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El chef del mar descubre un cereal marino con categoría de ‘superalimento’
Ángel León ha conseguido cultivar y cosechar la Zostera marina, que puede constituir un nuevo ingrediente llamado a revolucionar la alimentación por su enorme versatilidad.
De revolucionario puede considerarse el hallazgo de Ángel León, el denominado ‘chef del mar’, que atesora cuatro estrellas Michelín entre sus restaurantes gaditanos de Aponiente (El Puerto de Santa María) y Alevante (Chiclana). Y es que el prestigioso cocinero, tras cuatro años de investigación ha dado a conocer el descubrimiento de un cereal marino, un nuevo alimento.
De momento, según afirma León en una entrevista con EFE, el principal logro ha sido cultivar, en dos hectáreas y media de un estero de la Bahía de Cádiz, y cosechar este alimento que puede marcar un antes y un después en gastronomía. «Es un nuevo camino que se abre para el mundo», asegura.
Hace unos tres años, a 14 metros de profundidad, hallaron una planta «que parecía una espiga con un grano, un cereal». Se trataba de la planta acuática llamada Zostera marina, una fanerógama marina, de las que en Europa tan sólo existen cuatro tipos diferentes y que está en peligro de extinción. Asegura que aún no ha pensado cómo la va a cocinar, aunque ya ha comprobado que es «muy interesante a nivel gastronómico».
A medio camino entre el arroz y la quinoa, es un producto versátil que incluso podría utilizarse para hacer harina, y con ella pan o pasta.
Superalimento: propiedades del ‘cereal marino’
- En estudios comparativos respecto al arroz común y otro tipo de cereales cultivados en tierra como la cebada, el trigo, la avena o el maíz, se ha determinado que contiene mayor cantidad de proteínas de alta calidad (un 13 %), hidratos de carbono (82 % de los cuáles más de un 50 % es almidón), menos de un 2 % en grasas (vegetales), así como vitaminas A y E que ningún otro tipo de cereal poseen o altas concentraciones de vitaminas del grupo B.
- Además cuenta con ácidos grados como omegas 3 y 6, aminoácidos no existentes en cereales comunes, minerales e incluso una importante proporción de glucosa.
Un cultivo sostenible
Su cultivo está también llamado a beneficiar la salud del planeta, por las propiedades de la Zostera marina como regenerador de hábitats y por su potencial para que su cultivo sea un medio de restaurar humedales costeros y praderas marinas, los sumideros de carbono más eficaces de la Tierra.
El cultivo del «cereal marino» tiene menos necesidades y requerimientos técnicos y económicos que otros cereales comunes y es más productivo ya que es una planta perenne, por lo que no es necesario resembrarla cada temporada. La estimación de rendimiento en estado silvestre es de 5 a 7 toneladas por hectárea, similar a la producción de otro tipo de cereales. Además, no requiere pesticidas debido a que no hay plagas, no sufre de enfermedades conocidas ni requiere abonos.
La horchata y los fartons: Dulces embajadores de la cultura valenciana.
La horchata y los fartons son mucho más que simples delicias gastronómicas , forman parte de la cultura valenciana. Ahora explicare como han evolucionado a lo largo de la historia y su impacto en la sociedad valenciana .
Orígenes ancestrales
La historia de la horchata se remonta a tiempos antiguos. El cultivo de la chufa, ingrediente principal de esta refrescante bebida, tiene sus raíces en el Antiguo Egipto, donde ya se apreciaban sus propiedades nutritivas y medicinales. Sin embargo, fue durante la época de la conquista árabe de la Península Ibérica cuando la chufa encontró su hogar definitivo en las fértiles tierras valencianas3.
El nacimiento de una tradición
La elaboración de la horchata como la conocemos hoy en día se consolidó en la región valenciana, especialmente en Alboraya, que se convirtió en el epicentro de su producción. Este pequeño municipio, cuyo nombre proviene del árabe «Al-buraig» (torrecita), fue donado por el rey Jaime I al obispo de Huesca tras la Reconquista de Valencia .
Los fartons: El complemento perfecto
Aunque la horchata ya era popular por sí sola, no fue hasta mediados del siglo XX cuando surgió su inseparable compañero: el fartón. Este bollo dulce, alargado y esponjoso, fue creado específicamente para ser mojado en la horchata, elevando la experiencia gustativa a nuevas alturas.
