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La globalización del trago y la comida peruanos
La popularidad del pisco fuera del Perú está siguiendo el patrón de la gastronomía peruana. Cada vez más, el trago nacional peruano se encuentra en bares y restaurantes de las principales ciudades del mundo.
En Washington, DC, por ejemplo, el restaurante Causa Amazonia ofrece una selección de 34 piscos peruanos. Conocí recientemente a uno de los socios, Glendon Hartley, en la residencia del embajador peruano Alfredo Ferrero, quien organizó una «Noche del pisco» con numerosos invitados y varios dueños de restaurantes y bares de la capital estadounidense que sirven el trago y sus derivados cócteles.
Hartley, cuyo restaurante tiene una estrella Michelin, es hijo de inmigrantes antillanos y ha puesto el pisco también en el menú de sus otros reconocidos bares y restaurantes no peruanos. Así como ha habido un ‘boom’ de la cocina peruana alrededor del mundo, la globalización está empezando a incentivar una demanda creciente por el pisco.
El auge internacional de la gastronomía peruana ha sido impresionante y se debe tanto a la globalización como a la innovación. Según un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre la comida peruana, «hace una década solo había alrededor de 200 restaurantes peruanos en el exterior, mientras que en la actualidad hay cerca de 4.000″.
Este ‘boom’ no hubiera ocurrido sin la apertura y otras reformas económicas que implementó el Perú en los 90, que crearon la estabilidad económica y la oportunidad de innovar en este sector. El reporte del BID observa que estudiar en el exterior fue clave: «un elemento en común que tiene la mayoría de los chefs que revolucionaron la cocina peruana es que se formaron en las mejores escuelas de cocina del mundo y realizaron experiencias laborales en los mejores restaurantes del mundo».
El BID aplica un análisis económico de la innovación para decir algo simple: la experiencia que trajeron los chefs peruanos del exterior permitió que se aplicaran nuevos conocimientos a condiciones y realidades locales.
Es así como «el público peruano se encontró más que dispuesto a abrazar un nuevo mundo de comida peruana local, orgulloso, innovador y gourmet, usando una mezcla de técnicas y productos locales con las lecciones de los mejores institutos culinarios de Estados Unidos y Europa«.
Pero la verdad es que la gastronomía peruana ha sido globalizada por siglos, y su éxito se debe en gran medida a esa diversidad cultural y a la biodiversidad. Han influido las comidas y cocinas indígenas mezcladas con las españolas, italianas, japonesas, chinas y africanas. El turismo en el Perú no solo ha dado impulso al «turismo gastronómico«, sino que también ha jugado un papel en el auge internacional de la cocina peruana.
En palabras del chef Mitsuharu Tsumura del restaurante Maido, «el Perú acepta otras cocinas, no las rechaza; las integra dentro de sus recetarios». Agrega algo que es importante para muchos sectores, pero no bien apreciado por quienes estudian la innovación: «El éxito que tenga un cocinero es el éxito de todos porque nosotros no estamos pensando solo en el Perú, estamos pensando en el mundo; si a la cocina peruana le va bien, si el mundo pide cocina peruana, lo que van a faltar son cocineros. Aparte de ser amigos, nos apoyamos mutuamente porque cada uno tiene su ciclo distinto. Compartir conocimiento no es copiar; al contrario, es importante compartir los conocimientos».
En la práctica, los innovadores tienden a compartir sus conocimientos porque cada uno se enfoca en sus ventajas comparativas y al crear un sistema abierto sacan un mayor provecho. Esperemos que el ejemplo de apertura que nos han dado los chefs peruanos inspire a una creciente parte de la economía peruana.
La globalización del trago y la comida peruanos – Ian Vásquez – Libertad Digital
La Joya, tradición y excelencia del jamón ibérico, presente en Alimentación Diferente
En el corazón de Santander, la tienda gourmet Alimentación Diferente lleva más de 35 años deleitando a los paladares más exigentes. Y desde hace más de tres años, La Joya, una de las marcas más reconocidas de jamón ibérico del Sur de España, forma parte de su selección exclusiva. Con una calidad excepcional y un legado de tradición artesana, La Joya se ha convertido en un referente imprescindible en el catálogo de esta icónica tienda cántabra. Los jamones y las paletas de La Joya vienen del secadero más antiguo del municipio de Jabugo, en el pueblo de El Repilado.
