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Un estudio revela cuánto gastan los españoles de su presupuesto en alimentación
Según un estudio de Barómetro Food 2024, el presupuesto del gasto mensual de los españoles en alimentación representa una media del 25% de su presupuesto total. Este dato pone de manifiesto la importancia que tiene la alimentación en la economía familiar y cómo esta categoría de gasto influye en la vida cotidiana de los españoles.
¿Por qué es importante el gasto en alimentación?
El gasto en alimentación es fundamental porque no solo afecta la economía del hogar, sino también la calidad de vida. A medida que los precios de los alimentos fluctúan, las familias deben adaptarse y priorizar sus compras.
Todos los detalles del análisis
El Barómetro Food 2024 revela que los españoles destinan una parte considerable de sus ingresos a alimentos y bebidas. Este gasto incluye productos frescos, envasados y de limpieza. El aumento de la inflación también ha influido en los hábitos de compra, llevando a las familias a buscar ofertas y a priorizar ciertos alimentos.
- Frutas y verduras: estas son esenciales en la dieta diaria y representan una parte significativa del presupuesto.
- Carnes y pescados: aunque son más caros, muchos españoles consideran estos productos como imprescindibles.
- Alimentos procesados: a menudo más económicos, son elegidos por su conveniencia.
Cambios en los hábitos de consumo
La situación económica ha llevado a muchos a cambiar sus hábitos de consumo. Algunos consumidores han optado por marcas blancas, que suelen ser más económicas, mientras que otros han reducido la frecuencia de compra de ciertos productos. Estos cambios reflejan una adaptación a las nuevas realidades económicas.
La influencia de la marca
El Barómetro Food 2024 también destaca que las marcas juegan un papel importante en la decisión de compra. La lealtad a ciertas marcas puede influir en cómo se distribuye el gasto. Las promociones y descuentos también pueden cambiar las preferencias del consumidor. El presupuesto del gasto mensual de los españoles en alimentación es un indicador clave de cómo se gestionan los recursos familiares. Si entendemos los hábitos de consumo y las preferencias de marca, los españoles pueden optimizar sus gastos y tomar decisiones más saludables.
Un estudio revela cuánto gastan los españoles de su presupuesto en alimentación
Tecnología para garantizar el futuro de la alimentación mundial
Los centros tecnológicos enfocados a la transformación del sistema alimentario han puesto el foco en el desarrollo de nuevas tecnologías y otras soluciones para encontrar fuentes de proteínas alternativas y desarrollar ingredientes y alimentos innovadores que, además de ser nutritivos y saludables, se puedan producir de forma eficiente y rentable y con un menor impacto medioambiental para el planeta.
La alimentación de futuro pasa por impulsar la circularidad, aprovechando y poniendo en valor los subproductos que se generan en la propia industria agroalimentaria para convertirlos en nuevos ingredientes mejorados tecnológicamente para fabricar nuevos alimentos y bebidas. La fermentación, la inteligencia artificial, las tecnologías ómicas y otras tecnologías ya lo hacen posible.
El bagazo, por ejemplo, el residuo que se genera en la fabricación de cerveza, se ha convertido en una fuente de proteínas cada vez más valorada por la industria agroalimentaria. Hace solo unas semanas la compañía distribuidora de ingredientes Trades anunciaba la incorporación a su cartera de la harina elaborada a partir de este subproducto por su representada Agrain, ideal en aplicaciones como pizza, pan, pasta o crackers.
Y en el concurso de ideas ImpacTaste, promovido por la compañía Hijos de Rivera y Blendhub, han resultado premiados snacks, panes y bebidas elaborados a partir de bagazo.
“El reemplazo de proteínas de origen animal por otras vegetales es ya una realidad que debe ser ampliada en el futuro”
La valorización de residuos para generar nuevos alimentos y luchar contra el desperdicio alimentario también ha tenido en el último año un éxito reseñable, el del proyecto WaSeaBi desarrollado por el centro tecnológico AZTI, que ha permitido desarrollar una tecnología para crear ingredientes a partir del agua utilizada en la cocción de mejillones.
Al igual que los avances, también muy significativos, en la búsqueda de nuevas fuentes de proteína a partir de insectos y, también, de vegetales como setas, frutos secos o algas para el desarrollo de productos plant-based. No solo para satisfacer las demandas del colectivo veggy o vegetariano, cada vez más numerosos, también para poder incrementar la producción de alimentos a nivel mundial.
