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El aditivo que comes a diario y deberías eliminar de tu dieta
Llevar a cabo una dieta equilibrada y saludable es esencial para nuestra salud, y muchos de los alimentos que consumimos a diario, y que pensamos que son saludables, pueden causar un gran daño para nuestra salud.
Uno de los elementos más dañinos de la comida son los aditivos, y el glutamato monosódico es uno de los más habituales.
El glutamato es un aminoácido no esencial que forma parte de las proteínas en el cuerpo humano y en muchos alimentos, pero es conocido principalmente por su uso como aditivo alimentario en forma de glutamato monosódico, un potenciador del sabor que se utiliza en alimentos procesados para realzar su sabor umami, esa sensación gustativa que se asocia con alimentos ricos y sabrosos.
El glutamato, que que se ha usado tanto en la industria alimentaria, especialmente en productos procesados, comidas rápidas y snacks, ha generado mucha polémica por sus posibles efectos negativos para la salud.
¿Por qué deberíamos evitarlo?
El glutamato en su forma natural no suele ser motivo de preocupación, ya que el cuerpo lo procesa adecuadamente. Sin embargo, el uso de glutamato monosódico como aditivo ha suscitado preocupación por sus posibles efectos negativos en la salud.
Exceso de estimulación del sistema nervioso
Se ha sugerido que el consumo elevado de glutamato monosódico podría contribuir a la excitotoxicidad, un proceso por el cual las neuronas se sobreestimulan y eventualmente se dañan o mueren. Este fenómeno ha sido vinculado, a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Aumento del apetito y obesidad
El glutamato monosódico también ha sido asociado con el aumento del apetito y la obesidad. Algunos estudios sugieren que podría alterar los mecanismos que regulan la sensación de saciedad, lo que lleva a un consumo excesivo de alimentos y, por lo tanto, a un aumento de peso.
Problemas metabólicos
El consumo regular de alimentos procesados que contienen glutamato pueden contribuir a trastornos metabólicos como la resistencia a la insulina, lo que a su vez incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Para reducir el consumo de glutamato monosódico es conveniente:
- Leer las etiquetas: Busca «glutamato monosódico» o «E621» en las etiquetas de los alimentos procesados.
- Evitar alimentos ultraprocesados: Opta por comidas frescas y preparadas en casa para reducir la ingesta de aditivos.
- Consumir alimentos ricos en glutamato natural con moderación: Aunque el glutamato natural no es problemático para la mayoría, es recomendable llevar una dieta equilibrada.
Las razones por las que tenemos antojos de comida poco saludable y qué podemos hacer para evitarlos
Resistir los antojos de comida es un desafío común para muchos de nosotros, especialmente cuando se trata de alimentos ultraprocesados ricos en grasa, azúcar y sal. Aunque todos intentamos llevar una alimentación más saludable, es difícil cumplir con nuestros objetivos, y esto tiene una explicación profunda en cómo funciona nuestro cerebro y nuestro entorno.
Los antojos de comida tienen raíces evolutivas. Nuestros cerebros se han adaptado para desear los alimentos con alto contenido calórico, ya que en tiempos antiguos estos alimentos eran escasos y muy necesarios para nuestra supervivencia. Por eso, cuando comemos alimentos ricos en grasa, azúcar o sal, nuestro cerebro activa el sistema de recompensa, liberando sustancias que nos hacen sentir placer y satisfacción. Esta respuesta natural nos hace más propensos a desearlos una y otra vez.
Hoy en día, el acceso a estos alimentos es ilimitado, y las sociedades modernas están saturadas de estímulos visuales, olfativos y sonoros que nos recuerdan constantemente la presencia de estos productos. Los anuncios publicitarios, los aromas tentadores e incluso la forma en que los alimentos están dispuestos en los estantes de los supermercados pueden desencadenar nuestros deseos. Estos estímulos pueden activar nuestros antojos, incluso cuando no tenemos hambre, haciendo que la tentación sea aún más difícil de resistir.