«En Alimentación Diferente siempre buscamos la excelencia en los productos que ofrecemos. Nuestro compromiso con la calidad es lo que nos define», asegura Pilar del Cerro, gerente y sumiller de la tienda. «Hace años, cuando alguien en Santander hablaba de buen jamón, simplemente decía que era de Diferente. No hacía falta más». Y con la incorporación de La Joya, Alimentación Diferente refuerza esa reputación con un jamón que combina historia, innovación y sabor inigualable. Ahora los jamones y paletas de La Joya, además de disponibles en las tiendas de Diferente también lo están en su e-commerce on-line.
Según José Quitana, responsable comercial de La Joya: «Trabajar con Alimentación Diferente es siempre un placer. Compartimos la misma visión de ofrecer un producto de calidad excepcional al consumidor, basado en el respeto por la tradición y en la innovación constante».
La Joya: un producto único para un público exigente
La Joya se distingue por un proceso de selección artesanal, en el que cada pieza se escoge una a una en un secadero histórico situado en El Repilado, en el término municipal de Jabugo. Este secadero, uno de los más antiguos de la región, utiliza técnicas tradicionales en las que los maestros jamoneros regulan manualmente la temperatura de las bodegas, abriendo y cerrando las ventanas como se hacía antaño.
Para Alimentación Diferente, esta atención al detalle es un valor añadido que refuerza la calidad que los clientes esperan. «Los productos de La Joya tienen una calidad excepcional y una garantía total», destaca Pilar del Cerro. «Además, la marca ofrece un servicio integral: desde formación para nuestro equipo, hasta el mejor asesoramiento para prescribir el producto a nuestros clientes. Para nosotros, más que un proveedor, La Joya es un colaborador en el que confiamos plenamente».
Innovación adaptada a las necesidades del mercado
La Joya no solo apuesta por la tradición, sino que también se adapta a las nuevas exigencias del mercado. Para el canal horeca y tiendas especializadas como Alimentación Diferente, la marca ha desarrollado un formato innovador: platos redondos de jamón ibérico loncheado a mano y envasado al vacío en porciones de 90 gramos. Esta solución práctica no solo garantiza una presentación impecable, sino que simplifica el trabajo de los restauradores en un momento donde escasean los cortadores profesionales.
Desde la Joya apuntan que este formato es perfecto para hostelería y para quien quiera disfrutarlo en casa sin tener que cortar. Toda la comodidad y sabor; cortado a mano y envasado al vacío.
Además, La Joya sigue ofreciendo su gama completa de jamones y paletas ibéricos, que incluye las variedades 100% bellota, 50% ibérico de bellota, 50% ibérico de cebo de campo y 50% ibérico de cebo, adaptándose así a las necesidades y preferencias de un consumidor cada vez más exigente.
La FAO advierte de que la globalización ha abaratado los alimentos, pero ha potenciado los ultraprocesados
¿Qué estamos ganando y qué estamos perdiendo?
En las últimas dos décadas, la globalización ha transformado radicalmente nuestra alimentación. Los alimentos que antes eran exclusivos de ciertas regiones hoy están al alcance de casi todos, y la variedad en nuestras mesas nunca ha sido mayor. Pero este cambio no viene sin sus sombras. Un nuevo informe de la FAO, El estado de los mercados de productos básicos agrícolas de 2024, pone el foco en cómo el comercio global está remodelando lo que comemos y los efectos de esta transformación en nuestra salud.
Más comida, más opciones, más riesgos
El comercio agrícola ha crecido exponencialmente en los últimos 20 años, pasando de un valor de 400.000 millones de dólares en el año 2000 a 1,9 billones en 2022. Este boom ha permitido que más personas tengan acceso a alimentos diversos, ricos en nutrientes y más económicos. En promedio, las calorías disponibles por persona a nivel global han aumentado considerablemente, reflejando una mejora en la seguridad alimentaria.
