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Archivos de la categoría: historia
El pelo encontrado en los dientes de leones de hace un siglo revela uno de los alimentos principales de su dieta: humanos
El análisis del ADN de los pelos acumulados en las cavidades de los dientes de dos ejemplares de leones de Kenia, almacenados en el Museo Field de Historia Natural de Chicago desde hace un siglo, ha permitido reconstruir la ecología y la dieta rica en humanos de estos grandes felinos.
Los resultados aparecen recogidos este viernes en la revista científica Current Biology e ilustran hasta qué punto los avances biotecnológicos están permitiendo reconstruir con precisión la vida pasada.
En 1898, dos leones asaltaron un campamento de trabajadores de la construcción de puentes en el río Tsavo (Kenia), devorando al menos a 28 personas hasta que John Patterson, el ingeniero que dirigía el proyecto, les disparó. Patterson acabó vendiendo los restos de los cuerpos de los leones al Museo Field de Historia Natural de Chicago en el año 1925.
Años más tarde, en la década de los 90, el gestor de colecciones del museo, Thomas Gnoske, se dio cuenta, mientras examinaba las dentaduras de aquellos leones, de que los dientes rotos dejaban al descubierto cavidades donde habían ido acumulando pequeños amasijos de restos de pelo de sus presas a lo largo del tiempo, y comenzó a estudiarlos junto con otros investigadores.
Ahora, los avances en microscopía y genómica han permitido reconstruir la dieta y el entorno en el que se movían aquellos leones a través del análisis del ADN de esas muestras de pelo almacenadas en los dientes rotos.
Historia de la pizza
Considerada el plato insigne de la gastronomía italiana contemporánea, la pizza, una receta tan sencilla como exquisita, ha conquistado un sinfín de paladares alrededor del mundo desde su aparición hacia mediados del siglo XVIII en el Reino de Nápoles, justo un siglo antes de la Unificaciñon Italiana.
Su origen, sin embargo, sigue considerándose italiano, no solo porque Nápoles haya sido uno de los reinos unificados durante Il Risorgimento, sino también por el hecho de que sus antecedentes culinarios más próximos y antiguos datan de la península Itálica, específicamente de la antigua Roma durante el reinado del emperador Augusto y de su sucesor Tiberio.
Antes de hablar del origen de la pizza, es menester mencionar el plakunto o pan plano, al que podemos considerar como el antecedente culinario más antiguo de la pizza.
El plakunto, un pan plano y redondo cubierto de hierbas, especias e ingredientes variados, era uno de los alimentos más consumidos en la antigua Grecia y en otras culturas mediterráneas y de Oriente Medio.
Con el pasar de los siglos, los panes planos comenzaron a ganar gran popularidad en distintos reinos y ciudades de la península itálica, especialmente dentro del territorio de la antigua Roma.
Antes de hablar del origen de la pizza, es menester mencionar el plakunto o pan plano, al que podemos considerar como el antecedente culinario más antiguo de la pizza.
El plakunto, un pan plano y redondo cubierto de hierbas, especias e ingredientes variados, era uno de los alimentos más consumidos en la antigua Greciay en otras culturas mediterráneas y de Oriente Medio.
Con el pasar de los siglos, los panes planos comenzaron a ganar gran popularidad en distintos reinos y ciudades de la península itálica, especialmente dentro del territorio de la antigua Roma.
Precisamente sería un romano, Marco Gavio Apicio, quien escribiría el libro de recetas sobre panes planos más antiguo y vigente de la historia, De Re Coquinaria, cuyo origen se remonta a la época de los emperadores Augusto y Tiberio.
Durante el Principado, y, probablemente, también durante el Dominado, los romanos, en especial la clase social más pobre, consumían una gran variedad de panes planos como la Schiacciata, la Focaccia, la Piadina, la Farinata y el Panelle.
Si bien todos estos pueden considerarse antecedentes culinarios de la pizza, no sería hasta el siglo XVIII, con el descubrimiento del tomate como alimento, que surgiría la pizza tal y como la conocemos.
El uso del término pizza, en su forma y denominación actual, ha sido atestiguado desde inicios del siglo XVII en algunas regiones del sur de Italia.
Con un ingenio innegable, los italianos sureños intentaron potenciar el sabor de los clásicos panes planos, ahora llamados pizzas, añadiendo elementos como manteca de cerdo, queso, hojas de albahaca y pimienta al disco de la masa; dando vida a una nueva receta: la pizza mastunicola o pizza de albahaca.
El siguiente paso en la evolución de la pizza vendría con la introducción del tomate en la gastronomía itálica. Originario del actual Perú, el tomate sería importado a Europa tras el descubrimiento de América y su posterior colonización por parte de los reinos europeos.
Su uso gastronómico, sin embargo, tardaría varias décadas en ser implementado en Europa Occidental, pues a priori se creía que esta fruta era venenosa, por lo que su uso fue meramente ornamental durante mucho tiempo.
De hecho, no sería hasta después de la segunda mitad del siglo XVIII que el tomate se convertiría en un elemento esencial en la preparación de las pizzas napolitanas.
as la Unificación italiana ocurrida en 1870 y la notable emigración de italianos sureños hacia América a finales del siglo XIX, la receta de la pizza napolitana se extendió rápidamente por toda Italia y el Nuevo Mundo.
Como resultado de esta emigración, los italianos asentados en los Estados Unidos comenzaron a formar colonias, trasladando a dichas inmediaciones su particular gastronomía, incluida la pizza.
En 1905, en la Calle Spring 32 de la Pequeña Italia (Manhattan, Nueva York, Estados Unidos), Gennaro Lombardi fundaría Lombardi’s Pizza: la primera pizzería italiana en abrir sus puertas a los estadounidenses.
HISTORIA de la PIZZA | Definición, significado, características (muchahistoria.com)
Los helados en España: del postre de Felipe II al Frigo Pie de los ochenta
Un repaso a la historia de uno de los bocados que forma parte de la memoria sentimental de un país, y cuyo rastro lleva a la China del año 2000 a.C
La mayoría de nuestros recuerdos van asociados a sabores de la infancia. La memoria y, por extensión, la vida entera, se construye a partir de sabores y momentos. Perderlos equivale a borrar nuestra identidad y buena parte de los anclajes con la realidad. Por eso, la historia del helado en España es un recorrido sentimental por aquellos instantes brevísimos en los que fuimos felices, a la par que una narración sobre el desarrollo tecnológico de un país que soltó el botijo para abrazar un Frigo Dedo.
El helado, un postre que hoy disfrutamos con tanta naturalidad, tiene una fascinante historia en España que se remonta siglos atrás. Aunque sus orígenes se remontan a la antigua China hace 2000 a.C., su camino hacia la popularidad en tierras españolas fue largo y gradual.
Durante siglos solo para una élite
En sus inicios, el helado era un lujo reservado para la realeza y la nobleza. La dificultad para obtener y conservar el hielo, junto con el alto costo de ingredientes como el azúcar y las especias, lo convertían en un manjar exclusivo. Para preservar el hielo, se construyeron estructuras especiales como el Pozo del Frío en Almería o la Gran Cava en Alicante.
El siglo XIX vio la aparición de los primeros heladeros ambulantes en las ciudades españolas. Estos vendían una versión primitiva del polo, raspando barras de hielo y añadiendo siropes de diversos sabores. Esta práctica perduró hasta mediados del siglo XX.
La llegada del frío industrial
La verdadera revolución llegó con la industrialización del frío en el siglo XX. En 1952, coincidiendo con el fin del racionamiento en España, se generalizó el uso de neveras domésticas y el frío industrial en la restauración. Este avance, junto con el auge del turismo de playa, popularizó enormemente el consumo de helados.
Del Frigo Pie al Twister y el Calippo: El Marketing y la Publicidad que convirtieron a estos Helados en Top Ventas e Iconos del Verano / PuroMarketing
Los años 70 y 80 marcaron una época dorada para los helados industriales en España. Aparecieron productos que se volvieron icónicos como el Frigo Dedo, el Frigo Pie, el Calippo y el Twister. Estos helados se convirtieron en parte fundamental de los recuerdos de infancia de toda una generación.