El estrés también juega un papel crucial en las decisiones alimentarias. Cuando estamos estresados, tendemos a buscar consuelo en la comida, eligiendo porciones más grandes, subestimando las calorías que consumimos y encontrando más gratificación al comer. Esta tendencia a buscar alimentos reconfortantes durante momentos de tensión también aumenta la dificultad para hacer elecciones saludables.
Es interesante notar que los antojos no son simplemente una necesidad general de comer, sino que son mucho más específicos. Si, por ejemplo, un anuncio te hace desear algo salado como las papas fritas, es probable que busques algo en esa misma categoría, en lugar de algo dulce como un pastel. Nuestro cerebro no solo nos impulsa a comer, sino que también nos lleva a buscar alimentos que pertenecen a categorías específicas: dulces, salados o cremosos.
Nuestros hábitos alimentarios pasados y nuestra genética también tienen un impacto importante en la forma en que manejamos los antojos. Las señales de nuestro entorno pueden ser tan poderosas que incluso si no tenemos una necesidad urgente de comer, nos vemos tentados a hacerlo. A menudo, esto se traduce en decisiones impulsivas, como cuando acabamos una bolsa de patatas fritas simplemente porque está frente a nosotros, sin pensar en el hambre real.
Aunque no podemos controlar por completo los estímulos que desencadenan los antojos, existen varias estrategias que nos pueden ayudar a manejarlos de forma más efectiva. Una de ellas es sustituir los antojos por opciones más saludables. Por ejemplo, si tienes antojo de algo salado, puedes optar por nueces ligeramente saladas, o si prefieres algo dulce, la fruta es una excelente alternativa.
Otro consejo útil es preparar tu entorno a favor de la salud. Mantén a la vista frutas y verduras frescas en casa y ten a mano otros alimentos saludables, como yogur natural o nueces. De esta manera, será más fácil tomar decisiones saludables cuando surjan los antojos. Además, evita hacer compras cuando tengas hambre. Las compras impulsivas son más comunes cuando tenemos hambre, así que planificar tus compras con antelación y seguir una lista te ayudará a evitar caer en la tentación de productos poco saludables.
También es recomendable establecer objetivos claros y alcanzables. Tener metas específicas sobre lo que deseas lograr con tu alimentación puede ayudarte a mantener el rumbo. Es importante que estas metas sean medibles y tengan un plazo determinado, lo que aumentará tu motivación para alcanzarlas. Y si alguna vez te dejas llevar por un antojo y consumes algo fuera de tus objetivos, no te castigues. Reconoce el momento, aprende de él y sigue adelante con tus intentos de mejorar.
Los antojos de comida están profundamente arraigados en nuestra evolución, nuestra cultura y nuestras emociones. Si bien no siempre podemos controlar las señales que los desencadenan, sí podemos tomar decisiones conscientes para crear un entorno que favorezca elecciones alimentarias más saludables.
Salud Pública elaboró una Guía de Alimentación complementaria para Cuidadores de niños menores de 2 años
El Ministerio de Salud Pública presenta la Guía de Alimentación complementaria para Cuidadores, que promueve pautas de alimentación saludable en niños menores de 2 años.
La Guía fue elaborada por el Área Nutrición de la Unidad Coordinadora de Programa Materno Infantil y Adolescencia de la cartera sanitaria provincial, en colaboración y consenso con equipos de profesionales especialistas en Nutrición y Pediatría.
La Población objetivo son Niños nacidos de término, de hasta 2 años de edad, que no presenten ninguna condición de salud que requiera alguna modificación particular de la alimentación.
Los primeros años de vida constituyen un período de importancia decisiva, que condiciona el máximo desarrollo del potencial intelectual y físico. Para alcanzarlo es indispensable una alimentación adecuada, que cubra sus necesidades nutricionales y afectivas, en un ambiente físico y social sano.
Para cubrir los requerimientos derivados de la alta velocidad de crecimiento propia de este período de la vida y optimizar el desarrollo, se requiere un aporte de nutrientes elevado y específico. Su desarrollo es un proceso complejo y multifactorial (biológico, psicológico, cultural y social) que impactará fuertemente sobre las preferencias alimentarias y la comensalidad de la persona.