Sin embargo, junto a esta diversidad también ha crecido el consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en grasas, azúcares y sal. Según la FAO, por cada aumento del 10% en los ingresos de un país, la demanda de ultraprocesados crece un 11%. Estos productos, aunque convenientes, están estrechamente ligados al sobrepeso y la obesidad, un problema de salud que ha crecido del 8,7% al 15,8% en adultos entre 2000 y 2022.
La paradoja de la malnutrición
Un dato alarmante del informe es que en muchos países de rentas bajas y medias, la desnutrición y la obesidad coexisten. Es decir, mientras una parte de la población carece de micronutrientes esenciales como el calcio o el zinc, otra está lidiando con las consecuencias de un exceso de calorías provenientes de alimentos ultraprocesados.
¿Dónde está el equilibrio?
La globalización no es inherentemente mala ni buena, pero nos obliga a tomar decisiones más conscientes. Ahora bien, el acceso a alimentos diversos ha reducido la desnutrición y ha mejorado la disponibilidad de nutrientes esenciales, el aumento del consumo de ultraprocesados es una clara advertencia.
Para aprovechar los beneficios de este nuevo panorama alimentario, es crucial fomentar políticas que incentiven dietas equilibradas y accesibles, y que reduzcan el consumo de productos que, aunque baratos y convenientes, no benefician a nuestra salud a largo plazo.
En resumen, el comercio global de alimentos es una herramienta poderosa. Ha traído oportunidades para mejorar la nutrición, pero también desafíos que debemos abordar. Desde nuestros hábitos de compra hasta las políticas públicas, cada decisión cuenta. ¿Qué eliges poner en tu plato hoy?
Recursos
«Muchos científicos en la industria alimentaria reconocen que diseñan los alimentos para que no podamos dejar de comerlos»
¿Deberían los alimentos ultraprocesados recibir el mismo trato que los cigarrillos? Chris van Tulleken propone un cambio radical en la salud pública
El médico y escritor británico Chris van Tulleken está generando debate con su propuesta sobre la regulación de los alimentos ultraprocesados. En su libro “Gente Ultraprocesada” y a través de diversos medios, Van Tulleken compara la industria alimentaria con la tabacalera, sugiriendo que los alimentos ultraprocesados deberían ser tratados de la misma manera que los cigarrillos debido a sus efectos nocivos sobre la salud. El infectólogo, quien ha trabajado en países de bajos ingresos y se ha especializado en enfermedades tropicales, reflexiona sobre cómo las corporaciones alimentarias controlan nuestra dieta y la creciente prevalencia de la obesidad.
A través de una investigación personal, donde decidió radicalizar su dieta solo con ultraprocesados, Van Tulleken vivió en carne propia los efectos de estos productos: cansancio, malestar y alteraciones en el sueño y el estado de ánimo. Según él, los ultraprocesados no solo son dañinos por el exceso de sal, azúcar y grasa, sino por sus aditivos y la forma en que están diseñados para ser irresistibles, creando una adicción similar a la que producen los cigarrillos.
En su entrevista con BBC News Brasil, el médico señaló que las políticas públicas actuales no están haciendo lo suficiente para frenar el consumo, y citó ejemplos de países como Chile y México, que han implementado regulaciones más estrictas. Sin embargo, advirtió que la industria alimentaria tiene un poder tan grande que cambiar este sistema requiere de medidas drásticas, como impuestos más altos, advertencias visibles en los envases y la prohibición de su venta a menores.
En definitiva, Chris van Tulleken no solo alerta sobre los peligros de los ultraprocesados, sino que también cuestiona las estructuras de poder que permiten su expansión, instando a los gobiernos a tomar acciones más contundentes para proteger la salud pública.
RECURSOS
¿Se debe tomar fruta en las comidas o fuera de ellas?
Siempre es un buen momento para ingerir una pieza de furta. Lo recomendado son 3 piezas al dia, siempre y cuando no dejemso de comer tro tipos de alimentos, que son necesarios para llevar a cabo una dieta equilibrada y saludable.
Se propone como postre en comidas y cenas, y además como integrante en desayunos, medias mañanas y meriendas.
Además las calorias que aporta la furta son las mismas independientemente de si se toman solas o acompañadas por otros alimentos.