Entre los últimos logros, las oportunidades que ofrecen el cultivo de biomasas como la lenteja de agua y las microalgas, con un alto contenido proteico y más sostenible de producir, para el desarrollo de proteínas alternativas destinadas a la fabricación de alimentos y bebidas saludables, como ha demostrado el proyecto Supralem, liderado por el centro tecnológico Ainia.
“El desarrollo de nuevos productos basados en proteínas alternativas a las de origen animal es imprescindible”, señalaban Mar Villamiel y Laura Jaime de Pablo, de CIAL (CSIC-UAM) en la Guía de la Tecnología Alimentaria 2024 publicada por Tecnifood, para poder hacer frente al incremento exponencial de la población mundial. “El reemplazo de proteínas de origen animal por otras vegetales es ya una realidad que debe ser ampliada en el futuro”.
El cell-based es otra de las alternativas que sigue avanzando. La comercialización de carne producida en un laboratorio para consumo humano ya es posible en Estados Unidos y Singapur y está más cerca en Europa, donde a finales de año la compañía británica Mealty Foods tiene previsto lanzar carne de pollo cultivada para animales. Será la primera en hacerlo en el mundo.
Y Gourmey ha sido la primera empresa en solicitar aprobación regulatoria en la Unión Europea para su foie gras cell-based, según recogía el Centro Nacional de Tecnología Alimentaria CNTA en su último Mapa de Escenarios de Oportunidad FoodTech.
Un estudio de YouGov para el Good Food Institute Europe señalaba hace unos meses que el 56% de los españoles ya está dispuesto a probar la carne cultivada y el 60% son partidarios de impulsar su producción y la I+D en la industria alimentaria.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Alimentación, Eurecat, un centro que también trabaja en proyectos en tecnología alimentaria, ha destacado también entre las principales tendencias de la alimentación del futuro, el auge de los alimentos funcionales que aportan beneficios extras a la salud, así como de la nutrición personalizada para consumidores con necesidades específicas en su alimentación y que puede ayudar a prevenir la aparición de enfermedades relacionadas con la dieta.
El 44% de los alimentos en los supermercados españoles están innecesariamente envasados en plástico
Según un estudio de DS Smith, casi la mitad de los productos alimentarios en los supermercados de España están empaquetados en plástico que podría eliminarse o sustituirse por alternativas más sostenibles, lo que supone utilizar 16.600 millones de piezas de plástico al año innecesariamente.
Un estudio pionero sobre 1.500 productos de supermercados revela el uso excesivo de plástico en los envases de alimentos y bebidas en España. El Material Change Index (Índice de Cambio de Materiales), elaborado por Retail Economics para DS Smith, cifra en un 44% los productos alimentarios en los supermercados españoles que están envueltos en plástico que podría ser reemplazado por alternativas más sostenibles.
Este uso masivo de plástico supone que en el país se utilizan, innecesariamente, 16.600 millones de elementos de plástico cada año. La mayoría de este plástico proviene del packaging de carne y pescado (84%), productos lácteos (83%) y alimentos procesados, incluidas las comidas preparadas (78%).
Una encuesta entre productores y distribuidores de alimentos en Europa, realizada en el marco del estudio, revela que un 98% del sector se ha comprometido a reducir el uso de envases plásticos. Sin embargo, tres de cada cinco tienen dos años o menos para cumplir sus objetivos, y una cuarta parte reconoce que no está en camino de lograrlos.
Entre los obstáculos a superar, destacan el coste de las materias primas (40%) y el miedo a que los consumidores no acepten los cambios (39%). En este sentido, los productores y distribuidores de alimentos temen que las modificaciones en los envases puedan hacerlos menos competitivos: un 72% creen que los compradores no estarían dispuestos a pagar más por envases sostenibles, y casi dos tercios (65%) piensan que los consumidores no querrían sacrificar la comodidad por la sostenibilidad.
Dependencia excesiva del plástico
El estudio Material Change Index ha analizado los materiales de packaging en 25 de los supermercados más populares de seis mercados europeos: Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y Polonia. Los resultados muestran que España es el segundo país más dependiente del plástico en Europa, con más de dos tercios (67%) de los alimentos envasados en plástico. Reino Unido encabeza la lista con un 70%, seguido de España (67%), Italia (66%), Alemania (66%), Polonia (62%) y Francia (59%).