En los primeros años los niños dependen estrechamente de las decisiones de sus cuidadores adultos y, probablemente, de la elección de alimentos que éstos hagan para ellos. Las comidas que se incorporen con mayor frecuencia en esta etapa formarán parte de los hábitos alimentarios del niño.
“Las prácticas deficientes de Lactancia y alimentación complementaria oportuna , junto con un índice elevado de enfermedades infecciosas, son causas principales de desnutrición o malnutrición en los primeros dos años de vida. Por esta razón, resulta esencial asegurar que las personas encargadas del cuidado y salud de los niños reciban orientación apropiada en cuanto a la alimentación óptima en esta etapa”, indicaron desde el Área de Nutrición.
Desde el punto de vista de la salud pública, preocupa el aumento de las patologías crónicas del adulto que, en su gran mayoría, se encuentran estrechamente relacionadas con la calidad de la alimentación y cuya prevención se inicia en los primeros momentos de la vida.
Tortilla de patatas: dónde se inventó y cuál es su origen
Se trata de un plato típico de España que poco conocen cuál es su origen
La tortilla de patatas, un emblema de la gastronomía española, esconde un origen lleno de misterio y debate. Desde la teoría navarra del general Zumalacárregui hasta los documentos extremeños de 1798, cada versión aporta riqueza cultural e histórica. Descubre cómo este humilde plato se ha convertido en un símbolo culinario universal.
La tortilla de patatas, también conocida como tortilla española, es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía española. Su sencillez y sabor han conquistado paladares en todo el mundo, pero su origen sigue siendo objeto de debate y curiosidad.
A lo largo de los años, diversas teorías y leyendas han intentado desentrañar el misterio de su creación. Desde Navarra hasta Extremadura, pasando por conventos y recetarios antiguos, cada historia aporta una pieza al rompecabezas de este delicioso manjar.
Navarra: la teoría más aceptada
Una de las teorías más populares sobre el origen de la tortilla de patatas sitúa su creación en Navarra. Según esta versión, durante la Primera Guerra Carlista en 1835, el general Tomás de Zumalacárregui buscaba un alimento nutritivo y económico para sus tropas. En su búsqueda, se encontró con una campesina navarra que, con los pocos ingredientes que tenía a mano —huevos, patatas y cebolla—, preparó la primera tortilla de patatas.
Esta historia ha sido ampliamente difundida y aceptada, en parte gracias a su sencillez y a la lógica de su contexto histórico. La necesidad de alimentar a un gran número de soldados con recursos limitados encaja perfectamente con la creación de un plato tan básico y energético. Además, esta teoría ha sido popularizada por figuras mediáticas como los «@gemelosviajeros» en TikTok, quienes han contribuido a mantener viva esta versión del origen de la tortilla.
Extremadura: un origen documentado
Otra teoría relevante señala a Extremadura como la cuna de la tortilla de patatas. El investigador del CSIC, Javier López Linage, descubrió documentos de 1798 que mencionan una especie de pan de patata, muy similar a la tortilla, que evolucionó al ser cocinado en sartén con aceite de oliva. Estos documentos atribuyen la creación a Joseph de Tena Godoy y Malfeyto y al marqués de Robledo, ambos de Villanueva de la Serena (Badajoz).
Según esta versión, la tortilla de patatas nació como una solución para enfrentar las hambrunas de la época, utilizando la patata, un ingrediente traído de América que inicialmente no fue muy apreciado en Europa. Esta teoría, aunque menos conocida, cuenta con el respaldo de documentos históricos que le otorgan una base más sólida y creíble. Además, resalta la creatividad y adaptabilidad de la gastronomía española para enfrentar tiempos difíciles.
La tortilla de patatas es un testimonio vivo de la creatividad y adaptabilidad de la gastronomía española. Aunque su origen exacto sigue siendo un misterio, las diversas teorías y leyendas que rodean su creación reflejan la riqueza cultural e histórica de España. Desde Navarra hasta Extremadura, cada región aporta su propia versión, enriqueciendo aún más la historia de este plato tan querido.