Ahora bien, al tomarlas entre horas, favorecemos no ingerir otro tipo de alimentos con mayor contenido calórico y llegar a la siguiente comida con menor sensación de hambre, ingiriendo vitaminas y minerales, tan necesarios para nuestra salud.
En conlusión, para mantener una dieta estructurada, es necesario ingerir todo tipo de alimentos, asi como la fruta. Sin importar el momento en el que las comas.
RECURSOS
https://www.comunidad.madrid/servicios/salud/mitos-falsedades-realidades-alimentacion-nutricion
Por qué tiene tanta importancia la cocina en la serie ‘La Promesa’, ganadora de un Emmy Internacional
La gastronomía es una de las patas importantes de este producto audiovisual, que cuenta con un equipo de documentación y una persona se encarga de cocinar todos los platos que aparecen
Cuando se estrenó la bautizaron como el “Downton Abbey español”, pero tras casi dos años en antena, su reciente aterrizaje en Netflix y el Emmy Internacional con el que se ha hecho este lunes, la serie diaria de RTVE ha demostrado que va sobrada de personalidad propia. La Promesa, creada por Josep Cister Rubio, transcurre en el primer cuarto del siglo XX en un lujoso palacio del mismo nombre situado en el Valle de los Pedroches (Córdoba) y, más allá de sus laberínticas tramas, destaca por el mimo con el que tratan los aspectos culinarios de la ficción. No es de extrañar, cuando el propio Cister se define a sí mismo como “un loco de la gastronomía”. Para él, era impensable que la comida no jugara un papel fundamental.
“En ningún lugar se come tan bien como en La Promesa”, es un piropo que se repite a menudo en la serie. El secreto está en el equipo de cocina del palacio, que despierta la admiración de todo el que pasa por allí, ya sea para una simple merienda o para quedarse una temporada. Ese equipo, formado por tres de los personajes más queridos, tiene además un peso importante en las tramas. “Yo siempre digo que la cocina es uno de los pulmones que hace respirar a La Promesa. Sin la cocina, no sería lo que es”, dice Cister.
Simona es la cocinera más experimentada. Candela, su ayudante y amiga del alma. Y a ellas se une Lope, un lacayo que descubre que su vocación no está llevando bandejas, sino en los fogones y que, tras muchas peripecias, consigue trabajar en lo que le gusta, a pesar de que en La Promesa nunca antes habían tenido a un hombre en cocina. Simona y Candela ponen el sabor local y tradicional, mientras que el personaje de Lope es el que aporta una visión de lo que pasa fuera de España a nivel gastronómico, sobre todo en Francia. Él es quien introduce en palacio recetas como los éclairs, el parmentier o los volovanes.
Este peculiar trío protagoniza algunos de los momentos más divertidos, emotivos y didácticos de la serie. Porque con La Promesa se aprende, y mucho, de gastronomía española. Por ejemplo, lo que simboliza el huevo duro en un potaje de vigilia o que hay tantas variantes de la pipirrana como personas, pero también cosas más prácticas, como cuál es la mejor manera de recuperar la mayonesa cuando se corta, la ciencia que hay detrás de un buen cocido o el truco para que el arroz con leche quede bien cremoso. La ficción está plagada, además, de anécdotas históricas, como la explicación al color rojo de las puertas de las tabernas madrileñas (una forma de indicar a la gente que no sabía leer que allí se servía vino) o el guiño a que la palabra “cocreta” se recogerá algún día en el diccionario (a pesar del alcance de esta leyenda, la RAE aclara que nunca ha figurado en el diccionario académico).
Pero el protagonismo de lo gastronómico en La Promesa va más allá. Uno de los negocios familiares es una línea de mermeladas con recetas vanguardistas que logra un gran éxito y que, por supuesto, es fuente de múltiples conflictos. Nuestra ilustre gastrónoma Emilia Pardo Bazán ha salido a relucir en algunos episodios cuando a una duquesa de la zona le da por seguir sus pasos y elaborar un recetario. Y la comida ha cobrado importancia en momentos de gran peso dramático, como cuando Simona relata que unas manitas de cerdo lograron que el marqués empezara a superar la muerte de su primera esposa o cuando Lope prepara un cabritillo con trufa para homenajear a un compañero que acaba de morir, recordando que “la comida es uno de los placeres de la vida”, dice Cister.