Hoy en día, el helado no es solo un postre refrescante, sino un símbolo de momentos felices y despreocupados. Su evolución en España refleja no solo el desarrollo tecnológico del país, sino también los cambios en las costumbres y la creación de recuerdos colectivos. El helado se ha convertido en una «porción de felicidad congelada en el tiempo», un testigo dulce de la historia y la cultura española.
FUENTE: Butrón, I., Butrón, I., & Butrón, I. (2024, 25 julio). Los helados en España: del postre de Felipe II al Frigo Pie de los ochenta. El País. https://elpais.com/gastronomia/2024-07-25/los-helados-en-espana-del-postre-de-felipe-ii-al-frigo-pie-de-los-ochenta.html
Qué se celebra en el Oktoberfest y cuál es su origen
El Oktober fest es una celebración que une a personas de diferentes culturas en torno a la cerveza, la gastronomía y la música convirtiéndolo en un evento emblemático de la cultura alemana.
El Oktoberfest, uno de los festivales de cerveza más grandes y famosos del mundo, está a punto de comenzar en la ciudad de Múnich, Alemania. Fijado para el 16 de septiembre de cada año, este festival nos transporta la cultura, la música y la gastronomía de tierras bávaras.
El Origen del Oktoberfest
El Oktoberfest tiene sus raíces en el siglo XIX, cuando se celebró por primera vez en honor al matrimonio del príncipe heredero Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen el 12 de octubre de 1810. Las festividades se extendieron durante varios días e incluyeron carreras de caballos, espectáculos y, por supuesto, cerveza. El evento fue un éxito y se repitió al año siguiente, marcando el inicio de una tradición que ha perdurado durante más de dos siglos.
¿Qué se celebra en el Oktoberfest?
El Oktoberfest es conocido por ser un festival de la cerveza en el que miles de visitantes de todo el mundo se reúnen para disfrutar de la cerveza alemana, la comida tradicional bávara y la música en vivo. Estas son algunas de las principales atracciones del festival:
Cerveza: Las cervecerías tradicionales de Múnich, como Paulaner, Augustiner, Hacker-Pschorr y Spaten, sirven sus cervezas especiales Oktoberfest en gigantescas tiendas de cerveza conocidas como «beer tents». Estas carpas pueden albergar a miles de personas y son el corazón del festival.
Comida: Los visitantes pueden deleitarse con una variedad de platos bávaros, como »pretzels gigantes», salchichas, codillo asado y otros manjares tradicionales.
Música y Entretenimiento: El Oktoberfest cuenta con bandas en vivo y orquestas que interpretan música folclórica alemana y éxitos populares. La gente se levanta de sus bancas para bailar y celebrar al ritmo de la música.
Desfiles y Eventos Culturales: Además de la cerveza y la diversión, el Oktoberfest también presenta desfiles tradicionales, exhibiciones de trajes típicos y otros eventos culturales que muestran la rica herencia de Baviera.
¿Cómo se preservaban los alimentos en la antigüedad?
Antes de la invención del refrigerador, mantener los alimentos en buen estado era muy difícil, aunque algunos de los métodos de conservación antiguos continúan empleándose en la actualidad. Es el caso de la fermentación, perfeccionada en el Antiguo Egipto para elaborar pan, el curado, la forma más antigua empleada para conservar la carne y el encurtido, que origino los pepinillos en la Mesopotamia antigua.
Origen de la fermentación de los alimentos
En las zonas más cálidas del planeta, la fermentación ocurría de forma natural. Los lácteos fermentaban naturalmente en ciertos climas, por lo cual el proceso comenzó a realizarse de forma manual.
La fermentación artificial se remonta al 10.000 a. C. El registro histórico más antiguo es el de una bebida china hecha de arroz fermentado, frutas y miel, que data del año 7000 a.C.
Muchas de las técnicas de fermentación egipcias, desarrolladas entre el 3500 y el 300 a. C., se siguen utilizando en la actualidad. En Egipto comenzó a fermentarse la masa para hacer pan, mientras que, en el valle del Tigris, actualmente Irak, se originaron los encurtidos de pepinos, en el año 2000 a.C.