La tortilla de patatas no solo es un alimento delicioso, sino también un símbolo de la capacidad humana para transformar ingredientes humildes en verdaderas obras maestras culinarias. Al final, lo más importante es disfrutar de este manjar en buena compañía, ya sea en un bar de tapas en Madrid o en una cocina familiar en cualquier rincón del mundo.
Tortilla de patatas: dónde se inventó y cuál es su origen
La bebida que estamos dejando de tomar y tiene propiedades demasiado buenas como para dejarla ir
El abanico de bebidas disponibles ha experimentado un apogeo increíble en las últimas décadas. Desde hace algunos años ya es casi imposible entrar en un bar, pedir un té y que no tengan más que roibos, manzanilla y poleo-menta. El creciente número de personas con intolerancias alimentarias, sumado a la gran cantidad de gente preocupada por mantener una dieta más consciente, ha llevado a que el catálogo se amplíe considerablemente.
Sin embargo, esta obsesión por la comida saludable no es infalible, y algunos alimentos o ingredientes perfectamente sanos y ricos en vitaminas han sido dejados de lado por prejuicios o simples mitos. Entre ellos se encuentra una de las bebidas que había sido de las más populares en España desde hace muchísimos años, pero que últimamente estaba en retroceso.
Hablamos ni más ni menos que del verdadero rey del otoño y el mal tiempo: el chocolate caliente. Una buena taza de este espeso brebaje le hace recuperar la temperatura y sacar una sonrisa a cualquiera. Además de estar buenísimo, no es tan ‘insano’ como mucha gente piensa, de hecho, tiene una gran variedad de propiedades beneficiosas para la salud.
La confusión viene mayormente de la variedad de chocolates para fundir que incluyen excesivas cantidades de azúcar, pero la más tradicional siempre se ha caracterizado por contener mucho cacao y un ligero toque amargo por la pureza del chocolate. Mónica Herrero, miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas recordaba que un chocolate del 70% ya sería «bastante aceptable», pero que cuanto más negro mejor.
Beneficios del chocolate caliente (cacao)
- Ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades cardíacas. Los flavonoides presentes en el cacao estimulan la producción de óxido nítrico, dilatan los vasos sanguíneos y reducen la presión arterial. Además, los polifenoles son antioxidantes naturales que protegen al corazón de algunas enfermedades cardíacas.
- Previene daños cerebrales. Estos flavonoides, al mejorar la circulación sanguínea, repercuten en una mejor atención, concentración y rendimiento cerebral. Además, sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias previenen el deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento, mejorando tanto la memoria y como el aprendizaje.
- Mejora la salud de la piel. Una circulación más eficiente se traduce en que a las células les lleguen más nutrientes y oxígeno. Tanto los flavonoides como los polifenoles actúan protegiendo a las células de la piel de los llamados ‘radicales libres’, que causan signos de envejecimiento. Además, el chocolate también ayuda a protegernos de los dañinos rayos ultravioleta solares.
- Mejora el estado de ánimo. Se ha demostrado que el consumo chocolate estimula la producción natural de algunos neurotransmisores relacionados con la sensación de bienestar, como son la dopamina y la serotonina.
- Acelera el metabolismo. El cacao contiene compuestos capaces de aumentar la tasa metabólica del organismo, haciendo que quememos calorías más rápidamente y perdamos peso con mayor facilidad (si se consume con moderación).
- Mejora la digestión. Una taza de un buen chocolate caliente contiene grandes cantidades de fibra, que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y previene el estreñimiento.
La bebida que estamos dejando de tomar y tiene propiedades demasiado buenas como para dejarla ir
Electrolitos, un suplemento en auge: ¿bebida milagro o gasto innecesario?
La hidratación no es sólo beber agua. Un boom de marcas líquidas surgen para reponer los minerales, incluso entre quienes apenas sudan. Aquí sus ventajas y en qué fijarnos si optamos por envasadas
En los últimos años, el auge de los electrolitos como complemento de hidratación ha despertado un gran interés, impulsado por el mercado de bebidas funcionales y su popularidad en redes sociales. Pero ¿realmente necesitamos estos minerales en nuestra vida diaria o son solo otra moda más?