Tampoco pierden la oportunidad de hacerle algún guiño a la actualidad. En esos meses en los que ir al súper era sinónimo de gastarse un dineral, hicieron una mención a la subida del precio de los alimentos que también tenía lugar en la España de la época en la que transcurre la serie. “Estando en la tele pública, creo que nuestra obligación es entretener y algo más. Ese algo más es siempre tener el retrovisor puesto, y estas series te permiten ver cómo hemos cambiado, para bien o para mal”, cuenta Cister.
Estos detalles son la demostración de que cuentan con un gran equipo de documentación. Diego Sandoval, del restaurante Coque, les asesoró en los inicios sobre algunos aspectos clave y, para las cosas más concretas, los guionistas se documentan con libros de todo tipo. El equipo de arte se encarga de que cada cosa esté en su sitio para sumergir al espectador en la cocina de aquella época. Para quien tenga la duda: sí, en La Promesa se come de verdad. Una persona se encarga de cocinar todos los platos que aparecen en pantalla y tienen hasta una vajilla propia con el emblema del palacio, un sueño personal de Cister, que logró cumplir hace un año. “Podrías decir ‘si esto no se ve, nunca haces un plano corto de un plato’. Pero para mí es importante cuidar los detalles, que la gente que está actuando aprecie que eso es real”, explica Cister.
Por supuesto, la comida es uno de los aspectos que más conversación generan en torno a la serie en redes sociales. “Ay, esto mi abuela lo hacía exactamente así’ o ‘Simona ha dicho que le pondría un toquecito de vinagre, así que se lo voy a poner yo también”, son solo dos ejemplos de los muchos comentarios que reciben. Hay quien les saca los colores señalando algún ingrediente o receta que está fuera de lugar, pero lo cierto es que se toman estas licencias de forma consciente, para poder reflejar un abanico culinario lo más amplio posible. “Cuando hacen pescado, por ejemplo, es algo que no sería normal en el Valle de los Pedroches, pero entendemos que La Promesa no solamente es el reflejo de ese lugar. Con el tiempo, se ha convertido en un reflejo de España”, dice Cister.
Veiganova, el obrador situado en una carretera que vende 500 empanadas al día (y envía a toda España)
El establecimiento, ubicado en Sanxenxo, lleva casi 30 años perfeccionando su receta de la elaboración gallega de la que ofrece hasta 25 variedades diferentes, entre ellas, la exitosa empanada de pulpo y queso de tetilla.
En la carretera que va de O Vinquiño a Sanxenxo, en la regional pontevedresa 504, hay un punto en el que se agolpan los coches estacionados en los laterales y una fila de personas aguarda pacientemente a las puertas de un obrador. Casi todas recogen sus pedidos encargados previamente en los que hay, principalmente, empanadas, el producto estrella de Veiganova (Vinquiño, 9 Bajo, Sanxexo). En época estival, esta panadería, comandada ahora en su totalidad por María Jesús Pérez Bea (44 años, Sanxenxo) ante la inminente jubilación de su padre, llega a despachar entre 500 y 600 unidades diarias de esta elaboración tradicional gallega que ellos, con el paso de los años, han ido mejorando hasta lograr un bocado de masa fina y ligera rellena de productos cuidadosamente seleccionados que ellos mismos cocinan.
“Tenemos una persona que se dedica solo a cocinar a diario el relleno”, cuenta Pérez Bea, a quien conocen como “Susi”, sobre uno de los secretos de las empanadas que producen. Ya es mitad de septiembre y ella y su equipo comienzan a coger aire tras la vorágine de los meses de verano en un municipio que, según datos de turismo, llega a multiplicar por siete su población durante la temporada vacacional. “En verano, el 80% de lo que despachamos son reservas”, dice, mientras confiesa que ya han conseguido poner algo de orden en el obrador, de unos 150 metros de superficie. La tienda, por el contrario, es un espacio bastante reducido en el que también venden panes y dulces típicos como la bica gallega —un bizcocho— que fabrican a diario.
