece una visión fascinante de la vida cotidiana de los marineros romanos y resalta la importancia de la alimentación durante los viajes marítimos. El hecho de que a bordo se encontraran cocinas rudimentarias y recipientes especiales demuestra no solo la creatividad de los romanos, sino también su preocupación por la salud de la tripulación. Me pregunto qué otras innovaciones se usaron en los barcos antiguos y cómo variaba la dieta según la duración del viaje.
este estudio resalta lo avanzado que estaba el conocimiento de la logística alimentaria en la Antigua Roma. Los marineros romanos no solo dependían de alimentos frescos o en salazón, sino que empleaban métodos innovadores para cocinar en el mar, como el uso de braseros y estufas sin llama abierta, lo que minimizaba los riesgos de incendio. Además, su dieta, que incluía pan, pescado, cereales y legumbres, estaba pensada para ofrecer una fuente constante de energía durante las largas travesías. Estos detalles sobre la vida a bordo subrayan la importancia de una buena alimentación para la salud y el rendimiento de la tripulación, lo que a menudo era responsabilidad del Estado, y cómo los marineros romanos lograban adaptarse a las duras condiciones del mar para mantenerse alimentados y saludables.
El estudio muestra cómo los romanos desarrollaron ingeniosas técnicas de cocina a bordo, para garantizar comidas calientes en alta mar. Su dieta, basada en pan, pescado y cereales, refleja la importancia de una buena alimentación para resistir las duras travesías marítimas.
Es sorprendente cómo los marineros romanos, a pesar de las duras condiciones en alta mar, lograban mantener una dieta balanceada con técnicas de cocina rudimentarias. Usando calderos y braseros, preparaban sopas y pescado fresco, lo que muestra su ingenio para sobrevivir y mantenerse saludables durante sus largas travesías. La alimentación a bordo era crucial para su resistencia y bienestar.
Es impresionante cómo los marineros romanos, a pesar de las condiciones adversas en alta mar, lograban mantener una dieta equilibrada. Con equipos sencillos como calderos y braseros, preparaban sopas y cocinaban pescado fresco, lo que les permitía mantenerse bien alimentados durante sus largos viajes. Esta habilidad para cocinar con recursos limitados refleja su capacidad para adaptarse y mantenerse en buena salud.
Me parece sorprendente la capacidad de adaptación y supervivencia que tenían los romanos, además de su ingeniosidad para cocinar condiciones tan extremas a bordo, utilizando técnicas como braseros sin llama para evitar incendios. Además, la dieta variada con pan, pescado y cereales parece demostrar lo bien organizada que estaba la logística alimentaria en esos tiempos.
Es fascinante cómo los marineros romanos se las ingeniaban para cocinar en alta mar usando braseros y calderos para preparar sopas, gachas y pescado. A pesar de ser una época tan alejada se aseguraban de tener una dieta variada con pan, cereales y pescado fresco. Este estudio demuestra lo importante y necesaria que ha sido desde siempre la buena alimentación para la tripulación e incluso la gente.