Impacto cultural y literario
La combinación de horchata y fartons ha trascendido lo meramente gastronómico para convertirse en un fenómeno cultural: Estos productos se han convertido en embajadores de la cultura valenciana, siendo reconocidos tanto a nivel nacional como internacional. La horchata y los fartons son ahora un atractivo turístico, con horchaterías tradicionales que se han convertido en paradas obligatorias para los visitante. Han inspirado a artistas locales, como demuestra la colaboración entre Pepina Pastel y Pils Ferrer, que crearon una caja que «rezuma Valencia por los cuatro costados», representando icónicamente la horchata y los fartons. Chefs y mixólogos están incorporando estos sabores tradicionales en creaciones modernas, como el cóctel Terreta del restaurante Mamma Pazo, que utiliza horchata en su elaboración.
Preservación de la tradición
A pesar de la globalización gastronómica, la horchata y los fartons han mantenido su autenticidad. Horchaterías centenarias como Horchatería Daniel (fundada en 1949), Panach (desde 1971) y Santa Catalina (establecida en 1835) continúan elaborando estos productos de manera artesanal, preservando así el sabor y las técnicas tradicionales.
La horchata y los fartons no son solo una merienda refrescante; son un testimonio vivo de la rica historia y cultura valenciana. Su evolución a lo largo de los siglos y su capacidad para adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia los convierten en verdaderos tesoros gastronómicos. https://www.levante-emv.com/horta/2023/06/07/origen-mojar-horchata-fartones-88415268.html
De Madrid a Vigo: el pan de muerto mexicano conquista a los obradores españoles
Cocineros y reposteros mexicanos contribuyen a la expansión de este dulce tradicional de masa similar al roscón de reyes y que cada vez se comercializa en más establecimientos de España.
“Es redondo porque su forma representa el ciclo de la vida y los huesos se ponen en cruz, señalando los puntos cardinales”, explica Sandy Zamarripa, repostera en Doble Uve, en Madrid. En el pan de muerto nada se deja al azar y así lo refleja el trabajo de esta mexicana, que bolea las “cabezas” de los panes, mientras Paloma Silvestrin, una de las socias del obrador, las coloca cuidadosamente en el centro del bollo, para después aplastarlos ligeramente en un intento de que se caigan durante el horneado. “Si no lleva cráneo, no es pan de muerto”, añade Zamarripa. Ella es la culpable de que este establecimiento haya adoptado esta tradición mexicana vinculada al Día de los Muertos y que también es cada vez más habitual en los obradores y pastelerías españolas. “Hemos llegado a despachar 120 en un día”, añade.
Este dulce, de masa brioche y exterior goloso gracias al rebozado en mantequilla y azúcar, se consume principalmente en México el 1 de noviembre, el Día de Muertos. Es entonces cuando no solo forma parte de las mesas familiares, sino también de los altares de ofrendas a los difuntos. “El agua de azahar que lleva la masa representa el aroma floral que queremos ofrecerles para que vengan a visitarnos”, cuenta Zamarripa, sobre su costumbre favorita. “Festejamos la vida de los que ya no están con nosotros”, añade. Cuando ella comenzó a elaborarlo en España, hace ya algunos años, “nadie vendía pan de muerto” y aún recuerda que cuando los promocionó en sus redes sociales “fue la locura”. En Doble Uve, donde los venden a 3,50 euros, comenzaron el año pasado a ofrecerlos y aunque al principio tenían tirón mayormente entre clientes mexicanos, ahora con cada vez más los españoles que los compran. Los elaboran a diario con masa de fermentación lenta hecha con mantequilla, leche, huevos frescos, sal, azúcar, ralladura naranja y agua de azahar y, una vez horneados, se finalizan pintándolos con mantequilla algo derretida y rebozándolos en azúcar blanco con canela.
Aunque con sutiles variaciones, la técnica utilizada varía de un obrador a otro. En la cadena de Pastelería Mallorca, por ejemplo, los huesos y el cráneo son de una masa diferente a la del bollo en sí, “una masa más dura, menos enriquecida con mantequilla”. Así lo explica Pablo Moreno, uno de los responsables de la marca, que cuenta con 9 locales en Madrid, uno en Tokio y otro en Ciudad de México. Fue durante la apertura de este último, cuando aprendieron hacerlo y decidieron introducirlo en sus locales en España, aromatizándolo en este caso con anís, además de con agua de azahar. “Hemos ido ampliando la campaña porque tiene mucha aceptación. Empezamos vendiéndolo solo el Día de Muertos y ahora se vende durante todo octubre. La clientela latina ha proliferado mucho y tienen mucho tirón”, comenta Moreno, que puntualiza que se envían a toda España. Su precio es de 4 euros y en su realización se invierten un total de tres días desde que se hace la masa, que fermenta en primer lugar durante 24 horas y luego se bolea y se forma, hasta que se cuece, el último día, a 165 grados durante aproximadamente 16 minutos. “El año pasado fue nuestro récord de ventas, hicimos 20.000 unidades”, asegura el repostero. Detrás del crecimiento del pan de muerto en España está la comunidad mexicana, y el deseo de conservar y divulgar las costumbres de su país.
