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Cine y seguridad alimentaria

Los medios audiovisuales son un excelente vehículo de transmisión de buenas prácticas de manipulación y formación básica en el campo de la seguridad alimentaria

Nadie duda de la gran influencia que los medios de comunicación audiovisuales, especialmente aquellos que van dirigidos al gran público, tienen en el comportamiento y hábitos de las personas. Tanto en el cine como en la televisión se cuidan aspectos como la seguridad vial, la preservación del medio ambiente e incluso temas sanitarios por su repercusión entre determinados segmentos de la población. Pero, ¿son los medios audiovisuales unos buenos prescriptores en seguridad alimentaria?

Hábitos aprendidos

De los medios audiovisuales aprendemos hábitos de comportamiento que determinan el nivel de seguridad alimentaria en las cocinas domésticas.

Los programas de contenido gastronómico han pasado de ser un fenómeno social a convertirse en un contenido casi obligatorio en los canales de televisión. Convivimos y aprendemos de ellos recetas tradicionales y nuevas formas de cocinar pero también hábitos y maneras de comportamiento en la cocina correctos o erróneos que determinarán en buena medida nuestro nivel de seguridad alimentaria. La gran mayoría, bien asesorados, ofrecen una adecuada imagen de lo que debe ser la seguridad alimentaria en una cocina. Y aunque su contenido no es estrictamente infantil, las encuestas muestran cómo los programas de cocina son uno de los más vistos por los pequeños de la casa, siendo en la mayoría de los casos su primer contacto con el mundo de la gastronomía.

Los anuncios son otro claro exponente de la influencia de los medios, no sólo en lo que consumimos sino en otras facetas de nuestra vida, como la manera de comportarnos o actuar en determinadas circunstancias como es el momento de manipular los alimentos.

De película

El cine actual ha acogido la gastronomía como uno de sus temas más recurrentes. Películas comerciales, tanto nacionales como internacionales, como «Sin reservas», de Scott Hicks (remake de «Deliciosa Marta», de Sandra Nettelbeck), «Fuera de carta», de Nacho G. Velilla, junto a producciones más antiguas como «American cuisine», de Jean-Yves Pitoun o «Como agua para chocolate», basada en la novela homónima de Laura Esquivel, giran en torno al mundo de los fogones. Un género que ha sorprendido por su gran aceptación entre el público tanto profesional como aficionado es el documental gastronómico, un cine más especializado y en el que se ofrece una visión realista del mundo de la gastronomía. Otras cintas con distintos argumentos recogen escenas memorables relacionadas con la cocina, es el caso de «Blade Runner» en la que se muestran unos inquietantes puestos volantes de comida asiática, o la más cercana «Todos a la cárcel» de Berlanga, en la que se elabora una peculiar paella.

Se ha criticado en repetidas ocasiones el caso de «Ratatouille», una rata cocinera, como el peor ejemplo de higiene en una cocina. En este caso debe tenerse en cuenta que se trata de una licencia cinematográfica, una ficción que responde a una historia imaginaria en la que el director ha querido situar una rata como chef de alta cocina francesa. El problema es cuando, no queriendo transgredir, se comete el error por puro desconocimiento: una escena en una cocina profesional de un restaurante supuestamente de prestigio en la que solamente un cocinero lleva un protector cubrecabeza, o en la que se manipulan alimentos con reloj, anillos y pulseras o se utilizan utensilios de madera.

Un tema de reflexión sobre el que los responsables de comunicación de cualquier medio vinculado al mundo de la gastronomía deberían dedicar unos minutos. En definitiva, los medios de comunicación audiovisuales resultan ser un excelente vehículo de transmisión de buenas prácticas de manipulación y formación básica en el campo de la seguridad alimentaria que debe ser aprovechado, especialmente si se repiten periódicamente como es el caso de los programas de cocina.

