Fernando Villaverde Landa en su libro ‘La cocina española’ (Editorial Arzalia) hace un repaso por todos aquellos autores que, a pesar de haber vivido en diferentes épocas, en su legado artístico han dejado una fotografía de la gastronomía del momento.
En un libro de más de 1.000 páginas donde descubrimos los derechos y los reveses de la historia de la gastronomía en España encontramos fragmentos de obras de los escritores más importantes de la historia de la literatura España. Hacemos un repaso por algunos de estos clásicos de la literatura y su amor por la cocina.
Edad Media: Arcipreste de Hita y Jorge Manrique
De entre los autores más populares de la Edad Media en cuyos textos podemos descubrir referencias gastronómicas está El Arcipreste de Hita, como en El Libro de Buen Amor, donde podemos encontrar infinidad de referencias en cantares como Las especias, Tres caballeros, Tres ricos o Tres ladrones.
Pedro López de Ayala en Gula y tragonía, Jorge Manrique en Cebollas albarracanas y cabezuelas de ranas, o Juan de Mena en Malvada glotonía, son otros de los autores de la Edad Media que hacen referencia a la comida en sus obras y a los pecados derivados de ella.
Edad Moderna: Calderón de la Barca y Cervantes
Además de clásicos anónimos como El Lazarillo de Tormes, donde encontramos infinidad de pasajes relacionados con la comida (y la falta de ella), también descubrimos autores de renombre que han hecho un hueco a este arte en sus libros.
Un ejemplo de ello es Pedro Calderón de la Barca, con La pugna de los guisados (Mojiganga de los guisados), tal y como recoge Fernando Villaverde en su libro, Alonso de Castillo Solórzano, en Hambre y pasteles (Aventuras del Bachiller), o Miguel de Cervantes en El Quijote con pasajes como Sin milindres ni respetos, Bacalao, camarones y cangrejos, Cena en una venta o Conejo empanado con tocino.
Cabe destacar también en esta época a Luis de Góngora en Bizcochos como piedras (Érase en Cuenca lo que nunca fuera), Lope de Vega en El príncipe inocente, Francisco de Quevedo en Historia de la vida del Buscón, Santa Teresa de Jesús en El Libro de las Fundaciones, o Tirso de Molina en El Condenado.
Edad Contemporánea: de Bécquer a Lorca
De esta época destacamos autores como Gustavo Adolfo Bécquer quien Desde mi celda o en Memorias de un pavo hace referencia a la gastronomía y al gusto de comer, como también lo hizo, por ejemplo José de Espronceda en De Gibraltar a Lisboa en su Un volcán en el estómago.
Federico García Lorca dedicó a un capítulo a los mesones de Castilla en Impresiones y paisajes, Mariano José de Larra a los convites en El castellano viejo y a las fondas en La fonda nueva.
Antonio Machado también hace un repaso a la tradición culinaria en Coma usted con los dedos, de Una y no más, de la misma manera que Emilia Pardo Bazán en La Tribuna, entre otras muchas de sus obras.
Benito Pérez Galdós es otro de los escritores que más referencias culinarias tiene en su obra, donde podemos encontrar hasta 14 pasajes en sus diferentes obras dedicados a la comida, de la misma manera de Valle-Inclán trata este tema tanto en El primitivo, La corte de los milagros y Divinas palabras.
De esta manera el autor del libro hace un pequeño gran homenaje a la historia de la literatura y a cómo la gastronomía ha conquistado a todos los autores. Sean de la época que sean.
Es fascinante ver cómo autores tan diversos, desde el Arcipreste de Hita hasta Valle-Inclán, no solo reflejaron la cultura culinaria de su tiempo, sino que también utilizaron la comida para retratar aspectos sociales, morales e incluso satíricos. Esta intersección entre gastronomía y literatura enriquece ambas artes, permitiéndonos ver cómo los autores emplearon la comida para hablar de la vida misma.
El hecho de que describan las comidas y las costumbres grastrónomicas de la época, te abre la ventana a como veían ciertos aspectos de su vida y de la forma de como interpretaban sus vidas, estos me parece hermoso.