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Archivos de la categoría: industria alimentaria

Hierba de Limón

El aceite de hierba de limón es el aceite volátil obtenido de las hojas y partes aéreas de las plantas Cymbopogon citratus y Cymbopogon flexuosus. Esta planta, conocida como hierba de limón, es una planta perenne tropical que produce un aceite esencial aromático. El nombre «hierba de limón» proviene del característico olor a limón del aceite. La producción mundial anual de aceite de hierba de limón es de aproximadamente 1000 toneladas en un área de 16 000 hectáreas. Esta planta se cultiva ampliamente en tierras marginales, bordes de campos y como mantillo vivo.

Los componentes principales del aceite de hierba de limón son citral, que constituye del 55 al 85% del aceite dependiendo de la especie. Este aceite es valorado por sus propiedades aromáticas y se utiliza en la industria de la perfumería y alimentaria. La hierba de limón se clasifica en la familia Poaceae, y las especies más comúnmente cultivadas son Cymbopogon flexuosus (hierba de limón india), Cymbopogon citratus (hierba de limón americana) y Cymbopogon pendulus (hierba de limón de Jammu).

Cymbopogon flexuosus, conocida como hierba de limón india, es una planta perenne robusta que alcanza aproximadamente 2 metros de altura. Se cultiva ampliamente en la India y se caracteriza por su alto contenido de citral en el aceite. Cymbopogon citratus, conocida como hierba de limón americana, es una planta sin tallo con un rizoma corto, cultivada en los trópicos, principalmente en India, Sri Lanka y Brasil. Cymbopogon pendulus, conocida como hierba de limón de Jammu, es resistente a las heladas y se caracteriza por sus tallos blancos.

https://www.sciencedirect.com/topics/food-science/lemon-grass

La industria alimentaria en la encrucijada: el desafío de la sostenibilidad frente a la avalancha regulatoria

La industria alimentaria se enfrenta a un momento crítico, marcado por la necesidad de equilibrar la sostenibilidad con un entorno regulatorio cada vez más complejo. Este desafío plantea interrogantes sobre la eficacia de las políticas actuales y su impacto en la innovación, la competitividad del sector y, finalmente, en los consumidores. En los últimos años, la proliferación de normativas ha generado una carga significativa para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas, que luchan por mantenerse al día con los cambios regulatorios.

Tomás Rojas, director financiero y de relaciones institucionales de Cooperativas Agroalimentarias, refleja el sentimiento generalizado en el sector al afirmar que, aunque la industria no se opone a los objetivos medioambientales, es crucial que las administraciones escuchen las inquietudes del sector. La falta de consulta con los actores clave ha generado frustración, ya que las regulaciones a menudo se implementan de forma apresurada y sin considerar completamente sus implicaciones operativas y económicas.

La seguridad alimentaria ha sido uno de los avances más destacados en la regulación, con mejoras en los sistemas de trazabilidad y controles sanitarios que han reducido riesgos de contaminación y protegido la salud de los consumidores. Sin embargo, la complejidad y el número de regulaciones están creando obstáculos para las empresas, lo que se refleja en un aumento de los costos operativos. Las normativas sobre transporte, refrigeración y políticas comerciales también están reconfigurando las cadenas de suministro, lo que eleva los precios y afecta la accesibilidad de los alimentos para algunos sectores de la población.

La sostenibilidad se ha convertido en otro pilar central de las políticas regulatorias, impulsando medidas como el fomento de envases sostenibles y la reducción del desperdicio alimentario. No obstante, la implementación de estas políticas ha traído consigo costos adicionales para la industria. Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), destaca cómo la legislación también afecta las facturas de las empresas, exacerbando las tensiones sobre los precios de los alimentos.

A esta situación se le añade la introducción de nuevas normativas como el reglamento de envases y residuos, aún en discusión en Bruselas, o el impuesto al plástico aprobado por el gobierno español. Estas iniciativas están siendo cuestionadas por su posible impacto negativo en la competitividad del sector y en los precios para el consumidor. Aunque la industria comparte los objetivos medioambientales, se muestra preocupada por la implementación rápida y descoordinada de las regulaciones, que podría tener efectos adversos.

En este panorama de creciente complejidad regulatoria, uno de los debates más recientes ha sido el sistema Nutri-Score. Este etiquetado nutricional, que clasifica los alimentos con una escala de colores y letras (de la A a la E), fue concebido como una herramienta para ayudar a los consumidores a elegir opciones más saludables. Sin embargo, nutricionistas y expertos critican su enfoque simplista, que no refleja adecuadamente la diversidad de los productos alimentarios. En lugar de educar al consumidor, el Nutri-Score genera confusión, penalizando incluso productos tradicionales como el aceite de oliva o los quesos curados.

