Inicio » alimentación y salud » Estos son los beneficios de la alimentación ecológica y BIO

Estos son los beneficios de la alimentación ecológica y BIO

Huevos de gallinas «felices y libres», tomates que huelen y saben a tomate, verduras recién cogidas de la huerta… El consumo de alimentación bio ha pasado de ser una tendencia a convertirse en un nuevo estilo de vida cada vez más habitual entre las familias que a la hora de hacer la compra valoran otros aspectos como la trazabilidad del producto o si es respetuoso con el medio ambiente.

Los hábitos de consumo han evolucionado hasta el punto que desde la ciudadanía hasta las empresas apuestan por un modelo alimentario sostenible que ponga a las personas y al planeta en el centro. 

Los alimentos bio son aquellos que provienen de la agricultura o la ganadería ecológica. «Se obtienen de una forma respetuosa con el medio ambiente, sin pesticidas ni conservantes ni fertilizantes químicos”, detalla Jasmijn de Kegel, cooperativista de Molsa y una de les propietarias de Molsa Tot Bio (Masnou). La producción de la alimentación bio se basa en métodos y procesos tradicionales optimizando los recursos naturales para conservar la esencia de los productos de la tierra.Lee también

«Al ser alimentos que no se han procesado ni llevan conservantes artificiales, mantienen todas las propiedades naturales», cuenta de Kegel, que también destaca que son más sanos porqué no llevan residuos químicos. En este sentido, la alimentación bio también es sostenible, ya que se cultiva a través de medios de producción artesanales y naturales que ayudan a reducir la contaminación del agua y el aire, entre otros.

¿Por qué es importante el certificado “ecológico»?

Ante el boom de «lo saludable», el certificado ecológico toma más relevancia que nunca. La producción agraria y la industria alimentaria deben acreditar que sus alimentos proceden de sistemas de producción ecológica certificada si quieren generar confianza al cliente, cada vez más exigente. 

Para que un alimento sea calificado como ‘ecológico’, en su fase de producción ningún elemento puede ser artificial. Es decir, en el caso de la agricultura ecológica, desde las semillas hasta el abono tienen que ser naturales; y en la ganadería no pueden aplicarse hormonas ni piensos industriales y los animales, como las gallinas, tienen que criarse al aire libre.

Las tiendas Molsa solo venden productos ecológicos certificados. «Creo que es importante remarcarlo, ya que asesoramos e informamos a nuestros clientes sobre el tipo de alimentos que están comprando, también a través de nuestra tienda online«, apunta Jasmijn de Kegel. En este sentido, los establecimientos Molsa cuentan con un proveedor 100% ecológico: Hortec, una cooperativa que lleva trabajando en el sector de productos de la huerta bio y eco desde el año 1991 y reúne agricultores de más de 10 comarcas catalanas diferentes. 

«Hortec surgió porque una serie de productores eco detectaron la necesidad de crear una red de distribución que suministrara fruta y verdura ecológica a las tiendas de alimentación», señala Núria Cantí, directora de la cooperativa, que apunta que el interés por este tipo de producto ha crecido exponencialmente en los últimos años. 

Hortec solo sirve producto fresco, ecológico, 100% responsable con el medio ambiente y con la etiqueta que garantiza la procedencia eco. «Además, intentamos que los agricultores que trabajan con nosotros tengan unas buenas condiciones y que las tiendas que proveemos tengan mucha variedad de productos, sobre todo de fruta y verdura», detalla Cantí. En este sentido, tanto Hortec como los establecimientos Molsa, priorizan el producto de temporada y proximidad, que contiene más valor nutricional y está en el momento justo de maduración, lo que permite aportar más sabor al alimento. 

El tejido industrial ecológico se abastece de agentes locales y rurales. Hortec no solo trabaja con agricultores que cultivan grandes cantidades, sino que también cuenta con la colaboración de pequeños agricultores «para que el cliente pueda escoger y tenga más variedad”.

Barcelona, capital mundial de la Alimentación Sostenible

Este 2021, Barcelona es la Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. A lo largo del año, se desarrollarán más de noventa proyectos y políticas de fomento de la alimentación sostenible que se extenderán hasta el mes de diciembre. Los mercados municipales, los restaurantes, los centros de investigación, el tejido asociativo, las cooperativas y los comedores escolares ecológicos han convertido la Ciudad Condal en la Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. En este sentido, las tiendas Molsa, repartidas por toda la ciudad y por gran parte del territorio catalán, también fomentan este tipo de alimentación gracias a su clara apuesta por los productos bio, ecológicos y sostenibles.

https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20210408/6604547/por-que-alimentacion-bio-tambien-es-sostenible-cooperativa-molsa.html


4 comentarios

  1. Me parece muy interesante cómo la alimentación ecológica ha evolucionado de ser una simple tendencia a convertirse en un estilo de vida consciente. La descripción de productos como huevos de gallinas «felices» y tomates sabrosos resalta la importancia de la calidad y el origen de los alimentos. El enfoque en la trazabilidad y el certificado ecológico muestra un compromiso real con la salud y el medio ambiente. Además, las iniciativas de Molsa y Hortec demuestran que es posible construir un modelo alimentario más ético y sostenible, priorizando lo local y lo natural. Es un cambio que beneficia tanto a las personas como al planeta.

  2. Es muy interesante ver cómo las prioridades del consumidor van cambiando con el tiempo a la hora de hacer la compra. Cuando antes se le daba más importancia al precio y cantidad del producto, ahora se le da a la manera que la obtención de este perjudica o no al medioambiente. Personalmente, me parece una práctica que sería muy útil y buena para el mundo si no fuese por la cantidad de florituras que se le han añadido al término `eco´, de manera que cuando pensamos en un producto ecológico, se nos viene a la mente a las típicas influencers enseñando productos carísimos con un paquete bonito y con el que nos aseguran poder salvar el mundo.

  3. El auge de la alimentación bio refleja una mayor conciencia sobre el impacto de lo que consumimos en nuestra salud y el medio ambiente. Elegir productos ecológicos no es solo una cuestión de bienestar personal, sino también de responsabilidad social y sostenibilidad. Es un cambio necesario hacia un modelo alimentario más respetuoso con el planeta y las futuras generaciones.

  4. Es cierto que los porductos bio son un gran avance hacia el consumo de productos naturales y la reducciónn del consumo de productos ultraprocesados. Sin embargo, creo que como toda moda que llega a la industria agroalimentaria, las empresas están abusando de la etiqueta «bio» para inflar el precio de sus productos. Porque pensémoslo bien: unos tomates que han sido hormonados para que su calibre sea más grande requieren de mayor inversión que unos que no (coste de la hormonación + riego adicional). Y si bien un mayor calibre provoca que el peso de la cosecha sea mayor, esto no compensa realmente los gastos extra. Es decir, que el coste de producir unos tomates hormonados y unos tomates naturales es el mismo. Entonces, ¿por qué deberíamos pagar más por productos «bio», si su producción cuesta lo mismo? Exactamente: porque las productoras se aprovechan de la ignorancia de los consumidores para inflar los precios con la etiqueta «bio». En definitiva, si bien los productos bio son un avance hacia un mejor futuro, es importante la concienciación de la población para que las agroalimentarias no engañen tan fácilmente a los consumidores y se vean obligadas a bajar los precios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *