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Una ola de intoxicaciones alimentarias en Andalucía afecta a más de 100 personas en una semana
Los brotes en Sevilla, Cádiz y Almería, vinculados a la falta de higiene y altas temperaturas, dejan a decenas de hospitalizados. Las autoridades sanitarias insisten en la importancia de mantener la adecuada conservación y manipulación de alimentos durante la época de más calor.
En menos de una semana, Andalucía ha registrado hasta cuatro brotes de intoxicación alimentaria que han afectado a más de 100 personas. La ola de calor y la falta de higiene en la manipulación de alimentos son los principales factores señalados por las autoridades sanitarias.
Uno de los casos más graves se ha producido en la Residencia Universitaria Rosario Valpuesta, en Montequinto (Sevilla), donde 46 alumnos han caído enfermos tras consumir tortilla y huevos revueltos. Jaime, uno de los afectados, aún presenta síntomas casi una semana después: «Voy al baño con mucha frecuencia, tengo náuseas y fiebre» ha declarado. Otros compañeros, como Teresa e Iker, han descrito síntomas similares y dos de ellos han sido hospitalizados. Las inspecciones han revelado deficiencias en el registro de temperaturas y trazabilidad de los alimentos.
En San Fernando, Cádiz, otro brote ha afectado a 48 miembros de una peña tras una celebración el 12 de mayo. Manuel, uno de los afectados, ha explicado: «A los que veo por la calle les pregunto, mira a mí, me pasa esto y coincidimos en los mismos síntomas». Aquí también se sospecha de una contaminación por salmonella, y 11 personas han requerido hospitalización.
α -Klotho: el vínculo oculto entre el índice inflamatorio alimentario y el envejecimiento acelerado
El envejecimiento es un proceso complejo que implica la pérdida gradual de la función fisiológica y la integridad estructural de los organismos. Mientras que la edad cronológica se utiliza a menudo como indicador del envejecimiento, no refleja de manera precisa la salud funcional o la vulnerabilidad a enfermedades. Por esta razón, se han propuesto dos conceptos complementarios: la edad biológica, que mide el deterioro fisiológico, y la edad fenotípica, que refleja el estado de salud de un individuo.
Contexto del Estudio
Investigaciones recientes sugieren que la inflamación, un proceso que puede ser influenciado por factores como la dieta, está estrechamente relacionada con el envejecimiento. En particular, se ha desarrollado el índice inflamatorio dietético (DII) para evaluar el potencial inflamatorio de los hábitos alimenticios de una persona. Dietas que fomentan la inflamación sistémica han sido vinculadas con enfermedades crónicas, lo que podría resultar en un aumento de la edad biológica.
La proteína α-Klotho se ha identificado como un factor clave en el proceso de envejecimiento, ya que se considera una proteína de longevidad. Esta proteína se ve afectada por la inflamación, y se ha observado que dietas antiinflamatorias pueden tener efectos positivos sobre sus niveles en el organismo. Por lo tanto, el objetivo de este estudio de la revista British Journal of Nutrition es investigar si α-Klotho juega un papel mediador en la relación entre el DII y el envejecimiento, evaluando su impacto en la edad biológica y fenotípica de los individuos.
Se analizaron datos de 3,054 participantes de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES), en la que se evaluaron las puntuaciones del DII, así como la edad biológica y fenotípica de los participantes. El análisis incluyó regresión lineal multivariable y un análisis de mediación para determinar cómo α-Klotho podría influir en la relación entre el DII y las edades biológica y fenotípica.
Los resultados mostraron que:
- La edad media de los participantes fue de 58 años.
- Se encontró una asociación positiva entre un mayor DII y una mayor edad biológica y fenotípica. Por cada incremento en la puntuación DII, la edad biológica aumentó en 1,01 años.
- Se observó una asociación negativa entre el DII y los niveles de α-Klotho, lo que sugiere que una dieta más inflamatoria se asocia con niveles más bajos de esta proteína.
- Además, α-Klotho mostró ser un mediador significativo en la relación entre DII y envejecimiento, explicando aproximadamente 10,13% y 9,61% de la asociación entre DII y edad biológica y fenotípica, respectivamente.
Concluyendo: que un mayor índice inflamatorio dietético está asociado con un envejecimiento biológico y fenotípico más acelerado, y que parte de estos efectos pueden estar mediados por los niveles de la proteína α-Klotho. Esto implica que seguir una dieta con un menor potencial inflamatorio podría ser beneficioso para reducir el envejecimiento biológico y mejorar la salud general.