La historia de Veiganova está a punto de cumplir 30 años. En 1995, el padre de Susi Pérez, Suso Pérez Torres, montó el negocio, aunque en la familia ya había tradición panadera y Susi Pérez es la cuarta generación que ha seguido en el oficio. Ella confiesa que se crio entre panes y empanadas y que tomar las riendas del obrador fue algo que surgió de manera natural. También recuerda cómo al principio, a lo largo de dos años, su madre y su padre llevaban a Madrid empanadas que después se servían en varios establecimientos. “Yo empecé a hacerlas como las hacían mis padres, pero poco a poco intenté mejorar la base”, sostiene.
En aquellos comienzos, apenas se hacían las clásicas de atún, carne y bacalao, pero ahora el catálogo asciende a unas 25 variedades poco habituales como la de lacón, grelos y chorizo “gallego”, puntualiza Pérez, o incluso dulces, como la de queso de tetilla con membrillo. La más exitosa, no duda al decirlo, es la de pulpo con queso de tetilla. “Nos ha dado mucha fama. Las clásicas se venden mucho, pero se nos conoce por las variedades diferentes”.
Preguntada por el secreto de una buena empanada, Pérez contesta sin dudar que es el relleno, que ellos hacen con ingredientes “frescos”, como la cebolla que utilizan —no es precocinada, como ocurre en muchos sitios, asegura Pérez— y “de calidad”. El pulpo que usan en su empanada estrella lo cuecen y lo pican en el propio obrador y ponerle ese mimo “da mucho sabor”. Sobre la masa, al principio la hacían con margarina, aceite, agua y harina y ahora le añaden también “huevos camperos”. “La amasamos diariamente, formamos la empanada y la horneamos durante 35-40 minutos”, describe y matiza que, para este último paso, utilizan un horno con leña de carballo y eucalipto. El resultado es una masa a medio camino entre el pan y el hojaldre.
En Veiganova no cierran en todo el año, aunque en invierno reducen su personal a la mitad. Venden las empanadas en tienda por unidades o mitades y, desde hace un tiempo, también las envían a toda España a través de la página web. “La empanada llega perfecta, envasada al vacío”, cuenta la propietaria. En el local (y online) se venden además dulces tradicionales gallegos como la bica —un bizcocho mantecoso, a 15 euros el kilo— o la larpeira (16 euros), de textura parecida a una mona o roscón pero con almíbar en el interior. “La única empanada que no vendemos por la web es la de tortilla con chorizo”, asegura, ejemplificando la variedad y originalidad de las elaboraciones.
Gastronomía y literatura, el mejor maridaje posible
En el mundo de la creatividad humana, hay dos artes que han sido inseparables desde tiempos inmemoriales: la gastronomía y la literatura
En la intersección de estas dos disciplinas, se entretejen historias de sabores, aromas y emociones que han enriquecido nuestras vidas de maneras inimaginables.
El próximo 23 de abril, en el Día Internacional del Libro, celebramos la profunda conexión entre estas dos formas de expresión cultural. Desde los banquetes descritos en las epopeyas homéricas hasta los exquisitos platos mencionados en las novelas contemporáneas, la literatura ha sido un vehículo para transmitir la pasión por la comida y la cocina.
Uno de los aspectos más fascinantes de esta relación es cómo los autores utilizan la gastronomía como una herramienta narrativa para profundizar en la caracterización de sus personajes y en la ambientación de sus historias. A través de descripciones detalladas de comidas y bebidas, los escritores pueden evocar no solo sensaciones gustativas, sino también contextos culturales y emocionales que enriquecen la trama de sus obras.
Un ejemplo clásico de esta fusión entre gastronomía y literatura es ‘Como agua para chocolate’ de Laura Esquivel, donde las recetas culinarias se convierten en metáforas de los deseos y las pasiones de los personajes. En esta novela, cada plato preparado por la protagonista está imbuido de sentimientos intensos que desencadenan eventos trascendentales en la trama.
