La unidad especializada ubicada en Sueca registra 1.537 visitas en 2023, de las cuales el 90 % son de mujeres. El 38 % de los diagnósticos de anorexia y bulimia se concentra en edades comprendidas entre 11 y 14 años.
Los estándares de belleza casi inalcanzables que muestran día a día las redes sociales, algunas plataformas o campañas publicitarias o el uso de filtros en fotografías que nada tienen que ver con la realidad han supuesto una gran repercusión en la sociedad, sobre todo entre la población más adolescente, que, en muchos casos, transforma el cuidado de su estado físico en una obsesión con problemas muy graves. Esto puede llegar a derivar en trastornos de conducta alimentaria, que afectan negativamente la salud física y mental de las personas. Para evitar esta problemática, es importante buscar ayuda profesional lo más pronto posible.
En la comarca de la Ribera, las cifras de estos trastornos, que engloban la anorexia y la bulimia nerviosa, siguen al alza y cada vez aparecen en edades más tempranas. Según los datos proporcionados por la Unidad de Transtornos de la Conducta Alimentaria de la Ribera, con sede en el Centro Sanitario Integrado de Sueca, el 38 % de las pacientes atendidas tienen entre 11 y 14 años, seguidas del grupo de entre 15 y 18 años, que representa el 36 %. Cabe recordar que es el período en el que el cuerpo, sobre todo el de las mujeres, experimenta mayores cambios, por lo que muchas de ellas no se sienten cómodas con el reflejo que les ofrece el espejo y cuya realidad muchas veces se muestra distorsionada. En este sentido, desde el departamento lamentan que «se observa desde hace varios años una notable disminución de la edad media de las pacientes que han iniciado tratamiento por un transtorno de la alimentación». Además, los síntomas suelen ser «más graves» entre este grupo de población adolescente.
Durante el 2023, esta unidad atendió un total de 1.537 atenciones, de las cuales 259 fueron primeras visitas. Esta cifra supone un descenso del 20 % respecto al 2022, cuando se atendió un total de 2.012 visitas. Sin embargo, y según fuentes consultadas, este descenso se produjo por la falta de profesionales que pudieran cubrir las bajas de la psicóloga y la psiquiatra. «Las visitas se atascaron a mitad de año por esta ausencia, pero la demanda fue igual e, incluso, un poco superior que en años anteriores. Se atendió a todas las personas, pero con una mayor demora», señalan.
El 90 % de las pacientes fueron mujeres con edades comprendidas entre los 14 y los 45 años. De ellas, el 45 % de los diagnósticos estuvieron relacionados con la anorexia nerviosa, el 35 % se concentraron en la bulimia nerviosa y el 20 % restante no se especifica, puesto que poseen síntomas relacionados con otros trastornos.
Desde el Departamento de Salud de la Ribera reconocen que se ha producido una tendencia creciente tras la pandemia. «Durante la Covid-19 ha empezado a crecer la obsesión por la imagen y los pacientes cada vez son más jóvenes», lamentan.
Para revertir esta situación, la UTCA, que está formada por personal de psicología clínica, psiquiatría y enfermería, ofrece asistencia a las pacientes a través de consultas y terapias grupales.
Es alarmante que los trastornos alimentarios afecten cada vez a edades más tempranas, evidenciando el impacto de estándares irreales. Necesitamos urgentemente educación emocional y regulación de redes sociales.