Factores genéticos, ambientales y cambios en los alimentos explican el aumento de los casos de alergias alimentarias.
Se sabe que las alergias alimentarias se han incrementado en las últimas décadas, pero no es fácil hacer una estimación adecuada, ni una prevalencia de este problema de salud. Se requiere un diagnóstico clínico, se contabilizan los casos de ingreso en UCI por anafilaxia, pero no es sencillo obtener una cifra.
Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura cifraba la población mundial en 8,6 billones de personas de la que unos 900 millones sufren reaccionen adversas a alimentos, casi en su totalidad habitan en los países industrializados.
Pero ¿qué es lo que causa este aumento de las reacciones adversas por alimentos? No hay una única respuesta, pero sí un resumen claro: “Hemos alterado la composición de la comida de tal manera que sus propiedades de digestión, entre otras, las hemos cambiado sin ser conscientes”, afirma este miércoles la Dra. María Gasset, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Hay publicaciones científicas de 1951 que ya avisaban de que la acción humana estaba impactando en muchos aspectos ambientales sin que fuéramos conscientes de esos cambios.
La mayoría de los alérgenos son proteínas de origen vegetal y animal. Se han aislado y caracterizado más de 1.000 alérgenos que pertenecen a 40 familias de proteínas, cuando existen más de 12.200 descritas. El 90% de las alergias alimentarias están causadas por proteínas de nueve alimentos: leche, huevo, pescado, marisco, cacahuete, frutos secos, soja, trigo y sésamo. Los cambios que la mano humana ha ido produciendo sobre ellas han podido tener mucho que ver en todo el aumento de las reacciones adversas a alimentos.
La experta señala como causas de las alergias la aberración en la colonización microbiana temprana, la erradicación de infecciones protectoras frente a alérgenos y la inmadurez de la inmunidad de las mucosas que facilitan el acceso de los alérgenos. Al factor genético que puede influir en el desarrollo de estas alergias y que tiene que ver con la integridad epitelial de la persona y al sistema inmune que tengamos, se unen la exposición temprana y los cambios en el entorno, incluidos los cambios en la comida, que pueden influir.
El diagnóstico actualmente siempre viene como consecuencia de una exposición, tal y como ha indicado la Dra. Gasset, por lo que “averiguar qué hace que una proteína se convierta en alérgeno permitiría avanzar en la calidad de diagnóstico”. Respecto a las terapias, hasta hace pocos años, la recomendación era evitar el alimento que provocaba reacciones adversas. Ahora hay estrategias de desensibilización, que suelen ser lentas, y terapias inmunológicas que suelen aplicarse en combinación con la desensibilización. Pero queda un largo camino que recorrer, con investigaciones y algunos estudios con vacunas o con intervenciones en el microbioma.
La prevención es clave para combatir el aumento de las alergias alimentarias. Si bien los factores genéticos pueden influir, los cambios en nuestro estilo de vida y en nuestra alimentación pueden marcar la diferencia. Es importante fomentar una alimentación saludable desde la infancia y promover la diversidad microbiana en nuestro organismo.
Me parece muy importante que se mencione la dificultad de diagnosticar las alergias alimentarias y las nuevas terapias en desarrollo, lo que deja ver la necesidad que hay de más investigación en este campo. Aunque, podría hablar más de soluciones para prevenir estas alergias alimentarias.
El aumento de las alergias alimentarias refleja el impacto combinado de factores genéticos, ambientales y nuestras intervenciones en los alimentos. Esta situación subraya la importancia de replantear cómo manipulamos la comida y el entorno.
Si no sufrimos este tipo de problemas , no le damos prácticamente importancia a lo que realmente son. Dicen que esto pasa porque hemos cambiado tanto la comida que ahora es más difícil de digerir y el cuerpo reacciona mal, además de cosas como la genética y el sistema inmune. La mayoría de las alergias vienen de alimentos como la leche, el huevo o los frutos secos. Antes solo te decían que evitaras lo que te hacía mal, pero ahora están probando terapias más avanzadas para desensibilizar al cuerpo.
Es enloquecedor cómo, sin darnos cuenta, hemos cambiado tanto la forma de hacer la comida que ahora estamos viendo un aumento de alergias alimentarias. La Dra. Gasset lo explica genial: alteramos tanto los alimentos que ni sabíamos cómo afectaba al cuerpo. Además, me gusta que ahora se estén investigando tratamientos más avanzados, como la desensibilización y las terapias inmunológicas, para ayudar a las personas que sufren de estas alergias. Espero que pronto tengamos soluciones más efectivas para disfrutar de la comida sin preocupaciones porque cada vez hay más gente que sufre problemas digestivos.