Electrolitos: minerales esenciales para nuestro cuerpo
Los electrolitos, como el sodio, potasio, calcio, magnesio y cloro, son minerales que, al disolverse en agua, generan iones con carga eléctrica. Estos cumplen funciones vitales: regulan el pH, mantienen la hidratación, permiten la contracción muscular y facilitan la transmisión de impulsos nerviosos. Aunque se pierden con el sudor y otros fluidos corporales, una dieta equilibrada debería cubrir nuestras necesidades básicas. Sin embargo, ciertas circunstancias pueden aumentar su demanda.
Un mercado en expansión
La preocupación por estilos de vida más saludables ha impulsado el crecimiento del mercado de bebidas funcionales, estimado en 50,3 mil millones de dólares en 2022. Su popularidad también se relaciona con la disminución en las ventas de refrescos azucarados y con la menor cantidad de minerales presentes en alimentos y agua, debido al desgaste de los suelos agrícolas y el estrés hídrico.
¿Cuándo son realmente necesarios?
El uso de electrolitos depende del contexto. Los deportistas, que pierden grandes cantidades de minerales durante el ejercicio intenso, son los principales beneficiados. Su consumo adecuado ayuda a prevenir fatiga, calambres y otros síntomas de deshidratación. También son útiles en enfermedades como diarrea o fiebre, donde la pérdida de líquidos es significativa, o en situaciones de calor extremo. Sin embargo, para una persona sana que no enfrenta estas condiciones, una hidratación correcta con agua y una dieta variada suelen ser suficientes.
Opciones disponibles
El mercado ofrece varias alternativas para reponer electrolitos, cada una con sus ventajas y desventajas:
- Bebidas isotónicas comerciales: diseñadas para reponer electrolitos, pero muchas contienen azúcares, edulcorantes y colorantes que no son ideales para la salud.
- Agua de mar diluida: una opción natural, rica en minerales y sin aditivos. Se puede preparar en casa de manera económica, aunque es necesario acostumbrar al cuerpo a su consumo.
- Sobres de electrolitos: prácticos y fáciles de usar, pero es importante leer las etiquetas para evitar productos con ingredientes innecesarios.
Evidencia científica
Estudios han demostrado que incluso una leve deshidratación puede afectar el rendimiento cognitivo, reduciendo la memoria, el enfoque y la capacidad de toma de decisiones. Esto subraya la importancia de mantener una hidratación adecuada no solo para el deporte, sino también para las actividades cotidianas.
Recomendaciones prácticas
Para quienes buscan opciones naturales, una mezcla de 20-25% de agua de mar filtrada con 75-80% de agua dulce y un toque de limón es una alternativa económica y efectiva. Si prefieres productos envasados, elige aquellos sin azúcares, aditivos ni colorantes, y opta por envases de vidrio para evitar microplásticos.
En conclusión, aunque el mercado de bebidas con electrolitos está en auge, su necesidad real depende de cada persona. Si llevas una vida activa, realizas ejercicio intenso o enfrentas condiciones de deshidratación, pueden ser útiles. No obstante, no son una solución mágica: mantener una dieta equilibrada, beber suficiente agua y reducir el estrés son claves para una hidratación óptima. En pocas palabras, los electrolitos son un buen complemento, pero no un sustituto de un estilo de vida saludable.
Trastornos digestivos relacionados con la ansiedad: ¿ Cómo protegerse con la alimentación?
¿Sabías que el sistema digestivo y nuestro cerebro están íntimamente conectados? Estoy segura de que en más de una ocasión, tras el consumo de algún alimento, te has podido sentir más o menos bajito de ánimos… Por ejemplo, tras el consumo de azúcar, al ser una fuente rápida de energía nos activa inmediatamente, y sin embargo, las grasas, al ser más complejas, demandan más esfuerzo de nuestro sistema digestivo para su descomposición y nos llevan a sentir un poquito más de cansancio.
