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Por qué no se canta en la mesa ni se abre la boca al masticar. 

A lo largo de la historia el ser humano ha complicado el acto de comer, añadiendo costumbres y hábitos que se han ido expandiendo hasta nuestros días.

El por qué de nuestra manera de sentarnos, de ingerir la comida y de relacionarnos con otros comensales, está lleno de respuestas y también de interrogantes.

Para ello, comentaremos qué significa sentarse en la cabecera de la mesa, por qué no se debe cantar o porque no se debe comer con la boca abierta.

En primer lugar, hablaremos sobre el significado de sentarse en la cabecera de la mesa y quien debe hacerlo. Para responder a esta pregunta, cabe recalcar que quien debe sentarse no es escogido al azar, sino que se debe a unas reglas de protocolo. La cabecera de la mesa es una ubicación estratégica en eventos protocolarios, ya que es el lugar principal y de mayor importancia.

En general, este lugar está reservado para el anfitrión o la persona de mayor rango o jerarquía en el evento. Sin embargo, hay excepciones a esta regla. Por ejemplo en un ámbito familiar, dado el carácter patriarcal que rige en nuestra sociedad, el padre de familia o la persona que celebra una ocasión especial, ocupará ese lugar.

En segundo lugar, explicaremos por qué no se debe cantar en la mesa. Como dice el dicho: «Quien come y canta, algún sentido le falta» o esa ha sido desde hace muchos años la visión que se ha tenido sobre aquellos que realizaban esta práctica. Este hecho siempre ha sido considerado una falta de respeto hacia el resto de comensales.

En tercer lugar, comer con la boca cerrada no solo tiene una importancia en el protocolo sino que también tiene otros beneficios.  Mantener la boca cerrada mientras masticas es una cortesía social básica. Evita los ruidos desagradables y ayuda a mantener un ambiente agradable en la mesa. Pero también:

Higiene : Comer con la boca cerrada minimiza el riesgo de que se expulsen partículas de comida y saliva, lo que puede ayudar a reducir la propagación de gérmenes y mantener la limpieza.

Digestión : Masticar con la boca cerrada favorece una correcta masticación y deglución. Esto puede ayudar a la digestión, ya que los alimentos se descomponen de forma más eficaz antes de llegar al estómago.

Atención plena : cerrar la boca mientras come puede ayudarle a concentrarse en la comida, promoviendo la atención plena y permitiéndole disfrutar de los sabores y las texturas de la comida.

Prevención de la asfixia : mantener la boca cerrada puede ayudar a prevenir la asfixia al garantizar que la comida esté completamente masticada y tragada antes de tomar otro bocado.

Esta serie de hábitos, han ido construyéndose a lo largo de la historia creando un protocolo específico que garantiza el respeto hacia el resto de comensales durante una comida. Su importancia es tal, que hasta nuestros días se han seguido considerando imprescindibles y han ido pasando de generación en generación mediante la educación.


1 comentario

  1. Es interesante ver cómo las costumbres en la mesa reflejan respeto y jerarquía. No cantar ni comer con la boca abierta promueve la cortesía, mientras que masticar con la boca cerrada mejora la higiene y la digestión. Estas normas, transmitidas de generación en generación, son clave para disfrutar de la comida en armonía. ¡Un recordatorio de la importancia de la convivencia!

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