Desde el año 500 a. C., los chinos utilizaron la cuajada de soja como un tratamiento antibiótico y, alrededor del año 200 a. C., la fermentación de las hojas de té dio lugar a la popular kombucha.
Con el desarrollo del cultivo de cereales, la fermentación de estos y de otros alimentos, como leguminosas, se haría muy popular en todo el mundo, a partir del 500 al 1000 d. C.
Utilizado para alcohol, vinagre, queso, pan y aceitunas, este proceso de conservación tenía dos ventajas: las bacterias actuaban como conservantes y, a la vez, enriquecían el sabor, el color y la textura de los alimentos.
El curado, encurtido y azucarado de alimentos
El curado es la forma más antigua de preservar ciertos alimentos, especialmente carnes. El procedimiento era salar el alimento, ahumarlo, colgarlo y dejarlo secar al aire libre. De esta forma, se eliminaban las bacterias y la carne se mantenía en buen estado durante largos períodos.
En la Edad Media, el azúcar era un producto muy caro, pero hacia el final del período comenzó a ser más accesible. Con el descubrimiento del Nuevo Mundo y la llegada de la caña de azúcar, el azucarado se comenzó a utilizar para conservar las frutas. Estas se deshidrataban y se colocaban dentro de frascos con agua hervida y azúcar sin refinar.
Como en la actualidad, el encurtido se realizaba envasando vegetales con agua hervida, salmuera, vinagre y aceite. Sin embargo, en ocasiones el agua no se hervía, para promover el crecimiento de ciertas bacterias, las que producían ácidos orgánicos, como el ácido láctico, los que actuaban como conservantes.
Información encontrada en:
https://okdiario.com/historia/como-preservaban-alimentos-antiguedad-8482696
¿Quién está detrás de la comida ecológica en Asturias?
En las últimas décadas ha crecido considerablemente el interés por la agricultura y la ganadería ecológicas, una forma de producir alimentos que prioriza el respeto por el medio ambiente, la sostenibilidad y la salud humana. En un contexto global marcado por el cambio climático, la degradación de los suelos y la preocupación por la calidad de los alimentos, la producción ecológica se presenta como una solución a muchos de los problemas asociados con los sistemas convencionales. ¿Quién hay detrás de esta forma de producir comida? NORTES ha estado con dos explotaciones asturianas, una de agricultura y otra de ganadería, para buscar su motivaciones y problemas en un sector que resulta más desconocido que la forma de producir sin sello ecológico.
En Asturias el organismo encargado de vigilar el cumplimiento de la normativa vigente de producción agraria ecológica es el Consejo de Producción Agraria Ecológica de Asturias (COPAE).
“Hay todo un procedimiento, unas condiciones para que los productores puedan sellar sus productos como ecológicos. Y hay todo un esfuerzo que tal vez no se conozca”, afirma Ulises Tuero desde COPAE. Se refiere a esos agricultores y ganaderos cuya dedicación a este tipo de productos es algo más que un empeño empresarial. Solo hay que hablar con algunos de ellos para darse cuenta de que detrás de todo ello hay una vocación campesina que busca cuidar la tierra y los animales para poder alimentarse de ellos.
Un químico y una maestra se hicieron campesinos
La Güerta Monga, situada en el entorno de Nava, es una de las empresas ecológicas asturianas con sello COPAE. Al frente una pareja, Paula y Antón, que al hablar de sus motivaciones para estar en este sector, utilizan palabras como “compromiso”, “militancia”, “identidad” y “recampesinar”.
Paula Cristóbal, de 43 años, era maestra de escuela y dejó su puesto para ser “campesina”. Antón Cadierno, su pareja, de 42 años, estudió Químicas, pero también fue arrastrado “por esta vocación”. Él cuenta cómo aún siendo de Tinéu, a pesar de estar en un entorno rural, vivía “desconectado” de los tiempos de la tierra: “No se pone en valor la vida y el mundo campesino, así que lo normal es que la gente estudie y luego se marche. Mi vida parecía encaminarse en esa dirección.”