Pero cuando hablamos de esta conexión, no solo lo que consumimos nos afecta a nuestro bienestar, sino también a la inversa, ya que nuestro estado mental también influye en el funcionamiento de nuestro sistema digestivo. Es lo que conocemos como el ‘eje intestino-cerebro’.
En situaciones de estrés, ansiedad o incertidumbre, el impacto en nuestra digestión es inmediato y puede derivar en sintomatología como reflujo, acidez, hinchazón, gases e incluso gastritis. Pero, ¿por qué nuestro estado mental repercute tanto en nuestra digestión?
Cuando sentimos estrés, ansiedad o estamos abrumados, nuestro cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, que afectan el ritmo de la digestión, ralentizando o acelerando el tránsito intestinal y llevando consigo síntomas como dolor abdominal, diarrea o estreñimiento. Además, el estar constantemente en tensión puede generar un estado de inflamación capaz de agravar cualquier malestar digestivo preexistente.
Entre los síntomas más comunes que vemos a diario en consulta están:
– Dolor abdominal y cólicos , Distensión y gases, hinchazón , Sensación de pesadez después de las comidas , Cambios en el ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento) , Acidez o reflujo
Y aunque por supuesto sea imprescindible un tratamiento psicológico para dar con la raíz del problema, la nutrición también es una gran aliada.
Siempre y cuando no haya una patología o alteración de salud de base, que en ese caso, te aconsejo antes que nada consultar con un profesional, algunos cambios en la alimentación pueden contribuir en una mejoría:
1. Aumenta el consumo de la fibra MAC, conocida como soluble y fermentable, ya que como no somos capaces de digerir, constituye un alimento fundamental para que nuestras bacterias puedan nutrirse y mantener una homeostasis, mejorando así la respuesta al estrés. Los puedes encontrar en la cebolla, espárragos, brócoli, alcachofa y en la patata cocinada de un día de antes (almidón resistente)
2. Incluye alimentos ricos en antioxidantes (frutos rojos, coles, cítricos), ya que ayudan a combatir la inflamación y el daño celular causado por el estrés y ricos en minerales como el magnesio, presente en frutos secos, semillas y vegetales de hoja verde, que ayuda a relajar los músculos del tracto digestivo, contribuyendo a reducir la ansiedad.
3. Evitar el consumo de alimentos irritantes como cafeína, alcohol, picante y ultraprocesados, ya que pueden irritar aún más el sistema digestivo y empeorar los síntomas.
4. Come despacio, masticando bien y en un ambiente tranquilo.
Si tras seguir estos pequeños consejos notas que los síntomas persisten o se agravan, es importante que consultes a un especialista en nutrición y salud mental. En muchos casos, una alimentación adecuada combinada con técnicas de manejo del estrés, como la meditación o el ejercicio, pueden hacer una gran diferencia.
Shilajit: qué es y para qué sirve este gran remedio ayurvédico
El shilajit, una sustancia pegajosa originaria del Himalaya, se utiliza tradicionalmente en la medicina ayurvédica. Algunos estudios científicos se han fijado ya en las propiedades de este remedio ayurveda.
El shilajit es una sustancia natural (ni mineral ni vegetal, más bien un mix de ambas) que se forma en las rocas de las montañas. De aspecto resinoso, parecido al alquitrán, es uno de los pilares de la medicina ayurvédica y otras medicinas tradicionales de Asia Central y Oriente Medio, que le atribuyen importantes beneficios para la salud, en especial como revitalizante y energizante.
Qué es el shilajit?
El shilajit (también conocido como Salajeet o Mumijo) es un exudado de color marrón negruzco procedente de las montañas rocosas del Himalaya, el Cáucaso y otras cadenas montañosas altas. Se forma a lo largo de siglos por la descomposición de ciertas plantas por la acción de microorganismos, y rezuma de las grietas de las rocas.
