La horchata y los fartons son mucho más que simples delicias gastronómicas , forman parte de la cultura valenciana. Ahora explicare como han evolucionado a lo largo de la historia y su impacto en la sociedad valenciana .
Orígenes ancestrales
La historia de la horchata se remonta a tiempos antiguos. El cultivo de la chufa, ingrediente principal de esta refrescante bebida, tiene sus raíces en el Antiguo Egipto, donde ya se apreciaban sus propiedades nutritivas y medicinales. Sin embargo, fue durante la época de la conquista árabe de la Península Ibérica cuando la chufa encontró su hogar definitivo en las fértiles tierras valencianas3.
El nacimiento de una tradición
La elaboración de la horchata como la conocemos hoy en día se consolidó en la región valenciana, especialmente en Alboraya, que se convirtió en el epicentro de su producción. Este pequeño municipio, cuyo nombre proviene del árabe «Al-buraig» (torrecita), fue donado por el rey Jaime I al obispo de Huesca tras la Reconquista de Valencia .
Los fartons: El complemento perfecto
Aunque la horchata ya era popular por sí sola, no fue hasta mediados del siglo XX cuando surgió su inseparable compañero: el fartón. Este bollo dulce, alargado y esponjoso, fue creado específicamente para ser mojado en la horchata, elevando la experiencia gustativa a nuevas alturas.
Impacto cultural y literario
La combinación de horchata y fartons ha trascendido lo meramente gastronómico para convertirse en un fenómeno cultural: Estos productos se han convertido en embajadores de la cultura valenciana, siendo reconocidos tanto a nivel nacional como internacional. La horchata y los fartons son ahora un atractivo turístico, con horchaterías tradicionales que se han convertido en paradas obligatorias para los visitante. Han inspirado a artistas locales, como demuestra la colaboración entre Pepina Pastel y Pils Ferrer, que crearon una caja que «rezuma Valencia por los cuatro costados», representando icónicamente la horchata y los fartons. Chefs y mixólogos están incorporando estos sabores tradicionales en creaciones modernas, como el cóctel Terreta del restaurante Mamma Pazo, que utiliza horchata en su elaboración.
Preservación de la tradición
A pesar de la globalización gastronómica, la horchata y los fartons han mantenido su autenticidad. Horchaterías centenarias como Horchatería Daniel (fundada en 1949), Panach (desde 1971) y Santa Catalina (establecida en 1835) continúan elaborando estos productos de manera artesanal, preservando así el sabor y las técnicas tradicionales.
La horchata y los fartons no son solo una merienda refrescante; son un testimonio vivo de la rica historia y cultura valenciana. Su evolución a lo largo de los siglos y su capacidad para adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia los convierten en verdaderos tesoros gastronómicos. https://www.levante-emv.com/horta/2023/06/07/origen-mojar-horchata-fartones-88415268.html
Me ha interesado mucho este artículo porque hablaban de platos tradicionales que no conocía antes y recientemente tuve la oportunidad de probarlos. Además de tener un agradable sabor, me gustó saber un poco de su historia y porque se han vuelto platos emblemáticos de la región. De igual manera, el impulsar la innovación con lo tradicional y hacer colaboraciones con otros productos me parece una grandiosa idea para promocional la cultura valenciana a través de algo que disfrutamos todos, la comida 😉