El uso de aditivos y conservantes está cada vez más presente en este tipo de productos.
Cada vez está más en cuestión la calidad de los productos que venden los grandes supermercados. La lucha por vender más y más, junto con la producción en masa, están mermando el proceso de producción de los alimentos. Las estrategias que utilizan algunos fabricantes para combatir la inflación pasan, en muchos casos, por combinar ingredientes más baratos con la carne para producir más cantidad a un precio menor, y así conseguir ahorrar en la producción de estos productos y sacar el mayor provecho de los mismos en un mercado que cada vez contempla menos al usuario, basándose simplemente en el rédito que sacan de él.
En el último episodio de Código de barras, Fernando Bayo contó con el dietista y divulgador de nutrición Sergio Frutos, quien acaba de sacar un nuevo libro titulado Aprende a comprar, en el que explica las claves para elegir correctamente los alimentos a la hora de comprar y que sean lo más saludables posibles. Bayo le planteó a este experto en nutrición si tenía alguna fórmula para evitar la compra de estos productos cargados de aditivos, que a la larga podrían ser incluso perjudiciales para la salud, a pesar de que ahora la EFSA, el organismo encargado de la seguridad alimentaria en la Unión Europea, los apruebe.
Frutos expresó un problema que experimentan multitud de personas: «suele tirar de productos por falta de tiempo», aunque con ello esté renunciando a consumir alimentos de mayor calidad. Sin embargo, en lo que más ha incidido es en «los fiambres industriales», un alimento muy habitual en la cesta de la compra, que contiene «muchos conservantes», además de algunos «más polémicos». Pero si hay una cuestión realmente importante en este tipo de productos, es la cantidad de carne que contienen.
«Dentro de lo que es el porcentaje de carne, que es uno de los aspectos más importantes para elegir una pechuga de pavo o una pechuga de pollo en fiambre, contiene una cantidad que a veces es ridícula», explica el dietista. En ocasiones, este acompañamiento industrial lleva un «60% de carne, cuando hacerlo casero asegura un 99%», más lo que cada uno decida añadir. Pero hacerlo casero es la mejor fórmula para asegurar «la máxima calidad del producto».