El pollo es uno de los alimentos más utilizados en las cocinas españolas y hay algunos datos poco conocidos que deberíamos tener en cuenta.
Además, el pollo es un alimento del que se aprovechan casi todas las partes, como las pechugas, las alitas, los muslos o incluso sus huesos. También hay muchas formas de cocinarlo ya que se puede preparar a la plancha, guisado, frito, rebozado, hervido, relleno, para hacer caldo…
Precisamente debido a su gran popularidad existen ideas preconcebidas y mitos que hay que desmentir. De eso se ha encargado el nutricionista Pablo Ojeda a través del programa de ‘Las Mañanas’ de Kiss FM, donde suele participar como colaborador divulgando información sobre nutrición.
El primero de los consejos ha sido sobre el pollo amarillo, del que desmiente que el tener un color más amarillento es más sano: «Te cobran 5 euros más pero simplemente le han dado maíz» indica para desmontar el mito de que es más natural o saludable.
Por otra parte, también desmiente que comer la piel del pollo sea algo malo o que esta engorde mucho: «Se puede comer perfectamente. Aparte es una zona que tiene muchas proteínas, que tiene buena cantidad de grasa, pero que no tiene muchas más calorías que el pollo, unas 50-70 calorías».
Lo que nunca debes hacer con el pollo
Por último, da una información importante a la hora de cocinar el pollo. Explica que son muchas las personas que lavan el pollo antes de cocinarlo, bajo el grifo y luego secándolo con un trapo. Este último paso sería el peor, ya que la carne de ave suele tener más bacterias y estas pueden esparcirse con el trapo que le hemos pasado al pollo crudo y, si luego lo usamos para otros elementos, estas bacterias podrían ser las causantes de esos dolores de tripa que no logramos identificar de dónde vienen.
El pollo es un alimento muy versátil y accesible, pero es importante desmentir ciertos mitos, como que el pollo amarillo es más saludable o que la piel engorda significativamente.
Además del peligro de lavar el pollo crudo, ya que puede propagar bacterias si no se maneja correctamente.
Por ello es importante tomar precauciones al cocinarlo ya que asegura disfrutar de sus beneficios sin riesgos para la salud.
En mi opinión, la entrada trata un tema muy importante que a menudo pasamos por alto al cocinar pollo. El consejo sobre no lavar el pollo con un trapo es clave, ya que muchos no sabemos que eso puede propagar bacterias y causar problemas digestivos. También me sorprendió lo del pollo amarillo, siempre pensé que era más saludable, pero ahora veo que no es más que un truco de marketing. En resumen, me parece una información muy útil para evitar riesgos y mitos comunes al cocinar.
El pollo está buenísimo, pero me sorprendió lo de que lavarlo puede ser peligroso. Nunca pensé que usar un trapo para secarlo podía esparcir bacterias por toda la cocina. También está bien saber que la piel no es tan mala como dicen, ¡es lo más rico! Lo del pollo amarillo me parece un truco para cobrar más por algo que realmente no es más saludable. En resumen, hay que tener cuidado al prepararlo y no creerse todos los mitos.
Me parece interesante aprender sobre los mitos que existen en torno al pollo y cómo ciertos hábitos de cocina pueden ser perjudiciales para la salud. Es sorprendente saber que lavar el pollo antes de cocinarlo, una práctica tan común, puede ser tan peligrosa debido a la propagación de bacterias. Además, es bueno saber que el color amarillento del pollo o su piel no afectan su valor nutricional como se suele pensar. Conocer estos detalles no solo mejora nuestra seguridad alimentaria, sino que también nos ayuda a disfrutar de este alimento de manera más informada y saludable.
El pollo es uno de los alimentos que personalmente más consumo, es muy versátil y no defrauda como acopañamiento de casi cualquier plato. Ahora bien me ha sorprendido bastante que el hecho de lavar el pollo pueda ser algo tan peligroso debido a la propagación de ciertos microorganismos. En cuanto al color amarillo de la piel del pollo me parece insignificante darle más valor económico a algo que es igual de saludable. Por esta y más razones conviene que se empiece a concieniar a al población de lo que se puede estar llevando a la boca.