España tiene una proporción significativa de productos sin envasar (11%) en comparación con otros países, gracias a la mayor presencia de panaderías y mostradores de alimentos frescos en los supermercados. Sin embargo, las empresas españolas sienten menos presión por parte de los consumidores para cambiar sus envases por alternativas más sostenibles, ya que solo un 40% prevé que la demanda de alternativas sin plástico aumente en los próximos años, muy por debajo de la media europea del 81%.
Francia es el país donde menos productos de los supermercados utilizan plástico como principal material de embalaje. Esta tendencia se debe, en parte, a la gran presencia de mostradores de productos frescos (como panaderías y queserías), donde los artículos se venden sin envoltorios, y a las secciones de productos orgánicos que ofrecen alimentos a granel y opciones de recarga para cereales y granos. El sólido desempeño de Francia también está impulsado por la prohibición gradual de envases plásticos para frutas y verduras frescas. Incluso al incluir productos procesados o precocinados (como frutas y verduras deshidratadas), el uso de plástico en esta categoría es del 44%, muy por debajo del 78% del Reino Unido. Se espera que esta cifra siga disminuyendo antes de que entre en vigor una prohibición total en 2026.
El 82,4% del plástico innecesario podría reemplazarse con alternativas en fibra
El estudio Material Change Index está impulsado por DS Smith, compañía líder a nivel mundial en soluciones de packaging sostenible en cartón ondulado, con gran presencia en España. Ignacio Montfort, director ejecutivo de DS Smith Packaging Iberia, apunta: “Las empresas de alimentación están comprometidas con la sustitución de los envases de plástico, pero mientras los objetivos sigan siendo voluntarios, no podremos cambiar la situación”. Aunque la UE ha establecido reglas para eliminar ciertos plásticos, a menudo avanzar en esta dirección puede hacerles perder competitividad, creando una desventaja para quienes actúan primero: “Necesitamos normas globales unificadas que permitan acelerar el proceso. La UE y Estados Unidos deben liderar este esfuerzo con el Tratado Global sobre Plásticos”, defiende Montfort. “No todo el plástico puede o debe ser reemplazado, y no todo puede suceder de inmediato, pero hay demasiado plástico que nunca será reciclado, por lo que eliminarlo de nuestras cadenas de suministro es clave para reducir los residuos”.
DS Smith estima que el 82,4% del plástico utilizado innecesariamente en España podría reemplazarse o reducirse significativamente con alternativas basadas en fibra. Asimismo, la empresa continúa invirtiendo en la búsqueda de nuevas soluciones, como la creación del R8, un Centro Global de Investigación y Desarrollo e Innovación, diseñado para acelerar la innovación en envases y llevar a cabo programas piloto con algunas de las mayores empresas de productos de consumo del mundo.
Los diferentes tipos de uva para los vinos
Los diferentes tipos de uva juegan un papel fundamental en la elaboración de vinos, aportando características únicas que definen su sabor, aroma y estructura. Vamos a explorar algunas de las variedades más utilizadas y cómo influyen en los vinos que disfrutamos.
Uvas tintas: La base de los vinos tintos
Tempranillo: La reina española
El Tempranillo es sin duda la uva tinta más emblemática de España. Esta variedad versátil se utiliza en la elaboración de algunos de los vinos tintos más reconocidos del país. Los vinos de Tempranillo suelen tener un color intenso y aromas a frutas rojas maduras, con taninos moderados que les dan buena estructura.
Cabernet Sauvignon: Un clásico internacional
Originaria de Burdeos, la Cabernet Sauvignon es una de las uvas tintas más conocidas a nivel mundial. Produce vinos estructurados con sabores intensos a grosella negra y cassis, acompañados de notas especiadas. Sus taninos firmes le confieren una excelente capacidad de envejecimiento.
Merlot: Suavidad y accesibilidad
La Merlot es apreciada por producir vinos suaves y accesibles. Sus vinos se caracterizan por sabores a ciruelas y cerezas negras, con taninos más suaves que los de la Cabernet Sauvignon.
Uvas blancas: Frescura y diversidad
Chardonnay: Versatilidad y reconocimiento
La Chardonnay es una de las uvas blancas más versátiles y reconocidas. Puede producir vinos secos y cremosos con notas de frutas cítricas y manzanas.
Sauvignon Blanc: Frescura y vivacidad
Los vinos de Sauvignon Blanc se caracterizan por su frescura . Ofrecen una acidez vibrante y sabores que van desde cítricos hasta frutas tropicales, a menudo acompañados de un toque mineral.
Verdejo: El orgullo español
El Verdejo se ha convertido en una de las variedades blancas más importantes de España. Produce vinos elegantes con aromas intensos a frutas y hierbas, y un final persistente. Su versatilidad permite elaborar desde vinos jóvenes y frescos hasta vinos con crianza.
Uvas para vinos especiales
Moscatel: Dulzura aromática
La uva Moscatel es conocida por producir vinos blancos dulces con intensos aromas a uva fresca, albaricoque y miel. Es una variedad muy utilizada en la elaboración de vinos de postre y mistelas.
Palomino: El alma del jerez
En el sur de España, la uva Palomino es la base de los famosos vinos de Jerez. Esta variedad permite la elaboración de una amplia gama de estilos, desde los finos secos y ligeros hasta los olorosos más complejos y concentrados.
La diversidad de uvas utilizadas en la elaboración de vinos es inmensa, y cada variedad aporta sus propias características únicas. Desde las uvas tintas que dan vida a vinos robustos y estructurados, hasta las blancas que ofrecen frescura y vivacidad, pasando por variedades especiales para vinos dulces y fortificados, el mundo del vino es un universo fascinante de sabores y aromas por descubrir. La próxima vez que disfrutes de una copa de vino, piensa en la uva que le dio origen y en cómo ha influido en sus características.https://www.solardesamaniego.com/blog/variedades-de-uva-en-espana
Alimentos irradiados: mitos y verdades sobre esta técnica
La irradiación de alimentos es una técnica efectiva para reducir el riesgo de intoxicación bacteriana, pero aún tiene que lidiar con el temor de algunos consumidores
La irradiación de alimentos es una técnica usada en la producción de alimentos. Se puede utilizar para matar bacterias que provocan intoxicaciones alimentarias como Salmonella, Campylobacter y E.coli. También puede ayudar a conservar los alimentos y reducir el desperdicio de alimentos.
Consiste en aplicarles radiaciones ionizantes, un proceso físico no térmico por el que se exponen los alimentos a una fuente de energía radiante que puede ser de tres tipos: rayos gamma, rayos X o electrones acelerados.
Aunque este tratamiento ha ganado poco a poco la aceptación de consumidores, sobre todo de ciertos países como EEUU, en otros países europeos tarda en ganar apoyo. Muchos consumidores son, en un primer momento, hostiles a la irradiación, porque solo la palabra ya genera preocupación.
Los mitos más extendidos de la irradiación de alimentos
Los beneficios de los alimentos irradiados, así como sus limitaciones, están bien documentados en el registro científico, que muestra que la técnica puede ayudar a abordar los problemas de suministro y seguridad de los alimentos sin que ello suponga un riesgo para la salud.
Algunos de los mitos más generalizados sobre la irradiación de alimentos hablan de:
1. En España abundan los productos irradiados en los lineales
No es cierto porque la legislación es muy estricta en este sentido. En nuestro país los productos alimenticios que se pueden someter a un tratamiento de radiaciones ionizantes son las hierbas aromáticas secas, las especias y los condimentos vegetales, con un valor máximo de la dosis total media de la radiación absorbida de 10 kGy. Esto no significa que no se importen gran cantidad de alimentos irradiados ya que no existe ninguna prohibición sobre la comercialización de estos productos.
2. Los alimentos irradiados pueden ser radiactivos
El proceso no constituye un riesgo porque no convierte el alimento en radioactivo, no pueden emitir radiación. La idea detrás de este proceso es destruir las bacterias exponiéndolas a los radicales libres que son altamente reactivos y pueden interrumpir la división celular.
Esto no hace que la comida sea radioactiva. Pero el proceso debe llevarse a cabo en las instalaciones autorizadas, se apliquen unas determinadas fuentes de radiaciones ionizantes y con una dosis total media igual o inferior a 10 kGy.
3. El alimento pierde buena parte de sus nutrientes
Proteínas, grasas y carbohidratos, principales componentes de los alimentos, son bastante resistentes a la irradiación. Algunas vitaminas, como la A, la E y la K son un poco más sensibles, como lo son también a otros procesos que se aplican con el mismo propósito.