Este ejemplo resalta cómo ciertas iniciativas, aunque bien intencionadas, pueden tener consecuencias no deseadas si no se implementan con la debida consideración del contexto y las complejidades del sector alimentario. Como recuerda García de Quevedo, la industria alimentaria ha sido esencial en momentos críticos, como la pandemia y la actual sequía, por lo que cualquier cambio regulatorio debe tener en cuenta la capacidad del sector para adaptarse.

El debate sobre la regulación en la industria alimentaria también toca temas clave relacionados con la política agrícola y la soberanía alimentaria. La industria advierte que un exceso de regulación podría llevar a una dependencia de las importaciones, comprometiendo la seguridad alimentaria a largo plazo. Por tanto, es fundamental que las políticas regulatorias no solo busquen la sostenibilidad y la seguridad alimentaria, sino que también protejan la viabilidad económica del sector y la accesibilidad de los alimentos para todos los consumidores.

En este contexto, se hace cada vez más necesario un diálogo estrecho y constructivo entre la industria, los reguladores y los consumidores. Como señala Rojas, es fundamental consensuar un calendario para alcanzar los objetivos medioambientales, asegurar una financiación adecuada y explorar las herramientas más eficaces para lograrlos. Un enfoque colaborativo y basado en evidencia permitirá desarrollar marcos regulatorios que promuevan la sostenibilidad sin sofocar la innovación y el crecimiento del sector.

El futuro de la industria alimentaria dependerá de encontrar un equilibrio entre la necesidad de regulación y la flexibilidad necesaria para la innovación. Será crucial que los responsables políticos trabajen de la mano con la industria para desarrollar normativas efectivas, pero también realistas y alcanzables. Esto podría incluir períodos de transición más largos para la implementación de nuevas regulaciones, incentivos para adoptar prácticas sostenibles de manera anticipada y un enfoque más matizado que considere las diferencias entre los distintos subsectores de la industria alimentaria.

En última instancia, el éxito de la industria alimentaria en navegar estos desafíos regulatorios tendrá un impacto directo en la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y el bienestar económico de millones de personas. El sector tiene una oportunidad única para liderar el camino hacia un futuro más sostenible, pero para lograrlo, necesitará el apoyo y la comprensión tanto de los reguladores como de los consumidores.

Nestlé y la Sostenibilidad: Un Paso Hacia el Empaque Ecológico en la Industria Alimentaria

En los últimos meses, Nestlé, uno de los gigantes de la industria alimentaria, ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad al anunciar su compromiso de hacer que el 100% de sus empaques sean reciclables o reutilizables para 2025. Esta iniciativa responde a una creciente presión pública y ambiental para reducir el impacto ecológico de los productos de consumo masivo, especialmente en relación con el uso de plásticos de un solo uso.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que más del 80% de la contaminación marina proviene de plásticos de origen terrestre, una gran parte de los cuales proviene de la industria alimentaria. Ante esta crisis ambiental, Nestlé ha decidido innovar en sus métodos de envasado, apostando por materiales biodegradables y alternativas sostenibles que no solo reduzcan la huella de carbono, sino que también faciliten el reciclaje y la reutilización de los empaques.

Este compromiso es parte de una tendencia más amplia en la industria alimentaria, donde empresas de diferentes tamaños están invirtiendo en investigación y desarrollo para crear empaques que sean menos dañinos para el medio ambiente. Además de Nestlé, marcas como Unilever y Coca-Cola también han adoptado políticas similares, impulsadas por una demanda creciente de los consumidores por productos más responsables con el planeta.

A pesar de los avances, la transición hacia empaques completamente sostenibles presenta desafíos, tanto técnicos como económicos. La industria alimentaria debe equilibrar la eficiencia y la funcionalidad de los empaques con su impacto ambiental, lo que implica un profundo cambio en los procesos de producción y distribución. Sin embargo, iniciativas como la de Nestlé abren la puerta a un futuro en el que la sostenibilidad y la rentabilidad puedan ir de la mano, demostrando que las grandes corporaciones pueden jugar un papel clave en la transformación hacia un modelo de consumo más respetuoso con el medio ambiente.