La mayoría de las películas con temática gastronómica contratan los servicios de consultores que les ilustran sobre diferentes técnicas y nomenclaturas culinarias, al igual que los programas de cocina que cuentan con personal especializado, aunque quizás los temas de seguridad alimentaria no ocupan dentro del ranking de importancia el lugar que deberían. Es por muchos conocida la triste historia de Bernard Loiseau, asesor gastronómico de «American cuisine» y cuya cocina sirvió de modelo para recrear el set de grabación de la película y que posteriormente se suicidaría ante la posibilidad de perder una estrella Michelin en su establecimiento.

https://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/cine-y-seguridad-alimentaria.html

Lecciones de cocina de ‘Ratatouille’ para estudiantes de gastronomía

La película «Ratatouille» cautiva con su historia y brinda valiosas lecciones para quienes se interesan en la gastronomía. A través del sueño de Remy de convertirse en chef, presenta principios culinarios esenciales aplicables tanto en cocinas de ficción como en profesionales. Este artículo explora estas lecciones y cómo pueden inspirar a los futuros estudiantes de gastronomía de la Universidad Anáhuac Querétaro.

La Gastrocinemia: Ratatouille

1. Cualquiera Puede Cocinar

La película enfatiza que «cualquiera puede cocinar» si tiene pasión y dedicación. Remy, el ratón protagonista, muestra que, sin importar el origen, con esfuerzo se pueden alcanzar los sueños culinarios. Esta lección es inspiradora para quienes desean adentrarse en el arte de la cocina.

2. Importancia de la Puntualidad

La puntualidad es esencial en la cocina para garantizar la calidad y fluidez del servicio. La película muestra cómo Remy y Linguini aprenden a valorar el tiempo y la precisión, cualidades importantes en cualquier entorno profesional culinario.

3. Organización en el Espacio de Trabajo

Mantener un espacio de trabajo limpio y ordenado es crucial para la seguridad y eficiencia. La chef Colette le enseña a Remy que una cocina organizada facilita el acceso a ingredientes y utensilios, mejora el rendimiento y reduce el riesgo de accidentes.

4. Influencia de la Experiencia Personal en el Sabor

Las experiencias personales pueden influir en la creatividad y percepción de sabores, como se ve cuando Anton Ego prueba el ratatouille de Remy y recuerda su infancia. La película sugiere que los recuerdos y emociones son parte esencial de la experiencia culinaria.

5. La Crítica Gastronómica

El personaje del crítico Anton Ego muestra la importancia de la crítica en la gastronomía. Aprender a recibir y usar la retroalimentación constructiva es fundamental para el crecimiento y mejora continua de un chef.

6. Creatividad y Experimentación

Remy inspira a experimentar y combinar sabores para crear platos únicos. La película alienta a los futuros chefs a salir de su zona de confort y explorar combinaciones innovadoras, algo crucial para la innovación culinaria.

7. Valor del Trabajo en Equipo

La colaboración entre Remy y Linguini destaca la importancia del trabajo en equipo en la cocina, donde la comunicación y la coordinación son esenciales para el éxito de cualquier plato.

8. Selección de Ingredientes

La calidad de los ingredientes es clave para lograr un buen platillo. Remy enseña a su hermano la diferencia entre un pan de buena calidad y otro inferior, subrayando que elegir bien los ingredientes es fundamental en la gastronomía y en la búsqueda de la excelencia.

https://queretaro.anahuac.mx/licenciaturas/blog/lecciones-cocina-ratatouille-para-estudiantes-gastronomia

El Cine y la Alimentación: Reflexiones sobre el Impacto de la Comida

Recientemente, se ha dado a conocer que una importante producción cinematográfica se encuentra en desarrollo para explorar el impacto del fast food en la sociedad moderna, una tendencia que resalta la creciente relevancia de la comida en las narrativas cinematográficas actuales. Este proyecto, que aún se encuentra en etapas tempranas, se suma a una serie de películas que han abordado el tema de la alimentación como un reflejo de las dinámicas sociales, económicas y culturales que influyen en nuestras decisiones diarias.