En cambio, según un informe, las patatas irradiadas con 0,1 kGy para inhibir su germinación y que se almacenan a 15-20ºC retienen más vitamina C que las no irradiadas y refrigeradas a 5-5ºC para el mismo propósito. No obstante, se ha demostrado que enrancia las grasas, sobre todo lácteas, por lo que se trata de productos que no suelen irradiarse.
Aunque las propiedades organolépticas se mantienen en gran parte inalteradas, con las dosis adecuadas, también es cierto que a dosis elevadas, si bien no afecta a la inocuidad, sí pueden producirse modificaciones que afecten la calidad sensorial.
4. No podemos saber si un alimento es irradiado
En la Unión Europea, todos los alimentos o ingredientes de alimentos que han sido irradiados tienen que llevar en la etiqueta la indicación “irradiado” o “tratado con radiación ionizante”, junto con el logotipo de radura en el envase (con excepción de algunas especias y algunos ingredientes) para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas.
5. La radiación puede hacer los alimentos cancerígenos
Muchos consumidores creen que se exponen a compuestos cancerígenos que se forman durante la irradiación, un error que suele venir porque asociamos conceptos como radioterapia o radiación con el cáncer.
La mayoría de los alimentos se someten a niveles de radiación inferiores a los 10 kiloGray, una radiación con efectos similares a los de la pasteurización de la leche, aunque sin esterilización. En general, la irradiación no deja residuos en los alimentos.
6. Las instalaciones donde se tratan usan fuentes nucleares/radiactivas
La mayor parte de los componentes de una instalación de estas características están pensados para dar total seguridad al proceso. Las barras de cobalto-60 y cesio-137 usadas se destinan de forma expresa a este proceso después de haber pasado por rigurosos controles.
La comida nunca toca la fuente de energía radiactiva y los rayos matan las bacterias dañinas de los alimentos como Salmonella en lugar de permanecer en ellos. La irradiación solo aumenta la vida útil de un producto.
Aunque se trata de un tratamiento que mejora la resistencia de los productos, esto se debe sobre todo a que elimina buena parte de los organismos que los deterioran, como Escherichia coli O150:H7, Salmonella y Campylobacter Jejuni.
Los beneficios de la irradiación
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), si solo se irradiara el 50% de los alimentos, se podrían evitar casi un millón de casos de infecciones bacterianas y se salvarían unas 350 vidas cada año.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el Comité Científico de la Alimentación Humana (CCAH) se muestra a favor de la irradiación de frutas, hortalizas, cereales, tubérculos como patatas, condimentos y especias, pescados, moluscos, carnes frescas, carne de ave, camembert de leche cruda, ancas de rana, clara de huevo, copos de cereales, harina de arroz, etc. Aunque no debe usarse como sustituto de las medidas de higiene.
FUENTE: https://www.eldiario.es/era/alimentos-irradiados-mitos-verdades-tecnica_1_9579869.html
Food 4 Future 2024: El futuro del sector alimentario pasa por IA Generativa, la automatización y la computación cuántica
La industria alimentaria se encuentra en constante evolución gracias a la implementación de tecnologías de vanguardia que optimizan procesos, mejoran la calidad y garantizan la seguridad de los productos. Estas innovaciones y su implementación, que están marcando sin duda el sector, han sido algunas de las protagonistas de la primera jornada de la nueva edición de Food 4 Future – Expo Foodtech 2024 que ha arrancado este martes 16 en Bilbao y que se prolongará hasta el jueves 18.
Entre las tecnologías destacadas encontramos la visión artificial industrial, capaz de detectar defectos de calidad que podrían pasar desapercibidos y que pueden afectar a lotes enteros de productos y generar problemas de logística y con el consumidor final. Emilio de la Red, Director de Innovación y Desarrollo de Negocio de Inspectra (INNDEO), ha explicado que para realizar esas inspecciones de control de calidad a alta velocidad “utilizamos IA Generativa, GPUs, imágenes de alta resolución o imágenes químicas”, que contribuyen a un análisis más exhaustivo y que evitan la problemática, unas tecnologías que se aplican en máquinas industriales como las de la limpieza.