La influencia mexicana también está detrás de que en Bēkari, en Vigo, comenzaran a hacer panes de muertos. “Nuestro pastelero es de allí, nos encantó y decidimos hacerlo. Tiene muy buena acogida”, explica José Manuel Fernández, el maestro panadero. En el establecimiento los aromatizan, además de con agua de azahar y canela, con nuez moscada. Estos bollos, que recuerdan en parte al roscón de reyes, han llegado incluso a Gran Canaria. Allí, en la panadería artesanal El Triguero los ofrecen junto con otros dulces tradicionales de la época como los huesos de santo o los buñuelos.
Comidas raras que solo le pueden gustar a un local
Desde queso infestado de ácaros hasta chutney de hormigas rojas, estos alimentos extraños pueden hacer que algunas personas se sientan incómodas.
Quizás sea una cuestión de gustos, pero la comida en algunos países puede ser tan extraña que quizá sólo parezca normal para quienes viven allí.
Al menos esa es la premisa detrás de la pregunta de Quora: «¿Qué comida es popular en tu país, pero inaceptable en otros?« Desde quesos infestados de ácaros hasta hongos venenosos, estos alimentos son sabrosos y provocan escalofríos, según a quién le preguntes. Estos son algunos de nuestros favoritos:
FRANCIA
Pequeños ácaros infestan el queso Mimolette, lo que ayuda a desarrollar su sabor
Por supuesto, Francia es famosa por su queso, pero el Mimolette es único en su categoría debido a su proceso de añejamiento único (y no apto para pusilánimes).
Camille Feghali, de París, subió una publicación del queso donde los diminutos ácaros que tienen vía libre para roer el queso, dejan pequeños agujeros en toda la corteza. Los ácaros ayudar a desarrollar el sabor terroso y caldoso del queso duro, que envejece entre seis y dieciocho meses.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos detuvo brevemente la importación del queso en 2013, debido a la posibilidad de reacciones alérgicas si se consume en grandes cantidades.
MÉXICO
El huitlacoche, o tizón del maíz, es un manjar mexicano que se cultiva con hongos
El maíz se originó en México hace más de 7000 años, por lo que no sorprende que el país tenga innumerables variantes de cómo cocinarlo. Sin embargo, ninguna es tan única como el huitlacoche.
“El huitlacoche es un maíz infestado por un hongo parásito”, explicó Alejandro Reyes desde Monterrey, México.
También conocido como «carbón del maíz», los granos se hinchan y forman protuberancias similares a hongos, que luego se cosechan. Cuando se cocinan, adquieren un sabor a madera y tierra.
SUDESTE ASIÁTICO
Balut es un embrión de pato hervido condimentado con sal o vinagre, chiles y cebollas
Los huevos son un alimento popular para el desayuno en muchos países, pero ninguno se prepara como el balut en el sudeste asiático. El plato del desayuno consiste en embrión de pato hervido, servido en el huevo.
Alyanna Ghia De Guia, de la ciudad de Taguig, Filipinas, describe las mejores formas de comerlo, empezando por romper el huevo y añadir los condimentos necesarios. «El condimento más común es la sal marina en bruto, que se supone que te proporcionará el vendedor», dijo. «De lo contrario, se trata de vinagre condimentado con chiles y cebollas picadas, que también se puede conseguir en el vendedor de balut».
Luego agrandas la abertura lo suficiente como para poder morder la yema y «cuando llegues al patito, cómelo también», añadió.
INDIA
Chaprah es un chutney indio elaborado con hormigas rojas secas
Los chutneys son populares en toda la India como una forma de agregar sabor a las comidas. Pero las tribus del estado de Chhattisgarh, en la India central, tienen una receta especial conocida como chaprah .