Alimentación para deportistas con diabetes
La dieta es uno de los pilares fundamentales en el manejo de la diabetes, y es útil como prevención de la enfermedad y como parte del tratamiento en todas las fases de la diabetes.
Los objetivos de la dieta en las personas con diabetes son ayudar a controlar el peso, y contribuir al control adecuado de la glucemia y de los factores de riesgo cardiovascular como el colesterol y la hipertensión arterial. Las personas con diabetes con frecuencia tienen dudas acerca de la dieta ideal a seguir y más si practican deporte frecuentemente o son profesionales del deporte.
Ya seas deportista desde años o acabes de empezar a hacer un poco de ejercicio físico, te van a aparecer muchas dudas sobre qué, cuándo o cuánto comer. Es cierto que en la actualidad hay ciertos tópicos sobre los cambios que se debe realizar en la alimentación de cualquier persona que practica deporte de forma continuada, incluyendo las personas con diabetes.
Sin embargo, estos tópicos deben ser desmitificados, ya que no existe ninguna dieta, ni ningún alimento que convierta a una persona en campeón. Cada persona con diabetes que practique deporte de forma habitual debe seguir unas normas nutricionales de acuerdo con sus características y con el tipo de deporte que practique.
Tal y como explica en su web la Fundación para la Diabetes, la comida previa a un entrenamiento o competición debe incluir alimentos ricos en hidratos de carbono junto con alguna porción de alimentos proteicos. Por ejemplo, cereales o tostadas, junto con un poco de jamón o queso y alguna pieza de fruta.
Así, la energía de estos alimentos estará disponible para el organismo a lo largo de la actividad. Se deberían elegir alimentos de muy fácil digestión, por lo que se evitarían alimentos grasos o de muy alto contenido en fibra, los cuales gastan mucha energía en este proceso digestivo de los alimentos.
Es aconsejable que esta comida se tome unas 2-3 horas antes del inicio (o 1-2 horas antes si el ejercicio es matutino). Con ello se consigue que al iniciar la actividad los alimentos ya estén casi totalmente digeridos, sin causar ningún tipo de molestia digestiva durante la actividad.
Seguir esta recomendación sobre los horarios también es aplicable para la mayoría de deportistas con diabetes tratados con insulina. Las insulinas rápidas que se aplican antes de las comidas tienen una duración máxima de unas 2-3 horas. Por tanto, si se realiza ejercicio una vez han pasado esas 2-3 horas, el efecto de la insulina rápida es muy bajo, por lo que existe un menor riesgo de sufrir hipoglucemias.
En cambio, al hacer ejercicio justo después de una comida se estará en el momento de mayor acción de la insulina, por lo que existirá una mayor probabilidad de que aparezca una hipoglucemia. Para evitarla, previamente se debería programar una reducción de la insulina rápida de esa comida o compensar el ejercicio tomando una mayor cantidad de hidratos de carbono.
Otra de las dudas que surge con más frecuencia entre los pacientes con diabetes al practicar deporte es si deben tomar alimentos durante el ejercicio físico.
Tomar o no tomar alimentos durante el ejercicio depende de algunos factores propios del ejercicio que se practique.
En primer lugar, el tipo de ejercicio practicado. De forma general, los ejercicios de carácter aeróbico de larga duración, como correr, nadar o ir en bicicleta, gastan más glucosa que aquellos ejercicios de fuerza (levantar pesas) o de muy alta intensidad como combates de artes marciales o sprint.
La duración del ejercicio es un factor fundamental a tener en cuenta. Si el ejercicio dura menos de 30 minutos puede que no haga falta tomar ningún tipo de alimento. Asimismo, junto a la duración existe otro factor clave, la intensidad. Los ejercicios realizados a intensidad baja consumen básicamente grasas, por lo tanto, no afectan demasiado a los valores de glucosa en sangre. En cambio, a medida que aumenta la intensidad del ejercicio, se consume más cantidad de glucosa y menos de grasa.
Por ejemplo, salir a pasear durante 30-40 minutos consume grasa y poca glucosa, por lo que seguramente no se necesitará tomar ningún alimento que aporte hidratos de carbono. En cambio, correr ese mismo tiempo puede llegar a consumir hasta cinco veces más glucosa que caminando, por lo que sería recomendable tomar algún suplemento extra de hidratos de carbono antes o durante el ejercicio.