En resumen, la apuesta de Nestlé por empaques más sostenibles marca un hito en la industria alimentaria y refleja una conciencia creciente sobre la necesidad de modificar prácticas que durante años han tenido un fuerte impacto negativo en el medio ambiente. La innovación en los materiales de empaque es una de las claves para reducir el desperdicio y mitigar los efectos del cambio climático, una responsabilidad compartida entre los productores, los consumidores y las autoridades gubernamentales.

Un nuevo sistema determina de qué especie proviene la leche de los quesos de mezcla

Un método desarrollado por la Unidad de Proteómica en el Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CNB-CSIC) permite conocer la cantidad exacta de leche de diferentes especies (vaca, oveja y cabra) presente en los quesos de mezcla. El sistema ha sido publicado por la Asociación Española de Normalización (UNE, designado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad) como una especificación técnica, lo que permite su distribución a nivel nacional.

Los quesos de mezcla contienen leche de diferentes especies, habitualmente vaca, oveja y cabra, y el porcentaje correspondiente a cada especie determina en muchos casos su sabor, calidad y su precio. Además, muchos de estos productos están protegidos por denominaciones de origen o indicaciones geográficas. Hasta el momento, las técnicas para conocer la composición láctea de un queso se limitaban al análisis cualitativo, sin cuantificar con precisión el porcentaje de leche de vaca, oveja o cabra presente en el mismo.

Alberto Paradela, investigador del CNB-CSIC y desarrollador del método, indica que “esta técnica permite identificar la huella digital de la leche de cada especie presente en la mezcla y cuantificar su abundancia relativa en cada muestra compleja”. Gracias al análisis proteómico de los resultados, también puesto a punto en el CNB-CSIC, se puede determinar la composición real en quesos de mezcla.

Aunque inicialmente pensada para quesos de tipo ibérico, la técnica también tiene aplicación en otros productos lácteos producidos con leche de otras especies como podría ser el queso tipo mozzarella (fabricado con leche de búfala).

Utilizando esta especificación técnica, otros laboratorios de proteómica o incluso las agencias alimentarias reguladoras podrían implementar su uso para determinar la calidad de productos presentes en el mercado y certificar el origen y composición de los quesos de mezcla.

Este método ha sido el resultado de un proyecto de I+D+i impulsado por Inlac con el apoyo del CNB-CSIC, Laboratorios Arroyo, las empresa Zeulab, Queserías Entrepinares, Grupo Lactalis, Central Quesera Montesinos, Reny Picot, Grupo TGT y el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA).

Un nuevo sistema determina de qué especie proviene la leche de los quesos de mezcla – Alimentación

Crean bioplásticos a partir de celulosa para el envasado de alimentos de consumo rápido

Un equipo de investigación de IHSM la Mayora ha producido un plástico transparente y biodegradable como alternativa a los tradicionales. Este material es más resistente que otras propuestas similares y mantiene su transparencia. Los expertos confirman que podría emplearse como envase para la comida rápida o productos de panadería.

Un equipo de investigación del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (IHSM, UMA-CSIC) en Málaga ha desarrollado un bioplástico elaborado a partir de celulosa para envasar alimentos de consumo rápido. Este material podría emplearse para recubrir bollería como pan, magdalenas o galletas, o como complemento a otros envases sólidos como los que se emplean en la carne o el pescado.

Para elaborarlo, los expertos han aplicado, por un lado, celulosa comercial – principal componente de las plantas-, y glicerol, un alcohol con aspecto aceitoso que posee propiedades lubricantes y ablandantes. “Se trata de una estrategia sencilla que no se había estudiado con anterioridad”, explica la investigadora del IHSM La Mayora, Susana Guzmán.

Una de las características de este material es que es inocuo para el medio ambiente, repele el agua y a los microorganismos patógenos y posee propiedades físicas muy similares al del papel film, como su elasticidad, transparencia y maleabilidad. Según los expertos, su objetivo era encontrar una manera sencilla de desarrollar un material a través de residuos agrícolas que fuera transparente, resistente y biodegradable como alternativa a los plásticos de uso común, derivados de fuentes fósiles.

La proporción perfecta

Tal y como explican en el artículo ‘Transparent, plasticized cellulose-glycerol bioplastics for food packaging applications’ publicado en la revista International Journal of Biological Macromolecules, para desarrollar este material, emplearon celulosa, una sustancia que proporciona rigidez y resistencia a las paredes celulares de las plantas. Después, la disolvieron hasta obtener una solución transparente. A continuación, añadieron glicerol, que reúne propiedades aglutinantes que aportó a la mezcla cualidades plastificantes. “Tuvimos que realizar varios experimentos con distintas proporciones hasta dar con un rango de composición aceptable para el contacto con alimentos”, indica Guzmán.