Películas como Supersize Me (2004), de Morgan Spurlock, o The Founder (2016), dirigida por John Lee Hancock, han evidenciado cómo la comida, especialmente la comida rápida, se convierte en un vehículo para explorar cuestiones como la salud pública, el poder de la industria alimentaria, la cultura del consumo y las preocupaciones sobre el bienestar. En estos filmes, la comida no es solo una necesidad básica, sino un símbolo que refleja las contradicciones de nuestra sociedad: la obsesión por la conveniencia, la apariencia y el consumo sin control.

El cine, como medio de expresión cultural, utiliza la alimentación para transmitir mensajes más profundos sobre la identidad social y cultural de los personajes. Desde los lujosos banquetes de El Gran Gatsby (2013) hasta las cenas más sencillas de La La Land (2016), la comida en la pantalla grande actúa como una herramienta para definir las relaciones entre los personajes, sus aspiraciones y su entorno social. De esta forma, las decisiones alimenticias reflejan no solo los gustos o costumbres de los personajes, sino también su lugar en el mundo y los valores que representan.

Lo más interesante es que, a través de la representación de la comida, el cine también nos invita a reflexionar sobre el impacto global de nuestras elecciones alimenticias. En un contexto de creciente conciencia sobre la salud, el medio ambiente y la sostenibilidad, las películas sobre comida rápida y dietas poco saludables están contribuyendo a una discusión más amplia sobre los efectos del consumo masivo y el impacto de las industrias alimentarias en la salud pública y el cambio climático.

El cine tiene el poder de moldear nuestra percepción colectiva sobre lo que comemos y cómo nos relacionamos con la comida. A través de sus historias, no solo nos muestra lo que está en nuestros platos, sino también lo que eso implica para nuestras vidas, nuestras comunidades y el planeta. En este sentido, las películas que abordan el tema de la comida rápida y la cultura del consumo están invitando a una reflexión crítica sobre nuestras prácticas alimentarias y cómo estas contribuyen a problemas como la obesidad, el maltrato animal y la contaminación.

En resumen, el cine sigue siendo una herramienta poderosa para explorar las complejas relaciones que mantenemos con la comida, desde su papel como símbolo cultural hasta su impacto en la salud y el medio ambiente. Las historias que abordan estos temas nos ofrecen la oportunidad de cuestionar nuestras decisiones y, tal vez, transformar nuestra manera de ver la comida y su papel en nuestras vidas cotidianas.

Comida y Cinema: El Doble Significado en las Obras de Chaplin y sus Contemporáneos

La comida ha sido un recurso recurrente en la historia del cine, utilizada no solo como un elemento narrativo, sino también como un símbolo cargado de significados. En la obra cinematográfica de Charles Chaplin, la comida adquiere un papel dual: es tanto un recurso cómico como un símbolo del hambre y la desesperación humana, capaz de mover al espectador entre la risa y la emoción más profunda.

Un ejemplo icónico de este uso se encuentra en La quimera del oro (1925), donde Chaplin, interpretando al entrañable Charlot, transforma el hambre en una escena inolvidable. En medio de la miseria, Charlot prepara una cena improvisada con lo único que tiene: uno de sus zapatos de cuero, cocinándolo como si fuera un festín, mientras convierte los cordones en suculentos espaguetis. Al mismo tiempo, su compañero, delirante de hambre, comienza a ver a Charlot como una gallina y trata de devorarlo. Esta mezcla de humor y tragedia es una de las marcas distintivas del estilo de Chaplin, capaz de provocar carcajadas y lágrimas en la misma escena.

Otra escena emblemática de Chaplin, imitada innumerables veces, es aquella en la que coloca dos pancitos en tenedores, simulando que son piernitas que bailan. Este simple acto, cargado de creatividad, se ha convertido en una de las imágenes más reconocibles de su filmografía.

En Tiempos Modernos (1936), Chaplin vuelve a utilizar la comida como un recurso satírico, esta vez para criticar el ritmo deshumanizante de la industrialización. En una escena memorable, su personaje es sometido a una máquina de alimentación automática diseñada para alimentar a los obreros sin que estos necesiten detenerse a almorzar. La escena es una brillante sátira sobre la alienación en el trabajo, usando la comida como un símbolo de la mecanización de la vida humana.

