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Por qué es mejor que no te comas la comida quemada o demasiado tostada.

¿A quién no le gusta un alimento crujiente? Unas patatas fritas crujientes o ese borde tostado de una pizza? Puede ser de lo más tentador, pero lo que no siempre sabemos es que esos alimentos que tanto nos gustan pueden ser perjudiciales para nuestro organismo cuando los consumimos en exceso.

Cuando cocinamos los alimentos y los exponemos a temperaturas elevadas o los dejamos cocinar demasiado hasta que se quemen o queden muy oscuros como resultado aparecen compuestos químicos potencialmente peligrosos. Uno de los más conocidos es la acrilamida, que es una sustancia que se forma cuando los alimentos ricos en almidón, como el pan, las patatas o los cereales, se exponen a temperaturas elevadas (superiores a los 120 ºC), en métodos de cocinado como freír, hornear o asar.

La acrilamida ha sido clasificada por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) como «probablemente carcinógena» para los humanos. Te preguntarás: ¿qué significa esto? Aunque no existe suficiente evidencia científica, existen indicios que indican que el consumo prolongado y en altas cantidades puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.

Además de la acrilamida, también debemos destacar otros compuestos peligrosos, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y las aminas heterocíclicas que se forman cuando cocinamos carnes a la parrilla o cuando freímos a temperaturas muy altas. Estos compuestos también se asocian a la aparición de enfermedades crónicas, especialmente aquellas relacionadas con el aparato digestivo.

Estos componentes se forman cuando cocinamos los alimentos a temperaturas elevadas como ocurre cuando freímos o hacemos una barbacoa. Siendo los alimentos ricos en hidratos de carbono especialmente susceptibles de que se forme la acrilamida cuando se exponen a más de 120ºC y en el caso de las carnes, cuando son cocinadas a la sartén o a la parrilla generando hidrocarburos aromáticos policíclicos y aminas heterocíclicas que también son perjudiciales par la salud.

La responsable de ese color dorado, olor y sabor tan característico de los alimentos tostados es la reacción de Maillard, que ocurre ciado los azúcares y aminoácidos de calientan juntos, aportando esa textura crujiente y tan característica, como por ejemplo la del pan tostado. Pero si esta reacción se prolonga en el tiempo, es cuando pueden aparecer compuestos peligrosos como son las acrilamidas.

Un consumo esporádico de alimentos excesivamente tostados no va a tener un impacto grave sobre nuestra salud, sin embargo, un consumo prolongado de los mismos se relaciona con un mayor riesgo de cáncer, especialmente en el aparato digestivo e inflamación crónica que contribuye a la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y alteraciones del sistema nervioso.

Así pues, la forma en la que conocimos los alimentos es importante también para mantener la salud. Controlar las temperaturas, elegir alimentos tostados pero no quemados y evitar cocciones a muy alta temperatura son claves para evitar que se formen estas sustancias peligrosas y además mantener las propiedades de los alimentos.

No se trata de demonizar técnicas de cocción pero si de elegir hasta qué punto está un alimento bien hecho o nos hemos pasado de cocción. La mejor opción será siempre dorado, no tostado.

https://www.abc.es/bienestar/alimentacion/mejor-comas-comida-quemada-tostada-20240926161349-nt.html


4 comentarios

  1. Realmente no me esperaba que el simple echo de quemar la comida podía ser dañino al nivel de provocar cáncer, claro que esto debe de ser si se consumen porcentajes ingentes de acrilamida, lo cual debe de ser muy raro, no solo por que la gente no suele quemar su comida, sino también por que la gente que quema su comida no la suele comer. Es una información interesante, pero no es algo que vaya a salvarle a uno la vida.

  2. La verdad es que nunca había pensado en lo que hay detrás de esos alimentos crujientes .Es una pena que algo tan delicioso como una pizza con el borde dorado pueda tener sus riesgos. Creo que vale la pena prestar atención a cómo cocinamos; no se trata de dejar de disfrutar la comida, sino de encontrar ese equilibrio. Prefiero un pan dorado y crujiente que uno quemado. ¡Cuidar nuestra salud mientras disfrutamos de la gastronomía es clave!

  3. Estoy totalmente de acuerdo que el consumo excesivo de comida quemada o demasiado tostada puede ser perjudicial para la salud por la formación de compuestos tóxicos, por la pérdida de nutrientes y por las enfermedades que puede acarrear el consumo excesivo de alimentos quemados. Por eso creo que para mantener una alimentación saludable, es recomendable evitar cocinar los alimentos a temperaturas tan altas que los quemen o los tuesten en exceso, y así poder preservar tanto la nutrición como el sabor y reducir el riesgo para la salud.

  4. Estoy bastante de acuerdo con esta noticia pues comerte estos productos puede tener consecuencias graves para tu salud, si bien puede que no sean a corto plazo pero si pueden ser a largo plazo y algunos son bastante alarmantes como el cáncer provocado por la ingesta de alimentos quemados.

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