Aunque la familia de Paula venía del campo, ella se había criado fuera del entorno rural. Siempre mantuvo contacto con lo rural, pero de una manera que ella denomina “un poco externa, desde fuera”. “Hasta que empecé a trabajar de maestra en Cabrales, donde estaba mi familia materna, que eran campesinos”, recuerda. “Allí empecé a darme cuenta de muchas cosas, de cómo había sido mi vida, de cómo debía ser. Me daba cuenta de que en la escuela los niños no eran parte del sistema. En realidad, aquellos niños fueron mis maestros. Empecé a conectar todo eso que estaba sintiendo con la trayectoria campesina de mi familia.”
https://www.nortes.me/2024/10/05/comida-ecologica-en-asturias/
Este es el restaurante de Barcelona donde puedes probar los platos que encantaban a Picasso
Café Pablo, ubicado dentro del Museo Picasso y guiado por el chef Romain Fornell, ofrece toda una experiencia culinaria basada en las dos gastronomías preferidas del rey del cubismo: la catalana y la francesa.
En el corazón del popular barrio del Born, en Barcelona, se encuentra el restaurante Café Pablo, que se ubica dentro del Museo Picasso y que ofrece una experiencia gastronómica tan artística como el propio museo.
Además, este increíble lugar no solo permite disfrutar de las mejores obras del pintor malagueño, sino también de sus platos favoritos, en una carta diseñada por el prestigioso chef Romain Fornell, galardonado con una estrella Michelin en su restaurante Caelis. Con una combinación de recetas francesas y catalanas, Fornell rinde homenaje a los sabores que acompañaron la vida de Pablo Picasso.
Parte de la carta de Café Pablo está inspirada en los platos que más disfrutaba Picasso, quien pasó gran parte de su vida entre España y Francia, desarrollando un profundo amor por ambas cocinas mientras pintaba sus obras más emblemáticas.
Los favoritos del artista, sin duda, eran los los ‘pâté en croûte’, los caracoles o los profiteroles. Ahora, gracias al trabajo de Fornell, se puede disfrutar de los mismos platos que sedujeron a Picasso. Pero no solo de estos; en la carta de Café Pablo también hay hueco para nuestras joyas de la corona como las croquetas y el pan con tomate con jamón ibérico, evidenciando de esta forma la perfecta conexión entre la gastronomía francesa y la española que ha creado el chef.
De la hamburguesa de ‘Pulp Fiction’ al sushi de ‘Kill Bill’, ¿qué quiere decir Tarantino con la comida en sus películas?
Quentin Tarantino, el maestro del cine posmoderno, ha tejido a lo largo de su extensa filmografía una trama paralela donde la comida se erige como un poderoso canal de expresión. Desde su debut con Reservoir Dogs hasta las odas culinarias en Pulp Fiction, Kill Bill, Érase una vez… En Hollywood, y más allá, el director ha convertido la gastronomía en un simbolismo que intensifica la trama y enriquece la narración de sus proyectos audiovisuales.
El despliegue de comida rápida
En Pulp Fiction Tarantino despliega un festín visual de comida rápida, reflejando la obsesión del director por este tipo de alimentación y dando vida a una metáfora compartida sobre el consumo rápido y la consideración de lo que se etiqueta como basura. La icónica escena en Jack Rabbit Slim’s, donde Vince lleva a cenar a Mia, revela el amor extremo por las hamburguesas, batidos y demás delicias de la época.
La metáfora del sushi
En Kill Bill: Vol. 1 el sushi preparado por Hattori Hanzo no solo sirve para mostrar a los espectadores cuáles son las costumbres japonesas sino que se convierte en una metáfora, de la relación. A medida que los platos son mayores, la relación es más profunda. Así que a través de la comida se narra la evolución de la relación.
Aspectos y cambios en los personajes
En Reservoir Dogs, aunque con un menú más corto, utiliza la comida para revelar aspectos del carácter de los personajes, como la desesperación expresada por Holdaway en una cafetería nocturna.