Es una sustancia compleja formada por diversos compuestos orgánicos e inorgánicos y se comercializa en diversos formatos: como complemento alimenticioen pasta o resina que se disuelve en agua tibia, en polvo, en cápsulas, en extracto líquido, en forma de crema…
Su composición varía en función de su origen, modo de recolección y procesamiento, pero el componente principal es siempre el ácido fúlvico (en torno al 60% al 80% del contenido). Tiene un contenido mineral del 15-20%, incluidos oligoelementos esenciales como hierro, cobre, zinc, magnesio y selenio.
Conviene adquirirlo siempre de fuentes fiables y revisar la etiqueta para ver su composición exacta.
Propiedades
El componente principal del shilajit, como hemos mencionado, es el ácido fúlvico, un compuesto natural que ayuda al cuerpo a absorber los nutrientes de manera más efectiva y que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
El shilajit es rico en nutrientes, como sales minerales y aminoácidos, así como en otros componentes orgánicos, incluidos ácidos grasos, resinas, albúminas, polifenoles, lípidos fenólicos, triterpenos, esteroles y ácidos carboxílicos aromáticos.
El shilajit se ha utilizado en la medicina ayurvédica tradicional de la India durante siglos. Se cree que mejora la vitalidad y la resistencia y suele utilizarse como energizante y para combatir el cansancio. También se considera un adaptógeno, lo que significa que puede ayudar al cuerpo a adaptarse al estrés físico y mental.
A pesar de todos estos posibles beneficios para la salud que se le atribuyen, aun no se conocen completamente sus mecanismos de acción y lo cierto es que es necesaria más investigación para confirmar su eficacia.
https://www.cuerpomente.com/salud-natural/terapias-naturales/shilajit-que-es-y-para-que-sirve_12026
Microbiota y el síndrome de la auto-cervecería
Dar positivo en el test de alcoholemia sin haber bebido alcohol
El síndrome de la auto-cervecería
Quizá te sorprenda saber que la producción de etanol endógeno ocurre en cantidades mínimas como parte de la digestión normal. En una persona sana siempre hay una pequeñísima cantidad de alcohol producida por la fermentación de las bacterias y levaduras de la microbiota intestinal. Sin embargo, cuando proliferan determinadas levaduras o bacterias en el intestino pueden producirse niveles extremos de alcohol en sangre, lo que se denomina síndrome de auto-cervecería o síndrome de fermentación intestinal. Los pacientes con este síndrome presentan signos y síntomas de intoxicación por alcohol, a menudo relacionados con una dieta rica en azúcares y carbohidratos, y el uso de antibióticos que pueden alterar el ecosistema intestinal.
Este síndrome es más frecuente en pacientes con otras enfermedades como diabetes, obesidad y enfermedad de Crohn, el síndrome del intestino corto, obstrucción intestinal o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, pero también puede ocurrir en personas sanas.
Muy raramente se diagnostica y probablemente esté infradiagnosticado. Se han identificado casos aún más raros relacionados con la actividad microbiana en la cavidad bucal y en la vejiga urinaria. El síndrome de auto-cervecería se ha relacionado con la proliferación de varias cepas de levaduras de las familias Candida y Saccharomyces, como S. cerevisiae, S. boulardii, C. glabrata, C. albicans, C. kefyr y C. parapsilosis. También se ha relacionad con cepas de las bacterias Klebsiella pneumonia, Enterococcus faecium, E. faecalis y Citrobacter freundii. Una alteración de la microbiota intestinal (disbiosis) puede permitir que estas cepas fermentadoras colonicen en exceso. Una dieta rica en carbohidratos y alimentos refinados favorece la fermentación y la producción interna de alcohol que es absorbido en el intestino delgado, que pasa a la sangre y produce los efectos de una intoxicación sin consumo de alcohol.
La producción de etanol endógeno también se ha relacionado con un polimorfismo genético particular que resulta en una actividad reducida de las enzimas involucradas en el metabolismo hepático del etanol.