«¿De qué está hecho este chutney tan especial? ¡De hormigas rojas y sus huevos!», dijo AS Ramprasad de Hyderabad. «Para preparar chaprah, se secan hormigas rojas, se le añaden especias y edulcorantes y el chutney está listo para consumirse con cualquier comida. Es crujiente».
VENEZUELA
En Venezuela es común comer granos, como las lentejas, con azúcar
“Para nosotros es muy popular comer granos (como frijoles negros, lentejas, etc.) con azúcar. Mucha azúcar, si es posible”, dijo Eliezer Saúl Briceño-González . “Alguien ‘importó’ la idea de comer granos con sal, pero, para ser honesto, si no son dulces… esa no es una receta venezolana”.
«Me di cuenta de que era una comida 100% venezolana cuando estuve en Ecuador», dijo. «Comí un plato de frijoles negros con arroz y carne frita, y cuando pedí azúcar, el camarero me miró como diciendo ‘¿qué?’. Me reí y tuve que explicarle que así como en mi país, y que es muy común entre nosotros».
INGLATERRA
La Marmite británica tiene un eslogan «Lo amas o lo odias»
Las opiniones sobre la Marmite británica varían tanto que incluso la empresa que la produce ha adoptado como eslogan «Te encanta o la odias». La levadura cervecera concentrada tiene un sabor fuerte, salado y umami, que a algunos les encanta (Australia y Nueva Zelanda tienen sus propias versiones apreciadas) y otros lo detestan (Dinamarca prohibió brevemente esta sabrosa pasta para untar en 2011).
FUENTE: Galloway, L. (2022, 25 febrero). Weird foods only a local could love. https://www.bbc.com/travel/article/20160620-weird-foods-only-a-local-could-love
Gastronomía y literatura: de Cervantes a Valle Inclán, los escritores que hicieron un hueco al arte culinario en sus obras
Fernando Villaverde Landa en su libro ‘La cocina española’ (Editorial Arzalia) hace un repaso por todos aquellos autores que, a pesar de haber vivido en diferentes épocas, en su legado artístico han dejado una fotografía de la gastronomía del momento.
En un libro de más de 1.000 páginas donde descubrimos los derechos y los reveses de la historia de la gastronomía en España encontramos fragmentos de obras de los escritores más importantes de la historia de la literatura España. Hacemos un repaso por algunos de estos clásicos de la literatura y su amor por la cocina.
Edad Media: Arcipreste de Hita y Jorge Manrique
De entre los autores más populares de la Edad Media en cuyos textos podemos descubrir referencias gastronómicas está El Arcipreste de Hita, como en El Libro de Buen Amor, donde podemos encontrar infinidad de referencias en cantares como Las especias, Tres caballeros, Tres ricos o Tres ladrones.
Pedro López de Ayala en Gula y tragonía, Jorge Manrique en Cebollas albarracanas y cabezuelas de ranas, o Juan de Mena en Malvada glotonía, son otros de los autores de la Edad Media que hacen referencia a la comida en sus obras y a los pecados derivados de ella.
Edad Moderna: Calderón de la Barca y Cervantes
Además de clásicos anónimos como El Lazarillo de Tormes, donde encontramos infinidad de pasajes relacionados con la comida (y la falta de ella), también descubrimos autores de renombre que han hecho un hueco a este arte en sus libros.
Un ejemplo de ello es Pedro Calderón de la Barca, con La pugna de los guisados (Mojiganga de los guisados), tal y como recoge Fernando Villaverde en su libro, Alonso de Castillo Solórzano, en Hambre y pasteles (Aventuras del Bachiller), o Miguel de Cervantes en El Quijote con pasajes como Sin milindres ni respetos, Bacalao, camarones y cangrejos, Cena en una venta o Conejo empanado con tocino.
Cabe destacar también en esta época a Luis de Góngora en Bizcochos como piedras (Érase en Cuenca lo que nunca fuera), Lope de Vega en El príncipe inocente, Francisco de Quevedo en Historia de la vida del Buscón, Santa Teresa de Jesús en El Libro de las Fundaciones, o Tirso de Molina en El Condenado.
Edad Contemporánea: de Bécquer a Lorca
De esta época destacamos autores como Gustavo Adolfo Bécquer quien Desde mi celda o en Memorias de un pavo hace referencia a la gastronomía y al gusto de comer, como también lo hizo, por ejemplo José de Espronceda en De Gibraltar a Lisboa en su Un volcán en el estómago.