Tras preparar distintas soluciones, el grupo científico evaporó el disolvente y obtuvo distintas películas transparentes. Todas ellas mostraron una buena resistencia y conservaron sus propiedades sin descomponerse al contacto o pasar directamente a los alimentos, requisito para su potencial uso en envases alimentarios.

Para probarlo, envolvieron pequeños bizcochos y evaluaron la dureza de los mismos a distintos tiempos, demostrando que el alimento se conservaba mejor cuando estaba protegido por este bioplástico. “Estas pruebas sirven como primer paso para continuar con el desarrollo de este material, que podría emplearse en el futuro en los mercados, restaurantes de comida rápida o panaderías”, explica la responsable del estudio.

Material biodegradable

Por último, sometieron este material a un ensayo de degradación en agua de mar para comprobar cómo se descomponía de forma natural en los entornos acuáticos. Así, confirmaron que este bioplástico se degradaba con más facilidad debido a su contenido en glicerol, dado que los microorganismos pueden consumirlo y nutrirse del mismo.

El siguiente paso del grupo Materiales Agroalimentarios Sostenibles del IHSM es mejorar la fórmula de este bioplástico para que sea más resistente al agua. En paralelo, trabajan con otros materiales como los residuos de patata y de tomate, así como el caparazón de pequeños crustáceos, para desarrollar a partir de los mismos recubrimientos para envases alimentarios respetuosos con el medioambiente e inocuos para el ser humano.

Este trabajo ha sido financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y fondos propios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Crean bioplásticos a partir de celulosa para el envasado de alimentos de consumo rápido – Alimentación

Pilarica: La transición hacia soluciones más naturales mediante la sustitución de los fosfatos para productos cárnicos y platos preparados

Productos Pilarica ha desarrollado soluciones innovadoras, a partir de vegetales y fuentes proteicas que reemplazan los fosfatos tradicionales con alternativas más naturales.

Tradicionalmente, los fosfatos han jugado un papel crucial en la industria cárnica, mejorando la textura y la capacidad de retener agua de los productos mediante la estabilización de las proteínas. Estos aditivos, además, actúan como antioxidantes, evitando la oxidación de las grasas y preservando el sabor y la calidad del producto final.

En la fabricación de muchos alimentos, los fosfatos y polifosfatos aseguran la estabilidad del producto y suponen un componente esencial para mejorar su funcionalidad, desempeñando funciones tecnológicas críticas como la emulsificación y la protección contra la rancidez oxidativa, un componente esencial para mejorar la textura, la estabilidad o la capacidad de retención de agua de los productos procesados, especialmente en el sector cárnico.

Sin embargo, las crecientes preocupaciones sobre los posibles efectos negativos para la salud, (trastornos cardiovasculares, la arterioesclerosis o la hiperfosfatemia entre otros) han impulsado a empresas como Productos Pilarica a la búsqueda de alternativas más naturales y seguras para el consumidor.

Sus desarrollos, en colaboración con centros tecnológicos y universidades, explora nuevas alternativas para mejorar la calidad y seguridad de los productos procesados. El uso de fibras vegetales, por ejemplo, ha demostrado ser una opción eficaz para reemplazar parcialmente los fosfatos en salmueras de inyección de carne de aves, aportando mejoras en la textura gracias a sus propiedades gelificantes, emulsionantes y de retención de agua. Estas soluciones no solo permiten cumplir con las normativas internacionales, como el Reglamento 1334/2008 sobre etiquetado, sino que también responden a la demanda de los consumidores por productos más naturales y menos procesados.

Alternativas innovadoras que nos llevan a superar el reto del “clean label”

La innovación es fundamental para mantener la competitividad en el mercado global, especialmente en un mercado tan maduro como es el cárnico, aunque también en el sector de los platos preparados donde los fosfatos han sido históricamente utilizados para garantizar la calidad y estabilidad de los alimentos listos para consumir.

Productos Pilarica, tras más de 100 años siendo un actor relevante dentro de la industria alimentaria y en respuesta a las preocupaciones y a la creciente demanda de productos con etiquetas limpias «Clean Label», ha desarrollado soluciones innovadoras, a partir de vegetales y fuentes proteicas que reemplazan los fosfatos tradicionales con alternativas más naturales que no solo mantiene, sino que en muchos casos mejora, las propiedades tecnofuncionales y organolépticas de los productos, especialmente de los cárnicos.

