Según el profesor colaborador del Máster en Nutrición y Microbiota de la Universidad de Córdoba, Rafael Guzmán García, uno de los peores hábitos que atentan contra la salud es una alimentación desequilibrada que destruye la riqueza de una microbiota..
Se habla mucho de carbohidratos saludables, de cómo son los más adecuados para el consumo habitual porque son los que liberan energía sostenida y no generan picos de glucemia. «La lógica dice que es preferible decantarse por los hidratos de carbono de asimilación lenta, también llamados celulares. Son todos aquellos que no producen un incremento rápido de glucosa en sangre -hiperglucemia- y, por tanto, no generan tampoco hiperinsulinemia», explica el experto en nutrición y psiconeuroinmunología Rafael Guzmán García.
ALIMENTOS RICOS EN CARBOHIDRATOS SALUDABLES
Los alimentos que pueden darnos esa energía de manera sostenida, tal como explica el experto en nutrición y microbiota, son raíces, verduras y tubérculos que tengan capas o círculos al partirse. Es decir, que sería recomendable comer de manera asidua zanahorias, remolacha, puerro, cebolla, nabo, lombarda, espárragos… siempre que no se trituren por completo, porque si así lo hiciésemos estaríamos destruyendo la barrera que encierra los azúcares, transformándolos en azúcar simple de fácil absorción. De ahí que los zumos, cremas y purés no se recomienden en primera instancia porque es más recomendable tomar estos alimentos de forma íntegra. «Obviamente, si tomas un zumo de limón, cuyo contenido en azúcares no es muy alto, no vas a tener mucho problema, pero si lo haces de manzana, pera o piña… el nivel de glucosa se incrementará de forma considerable en sangre y será preciso realizar cualquier actividad física intensa para contrarrestarlo», indica Rafael Guzmán García.
Muchas personas, en cambio, notan que al tomar algunos de estos alimentos no se sienten bien tras comerlos, lo que les hace pensar que es mejor no consumir este tipo de alimentos. Sin embargo, el problema no es tanto el alimento sino el estado de la microbiota. «Si eres de esas personas a las que la lechuga le genera gases y digestiones pesadas, en lo primero que tienes que pensar es en que tu microbiota no es la adecuada, ya que no metaboliza esa fibra de manera correcta», explica Rafael Guzmán García.
La solución, una vez más, es mantener una dieta variada, basada en alimentos naturales o mínimamente procesados y de temporada para aprovechar su máxima calidad nutricional. De esa manera, conseguiremos fortalecer la colonia de bacterias en el intestino que abren la puerta a una metabolización de las fuentes energéticas más provechosa y saludable.