La automatización es otro de los puntos clave en la mejora de la eficiencia y la calidad en la industria alimentaria. Oscar Palacín, Robotics Researcher de Eurecat, ha puesto sobre la mesa la implementación de robots industriales y sistemas automatizados para realizar tareas como la cosecha, la pulverización y la poda en la agricultura. Estas soluciones, diseñadas para operar de manera autónoma y precisa, están transformando la manera en que se llevan a cabo las operaciones agrícolas, enfrentando desafíos como el cambio climático y la escasez de mano de obra. En la misma línea, Frit Ravich está incorporando también soluciones de robótica colaborativa y dispositivos IoT para tener más información sobre los procesos y automatizar las operaciones de planta y mejorar los estándares de calidad.
La tecnología también es una gran aliada para garantizar la seguridad y la calidad alimentaria en las fábricas de bebidas. Así lo han puesto de manifiesto Antonio Rodríguez, Quantum Computing Scientist de Fujitsu International Quantum Center, y María Paredes, Research Technician de Hijos de Rivera (Estrella Galicia), que han presentado un proyecto de investigación centrado en dos técnicas de computación cuántica aplicadas a la percepción del sabor. El trabajo ha demostrado cómo la identificación precisa de moléculas y su interacción con receptores de sabor pueden revolucionar el desarrollo de productos alimenticios. Esta innovación podría abrir puertas a la creación de nuevos sabores y la mejora de la frescura en diversos productos de alimentación.
Por su parte, Nadia Khaled, Department Manager Digital Food Safety de Nestlé, ha destacado la importancia de la transformación digital en la seguridad alimentaria y lo ha hecho presentando una plataforma de alerta temprana desarrollada en colaboración con SGS. Esta innovadora herramienta monitorea una amplia gama de fuentes web para identificar riesgos emergentes y cambios regulatorios, permitiendo una respuesta proactiva a los desafíos del sector que siempre están en constante evolución.
La Inteligencia Artificial (IA) está causando una auténtica revolución en todos los sectores y el alimentario no iba a ser una excepción, tal y como han explicado en otra de las sesiones representantes de compañías como Tecnocreativa, Aggity e IFR. Actualmente se está utilizando en todos los eslabones de la cadena de valor, desde el diseño y el desarrollo de productos, pasando por el control de calidad, la cadena de suministro, la robótica o la atención al cliente. Además, la IA también cuenta con otras aplicaciones en la industria alimentaria como su uso en la automatización de tareas manuales y repetitivas, en la simulación de procesos de producción en tiempo real para visualizar errores y reducir la inactividad, o en la predicción de fallos en máquinas que provoquen un parón en la producción.
Innovación alimentaria: tecnologías que cambiarán la forma en que comemos en 2024
La innovación alimentaria se encuentra en un punto de inflexión en 2024, marcando un antes y un después en la forma en que la industria de alimentos y bebidas desarrolla, fabrica, envasa, y distribuye sus productos.
Las nuevas tecnologías irrumpen en la industria alimentaria con innovaciones que van desde la agricultura vertical hasta la impresión 3D de alimentos
Agricultura vertical, hidroponía e impresión 3D como tecnologías de cambio
La agricultura vertical y la hidroponía representan un salto cualitativo en términos de sostenibilidad y eficiencia, ya que al trasladar la producción agrícola a entornos controlados y verticales, se reduce significativamente el uso de agua, se eliminan los pesticidas y se acorta la cadena de suministro, garantizando frescura y reduciendo la huella de carbono.
Este enfoque no solo responde a la creciente demanda de alimentos producidos de manera sostenible, sino que también ofrece una solución a los retos impuestos por el cambio climático y la urbanización.
Por su parte, la impresión 3D de alimentos abre un mundo de posibilidades para la personalización de la nutrición y la creación de platos con texturas y sabores únicos, esta tecnología permite imprimir alimentos a partir de una amplia variedad de ingredientes, incluyendo:
- Proteínas
- Carbohidratos
- Grasas
Ofreciendo opciones personalizadas para cada individuo.
Casos de éxito en la industria alimentaria
- Natural Machines: Empresa española que ha desarrollado un revolucionario sistema de impresión 3D para alimentos.
- ByFlow: Startup israelí que ofrece soluciones de impresión 3D para la industria alimentaria, incluyendo impresoras 3D de chocolate y carne.
- IBM Food Trust: Plataforma blockchain que utiliza inteligencia artificial para mejorar la trazabilidad y seguridad alimentaria.
- SimScale: Empresa que ofrece soluciones de simulación computacional para optimizar el diseño de productos alimenticios y la eficiencia de las plantas de producción.
Las 5 tecnologías disruptivas que hemos presentado en este artículo tienen el potencial de transformar la industria alimentaria en 2024.