Y… ¿después del ejercicio?
Además de recuperar las reservas energéticas lo más rápido posible, en el caso de los deportistas con diabetes se suma otro objetivo, el de evitar la hipoglucemia post-ejercicio.
En cuanto a los tipos de dietas, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) no existe un patrón dietético único, sino que varios tipos de dieta han demostrado ser beneficiosas para las personas con diabetes.
Entre ellas se encuentran la dieta mediterránea basada en frutas, hortalizas, cereales y frutos secos. Centrada en alimentos poco procesados, de proximidad y de temporada, con poco uso de azúcares añadidos. La grasa habitual es el aceite de oliva.
En este tipo de dieta, se limita el consumo de carne roja y se incluye vino en pequeña cantidad en las comidas.
Otro tipo es la dieta DASH, basada en frutas y hortalizas, lácteos desnatados, cereales integrales, carnes blancas y pescado, así como frutos secos. Se limita el consumo de grasas saturadas y de azúcares, así como de alimentos ricos en sodio.
Sin embargo, otros patrones de dieta pueden ser igualmente válidos.
La contribución de la composición de la dieta a lo largo de 25 años a los factores de riesgo cardiovascular en la infancia y la edad adulta
La dieta es un factor crucial que puede influir en el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV). Sin embargo, hasta la fecha, se ha investigado poco sobre cómo la calidad de la dieta puede cambiar a lo largo del tiempo y su impacto en el riesgo de ECV. Este estudio de la British Journal of Nutrition, analizó datos de la dieta de padres e hijos del Princeton Lipid Research Study, utilizando dos métodos de evaluación: un recordatorio de 24 horas realizado en la década de 1970 y un cuestionario de frecuencia de consumo (Block FFQ) en 1998.
Los investigadores evaluaron la calidad de la dieta utilizando un índice de puntuación basado en los Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión (DASH), que considera varios nutrientes clave. Se analizaron datos de 221 padres (39% varones) y 606 hijos (45% varones). En el seguimiento, los padres tenían una edad media de 66,6 años y los hijos de 38,5 años. Los resultados incluidos en el análisis abarcaron factores como la glucosa en sangre, la presión arterial, los lípidos en suero y el índice de masa corporal (IMC).
Los resultados mostraron que la puntuación de la dieta de los padres aumentó ligeramente desde el inicio hasta el seguimiento (de 1,4 a 2,1 en una escala de 8 puntos), lo que sugiere una mejora en la calidad de su dieta. Sin embargo, la puntuación de los hijos se mantuvo constante. A pesar de estos cambios en la calidad de la dieta, no se encontró una asociación significativa entre la adherencia a los enfoques DASH y los resultados de salud examinados, como la presión arterial o los niveles de lípidos.
El estudio encontró que, a lo largo del seguimiento, los padres que consumieron mayores cantidades de grasas saturadas y totales tenían un mayor riesgo de diabetes y dislipidemia. Por otro lado, el consumo de niacina (una vitamina B) se asoció con un menor riesgo de hipertensión y dislipidemia en los hijos. Estos hallazgos subrayan que ciertos componentes de la dieta pueden tener un impacto más significativo en la salud cardiovascular que la calidad general de la dieta, medida a través de la puntuación DASH.
En conclusión, aunque se observó una ligera mejora en la calidad de la dieta de los padres, no se encontró una relación clara entre la adherencia a los enfoques DASH y los resultados de salud cardiovascular. Sin embargo, el estudio resaltó la importancia de ciertos nutrientes, como las grasas saturadas y la niacina, en la salud cardiovascular. Esto sugiere que, a pesar de los esfuerzos por mejorar la dieta general, es crucial centrarse en nutrientes específicos que pueden afectar el riesgo de ECV.
Estos resultados enfatizan la necesidad de estrategias más efectivas para mejorar la calidad de la dieta en ambas generaciones. A largo plazo, mejorar la educación y el acceso a alimentos saludables puede ser fundamental para reducir el riesgo de ECV y promover una mejor salud cardiovascular en la población.