Por su parte, en Érase una vez… En Hollywood, la preparación de la cena para el perro Brandy por parte de Cliff refleja el estilo de vida del personaje y se convierte en una metáfora de las similitudes compartidas entre el hombre y su mascota. Además, es en los bares, en medio de carias copas, cuando se produce un cambio de etapa de los personajes, y donde se toman decisiones trascendentales.
La constante presencia de alimentos y bebidas en las películas de Tarantino va más allá de la simple ambientación, convirtiéndose en un elemento fundamental para establecer dinámicas entre personajes, ejercer poder y control, y acompañar los diálogos de las escenas.
Los helados en España: del postre de Felipe II al Frigo Pie de los ochenta
Un repaso a la historia de uno de los bocados que forma parte de la memoria sentimental de un país, y cuyo rastro lleva a la China del año 2000 a.C.
La mayoría de nuestros recuerdos van asociados a sabores de la infancia. La memoria y, por extensión, la vida entera, se construye a partir de sabores y momentos. Perderlos equivale a borrar nuestra identidad y buena parte de los anclajes con la realidad. Por eso, la historia del helado en España es un recorrido sentimental por aquellos instantes brevísimos en los que fuimos felices, a la par que una narración sobre el desarrollo tecnológico de un país que soltó el botijo para abrazar un Frigo Dedo.
Como con tantos otros ingenios alimentarios —o al menos así lo creímos durante años— para encontrar el origen del helado hay que remontarse a la China del año 2000 a.C. donde unos vendedores muy avispados se colocaban en lugares estratégicos de las más importantes rutas comerciales con un protocarrito de helados y vendían, a los que por allí pasaban, un refrescante producto que consistía en un poco de nieve o hielo mezclado con un zumo dulce y concentrado de frutas que al contacto con el frío se compactaba. El invento no cuajó por razones obvias —almacenar la nieve y conservarla durante todo el año en pozos o en cuevas no era moco de pavo— hasta que a principios del XIX empezaron a pasearse por nuestras ciudades unos tipos con unas barras de hielo que transportaban en curiosos carritos. El heladero las raspaba e introducía las virutas de hielo en unos moldes en los que previamente se había colocado una varilla de madera y, como quien no quiere la cosa, servía un antecedente del polo sobre el que vertía siropes de sabor de fresa, naranja, limón o menta.
Con todo, el camino recorrido por el helado hasta llegar a la mitad del siglo XX, fue largo y complejo. Simplificando siglos de historia, podríamos decir que este fue siempre un alimento de lujo que gustaba por igual a emperadores chinos y españoles, a faraones y califas, a la reina Catalina de Médicis, a los monarcas franceses y a sus revolucionarios súbditos, que pudieron degustarlos en el famoso Café Procopé, lugar icónico en esta historia del dulce veraniego, un establecimiento parisino pionero regentado por un italiano llamado Coltelli que ya apuntaba maneras en el negocio heladero.
Como es habitual en la historia de la gastronomía, degustar un helado fue durante siglos una forma de desmarcarse de los gustos del populacho. Para empezar, había que disponer de medios para acceder a la nieve, pues el frío se conservaba bajo tierra o en cuevas construidas ad hoc.
Pero, además de esta condición para disfrutar de un helado se necesitaban otros ingredientes como la leche o los destilados florales y las carísimas especias, sobre todo la más preciada: el azúcar o “hierba de Persia” (caña de azúcar) que, al contrario que la miel como edulcorante habitual, podía deshacerse en frío fácilmente. Se cuenta que los cruzados que viajaron a Tierra Santa probaron deliciosos sorbetes de cítricos con agua de jazmín o rosas y que Sicilia, bajo el influjo de la dominación árabe, fue pionera en ofrecer al mundo medieval muestras de dulcería semicongelada en forma de sorbetes o helados.
Todo ello convirtió al helado en un postre deseado e inaccesible para la mayoría hasta bien entrado el siglo XVIII, momento en que abre el mítico local barcelonés Can Culleretes donde se servían las clásicas cremas catalanas, la leche merengada o los helados en copas altas que había que comer, precisamente, con cullereta (cucharilla). De ahí a la revolución industrial de la refrigeración que permitiría, entre cosas, una mejora considerable en la conservación de los alimentos y su transporte tan solo quedaban unos pasos.