¿Qué es la alimentación sostenible?
Una alimentación se considera sostenible cuando durante su producción se ha reducido el impacto medioambiental y se respeta a la biodiversidad, y a través de cual se contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional. Tener en cuenta qué alimentos se incluyen en la dieta puede repercutir tanto nuestra salud como en la del planeta.
“A pesar de los éxitos de la agricultura en las últimas tres décadas, los sistemas alimentarios y las dietas actuales no son sostenibles”. Esto es lo que afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su informe Dietas sostenibles y biodiversidad.
Según la FAO, la alimentación sostenible parte de una producción de alimentos con un impacto ambiental reducido. También debe respetar la biodiversidad y los ecosistemas, económicamente justa y asequible. Además de ser nutricionalmente inocua y saludable. Así se optimizan los recursos naturales y humanos para garantizar que las generaciones futuras tengan acceso a una vida saludable en un entorno de desarrollo sostenible.
El impacto de la alimentación sostenible en el planeta
Según Statista, los sistemas alimentarios suponen el cerca del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global.
Su producción utiliza el 48% de los recursos naturales, el 70% del agua dulce y contribuye notablemente a la deforestación y la pérdida de biodiversidad, advierte la FAO en otro informe. Son datos que reflejan un reto épico: alimentar a 7.500 millones de personas, una población que según todas las previsiones en 2050 superará los 9.600 millones. La conclusión es que el modelo de producción actual no es sostenible y de seguir así necesitará recursos equivalentes a casi tres planetas.
La meta es lograr una industria alimentaria que sea sostenible en todos los eslabones de la cadena, es decir, en todas las etapas por las que pasan desde su producción hasta su consumo, incluyendo su empaquetado, su transporte y su venta. Las cadenas de suministro sostenibles persiguen que haya un equilibrio entre el beneficio económico, el bienestar social y el respeto al medioambiente. Así se garantizan las buenas prácticas, la trazabilidad de los productos y unas condiciones justas para productores, intermediarios y consumidores. Cada vez son más las empresas y grandes superficies que incorporan medidas de carácter sostenible a sus cadenas de suministro o programas de compras.
Conversión ecológica para producir de manera sostenible
En países como España, y con el objetivo de impulsar la producción ecológica, los agricultores y ganaderos disponen de préstamos para quienes quieran convertir una explotación agrícola o ganadera convencional en ecológica. BBVA es la primera entidad en este país que ofrece una línea de financiación que les permitirá, durante el periodo de conversión, hacer frente a los posibles desajustes entre ingresos y gastos que se generan a la hora de cumplir la normativa de la Unión Europea para comercializar productos ecológicos.
Hacia una nutrición sostenible
Alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano se pierde o desperdicia, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En total, unos 1.300 millones de toneladas, una cantidad con la que se podría alimentar a los 690 millones de personas que padecen hambre en el mundo, y que suponen el 8,9% de la población mundial.
Más allá de lo alarmante de estos datos, se suma la preocupación derivada del empleo de recursos naturales en vano para su producción. En concreto, esos alimentos consumen cerca de una cuarta parte de toda el agua utilizada con fines agrícolas; requieren una superficie cultivada del tamaño de China; contribuyen a la pérdida de biodiversidad y son responsables de un 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
En la misma línea, los datos de la Unión Europea apuntan que cada año entre un 30% y un 50% de alimentos comestibles acaban en la basura, y España, con 7,7 millones de toneladas, se sitúa en séptima posición del listado de países que despilfarran alimentos, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).
La industria alimentaria es responsable del 30% del consumo energético mundial y de un 22% de los gases de efecto invernadero
El despilfarro alimentario es solo uno de los responsables de la huella medioambiental asociada a nuestra alimentación. Una huella que se ha incrementado durante los últimos años debido al aumento de la población mundial que, según la FAO, está previsto que alcance los 9.100 millones de personas en 2050, lo que supondría un aumento de la producción alimentaria del 70% en el mundo, y de un 100% en los países en desarrollo.
Para hacer frente a esta situación, asegurar una producción suficiente para prevenir el hambre y la malnutrición y, a la vez, cuidar del planeta para evitar el agotamiento de sus recursos naturales, se hace cada vez más necesario reflexionar sobre el impacto de nuestra alimentación, desde un ámbito local a otro más global con el planeta como protagonista. Porque, aunque el interés por una dieta saludable es cada día más habitual, ¿tenemos en cuenta también su huella medioambiental?