Federico García Lorca dedicó a un capítulo a los mesones de Castilla en Impresiones y paisajes, Mariano José de Larra a los convites en El castellano viejo y a las fondas en La fonda nueva.
Antonio Machado también hace un repaso a la tradición culinaria en Coma usted con los dedos, de Una y no más, de la misma manera que Emilia Pardo Bazán en La Tribuna, entre otras muchas de sus obras.
Benito Pérez Galdós es otro de los escritores que más referencias culinarias tiene en su obra, donde podemos encontrar hasta 14 pasajes en sus diferentes obras dedicados a la comida, de la misma manera de Valle-Inclán trata este tema tanto en El primitivo, La corte de los milagros y Divinas palabras.
De esta manera el autor del libro hace un pequeño gran homenaje a la historia de la literatura y a cómo la gastronomía ha conquistado a todos los autores. Sean de la época que sean.
El ‘boom’ de la Kombucha, la bebida ancestral convertida en el probiótico de moda
No hay más que escribir el hashtag #kombucha en Instagram para darse cuenta de la dimensión que ha alcanzado el consumo de esta bebida en los últimos tiempos. ¡Más de dos millones de publicaciones! Influencers y amantes de la vida sana se han volcado en ensalzar sus virtudes como alternativa a los refrescos, los zumos azucarados o el alcohol. Resulta chocante teniendo en cuenta que se trata de una bebida milenaria, y puede que incluso algunos lleven años tomándola en casa de la mano de sus abuelas sin haberla bautizado con este nombre.
En efecto, aunque no está del todo claro, los orígenes de la kombucha, combinación de té, azúcar y bacterias, suelen situarse en hacia el año 220 a.C. en la región china de Manchuria, donde era considerada como el elixir de la inmortalidad por algunas etnias de la zona. Asimismo, se piensa que llegó a Europa a principios del siglo XX a través de Rusia. Poco a poco, el consumo de esta bebida se fue extendiendo por todo el mundo, y es en Estados Unidos donde se hizo realmente popular.
De allí es Kendra Sepúlveda, que empezó fermentando kombucha en 1995 para tratar de paliar un dolor que tenía en las manos a causa de la artritis. Después de pasar por cocinas de la talla de Les Cols, restaurante de Fina Puigdevall en Olot (Girona) con dos estrellas Michelin, la chef y nutricionista aplica ahora sus conocimientos en La Casa de la Kombucha (www.casadelakombucha.es) con su socio, Seth Colchester, procedente de un familia con una larga tradición en el cultivo de productos ecológicos en Holanda.
Scoby, la palabra clave del proceso
La kombucha se obtiene a partir de la fermentación natural del té, azúcar y un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras
En este local de la calle Tamarit de Barcelona, los vecinos del barrio, muchos de ellos personas mayores, acuden con sus botellas en busca de esta infusión refrescante servida con tirador, a modo de cerveza, o la compran directamente embotellada en envases de cristal.
Cada poco tiempo cambian los sabores, elaborados con productos 100% naturales en su propio obrador: uvas con flor de saúco, lúpulo y pomelo, arándanos y manzana, fresas con jengibre, arándanos con alga espirulina, etc., además del original.
La kombucha se obtiene a partir de la fermentación natural del té, preferiblemente verde o negro, azúcar y un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras conocido como Scoby (el acrónimo en inglés de ‘symbiotic culture of bacteria and yeast’) o bien hongo kombucha (aunque en realidad no lo es), una especie de disco blanquecino de textura gelatinosa.
Múltiples beneficios
Se cree que mejora la digestión, reduce la hipertensión y el colesterol, alivia trastornos menstruales, tiene efecto laxante…
Durante el proceso de fermentación, que dura entre siete y catorce días, el Scoby se come buena parte del azúcar y las bacterias disminuyen, lo que resulta en una bebida refrescante con burbujas y un tanto ácida. Una segunda fermentación con frutas naturales es lo que le confiere la variedad de sabores.
Sepúlveda, que es la secretaria de la sección europea de la asociación Kombucha Brewers International (KBI), explica que “esta es la forma más casera de elaborar la kombucha, sin pasteurizar, sin añadir conservantes… Pero existen diferencias en la elaboración según la compañía”.
Si no se respetan los tiempos de fermentación o se añaden los probióticos de manera artificial, en polvo, por ejemplo, el resultado es una bebida que no necesita refrigeración y, por lo tanto, no mantiene vivos los microorganismos que le otorgan, precisamente, sus beneficios.