Ha demostrado aportar soluciones inteligentes y más saludables en productos como carnes curadas, embutidos, hamburguesas, salchichas y carnes de ave, proporcionando una excelente retención de agua y mejorando la estabilidad del producto, sin comprometer el sabor ni la textura. Esto lo convierte en una solución versátil y adaptable a los diversos procesos de fabricación de empresas de carnes, platos preparados y productos de quinta gama.

A diferencia de otros sustitutos, que a menudo no alcanzan el rendimiento deseado en funcionalidad o sabor, Pilarica logra un equilibrio entre origen natural y rendimiento sin concesiones, lo que representa un avance significativo hacia una producción alimentaria más saludable y sostenible.

https://www.tecnoalimen.com/noticias/20241104/pilarica-transicion-hacia-soluciones-mas-naturales-mediante-sustitucion-fosfatos-productos-carnicos-platos-preparados

Este es el significado de los colores de los botes de especias de Mercadona

Entrada de un supermercado de Mercadona.

Los botes de especias. Cuando llegamos al lineal de estos condimentos indispensables para dar un toque de sabor o color a los platos que cocinamos, nos topamos con una extensa muestra de envases: albahaca, perejil, orégano, comino, tomillo, curry, hierbabuena, canela, pimienta, azafrán, cayena…

Lineal de especias en un supermercado de Mercadona.

Para escoger el bote que necesitamos, lo habitual es acercarse al lineal y ponerse a buscar por orden alfabético hasta dar con la especia deseada. Ya en casa, el bote se guarda junto al resto de especias y, cuando llega el momento de utilizarla, se rebusca y rebusca hasta encontrarla.

Pero llega un día en que muchos descubren el «secreto» de los botes de especias de Mercadona. Se trata de una información relevante a la hora de entender cómo se clasifican estos envases en la cadena valenciana de supermercados y que puede servir como truco para almacenar en orden los condimentos en casa.

La encargada de desvelar el misterio es la usuaria de TikTok @myrealfood, que en un vídeo recientemente subido a dicha plataforma explica el significado de los colores de los botes de especias de Mercadona.

  • Tapón rojo: especia molida o en polvo.
  • Tapón marrón: especia entera.
  • Tapón verde: hierbas secas.
  • Tapón azul: sazonador de pasta, de carne o de pescado.
  • Tapón naranja: colorante.
  • Faltaría incluir los botes de tapón negro: envase con molinillo para moler.

De esta manera, como explica la usuaria, sabiendo el significado cromático de las especias, es más fácil encontrar en el lineal del súper la canela entera (marrón) o molida (rojo). «Así, aunque tengan el mismo nombre, puedes diferenciarlas», especialmente «si las guardas en un cajón y sólo las puedes ver desde arriba», explica @myrealfood.

Pese a que el vídeo está difundiéndose más allá de TikTok por la información que brinda, no todo está siendo elogios para la autora. Y es que, en el momento de explicar que el color naranja se usa para identificar el colorante, la mujer recomienda no usar ese producto, proponiendo como alternativa hacer una mezcla de cúrcuma y pimienta negra, «que tiene un montón de beneficios». Según se puede leer en los comentarios, casi nadie considera una buena idea usar esa mezcla como colorante.

https://www.elmundo.es/como/2024/10/10/6707d154fc6c8380568b4586.html

Salt Bae: la historia de cómo trabajar en una carnicería lo ayudó a ser millonario y tener fama mundial

Nusret Gökçe, conocido como Salt Bae, nació en 1983 y es hijo de un minero de carbón. Debido a los problemas financieros de su familia tuvo que buscar diversos empleos desde adolescente. “Empecé trabajando más de 13 horas al día como asistente de cocina de un carnicero”.

Si bien esta experiencia laboral fue clave, cuando cumplió 27 años decidió utilizar el dinero ganado durante esos años para cumplir su sueño. En 2010 abrió su primer restaurante en Estambul. Pero lo que decidió su carrera posterior fue un viaje que hizo a Argentina y a Estados Unidos para aprender sobre los cortes de carne y las distintas formas de preparación. Ahí fue donde aprendió la técnica que lo hizo conocido. Es ahí donde Nusret experimentó lo que era trabajar sin recibir dinero, pues lo hizo gratis en diversos restaurantes solo para aprender las técnicas culinarias y mejorar las suyas.