Reducir el impacto de la dieta
Según la FAO, las dietas sostenibles son aquellas que generan un impacto ambiental reducido y contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable.
Además, protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles y económicamente justas y asequibles. Desde un punto de vista nutricional, se consideran adecuadas, inocuas y saludables, además de optimizar los recursos naturales y humanos.
Durante la última década, muchos países han incorporado consideraciones de sostenibilidad en sus políticas alimentarias y programas de educación del consumidor, con recomendaciones que pasan por apostar por una alimentación basada principalmente en alimentos de origen vegetal, optar por alimentos locales y de temporada, reducir el desperdicio de alimentos, consumir pescado de reservas sostenibles y disminuir el consumo de carne roja y procesada, alimentos altamente procesados o bebidas azucaradas. Se trata, al fin y al cabo, de fomentar una alimentación saludable, entendida como aquella que, desde su producción hasta su consumo, reduce el impacto negativo generado por su producción a la vez que permite colaborar con el entorno de una u otra manera. En este sentido, “La Guía de Alimentación” de la Generalitat de Catalunya recoge que una alimentación sostenible es aquella que se considera «suficiente, completa, equilibrada, satisfactoria, segura, adaptada al comensal y al entorno, sostenible y asequible».
Una de las principales medidas para llevarla a cabo es optar por frutas y hortalizas de proximidad y de productores locales. De este modo, se ayuda a la economía de la zona en la que se produce, se incentiva el desarrollo rural y se disminuye la reducción de la contaminación derivada de su transporte. Prestar atención a la dieta, las proporciones entre alimentos animales y vegetales, y el agua y bebidas embotelladas que se con- sumen son otros gestos al alcance de todos que influyen en la salud del planeta.
https://www.lavanguardia.com/vida/salud/20210527/7482990/hacia-una-nutricion-sostenible.html
Luis Planas señala la necesidad de avanzar hacia una autonomía estratégica más abierta en la producción de proteína vegetal
Luis Planas participa hoy, en la ciudad belga de Genk, en el Consejo Informal de Ministros de Agricultura de la Unión Europea, donde ha expresado la oportunidad de fijar líneas de actuación para una autonomía estrategia más abierta en la producción de proteína vegetal y desarrollar un sector agroalimentario más competitivo.
Planas ha recordado que una de las prioridades de la Presidencia española del Consejo de la UE fue la de impulsar esta autonomía que reduzcan la dependencia externa de materias primas y de productos esenciales como los destinados a proveer las necesidades de proteína vegetal.
Para ello, ha sugerido distintas medidas como la de incrementar el grado de autoabastecimiento del conjunto de fuentes proteicas, a través del aumento de la producción comunitaria y la diversificación hacia otras fuentes de proteína para alimentación animal o la de priorizar la política comercial y la negociación de acuerdos con terceros países orientados al acceso a estos insumos.
Ha señalado la importancia de mejorar los rendimientos de los cultivos proteicos e incentivar el consumo de legumbres como alimento básico de una dieta saludable. Con este objetivo, ha pedido establecer apoyos específicos para desarrollar estos cultivos.
El ministro ha citado la innovación, inversión e investigación en mejora varietal como herramientas para avanzar en la diversificación de las proteínas y mejorar los rendimientos. Para el ministro, la mejora vegetal requiere de una “apuesta clara” por impulsar políticas comunitarias de investigación y desarrollo que propicien avances como las nuevas técnicas de edición genética, “un asunto que apoyamos ampliamente durante la Presidencia española del Consejo” ha remarcado.
Planas ha señalado que la nueva Política Agrícola Común (PAC) cuenta con diferentes herramientas para favorecer su desarrollo y ha citado algún ejemplo práctico llevado a cabo por el Gobierno de España como reforzar la ayuda asociada a los cultivos proteicos con 51,25 millones de euros en el periodo 2023/2027, un 18 % más frente al anterior.
El ministro ha señalado que en las últimas semanas se ha discutido sobre las respuestas que hay que dar a las necesidades de agricultores y ganaderos, “pero ahora hay que dar un salto y no hablar solo de rentabilidad y sostenibilidad, sino también de enfrentarnos a los retos del futuro, es decir, de cómo aumentar la producción vegetal para el consumo humano y la alimentación animal”.