Las propiedades que se le atribuyen a la kombucha son infinitas: mejora la digestión, fortalece el sistema inmune, reduce la presión arterial y el nivel de colesterol, alivia los trastornos menstruales, tiene efecto laxante, ayuda en casos de asma y bronquitis, aumenta la salud de cabello, uñas y piel, mejora la función hepática, minimiza los dolores de cabeza, desintoxica el organismo, etc.
Aunque las virtudes de su ingesta regular se han podido comprobar en ensayos con animales, no existe mucha literatura científica en el caso de humanos, lo cual suscita un enorme debate. Sí podemos afirmar que, al igual que en otros productos fermentados naturalmente, como el kéfir o el kimchi, la kombucha está cargada de vitaminas y, sobre todo, de probióticos, y que estos microorganismos ayudan a fortalecer y diversificar nuestra microbiota.
En cuanto a las contraindicaciones, Sepúlveda señala que “no pueden tomar kombucha las personas con problemas renales”. Algunos expertos la desaconsejan también a las personas con el sistema inmune deprimido, a los niños y a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Contraindicaciones
Se desaconseja su consumo a personas con problemas renales o sistema inmune deprimido y a embarazadas o lactantes
En cualquier caso, Colchester recomienda “empezar con poco, observar cómo sienta y poco a poco introducir más”. También hay que tener en cuenta que, tras el proceso de fermentación, aún queda algo de alcohol en el líquido -en el caso de La Casa de la Kombucha, solo un 0,8 %.
A la pregunta de si recomiendan elaborar kombucha en casa, ambos concuerdan en que sí, pero con precaución. Y es que, al ser un ‘organismo vivo’, elaborado con bacterias y levaduras, puede contaminarse si no se extrema la higiene durante todo el proceso de fermentación. También corremos el riesgo de intoxicarnos si no contamos con los utensilios apropiados para controlar la temperatura y medir la cantidad de alcohol.
Hacia una nutrición sostenible
Alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano se pierde o desperdicia, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En total, unos 1.300 millones de toneladas, una cantidad con la que se podría alimentar a los 690 millones de personas que padecen hambre en el mundo, y que suponen el 8,9% de la población mundial.
Más allá de lo alarmante de estos datos, se suma la preocupación derivada del empleo de recursos naturales en vano para su producción. En concreto, esos alimentos consumen cerca de una cuarta parte de toda el agua utilizada con fines agrícolas; requieren una superficie cultivada del tamaño de China; contribuyen a la pérdida de biodiversidad y son responsables de un 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
En la misma línea, los datos de la Unión Europea apuntan que cada año entre un 30% y un 50% de alimentos comestibles acaban en la basura, y España, con 7,7 millones de toneladas, se sitúa en séptima posición del listado de países que despilfarran alimentos, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).
La industria alimentaria es responsable del 30% del consumo energético mundial y de un 22% de los gases de efecto invernadero
El despilfarro alimentario es solo uno de los responsables de la huella medioambiental asociada a nuestra alimentación. Una huella que se ha incrementado durante los últimos años debido al aumento de la población mundial que, según la FAO, está previsto que alcance los 9.100 millones de personas en 2050, lo que supondría un aumento de la producción alimentaria del 70% en el mundo, y de un 100% en los países en desarrollo.
Para hacer frente a esta situación, asegurar una producción suficiente para prevenir el hambre y la malnutrición y, a la vez, cuidar del planeta para evitar el agotamiento de sus recursos naturales, se hace cada vez más necesario reflexionar sobre el impacto de nuestra alimentación, desde un ámbito local a otro más global con el planeta como protagonista. Porque, aunque el interés por una dieta saludable es cada día más habitual, ¿tenemos en cuenta también su huella medioambiental?
Reducir el impacto de la dieta
Según la FAO, las dietas sostenibles son aquellas que generan un impacto ambiental reducido y contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable.
Además, protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles y económicamente justas y asequibles. Desde un punto de vista nutricional, se consideran adecuadas, inocuas y saludables, además de optimizar los recursos naturales y humanos.
