Mantener una microbiota intestinal sana es muy importante para una buena salud, ya que este conjunto de microorganismos que vive en nuestro intestino tiene un papel fundamental en el sistema inmunológico, en la regulación de hormonas y en el control de la inflamación. Como destaca la Universidad de Harvard, las investigaciones sugieren que ciertas bacterias en el intestino pueden prevenir y tratar muchas enfermedades comunes.
Por eso, cada vez se le da más importancia a la microbiota y a su equilibrio para que las bacterias beneficiosas predominen sobre las potencialmente dañinas. Para que esto sea posible, una alimentación adecuada es esencial.
Alimentos para cuidar la microbiota
La nutricionista y farmacéutica Gabriela Retana Bronte, que trabaja con la selección española de fútbol femenino, destaca lo importante que es incluir ciertos alimentos en nuestra dieta diaria para nutrir y fortalecer la microbiota intestinal. Entre sus recomendaciones se encuentran alimentos ricos en prebióticos y probióticos, que son elementos que favorecen el crecimiento de las bacterias saludables en el intestino y ayudan a evitar que las bacterias dañinas proliferen.
- Plátano verde
- Arroz (hervido y refrigerado 24 horas antes)
- Avena
- Patata (hervida y refrigerada 24 horas antes)
- Kéfir
- Ajo
- Cebolla
- Alcachofas
En el caso del arroz y la patata, recomienda mantenerlos en el frigorífico durante 24 horas porque proporcionan almidón resistente, un tipo de fibra prebiótica que nutre a las bacterias buenas.
Por qué es tan importante la microbiota
«El eje intestino-cerebro no solo afecta en la regulación hormonal (regulando las hormonas de hambre y saciedad), también tiene un papel fundamental en tu sistema inmunitario (tus defensas) y regular la inflamación«, explica Gabriela Retana. El portal de salud de la Universidad de Harvard destaca la relación entre la microbiota y la salud en general, señalando que una microbiota equilibrada puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Según estudios recientes, los prebióticos y probióticos promueven una flora intestinal saludable, y también ayudan a prevenir trastornos inflamatorios y fortalecer el sistema inmunológico.
Para los que quieren mantener su salud intestinal, es fundamental incorporar tanto prebióticos como probióticos en la dieta, ya que hay que alimentar a las bacterias intestinales con alimentos específicos que las ayuden a prosperar en el tracto digestivo.
La ciencia continúa investigando los beneficios de una microbiota sana, pero lo que ya se sabe es que adoptar una dieta rica en estos alimentos no solo mejora la salud intestinal, sino que también impacta de manera positiva en la calidad de vida en general.
Me parece muy interesante y relevante la importancia de cuidar la microbiota intestinal, ya que cada vez más investigaciones demuestran lo vital que es para nuestra salud en general. Incorporar alimentos como el plátano verde, la avena, el kéfir o la cebolla, que favorecen las bacterias buenas, me parece una forma fácil y natural de mejorar el bienestar.
Me parece muy interesante esta información, ya que nos recuerda la importancia de cuidar nuestra microbiota para mantener una buena salud general. Incorporar alimentos como el kéfir, el ajo o el plátano verde no solo es sencillo, sino que puede tener un impacto positivo en nuestras defensas y en la regulación de procesos importantes como la inflamación. Además, pequeños hábitos, como refrigerar el arroz o la patata, muestran cómo simples ajustes en la cocina pueden marcar una gran diferencia. Es un enfoque práctico y accesible para mejorar nuestra calidad de vida.
Me parece una noticia muy importante y interesante ya que en la actualidad se esta haciendo mucho incapié en la salud de nuestra microbiota, ya que se ha visto que la mayoría de las enfermedades se pueden desencadenar por tener una microbiota desequilibrada. Por este motivo es muy importante tener una dieta equilibrada y sana, realizar actividad física y hidratarse. El tener una microbiota desequilibada puede afectar a otros sistemas como el inmunitario y conllevar a enfermedades difíciles de tratar.