Más del 60% de escolares de primaria, de entre 8 y 12 años, de las comunidades autónomas de la zona norte de España comen frente a pantallas, lo que «afecta a sus hábitos alimentarios», según la ‘Encuesta sobre Hábitos de Alimentación a Escolares de Primaria’ de la Fundación Eroski.
Según esta encuesta, «el 92% de las niñas y niños encuestados afirma que su opinión se tiene en cuenta a la hora de hacer la lista de la compra familiar», así «casi la mitad acompañan siempre a sus padres a hacer la compra (45%) y la otra mitad solo a veces». En cuanto a la cocina, «el 82% de los menores asegura colaborar, al menos ocasionalmente, en la preparación de las comidas»; aunque en el País Vasco «ese porcentaje desciende al 72%», según Martínez.
Por otro lado, «el 90% de los escolares encuestados dice realizar cinco comidas diarias», aunque, «de media, un 10% reconoce no merendar. Por otro lado, el desayuno (18%) y la merienda (25%) son las comidas que más frecuentemente realizan en soledad». El director de la Fundación Eroski ha lamentado que ese hábito «no es positivo», ya que «las comidas no solo cumplen una función nutritiva, sino también social, y la falta de compañía suele derivar en un mayor uso de pantallas».
Asimismo, el 14% reconoce pedir alimentos que ve en redes sociales o televisión. Por otro lado, el 66% de los encuestados, «que es mucho», reconoce ver la televisión mientras come, y un tercio (33%) que usa dispositivos como tabletas o videoconsolas durante las comidas, lo cual «no es recomendable» porque «afecta a los hábitos alimentarios». Este porcentaje desciende al 58% en el País Vasco, la comunidad autónoma con el índice más bajo.
Es preocupante que más del 60% de los niños de primaria coman frente a pantallas, ya que esto influye negativamente en sus hábitos alimenticios. Aunque muchos participan en hacer la compra y ayudan a preparar las comidas, el uso de dispositivos durante las comidas sigue siendo alto. Además, algunos niños comen solos, lo que fomenta aún más esta dependencia de las pantallas. Promover la conexión familiar durante las comidas mejoraría tanto su nutrición como su bienestar social.
Bajo mi punto de vista, la hora de la comida es fundamental para desconectar y pasar tiempo en familia. Es preocupante cómo los niños están cada vez más enganchados a las pantallas, y sobre todo, que un 33% de ellos coma frente a dispositivos electrónicos. Según estudios del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (CODINMA), comer ante las pantallas no solo afecta las señales de saciedad, llevando a un consumo excesivo de alimentos de manera inconsciente, sino que también puede provocar problemas digestivos, como la aerofagia.
He podido leer que estos datos alertan sobre la necesidad de mejorar la educación nutricional y promover hábitos alimentarios más saludables, especialmente en lo que respecta al uso de pantallas durante las comidas. Es positivo que los niños participen en la compra y preparación de alimentos, pero preocupa el alto porcentaje que come frente a pantallas, lo cual puede afectar negativamente su relación con la comida y la socialización durante las comidas.
Es positivo observar que la mayoría realiza cinco comidas al día, aunque preocupa el hecho de que desayuno y merienda sean frecuentemente solitarios, lo que afecta la interacción social. Además, el uso de dispositivos durante las comidas, reportado por un tercio de los encuestados, representa un desafío para fomentar hábitos alimenticios saludables y reducir la distracción.
Aunque la llegada de las nuevas tecnologías a nuestras vidas nos aportan muchas comodidades, es importante controlar su uso. No puede ser que un niño de 10 años esté comiendo mientras ve el móvil o la tablet en cambio de estar pasando el tiempo con un familiar. A mi me encantan las comidas familiares no solo por lo que se come sino porque es un momento en el que hablas con tu familia y tus amigos y te evades del mundo. Son momentos muy bonitos que no deberíamos perdernos por estar mirando el móvil. Así que es un problema que habría que evitarlo desde pequeños para no convertir eso en un mal hábito.
Es genial que se preste esta atención a este tema que cada vez crece más debido al auge de las tecnologías y a lo presentes que están en nuestra vida. Por esa misma razón, es ideal controlar esas actitudes con las pantallas porque la hora de comer o cenar es un momento ideal para dejar descansar nuestra mente y ojos de estos aparatos. Además este control debe continuar, no de forma excesiva, porque como hemos visto puede afectar en sus hábitos alimenticios, entonces hemos de alertarlos, de vez en cuando, para que mejoren esos aspectos.