Durante la última década, muchos países han incorporado consideraciones de sostenibilidad en sus políticas alimentarias y programas de educación del consumidor, con recomendaciones que pasan por apostar por una alimentación basada principalmente en alimentos de origen vegetal, optar por alimentos locales y de temporada, reducir el desperdicio de alimentos, consumir pescado de reservas sostenibles y disminuir el consumo de carne roja y procesada, alimentos altamente procesados o bebidas azucaradas. Se trata, al fin y al cabo, de fomentar una alimentación saludable, entendida como aquella que, desde su producción hasta su consumo, reduce el impacto negativo generado por su producción a la vez que permite colaborar con el entorno de una u otra manera. En este sentido, “La Guía de Alimentación” de la Generalitat de Catalunya recoge que una alimentación sostenible es aquella que se considera «suficiente, completa, equilibrada, satisfactoria, segura, adaptada al comensal y al entorno, sostenible y asequible».
Una de las principales medidas para llevarla a cabo es optar por frutas y hortalizas de proximidad y de productores locales. De este modo, se ayuda a la economía de la zona en la que se produce, se incentiva el desarrollo rural y se disminuye la reducción de la contaminación derivada de su transporte. Prestar atención a la dieta, las proporciones entre alimentos animales y vegetales, y el agua y bebidas embotelladas que se con- sumen son otros gestos al alcance de todos que influyen en la salud del planeta.
https://www.lavanguardia.com/vida/salud/20210527/7482990/hacia-una-nutricion-sostenible.html
Qué se celebra en el Oktoberfest y cuál es su origen
El Oktober fest es una celebración que une a personas de diferentes culturas en torno a la cerveza, la gastronomía y la música convirtiéndolo en un evento emblemático de la cultura alemana.
El Oktoberfest, uno de los festivales de cerveza más grandes y famosos del mundo, está a punto de comenzar en la ciudad de Múnich, Alemania. Fijado para el 16 de septiembre de cada año, este festival nos transporta la cultura, la música y la gastronomía de tierras bávaras.
El Origen del Oktoberfest
El Oktoberfest tiene sus raíces en el siglo XIX, cuando se celebró por primera vez en honor al matrimonio del príncipe heredero Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen el 12 de octubre de 1810. Las festividades se extendieron durante varios días e incluyeron carreras de caballos, espectáculos y, por supuesto, cerveza. El evento fue un éxito y se repitió al año siguiente, marcando el inicio de una tradición que ha perdurado durante más de dos siglos.
¿Qué se celebra en el Oktoberfest?
El Oktoberfest es conocido por ser un festival de la cerveza en el que miles de visitantes de todo el mundo se reúnen para disfrutar de la cerveza alemana, la comida tradicional bávara y la música en vivo. Estas son algunas de las principales atracciones del festival:
Cerveza: Las cervecerías tradicionales de Múnich, como Paulaner, Augustiner, Hacker-Pschorr y Spaten, sirven sus cervezas especiales Oktoberfest en gigantescas tiendas de cerveza conocidas como «beer tents». Estas carpas pueden albergar a miles de personas y son el corazón del festival.
Comida: Los visitantes pueden deleitarse con una variedad de platos bávaros, como »pretzels gigantes», salchichas, codillo asado y otros manjares tradicionales.
Música y Entretenimiento: El Oktoberfest cuenta con bandas en vivo y orquestas que interpretan música folclórica alemana y éxitos populares. La gente se levanta de sus bancas para bailar y celebrar al ritmo de la música.
Desfiles y Eventos Culturales: Además de la cerveza y la diversión, el Oktoberfest también presenta desfiles tradicionales, exhibiciones de trajes típicos y otros eventos culturales que muestran la rica herencia de Baviera.
Setenta personas voltean en Melide la tortilla de huevo y patata más grande del mundo
La estructura y los condimentos pesaban en total 8.000 kilos, y el resultado fue óptimo: «Está boa!»
Una mezcla de los estilos Betanzos y Melide, poco hecha pero muy sabrosa y con un color estupendo. De las que invitan a repetir, como hacían cientos de personas cerca de las seis de la tarde. La tortilla de patata y huevo campero más grande del mundo salió adelante después de salvar unas cuantas dificultades y tras cuatro horas de trabajo cooperativo. El momento más tenso, ese en el que las miles de personas que se acercaron al centro de Melide sacaron sus teléfonos móviles para grabar, llegó cuando tocaba darle la vuelta. Y es en este punto cuando hay que hablar de números para comprender la complejidad de la operación: 1.700 kilos de patatas, 300 litros de aceite, 30 kilos de sal y, por supuesto, los 15.000 huevos camperos que aportó la empresa familiar promotora del evento, Ecocentro (El huevo de la abuela). Y luego estaba la sartén, una compleja estructura de cinco toneladas de peso que precisó la ayuda de una enorme grúa en el momento crucial. En total, seis metros de diametro y 8.000 mil kilos de peso, equivalente a seis coches utilitarios.
