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Trastornos digestivos relacionados con la ansiedad: ¿ Cómo protegerse con la alimentación?

¿Sabías que el sistema digestivo y nuestro cerebro están íntimamente conectados? Estoy segura de que en más de una ocasión, tras el consumo de algún alimento, te has podido sentir más o menos bajito de ánimos… Por ejemplo, tras el consumo de azúcar, al ser una fuente rápida de energía nos activa inmediatamente, y sin embargo, las grasas, al ser más complejas, demandan más esfuerzo de nuestro sistema digestivo para su descomposición y nos llevan a sentir un poquito más de cansancio.

Pero cuando hablamos de esta conexión, no solo lo que consumimos nos afecta a nuestro bienestar, sino también a la inversa, ya que nuestro estado mental también influye en el funcionamiento de nuestro sistema digestivo. Es lo que conocemos como el ‘eje intestino-cerebro’.

En situaciones de estrés, ansiedad o incertidumbre, el impacto en nuestra digestión es inmediato y puede derivar en sintomatología como reflujo, acidez, hinchazón, gases e incluso gastritis. Pero, ¿por qué nuestro estado mental repercute tanto en nuestra digestión?

Cuando sentimos estrés, ansiedad o estamos abrumados, nuestro cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, que afectan el ritmo de la digestión, ralentizando o acelerando el tránsito intestinal y llevando consigo síntomas como dolor abdominal, diarrea o estreñimiento. Además, el estar constantemente en tensión puede generar un estado de inflamación capaz de agravar cualquier malestar digestivo preexistente.

Entre los síntomas más comunes que vemos a diario en consulta están:

– Dolor abdominal y cólicos , Distensión y gases, hinchazón , Sensación de pesadez después de las comidas , Cambios en el ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento) , Acidez o reflujo

Y aunque por supuesto sea imprescindible un tratamiento psicológico para dar con la raíz del problema, la nutrición también es una gran aliada.

Siempre y cuando no haya una patología o alteración de salud de base, que en ese caso, te aconsejo antes que nada consultar con un profesional, algunos cambios en la alimentación pueden contribuir en una mejoría:

1. Aumenta el consumo de la fibra MAC, conocida como soluble y fermentable, ya que como no somos capaces de digerir, constituye un alimento fundamental para que nuestras bacterias puedan nutrirse y mantener una homeostasis, mejorando así la respuesta al estrés. Los puedes encontrar en la cebolla, espárragos, brócoli, alcachofa y en la patata cocinada de un día de antes (almidón resistente)

2. Incluye alimentos ricos en antioxidantes (frutos rojos, coles, cítricos), ya que ayudan a combatir la inflamación y el daño celular causado por el estrés y ricos en minerales como el magnesio, presente en frutos secos, semillas y vegetales de hoja verde, que ayuda a relajar los músculos del tracto digestivo, contribuyendo a reducir la ansiedad.

3. Evitar el consumo de alimentos irritantes como cafeína, alcohol, picante y ultraprocesados, ya que pueden irritar aún más el sistema digestivo y empeorar los síntomas.

4. Come despacio, masticando bien y en un ambiente tranquilo.

Si tras seguir estos pequeños consejos notas que los síntomas persisten o se agravan, es importante que consultes a un especialista en nutrición y salud mental. En muchos casos, una alimentación adecuada combinada con técnicas de manejo del estrés, como la meditación o el ejercicio, pueden hacer una gran diferencia.

https://www.abc.es/bienestar/alimentacion/trastornos-digestivos-relacionados-ansiedad-protegerse-alimentacion-20241114160750-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.abc.es%2Fbienestar%2Falimentacion%2Ftrastornos-digestivos-relacionados-ansiedad-protegerse-alimentacion-20241114160750-nt.html


4 comentarios

  1. Es impresionante cómo lo que sentimos puede afectar tanto a nuestra digestión y salud. El estrés y la ansiedad no solo nos alteran mentalmente, sino que también pueden generar molestias como dolor de estómago o hinchazón. Creo que es fundamental reconocer esta conexión para cuidar tanto nuestra salud mental como física. Cambiar pequeños hábitos en la alimentación, como incluir más fibra, evitar ciertos alimentos o comer mas despacio, puede hacer una gran diferencia en cómo nos sentimos, ayudándonos a estar más equilibrados y menos afectados por las tensiones diarias. Me parece además muy correcto que las medios de comunicación den visibilidad a este tipo de contenido o información.

  2. Me ha resultado interesante el hecho de que relacione la ansiedad y la alimentación o el impacto que tiene el estrés en la digestión. Además, aporta datos científicos y los acompaña con algunos consejos para tratar de buscar una solución, y también señala la importancia de consultar a un profesional, ya que es la mejor forma de acabar con el problema de forma eficaz y saludable.

  3. Sabía mas o menos que lo que comemos está relacionado con nuestro cerebro ya que podemos experimentarlo por ejemplo cuando las mujeres están con el periodo, ya que el chocolate suele animarlas, sin embargo, no sabia que también está relacionado con el eje intestino-cerebro. Es interesante saber cómo sucede y porque y además qué podemos hacer para hacer que esto pase menos a menudo antes de recibir un tratamiento psicológico.

  4. La conexión entre la mente y el cuerpo, especialmente en aspectos como la alimentación y la digestión, es clave para comprender cómo el estrés y la ansiedad afectan nuestra salud. Los consejos prácticos respaldados por datos científicos son una buena forma de empezar a tratar estos problemas, pero siempre es cierto que un profesional puede ofrecer soluciones más personalizadas y efectivas.

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