Pero Chaplin no fue el único maestro en dotar de significado especial a la comida en el cine. Buster Keaton también utilizó la comida como una herramienta para reflexionar sobre las luchas de clases y los patrones de consumo de la sociedad. Junto a dúos cómicos como Laurel y Hardy, la comida se convirtió en un elemento clave en sus gags, siendo la famosa «torta en la cara» un recurso que aún se utiliza en muchas comedias.

Desde una perspectiva más dramática, la comida también ha sido utilizada para representar conflictos sociales, como se ve en el clásico de Serguéi Eisenstein, El acorazado Potemkin (1925). En este film, es el mal estado de la comida lo que desencadena el motín a bordo del acorazado contra los oficiales del régimen zarista, convirtiendo un acto aislado de rebelión en un símbolo de la revolución obrera y campesina de 1905. Aquí, la comida no es solo una necesidad básica, sino también un detonante de la lucha social.

A lo largo de la historia del cine, la comida ha sido mucho más que un simple accesorio: ha sido una metáfora poderosa de la condición humana, un vehículo para el humor y la crítica social, y un símbolo cargado de emociones que resuena en el público de todas las épocas.

https://www.topia.com.ar/articulos/comida-cine

La Comida como Protagonista

Películas que Celebran la Gastronomía

Hay películas que convierten la comida en un personaje central, utilizando platos y recetas para contar historias profundas como por ejemplo:

  • «Ratatouille» (2007): Esta película animada no solo presenta una historia conmovedora sobre un ratón que sueña con ser chef, sino que también celebra la cocina francesa y el arte de cocinar.
  • «Julie & Julia» (2009): Basada en dos historias reales, esta película entrelaza las vidas de Julia Child y Julie Powell, destacando el impacto de la cocina en sus vidas y cómo la comida puede ser una forma de autoexpresión.

Documentales sobre Alimentación

Los documentales han sido fundamentales para concienciar sobre temas relacionados con la alimentación como en :

  • «Jiro Dreams of Sushi» (2011): Este documental sigue a Jiro Ono, un maestro sushi, y explora su dedicación culinaria, ofreciendo una profunda reflexión sobre el arte de hacer sushi.
  • «Food, Inc.» (2008): Este impactante documental examina el sistema alimentario estadounidense, revelando las prácticas poco éticas en la producción de alimentos y sus consecuencias para la salud

La Comida como Metáfora

En muchas películas, los alimentos se utilizan como metáforas para explorar temas más amplios:

  • «Como agua para chocolate» (1992): esta película utiliza la comida como símbolo de amor y deseo, mostrando cómo los platos pueden evocar emociones intensas.
  • «El festín de Babette» (1987): una chef francesa prepara un banquete opulento que transforma a una comunidad , simbolizando el poder de la comida para unir a las personas.

La Influencia Cultural

La representación de la comida en el cine no solo refleja las tradiciones culinarias de diferentes culturas, sino que también puede influir en ella promoviéndola y fomentándola

El cine y la alimentación están ligados. A través de historias visuales , el cine no solo nos entretiene, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la comida. Ya sea celebrando la cocina como un arte o explorando sus implicaciones sociales y culturales.https://diamondfilms.com/pe/noticia/1309-en-la-cocina-del-cine-la-comida-que-se-utiliza-en-las-pel%EF%BF%BDculas

Alimentación y cine: una larga relación

l comedor, en muchas ocasiones integrado en la cocina, ha sido durante largo tiempo el lugar más importante de la casa, en tanto en cuanto lugar de reunión y, por lo tanto, de comunicación y sociabilidad dentro de un hogar. La función principal de este espacio, comer, se convierte también en un acto social, en torno al cual puede surgir la comunicación y fluir los sentimientos. Por esta razón, el cine se ha servido de la alimentación como vía para reflejar el intercambio de afectos, pasiones, ideas o creencias.