Pero, para volver a rechupetear despreocupadamente, tenemos que dar un salto en el tiempo y llegar al año 1952. El fin de las cartillas de racionamiento coincide con el uso generalizado de las neveras domésticas y el frío industrial en la restauración pública donde hasta el momento se utilizaban simples fresqueras con enormes barras de hielo incrustadas que intentaban mantener fríos los alimentos y refrescos estivales. La moda del veraneo y el turismo de sol y playa se suman a la costumbre de pasearse en bikini helado en mano, pero esta vez en tarrinas transportables, incrustado en un cucurucho de barquillo o, más tarde, emparedado entre finas láminas de galleta.
Pero fue a partir de finales de los setenta y en la década de los ochenta donde los niños de entonces se encontraron con genialidades como el Frigo Dedo, el Frigo Pie, el Calippo, el Drácula o el Twister, una locura de tres sabores y colores que se retorcían juntos en un palo sin mezclarse en un alarde de innovación tecnológica sin precedentes.
Por qué no se canta en la mesa ni se abre la boca al masticar.
A lo largo de la historia el ser humano ha complicado el acto de comer, añadiendo costumbres y hábitos que se han ido expandiendo hasta nuestros días.
El por qué de nuestra manera de sentarnos, de ingerir la comida y de relacionarnos con otros comensales, está lleno de respuestas y también de interrogantes.
Para ello, comentaremos qué significa sentarse en la cabecera de la mesa, por qué no se debe cantar o porque no se debe comer con la boca abierta.
En primer lugar, hablaremos sobre el significado de sentarse en la cabecera de la mesa y quien debe hacerlo. Para responder a esta pregunta, cabe recalcar que quien debe sentarse no es escogido al azar, sino que se debe a unas reglas de protocolo. La cabecera de la mesa es una ubicación estratégica en eventos protocolarios, ya que es el lugar principal y de mayor importancia.
En general, este lugar está reservado para el anfitrión o la persona de mayor rango o jerarquía en el evento. Sin embargo, hay excepciones a esta regla. Por ejemplo en un ámbito familiar, dado el carácter patriarcal que rige en nuestra sociedad, el padre de familia o la persona que celebra una ocasión especial, ocupará ese lugar.
En segundo lugar, explicaremos por qué no se debe cantar en la mesa. Como dice el dicho: «Quien come y canta, algún sentido le falta» o esa ha sido desde hace muchos años la visión que se ha tenido sobre aquellos que realizaban esta práctica. Este hecho siempre ha sido considerado una falta de respeto hacia el resto de comensales.
En tercer lugar, comer con la boca cerrada no solo tiene una importancia en el protocolo sino que también tiene otros beneficios. Mantener la boca cerrada mientras masticas es una cortesía social básica. Evita los ruidos desagradables y ayuda a mantener un ambiente agradable en la mesa. Pero también:
Higiene : Comer con la boca cerrada minimiza el riesgo de que se expulsen partículas de comida y saliva, lo que puede ayudar a reducir la propagación de gérmenes y mantener la limpieza.
Digestión : Masticar con la boca cerrada favorece una correcta masticación y deglución. Esto puede ayudar a la digestión, ya que los alimentos se descomponen de forma más eficaz antes de llegar al estómago.
Atención plena : cerrar la boca mientras come puede ayudarle a concentrarse en la comida, promoviendo la atención plena y permitiéndole disfrutar de los sabores y las texturas de la comida.
Prevención de la asfixia : mantener la boca cerrada puede ayudar a prevenir la asfixia al garantizar que la comida esté completamente masticada y tragada antes de tomar otro bocado.
Esta serie de hábitos, han ido construyéndose a lo largo de la historia creando un protocolo específico que garantiza el respeto hacia el resto de comensales durante una comida. Su importancia es tal, que hasta nuestros días se han seguido considerando imprescindibles y han ido pasando de generación en generación mediante la educación.