Asimismo, la literatura ha inspirado a chefs y cocineros de todo el mundo a crear platos que rinden homenaje a obras y personajes célebres. Pero la conexión entre la gastronomía y la literatura va más allá de las páginas de un libro o los platos de un restaurante. En la cocina misma, cada receta es un relato en sí mismo, transmitido de generación en generación a través de la tradición oral o escrita. Detrás de cada ingrediente y técnica culinaria, se esconde una historia que nos conecta con nuestras raíces culturales y con las personas que nos precedieron.
En este Día del Libro, los lectores tienen la oportunidad de explorar el delicioso mundo de la literatura gastronómica. Sumergirse en las páginas de las novelas y cuentos favoritos y dejarse llevar por los aromas y sabores que despiertan en la imaginación. Como dijo el genial Jean Anthelme Brillat-Savarin, «La cocina es la base de la felicidad del hombre».
Qué es el marketing gastronómico
La competencia feroz en prácticamente todos los campos hace que el marketing y las técnicas publicitarias sean una herramienta imprescindible para cualquier empresa que quiera progresar. Al hablar de marketing gastronómico nos referimos a una estrategia de marketing que se enfoca en la promoción de productos y servicios gastronómicos para satisfacer las necesidades de los consumidores. Esta técnica se utiliza para crear y mantener una marca de alimentos y bebidas, y así aumentar las ventas y la visibilidad en el mercado. Es una herramienta fundamental para los negocios de hostelería, ya que les permite desarrollar y promocionar sus productos y servicios, mejorar su imagen y reputación, y aumentar la lealtad y la satisfacción de los clientes.
Cómo emplear el marketing gastronómico
El marketing gastronómico abarca un amplio abanico de técnicas y estrategias, desde la publicidad y la promoción en redes sociales hasta la creación de experiencias gastronómicas únicas y personalizadas. El objetivo principal de esta estrategia es atraer a los clientes y fidelizarlos, así como mejorar la rentabilidad y el rendimiento del negocio. El marketing gastronómico también puede ayudar a las empresas a identificar nuevas oportunidades de mercado y a desarrollar productos y servicios que se ajusten mejor a las necesidades de los consumidores.
Una de las claves que se buscan con el marketing gastronómico es la diferenciación. En un mercado tan competitivo como el de la gastronomía, es importante destacar y ofrecer algo único y diferente que atraiga a los clientes y los haga volver. Esto puede lograrse a través de la creación de una marca sólida y reconocible, el desarrollo de una imagen, e incluso con un estilo de servicio únicos. También con la innovación en la oferta de productos y servicios, y la creación de experiencias gastronómicas inolvidables.
Otra de las claves del marketing gastronómico es la calidad. Los consumidores de hoy en día son cada vez más exigentes y están dispuestos a pagar más por menús en los que destaque la calidad de los productos. Por lo tanto, es importante que las empresas se centren en ofrecer productos y servicios de alta calidad, utilizando ingredientes frescos y de temporada, y ofreciendo un servicio excepcional. Esto puede ayudar a crear una base de clientes leales y atraer nuevos clientes que buscan una experiencia gastronómica superior.
Entender las tendencias novedosas del mercado
Por otro lado, el marketing también puede ayudar a las empresas a aprovechar las tendencias del mercado y las oportunidades de crecimiento. Por ejemplo, muchas empresas están aprovechando la creciente demanda de alimentos y bebidas saludables, ofreciendo opciones vegetarianas y veganas, opciones sin gluten y opciones bajas en calorías. También hay una creciente demanda de alimentos y bebidas étnicos y exóticos, y las empresas que se especializan en estos productos pueden aprovechar esta tendencia para aumentar su visibilidad y atraer a nuevos clientes.
En resumen, podemos decir que el marketing gastronómico es una estrategia clave para los negocios de hostelería que buscan aumentar sus ventas, mejorar su imagen y reputación, y crear una base de clientes fieles. Para lograr esto, las empresas deben centrarse en la diferenciación y la calidad, ofrecer productos y servicios únicos y de alta calidad, y aprovechar las tendencias del mercado y las oportunidades de crecimiento. Si se hace correctamente, el marketing gastronómico puede ayudar a las empresas a lograr el éxito en un mercado altamente competitivo.
https://www.estudiahosteleria.com/blog/gastronomia/que-es-el-marketing-gastronomico
Frutas de proximidad: alimentos que contribuyen a tu salud y la ‘salud’ de tu entorno
El naranja de mandarinas y calabazas llega para quedarse hasta la primavera. El amarillo del plátano, siempre presente en el frutero. El verde de la chirimoya reclama su sitio… Llega diciembre y, como en cada época del año, el consumo de frutas de temporada y cercanía no sólo es sinónimo de sabor y calidad, sino también de responsabilidad social, económica y medioambiental.