En la obra The Cultural Flow of Food in Cinema, por ejemplo, su autor, Iommazzo, explora el papel de la comida en el cine global contemporáneo como elemento mágico de placer y conocimiento, y como poderoso catalizador de la unión de las personas y del despertar de las pasiones.

A lo largo de la historia del cine se han sucedido, por lo tanto, no sólo muchos títulos cuyo tema central es la alimentación, la gastronomía o la cocina, sino que, en muchas películas la escena más importante se desarrolla en torno a una mesa o la gastronomía es utilizada como referencia para mostrar diferencias e identidades culturales.

Desde que el 28 de diciembre de 1895 (fecha oficial del nacimiento del cine), los hermanos Lumiére proyectaron las primeras escenas de su hijo comiendo ante las cámaras e invitando al espectador a compartir su plato, el cine y la gastronomía se fundieron sin condiciones para ofrecer al espectador aromas y sabores de todos los lugares del mundo y de todos los momentos de la historia.

Puede decirse que la primera secuencia gastronómica de la historia del cine aparece en 1925, en La Quimera del Oro. En ella, Charles Chaplin logra que un zapato viejo sea un plato digno del más exigente gourmet. Sin embargo, no fue hasta bastantes años después cuando empezaron a surgir títulos en los que la alimentación era tema esencial o, por lo menos, la excusa principal y visible para mostrar otras cuestiones como sentimientos o valores. 

En esta línea, una película que impulsó el género fue El festín de Babette, estrenada en 1987 y ganadora de un Óscar a mejor película extranjera. El sentimiento fundido con la comida tan bien representado en El festín de Babette, también queda de manifiesto en dos títulos italianos: La cena, de Ettore Scola, y La grande bouffe (La gran comilona) de Marco Ferreri. Si en el primero un vulgar restaurante y su comida es el escenario ideal por el que pasan multitud de personajes curiosos (interpretados por un reparto estelar), el segundo es una obra maestra de la estridencia italiana y un clásico dentro del género gastronómico.

Sin embargo, una de las mejores escenas del cine provocador y surrealista, relacionada también con la comida, se rodaría bastantes años antes y el artífice sería un español, Luis Buñuel, que inmortalizó en Viridiana (1961) una cena mítica del cine, en la que varios pobres se dan un homenaje en torno a una mesa bien dispuesta, mientras uno de ellos les hace una de las fotografías más irreverentes de la historia del cine.

Buñuel utilizó también el recurso de la comida en El discreto encanto de la burguesía (1972), donde relata, en clave de humor e ironía, la continua imposibilidad de un grupo de burgueses por congregarse en torno a la mesa.

Igualmente, otro español también ha manifestado una profunda relación con la comida: Bigas luna. No sólo Jamón, jamón tiene marcadas referencias, sino que su filmografía está repleta de citas bastantes sabrosas.

Alimentación y cine: una larga relación – PanoramaCultural.com.co

Gastronomía hecha televisión: las 7 mejores series para amantes de la cocina

El éxito de una serie y una película, The Bear y El menú, respectivamente, ha puesto la gastronomía en lo más alto de la ficción, aunque lo cierto es que es un filón que viene de lejos, gracias a producciones como Chef’ Table que desde 2015 ha recorrido el mundo para mostrarnos, desde sus propias cocinas, a los chefs más innovadores del planeta, pero también a series aparentemente ajenas al mundo de los fogones como Sexo en Nueva York, que sin embargo nos hizo pedir Cosmopolitans en los bares y desear pasear por Manhattan para hincarle el diente a los cupcakes de Magnolia Bakery.

Tradicional o que rompe moldes, estrellas de la alta gastronomía y puestos callejeros, postres y cócteles pero también el estrés y la tensión que se vive en las cocinas se asoman a estos programas y series de Netflix, HBO, Amazon o Disney+ que te harán comer a través de la pantalla.

