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El curioso motivo por el que comemos palomitas de maíz en el cine

Es imposible no asociar cine y palomitas ya que disfrutar de una buena película mientras se disfruta del sabor salado de las palomitas de maíz es una combinación más que acertada., pero… ¿Cómo empezó todo?

El origen de comer palomitas en el cine

Los primeros en comer palomitas en el cine fueron los estadounidenses. Para conocer el origen hay que remontarse hasta octubre de 1929, más concretamente hasta el 29 de ese mes, cuando sucede el martes negro, y los valores de la bolsa de Nueva York caen de forma tal, que se produce una de las crisis más importantes de la historia de la economía moderna, el crack del 29. Más de 13 millones de personas acabaron en el paro. Por ello, el cine se convirtió en el principal medio de evasión y entretenimiento de la dura realidad porque, además, era asequible para todos los bolsillos.

El cine no valía demasiado dinero, por lo que la gente seguía acudiendo a él para disfrutar del ocio, y ahora además se compraban las palomitas de maíz antes de entrar ya que era un tentempié barato para disfrutar durante la película.

En un principio, el consumo de comida dentro de las salas seguía estando prohibido, ya que antes de estos años, las salas para las proyecciones parecían una ópera o un teatro y no se permitía comer en su interior, debido a la delicadeza de las alfombras y otros objetos decorativos. Por lo que los dueños contrataron a revisores para que comprobaran que la gente no escondiera comida y consumiera dentro de las salas, algo que enfurecía a las masas.

Pero en 1931, una mujer llamada Julia Braden vio una oportunidad de negocio. Decidió montar su propia empresa y empezar a vender palomitas dentro de las salas a cambio de darles un tanto por ciento de los beneficios a los dueños del cine. Entonces los propietarios cambiaron de opinión, vieron una oportunidad de aumentar sus ganancias, por lo que comenzaron a permitir que se consumieran palomitas dentro de los cines. No es hasta 1938 cuando los propietarios de las salas se dan cuenta de que no necesitan un intermediario como Julia para vender palomitas, si las podían producir ellos mismos y ganarse el 100% de los beneficios.

Así pues, las palomitas se unieron definitivamente con el cine tras la Segunda Guerra Mundial, donde la escasez de azúcar hizo que se potenciara el consumo de palomitas, debido a la elevada producción de maíz que había en el país y era el producto más barato. De esta manera consumir palomitas en el cine se convirtió en un hábito que arrastramos hasta hoy. 

https://www.huffingtonpost.es/sociedad/el-curioso-motivo-comemos-palomitas-maiz-cine.html


6 comentarios

  1. Me resulta interesante que este artículo señale cómo, en el pasado, el cine era un medio de evasión asequible, en contraste con la actualidad, donde sus altos precios hacen que muchas personas opten por plataformas digitales para disfrutar de películas y series. También me ha llamado la atención cómo las palomitas se integraron al cine gracias a la abundancia de maíz y cómo Julia Braden supo aprovechar esta oportunidad para obtener beneficios, aunque los dueños de los cines acabaron apropiándose de su idea.

  2. Me parece fascinante cómo las circunstancias económicas llevaron a que las palomitas se convirtieran en el snack típico del cine, creando una tradición que aún disfrutamos hoy en día y que enriquece nuestra experiencia.

  3. Me gusta este artículo porque ofrece una perspectiva interesante sobre la historia de una tradición tan común como comer palomitas en el cine. Explica cómo esta costumbre comenzó en Estados Unidos durante la Gran Depresión de 1929, cuando el cine se convirtió en una forma económica de distracción. Las palomitas, por ser un snack barato, se volvieron populares entre los asistentes. Aunque al principio los cines eran reacios a permitir comida en las salas, Julia Braden cambió las reglas del juego al llegar a acuerdos con los dueños. Con el tiempo, la popularidad de las palomitas creció, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en el clásico acompañamiento que conocemos hoy. Es una historia que muestra cómo la economía y la cultura pueden dar lugar a nuevas tradiciones.

  4. ¡Qué interesante me parece este artículo! Es increíble que un hábito tan común como comer palomitas mientras estás viendo una película provenga de la pobreza y crisis de algo que ocurrió 100 años atrás. Además los humanos siempre nos gusta hacer algo para entretenernos y, por ejemplo, en el cine a la gente siempre le gusta tener algo en las manos para comer ya sean nachos, patatas o palomitas. Menos mal que a Julia Braden se le ocurrió hacer un negocio de vender palomitas porque no se qué haría sin ellas al ver una película.

  5. Es impresionante como se origino el negocio del entretenimiento del cine y como este sirvió de evasión ante los problemas que tenían en su entorno . Y es curioso saber que las palomitas, siendo un snack barato, se transformaron en el acompañante perfecto para escapar momentáneamente de la dura realidad.

  6. Es interesante cómo las palomitas, un simple y económico snack, encontraron su lugar junto al cine en tiempos de crisis económica. Lo que comenzó como una necesidad para evadir la realidad y ahorrar, evolucionó en una tradición inseparable de la experiencia cinematográfica. Esta historia muestra cómo algo tan cotidiano puede tener raíces en momentos históricos de adaptación y oportunidad.

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