La importancia de los ingredientes locales
La importancia de los ingredientes locales está cobrando protagonismo en la gastronomía mundial, impulsada por la creciente preferencia de los consumidores por productos autóctonos, sostenibles y más conectados con la naturaleza. Esta tendencia se está consolidando particularmente entre la Generación Z y los Baby Boomers, quienes están dispuestos a pagar más por platillos que usen ingredientes locales. En concreto, un 77% de la Generación Z y un 70% de los Baby Boomers han mostrado esta disposición, lo que refleja una mayor conciencia sobre la procedencia de los alimentos y su impacto ambiental.
Los chefs y restaurantes están adaptándose a esta tendencia, no solo por las preferencias de los consumidores, sino también porque la incorporación de ingredientes de proximidad no solo mejora la calidad y frescura de los platos, sino que también reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos. Esto contribuye a un modelo gastronómico más sostenible, celebrando los productos locales y apoyando a los pequeños productores de las zonas cercanas.
Además, esta práctica está alineada con la búsqueda de una gastronomía más auténtica, donde los ingredientes reflejen la cultura y el entorno del lugar. Al elegir productos locales, los comensales también experimentan una conexión más profunda con el entorno y los alimentos que consumen, lo que a su vez puede promover una mayor conciencia ambiental en el consumo cotidiano.
La tendencia también responde a una visión de sostenibilidad en la que los chefs buscan maximizar el uso de ingredientes, reducir el desperdicio y optimizar los recursos. De esta manera, no solo se mejora la rentabilidad de los negocios, sino que también se presenta una propuesta más responsable y consciente para los consumidores, que valoran la transparencia y la trazabilidad de los productos que consumen.
Este movimiento hacia el uso de ingredientes locales está siendo clave en la evolución de la gastronomía hacia modelos más sostenibles y auténticos, y su impacto se extiende tanto a nivel económico como ecológico.
Para seguir leyendo: https://thefoodtech.com/tendencias-de-consumo/las-ocho-principales-tendencias-que-marcaran-la-pauta-en-la-gastronomia-mundial-en-el-2024/.
Patrones de consumo de bebidas y prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles
El estudio investigó la relación entre los patrones de consumo de bebidas y la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en una población de 489 personas mayores de 20 años en una ciudad del noreste de Brasil. Las ECNT incluyen enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el cáncer, la hipercolesterolemia y la obesidad, las cuales son problemas de salud pública importantes debido a su impacto en la calidad de vida y la mortalidad. Dado que estas enfermedades pueden estar relacionadas con hábitos de vida, como la dieta, el estudio buscó específicamente cómo el tipo de bebidas consumidas influye en el desarrollo de estas enfermedades.
Para analizar esta relación, se identificaron tres patrones principales de consumo de bebidas a través de un método estadístico llamado análisis de componentes principales. Los tres patrones fueron: «bebidas ultraprocesadas» (incluyendo refrescos y jugos industrializados), «bebidas alcohólicas» (como cerveza y otras bebidas con alcohol) y «bebidas saludables» (como agua, leche y jugos naturales).
Hallazgos principales:
- Bebidas ultraprocesadas y cáncer: El estudio encontró que las personas que consumían más bebidas ultraprocesadas tenían una prevalencia de cáncer 2,77 veces mayor en comparación con quienes consumían menos de estas bebidas. Esto sugiere que este tipo de bebidas, que suelen contener altos niveles de azúcar, aditivos y conservantes, podrían estar fuertemente relacionadas con el riesgo de desarrollar cáncer.
- Bebidas alcohólicas y obesidad: Aquellos con un mayor consumo de bebidas alcohólicas mostraron una prevalencia de obesidad casi el doble (1,97 veces mayor) que aquellos que bebían menos o no bebían alcohol. El alcohol es conocido por ser una fuente significativa de calorías vacías, lo que contribuye al aumento de peso y a la acumulación de grasa en el cuerpo.
- Bebidas saludables, hipercolesterolemia y obesidad abdominal: Por otro lado, las personas que tenían una mayor adherencia al patrón de consumo de bebidas saludables, como agua y jugos naturales, presentaron efectos beneficiosos para la salud. Por ejemplo, los individuos en el segundo tercil de consumo de bebidas saludables tenían una prevalencia de hipercolesterolemia (niveles altos de colesterol en sangre) un 39% menor en comparación con quienes consumían menos de estas bebidas. Además, quienes estaban en el tercil más alto de consumo de bebidas saludables tenían una reducción del 10% en la prevalencia de obesidad abdominal, medida a través de la relación entre cintura y estatura. Esto indica que el consumo de bebidas saludables puede ayudar a prevenir la acumulación de grasa abdominal, un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares.