  • The Bear, Disney+

De ocho episodios y dirigida por Christopher Storer, The Bear cuenta la historia de Carmy Berzatto (Jeremy Allen White), un joven chef de alta cocina que vuelve a Chicago para hacerse cargo de la tienda de bocadillos de su familia, el Original Beef of Chicagoland, después de un drama familiar.

  • Chef’s Table, Netflix

Hablábamos de Chef’s Table, una de las indiscutibles en esta lista. En sus seis temporadas, la serie documental nos ha hecho viajar por el mundo y, rascando más allá de la superficie del mundo de la alta cocina, nos ha presentado a cocineros y proyectos admirables, muchos con historias ocultas que merece la pena descubrir.

  • Ugly Delicious, Netflix

También en formato documental, Ugly Delicious (dos temporadas de 12 episodios en Netflix) acompaña al chef David Chang en sus viajes por el mundo, donde con el hilo conductor de la comida reflexiona, junto a otros cocineros, activistas o artistas, sobre diferentes experiencias, tradiciones y culturas.

  • Foodie Love, HBO

Pasamos ahora a la ficción con Foodie Love. Dirigida por Isabel Coixet y estrenada a finales de 2019, esta serie de ocho episodios de menos de 30 minutos de duración con Laia Costa, reciente ganadora del Goya a la mejor actriz por Cinco Lobitos, y Guillermo Pfening como protagonistas es perfecta para darse un atracón.

Con una reseñable banda sonora, la serie que arranca con el típico “chico conoce a chica” nos sumerge en la historia de dos personajes, ambos apasionados por la gastronomía, que quedan tras contactar a través de una app y comienzan a conocerse mientras visitan restaurantes.

  • Street Food Asia, Netflix

Aunque hay series propias dedicadas a EE UU y Latinoamérica, nos quedamos con Street Food Asia, que recorre nueve países del continente para meternos en las cocinas más vibrantes de Singapur, la India, Taiwán, Tailandia o Japón, con historias tan adictivas como la de Supinya Junsuta, con una estrella Michelin para su restaurante callejero Jay Fai en Bangkok o el chef Toyo, que dirige una izakaya en Osaka pasando por el crisol de puestos callejeros del mercado de Gwangjang en Corea del Sur.

  • José Andrés y familia en España, HBO

A finales de diciembre de 2022 aterrizaba en HBO José Andrés y familia en España. De nuevo en formato viajero, el chef español, tan conocido por sus platos como por su labor humanitaria al frente de World Central Kitchen se embarca junto a sus tres hijas estadounidenses –Carlota, Inés y Lucía- pertenecientes a generación Z en un viaje por España con la misión de explorar su cocina y su cultura.

  • De la vida al plato, Amazon

No es cocinero sino actor el siguiente conductor de un programa gastronómico, De la vida al plato, en Amazon.

Juan Echanove conduce los ocho capítulos que integran la serie, estrenada en la plataforma en 2020, que cuenta la historia personal, la filosofía, la trayectoria y los platos estrella (y algún que otro secreto) tras ocho reputados restaurantes en España.

Fuente: Gastronomía hecha televisión: las 7 mejores series para amantes de la cocina (economiadigital.es)

Peliculas valiosas sobre la industria cárnica

Food Inc – Comida corporativa, EE. UU. 2008

La película muestra de manera brutal y sin rodeos la maldición del mundo actual: el consumo, que se extiende cada vez más. Expone los métodos modernos de cría y producción agrícola que responden a la gran demanda de comida rápida y alimentos procesados. Las ganancias han empezado a importar mucho más que la salud de los consumidores. El documental también nos hace ver cómo, cada día, una gran parte de la sociedad es envenenada por las grandes corporaciones alimentarias.

https://calkiemzdrowo.pl/5-dokumentow-o-zwynosci-ktore-musicie-zobaczyc

‘Ahora todos los niños quieren aprender a cocinar’

El interés de los niños por la cocina en España ha aumentado, en parte por la influencia de programas como Masterchef Junior. Este fenómeno no solo refleja una tendencia de moda, sino que conlleva grandes beneficios. Según expertos, como el psicólogo educativo Jesús Ramírez, cocinar ayuda a los niños a desarrollar habilidades como la organización y el trabajo con la memoria, además de fomentar hábitos alimenticios saludables. A medida que aprenden a seguir recetas, los niños también empiezan a comprender la importancia de elegir ingredientes saludables y a comer de forma variada, lo cual es especialmente relevante en un país donde el sobrepeso infantil sigue siendo un desafío importante.