El salto a la fama internacional se dio en 2017 y luego se volvió viral por la peculiar forma de espolvorear la sal en la carne que quedó registrada en diversos videos. “No lo hice para llamar la atención, es mi toque final, como si estuviera bendiciendo la carne”, contó en una entrevista; lo cual le valió su apodo «Salt Bae», que significa «sal antes que nada». Desde entonces su popularidad y éxito no han dejado de crecer al mismo ritmo que su cuenta bancaria.

Pero este chef turco no siempre fue el excéntrico personaje en el que se ha convertido. A base de trabajo fue creando su imperio. En 2014 llegó a la lujosa ciudad de Dubái y desde entonces ha ido abriendo restaurantes de su cadena Nusr-Et por casi los cinco continentes. Además de contar con clientes de la talla de Connor McGregor, Cristiano Ronaldo o hasta el mismísimo Al Pacino.

¿Sigue siendo importante la etiqueta orgánica para los consumidores?

La etiqueta orgánica sigue siendo relevante para los consumidores, aunque su importancia varía según la generación y la región. Las ventas de productos orgánicos continúan en auge, especialmente entre los jóvenes, quienes están más dispuestos a pagar precios elevados por alimentos sostenibles. No obstante, los adultos mayores también invierten en productos orgánicos, posiblemente debido a un mayor ingreso disponible.

A pesar del encarecimiento de la vida, los consumidores mantienen su interés en opciones sostenibles, aunque exigen una mejor relación calidad-precio. Esto plantea el desafío de la sostenibilidad asequible, especialmente cuando la crisis económica limita el acceso a estos productos.

En la Unión Europea, el apoyo a los productos orgánicos es parte fundamental del Pacto Verde y la estrategia «De la Granja a la Mesa», con el objetivo de que el 25% de las tierras agrícolas sean orgánicas para 2030. Aún así, obtener la certificación orgánica es complejo y costoso, pues requiere altos estándares de producción y transporte, además de procesos de recopilación de datos exhaustivos.

A pesar de estos desafíos, muchas empresas ven valor a largo plazo en apostar por lo orgánico debido a la demanda creciente y la exigencia de transparencia por parte de los consumidores. La adopción de prácticas orgánicas ofrece ventajas competitivas en un mercado donde la autenticidad y la sostenibilidad son cada vez más valoradas.

https://www.foodnavigator.com/Article/2024/08/14/Is-organic-still-important-to-consumers

Cerveza sostenible: Las cervecerías en Latinoamérica están liderando el cambio hacia la cerveza sostenible

La industria cervecera ha convertido la sostenibilidad en un aspecto clave, influenciada por la demanda de productos ecológicos y el endurecimiento de las regulaciones ambientales. En Latinoamérica, este movimiento ha cobrado fuerza, con un número creciente de cervecerías que han implementado estrategias ecofriendly para reducir su impacto ambiental en diversas áreas, desde la selección de ingredientes hasta el manejo de residuos.

Las principales prácticas sostenibles incluyen el uso de ingredientes locales y orgánicos, como cebada y lúpulo, que reducen el empleo de pesticidas y las emisiones de transporte. Asimismo, la optimización del consumo de agua es prioritaria debido a la escasez global; algunas empresas, como Heineken y Grupo Modelo, han incorporado sistemas avanzados de reciclaje y recuperación para reducir su consumo de agua por litro de cerveza.

En cuanto a la energía utilizada en el proceso, muchas cervecerías han optado por fuentes renovables, incluyendo paneles solares, turbinas eólicas y biodigestores, reduciendo así la dependencia de combustibles fósiles y disminuyendo su huella de carbono. El empaque también ha sido repensado, con un enfoque en materiales biodegradables, compostables o reciclados, como cartón reciclado y bioplásticos, promoviendo una economía circular mediante la reutilización de vidrio y aluminio.

Finalmente, la reducción de la huella de carbono se ha vuelto esencial para la industria. Cada vez más cervecerías usan herramientas de análisis avanzadas para monitorear y reducir las emisiones a lo largo de todo el proceso, desde la producción hasta el transporte.

Estas iniciativas no solo permiten a las cervecerías reducir costos y cumplir con normativas, sino que también les proporcionan una ventaja competitiva en un mercado donde los consumidores valoran cada vez más los productos sostenibles.

Para continuar: https://thefoodtech.com/industria-alimentaria-hoy/cerveza-sostenible-como-las-cervecerias-en-latinoamerica-estan-redefiniendo-la-produccion-ecoamigable/