Aunque la pirámide nutricional ha sido durante décadas una herramienta educativa en materia de nutrición, su enfoque puede resultar menos práctico que el del Plato de Harvard
Mercado de San Martin Ruben Plaza
Diseñado por los expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, el ya conocido como Plato de Harvard se ha convertido en una referencia global para organizar comidas saludables.
A diferencia de las dietas estrictas, esta herramienta no impone restricciones severas, sino que propone un enfoque visual y práctico para mejorar los hábitos alimenticios, priorizando alimentos frescos y equilibrados.
¿Qué es el Plato de Harvard?
El Plato de Harvard es una guía diseñada para que las personas puedan crear comidas equilibradas visualizando un plato dividido en tres partes principales:
50% vegetales y frutas
La mitad del plato debe estar compuesta por vegetales y frutas. Los vegetales, preferentemente de diferentes colores, aportan una gran variedad de nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y fibra.
Se recomienda consumir frutas enteras en lugar de zumos, debido a su mayor contenido en fibra y menor índice glucémico.
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25% hidratos de carbono
Esta sección incluye alimentos como arroz integral, quinoa, avena, batatas y otros cereales integrales.
Es fundamental evitar los productos refinados, como el pan blanco o los dulces, y optar por versiones sin aditivos. Los hidratos de carbono integrales liberan energía de forma más constante, favoreciendo un mejor control del azúcar en sangre.
25 % Proteínas
La última parte del plato corresponde a las proteínas, que pueden ser de origen vegetal (legumbres, tofu, frutos secos) o animal (carne magra, pescado, huevos).
Se recomienda priorizar el pescado y las legumbres, reducir el consumo de carne roja y evitar las carnes procesadas, como embutidos y salchichas, debido a sus efectos negativos en la salud.