MasterChef 3 - Web Oficial - RTVE.es

Este interés también ha cambiado sus actividades de ocio: muchos niños ahora eligen campamentos de cocina además de los tradicionales de deportes o aventuras. Según investigaciones, los niños que ayudan a preparar comida en casa tienden a hacer elecciones alimenticias más sanas. Expertos como el doctor José Manuel Moreno, de la Asociación Española de Pediatría, señalan que conocer el origen y preparación de los alimentos fomenta decisiones alimentarias conscientes y responsables.

Campamentos MasterChef

Cocinar también fortalece el vínculo familiar. Actividades como comprar ingredientes o cocinar en grupo contribuyen a mejorar tanto la alimentación como las relaciones familiares, y ayudan a los niños a desarrollar la capacidad de trabajo en equipo. Aunque la cocina implica riesgos, los especialistas recomiendan que los padres guíen a los niños al inicio, asignándoles tareas simples como batir o amasar, y poco a poco introduciéndoles en tareas más complejas bajo supervisión. Con el tiempo, esta práctica refuerza su autonomía y confianza, haciendo de la cocina una herramienta de aprendizaje y bienestar.

Imposible no llorar con los niños de MasterChef y sus abuelos

https://www.elmundo.es/salud/2015/08/31/55e40747268e3e726e8b4579.html (visitado el 14 de octubre de 2024)

El Gobierno de Reino Unido prohíbe la publicidad de comida basura en horario infantil

La única forma de ver publicidad de comida rápida en la televisión británica es después del horario de emisión infantil, como parte de la campaña del Gobierno del Reino Unido para mejorar la salud pública.

En el Reino Unido, la hora límite para emitir «material seguro para los niños» son las 21.00 horas. A partir de octubre de 2025, se incluirán en esa definición los anuncios de comida basura. También se restringirá la publicidad en línea de productos con alto contenido en grasa, sal y azúcar. 

Andrew Gwynne, ministro de Salud Pública del Reino Unido, ha confirmado que los anuncios de comida basura se añadirán a la lista de contenidos prohibidos antes de la medianoche, junto con los anuncios de juegos de azar, alcohol y preservativos. 

La idea tras la prohibición es prevenir la obesidad infantil

Estas cifras son relativamente coherentes con la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI) de la OMS entre 2018 y 2020, que encontró que en 33 países europeos, el 29% de los niños de 7 a 9 años tenían sobrepeso. 

El compromiso del recién elegido Gobierno laborista de prohibir la publicidad de comida basura antes de la llegada al agua es una continuación del plan del anterior gobierno conservador del primer ministro Boris Johnson. Sin embargo, el sucesor de éste, Rishi Sunak, retrasó el plan un mes antes de su aplicación, de 2023 a 2025.

Lord Ara Darzi, miembro independiente de la Cámara de los Lores, publicó un informe de 142 páginas el mismo día en que se anunció la política sobre la situación en la que se encuentra el NHS. 

Después de que se incumpliera la promesa de 2018 de aumentar el NHS un 3,4% anual, el servicio sanitario ha experimentado un crecimiento en términos reales de la financiación del 1%, lo que representa una «inanición de la inversión», ya que Inglaterra ha gastado casi 37.000 millones de libras (43.700 millones de euros) menos que sus homólogos desde 2010. 

El primer ministro, Keir Starmer, también ha dicho que «no habrá más dinero sin reforma» para el NHS, presentando un plan de 10 años que pretende reducir la dependencia del servicio del costoso personal de agencia a medida que crecen las listas de espera.