Cuando el campo y la despensa se acercan, todos ganamos. En un contexto en el que, en España, el consumo de fruta se encuentra en continuo descenso (-8,4% en los últimos 5 años, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) y el sobrepeso y la obesidad afectan a un 60% de los adultos y un 40% de los niños, es fundamental concienciar a la población sobre la importancia de unos buenos hábitos alimenticios que impliquen el consumo de fruta fresca de origen español y europeo.
El consumo de fruta de cercanía, además de contribuir a nuestra salud, es garantía de sabor y calidad, siendo alimentos producidos de acuerdo con los altos estándares europeos. Unos criterios que también deben cumplirse en materia social y medioambiental, y a los que se une también la reducción de los desplazamientos y el transporte, haciendo todo esto que el consumo de fruta de proximidad contribuya al desarrollo de nuestro sector agroalimentario, a la economía local y al cuidado del planeta.
Una decisión que enriquece nuestra dieta y es un compromiso real con el entorno. Por ese motivo, iniciativas como el programa Proper Diet, desarrollado por Plátano de Canarias y la Asociación 5 Al Día, y financiado por la Unión Europea, trabaja por promover hábitos equilibrados y responsables en torno a la alimentación.
El plátano, aliado para la economía, empleo y sostenibilidad en Canarias
El plátano de Canarias es sin duda ejemplo del impacto positivo que tiene apostar por el producto de proximidad. Con más de 7.000 productores, el sector genera en Canarias más de 9.000 empleos directos y hasta 5.000 empleos indirectos dedicados a las actividades de cultivo, manufactura y exportación. Su cultivo supera las 8.500 hectáreas en las siete islas y aporta, cada año, más de 500 millones de euros. Unas cifras que indican que el plátano es algo más que un elemento imprescindible en nuestra dieta: es un pilar de la economía y el empleo del Archipiélago.
También, un actor fundamental para el cuidado del territorio. Y es que, si se compara con otras producciones, el Plátano de Canarias destaca por su bajo impacto medioambiental. En 2022, la Asociación de Organizadores de Productores de Plátanos de Canarias renovó el Certificado AENOR de Huella de Carbono de CO2 Calculado, que certifica que el cultivo del plátano emite 120,71 gramos por kilo durante todas las etapas del ciclo de vida del producto, una cifra de emisiones que, en solo una década, el sector redujo en un 50%. Pero, además, su cultivo es un sumidero de carbono en las Islas, porque capta más CO2 .de la atmósfera del que genera: hasta -76,26 gramos de CO2/kg por plátano.
Al impacto sostenible se suma el social. En pueblos como Tijarafe, Fuencaliente, Puntallana o San Andrés y Sauces, en la isla de La Palma, más del 30% del empleo depende de su cultivo. En sitios como Barlovento pasa del 50% y en Tazacorte, del 75%. Los últimos cálculos oficiales de impacto de la actividad en 2023, estiman que los salarios pagados a los trabajadores generan una masa salarial bruta de más de 186 millones de euros en Canarias. Si se suma el empleo indirecto y la actividad del transporte, la maquinaria, el cartón, los abonos o combustibles, entre otros insumos, se alcanza un total de ingresos superior a 169 millones de euros.
En las Islas Canarias, el cultivo y la exportación del plátano tiene muchos significados. Si en Japón hay una leyenda que asegura que un hilo rojo une a determinadas personas, en Canarias ese hilo sería amarillo por este producto de proximidad fundamental que sostiene pueblos, origen de costumbres y da sentido a tradiciones locales. Además, previene la despoblación y mueve la economía local. Por eso, conviene no olvidarlo: si el campo y la despensa se acercan, todos ganamos.
https://www.elmundo.es/uestudio/2024/11/27/6746d353fdddffcc9e8b4594.html