El tratamiento suele ser una combinación de varias medidas. Por una parte, se pueden prescribir un ciclo o más de antibióticos o antifúngicos, siempre bajo prescripción médica (el abuso de antimicrobianos puede seguir afectando a la microbiota “normal” y generar todavía más problemas). Se recomienda modificar la dieta con un alto contenido de proteínas y un bajo contenido de carbohidratos, hasta que los síntomas desaparezcan. El azúcar se fermenta y se convierte en alcohol, y una dieta que elimine los azúcares disminuirá el alcohol fermentado en el tracto gastrointestinal. Además, se pueden recomendar suplementos con determinados probióticos que ayuden a equilibrar el microbiota intestinal, aunque sobre esto todavía no hay un protocolo concreto y consensuado.
El síndrome de auto-cervecería debe considerarse en cualquier paciente que presente un nivel elevado de alcohol en sangre y niegue insistentemente la ingestión de alcohol. Pero ojo, hay que descartar posibles trastornos psiquiátricos y el consumo encubierto de alcohol.
La nutricionista que desmiente el mito de comer arroz del día anterior: «Es mejor cuando lleva 24 horas en el frigorífico»
La nutrionista y dIetista sostiene que una dieta saludable no debe basarse únicamente en evitar ciertos alimentos, sino en elegir aquellos que proporcionen nutrientes esenciales. Retana recomienda una dieta rica en alimentos frescos y variados, como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas de calidad. Los carbohidratos complejos, como el arroz integral, deben formar parte de cada comida, acompañados de proteínas magras, como pescado o pollo, y grasas saludables provenientes de aguacates, semillas o frutos secos. Esta combinación equilibrada de macronutrientes no solo ayuda a mantener un nivel de energía constante, sino que también previene los antojos y las fluctuaciones de glucosa que a menudo conducen a la fatiga.
Una de las recomendaciones clave es beber suficiente agua a lo largo del día, ya que la hidratación también juega un papel esencial en nuestra salud y energía. La correcta ingesta de líquidos facilita el transporte de nutrientes y ayuda a que los carbohidratos, como el arroz, se metabolizan de manera eficiente.
Para las personas activas o que practican deportes regularmente, los hidratos de carbono, especialmente aquellos de bajo índice glucémico, deben ser la principal fuente de energía según Retana. Así, explica que durante el ejercicio, el cuerpo utiliza glucosa como combustible, y los carbohidratos complejos como el arroz integral proporcionan una liberación sostenida de glucosa, que evita los bajones de energía típicos de los alimentos con un índice glucémico alto.
En actividades de resistencia, como correr o andar en bicicleta, el cuerpo depende de los carbohidratos para mantener los niveles de energía. Por otro lado, en deportes de alta intensidad, como el levantamiento de pesas, las proteínas y las grasas saludables también son cruciales para la reparación y el desarrollo muscular. No es solo lo que comemos, sino cuándo lo comemos, lo que determina nuestra capacidad para rendir al máximo durante el ejercicio.
Índice glucémico: el papel del arroz en tu dieta
El índice glucémico (IG) de un alimento indica la rapidez con la que sus carbohidratos se descomponen en glucosa en el torrente sanguíneo. Los alimentos con un IG bajo, como el arroz integral o la quinoa, se digieren más lentamente, proporcionando energía de forma constante y evitando los picos de glucosa. Por el contrario, los alimentos con un IG alto, como los azúcares refinados o el pan blanco, pueden causar un aumento rápido en los niveles de azúcar en sangre, seguido de una caída brusca que provoca fatiga y ansiedad.
Así, Gabriela Retana considera como una excelente manera de reducir el impacto del arroz y otros carbohidratos en el índice glucémico cocinarlos al dente y dejarlos reposar en el frigorífico antes de consumirlos, al menos 24 horas. «Si te vas a tomar un plato de arroz es mejor que sea hecho el día anterior y que lleve en la nevera 24 horas».
Explica que de esta manera cambia la estructura del almidón, reduciendo su GI y promoviendo una liberación más lenta de glucosa. Para mejorar aún más el efecto, Retana sugiere combinar el arroz con proteínas de alta calidad, como pollo o pescado, y grasas saludables, como aguacate o frutos secos. Esta combinación favorece una digestión más lenta, manteniendo los niveles de azúcar en sangre estables