El estudio concluye, por tanto, que los patrones de consumo de bebidas tienen una asociación significativa con la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, independientemente de otros factores de riesgo. Los patrones de consumo de bebidas ultraprocesadas y alcohólicas se relacionaron con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer y la obesidad, mientras que el consumo de bebidas saludables mostró un efecto protector frente a problemas como el colesterol alto y la obesidad abdominal. Esto destaca la importancia de prestar atención no solo a lo que comemos, sino también a lo que bebemos.
Se subrrayo la necesidad de educar a la población sobre la influencia de las bebidas en la salud. Si bien las campañas de salud pública suelen centrarse en reducir el consumo de alimentos poco saludables, también es crucial incluir mensajes sobre el impacto negativo de las bebidas ultraprocesadas y alcohólicas. Asimismo, se deben promover opciones más saludables, como el agua, la leche y los jugos naturales, para prevenir la aparición de ECNT.
Características asociadas al consumo de frutas y verduras en hombres y mujeres chinos de mediana edad y mayores: un análisis transversal de la primera ola del SAGE de la OMS en China
En este estudio de la British Journal of Nutrition tuvo plasma identificar las características que influyen en el consumo de frutas y verduras en hombres y mujeres chinos de 50 años o más. El consumo adecuado de estos alimentos es crucial para un envejecimiento saludable y la prevención de enfermedades crónicas. Se utilizaron datos de la encuesta del Estudio sobre el Envejecimiento Global y la Salud de los Adultos (SAGE) de la OMS, y se analizaron diversas características como la edad, educación, seguridad financiera, estado civil, participación social y el área de residencia.
Se encontró que las mujeres consumían más frutas al día que los hombres, mientras que los hombres ingerían más verduras. El bajo consumo de frutas estaba relacionado con un menor nivel educativo, inseguridad económica, vivir en áreas rurales, no tener pareja y participar menos en actividades sociales, tanto en hombres como en mujeres. En las mujeres, además, la mayor edad también reducía el consumo de frutas. Por otro lado, el bajo consumo de verduras se asoció con la mayor edad, el bajo nivel educativo y vivir en zonas urbanas, mientras que una baja participación social afectaba más a los hombres y la falta de pareja a las mujeres.
En conclusión, el estudio identificó que diversos factores socioeconómicos y demográficos están asociados con el consumo de frutas y verduras en adultos mayores chinos. Estas características deberían considerarse en futuras investigaciones y en el desarrollo de políticas públicas para promover una mejor alimentación en esta población en envejecimiento.
Panorama de las dietas antiinflamatorias y sus efectos prometedores sobre las enfermedades no transmisibles
Este estudio de la British Journal of Nutrition tiene como objetivo explorar los efectos de una dieta antiinflamatoria en la prevención y control de enfermedades no transmisibles (ENT). Estas dietas incluyen alimentos como frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, legumbres y proteínas vegetales, mientras que se evita el consumo de carnes rojas, carbohidratos refinados y grasas saturadas, que pueden aumentar la inflamación. La inflamación crónica es un factor clave en el desarrollo de ENT como la obesidad, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer y trastornos cognitivos.
Para llevar a cabo el estudio, se revisaron investigaciones previas que examinan cómo la inflamación afecta negativamente a nivel celular y sistémico en estas enfermedades. Por ejemplo, en la enfermedad cardiovascular, la inflamación puede formar placas arteriales, mientras que en la diabetes tipo 2, puede interferir con la señalización de la insulina. También se detallan cómo ciertos alimentos y nutrientes de las dietas antiinflamatorias pueden reducir esta respuesta inflamatoria, aliviando así los efectos perjudiciales de estas enfermedades.
Los resultados de la revisión concluyen que las dietas antiinflamatorias pueden disminuir los marcadores de inflamación y mejorar las funciones metabólicas y corporales. Alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, antioxidantes y polifenoles pueden reducir la inflamación y mejorar la sensibilidad a la insulina, reduciendo el riesgo y la gravedad de ENT como enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Esto sugiere que seguir este tipo de dieta puede ser una estrategia efectiva tanto preventiva como terapéutica frente a las ENT.
Trayectorias de los patrones alimentarios en adultos franceses de la cohorte NutriNet-Santé a lo largo del tiempo (2014-2022)
Este artículo de el British Journal of Nutrition investigó las transiciones alimentarias actuales de los adultos franceses durante un período de 8 años (2014-2022), al tiempo que evaluaba la calidad de la dieta y el papel de diversos factores socioeconómicos.