Cualquiera que haya hecho una tortilla en su casa conoce los riesgos del volteado. En Melide fueron exactamente los mismos, porque justo en el momento en el que la sartén gigante tenía que darse la vuelta se quedó a medio camino durante unos segundos que se hicieron eternos, porque comenzó una fuga de huevo poco hecho que inquietó más al público que a los cocineros. Setenta personas tirando de cinchas con muchísima fuerza consiguieron completar operación. El calor dilató algunos tornillos y hubo que intervenir de urgencia con radiales para separar las tapas, y cuando se liberaron había serias dudas de que se hubiese producido un desplazamiento masivo de los ingredientes. Al abrir la organización respiró. De aspecto, bien. Y de sabor…«Está boa!». Ovación cerrada.
La organización contó con el asesoramiento de vecinos de la localidad padronesa de Carcacía, que hasta hace unos años celebraba anualmente una fiesta con un aparato muy parecido, aunque de menores dimensiones. En todo caso, nadie duda de que se trata de la tortilla más grande del mundo, porque está documentado que Melide desplaza a Vitoria y a Bogotá (Colombia), que con diferentes modalidades habían registrado anteriormente sendos récords ahora superados.
Con cinco mil raciones repartidas todavía quedaba sustancia en las sartenes para hacer una merienda-cena, y no tardó en abrirse el debate de las mejoras que habría que implementar el próximo año. Porque habrá segunda edición, por huevos no será.
Alimentos que nunca deberían faltar en tu nevera
En este artículo veremos de una forma general como debería ser una nevera equilibrada respecto a los alimentos para llevar una dieta saludable.
La nevera ocupa un papel fundamental en cualquier hogar. Es el lugar en el que se guardan los alimentos perecederos, por lo que es importante tener un orden a la hora de consumirlos y evitar que haya que tirarlos. Para tener una alimentación saludable, hay que consumir una dieta variada y equilibrada. Estos son los productos que nunca deberían faltar en tu frigorífico.
Huevos
Para alargar la vida útil de los huevos es recomendable mantenerlos en la nevera. Se trata de un alimento muy nutritivo y se puede disfrutar frito, como tortilla o en múltiples variedades más.
Hortalizas
Son muy duraderas en la nevera y son ideales para comerlas en ensaladas, en guisos o sencillamente al natural. La zanahoria tiene alto contenido en potasio y fósforo.
Leche
Es una gran fuente de calcio, por lo que es muy beneficiosa para los huesos y los dientes, aunque es verdad que no dura mucho, por lo que se recomienda que su consumo sea rápido.
Arándanos
Se trata de un superalimento gracias a que es una increíble fuente de nutrientes, además de ser rico en antioxidantes. Por tanto, es un alimento que debe estar siempre en tu nevera
Pescado
Los pescados siempre deben conservarse en la nevera y deben estar presentes en una dieta rica y saludable. Por ejemplo, el salmón aporta mucho omega 3.
Yogur natural
Además del calcio, aporta vitaminas del grupo B y A y proteínas muy útiles para el organismo. Tiene que ser conservado en nevera para que no se eche a perder.
Frutas frescas
Son una grandísima fuente de vitaminas y minerales. En el caso del tomate se puede comer tanto solo, como en ensaladas o platos elaborados. Puede conservarse fuera de la nevera, pero es en ella donde durará más tiempo en buen estado.
Carnes
Tanto las carnes rojas como las blancas deben estar en una dieta completa y equilibrada y la nevera ocupa un papel central en su conservación, ya que apenas aguantan un par de días antes de ponerse malas.Pixabay/manfredrichter
Verduras
La lechuga es un elemento indispensable en las ensaladas y tiene muchos aminoácidos, que forman proteínas, y flavonoides, que son antioxidantes. Lo mismo con el resto de verduras.
Quesos
Al igual que la leche y los yogures, el queso es un alimento rico en vitaminas A y D, siendo una gran fuente de calcio. Su consumo frecuente es recomendable, pero debe estar en la nevera para que no se eche a perder.
Frutos secos
Aunque pueden aguantar bien fuera de la nevera, en el verano es ideal que hagas uso de ella para evitar que se pongan malos. Los frutos secos son ideales para bajar el colesterol malo y aumentar el bueno, protegiendo al corazón de posibles enfermedades cardiovasculares.