Los datos de consumo de 17.187 participantes de la cohorte NutriNet-Santé ponderados para el censo francés se recopilaron mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos en 2014, 2018 y 2022. Adoptando un enfoque específico de género, se evaluaron los cambios en el consumo de 23 grupos de alimentos a lo largo del tiempo. La calidad de la dieta se evaluó utilizando la puntuación del Índice de calidad de la dieta integral (cDQI), categorizando los alimentos en «saludables» y «insalubres». El análisis socioeconómico se centró en cuatro grupos de alimentos (carne roja (incluida la carne fresca de vacuno, cerdo, vísceras y cordero), carne procesada (por ejemplo, salchichas, jamón y tocino), legumbres y productos integrales), fuertemente vinculados al riesgo de mortalidad y reconocidos como marcadores significativos de la transición de la dieta sostenible. Todos los análisis se realizaron utilizando modelos de efectos mixtos multiajustados.
El consumo de algunos alimentos saludables de origen vegetal (frutos secos +59 %, legumbres +22 %, productos integrales +7 %) aumentó significativamente con el tiempo; mientras que el consumo de algunos alimentos no saludables (carne roja -19 %, cereales refinados -18 %, bebidas azucaradas -15 %) disminuyó. Por el contrario, el consumo de platos preparados y mixtos (+16 %) y carne procesada (+35 %) aumentó. Estos cambios difirieron en magnitud entre géneros y se tradujeron en una mejor puntuación de calidad de la dieta (cDQI). El estatus ocupacional se relacionó con cambios longitudinales en el consumo de alimentos, mostrando un mayor consumo de alimentos de origen vegetal entre los estudiantes y categorías socioprofesionales más altas.
Día Mundial de la Alimentación: ¿por qué se celebra este día?
A pesar de los avances en la producción de alimentos, todavía hay gente que pasa hambre o tiene deficiencias nutricionales.
Se ha avanzado en gran medida en construir un mundo mejor para todos, pero hoy en día, aún hay muchas personas que no pueden permitirse una alimentación sana, rica y variada, y eso repercute directamente en su salud. El problema de la desnutrición y la malnutrición sigue afectando a millones de personas en todo el mundo.
Para luchar contra ello, existe el Día Mundial de la Alimentación. Esta efeméride se estableció con el propósito de resaltar la importancia de la seguridad alimentaria y la nutrición, así como para promover acciones a nivel global para combatir el hambre, la desnutrición y la pobreza.
¿Por qué se celebra el Día Mundial de la Alimentación?
El Día Mundial de la Alimentación se celebra el 16 de octubre de cada año para conmemorar la fundación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1945. Esta jornada tiene como objetivo aumentar la conciencia de los problemas relacionados con la alimentación y la agricultura en todo el mundo.
La celebración de este día pretende abordar los desafíos en la producción de alimentos, la distribución equitativa de los recursos alimentarios y la promoción de una alimentación saludable. También intenta fomentar las prácticas agrícolas sostenibles que protejan el medio ambiente.
Asimismo, el Día Mundial de la Alimentación brinda la oportunidad de promover la cooperación internacional en la lucha contra el hambre y la malnutrición, así como concienciar a la población sobre la importancia de adoptar hábitos alimentarios saludables y sostenibles.
10 alimentos básicos en tu despensa
A continuación, te presentamos algunos alimentos básicos indispensables en tu despensa. Ahora bien, es importante complementar estos alimentos con productos frescos como frutas, verduras y proteínas frescas para tener una dieta equilibrada.
Arroz: es un alimento versátil y duradero que puede utilizarse como base para una amplia variedad de platos.
Pasta: otra opción versátil que se puede combinar con diferentes salsas e ingredientes.
Legumbres enlatadas: como las judías, garbanzos o lentejas, son una excelente fuente de proteínas y fibra.
Conservas de pescado: como el atún o las sardinas, son alimentos ricos en proteínas y ácidos grasos omega-3.
Aceite de oliva: esta grasa saludable es ideal para cocinar todo tipo de recetas.
Frutos secos: como nueces, almendras o cacahuetes, son una buena fuente de grasas saludables y proteínas.
Especias: tener una variedad de especias como pimienta, comino, curry, etc. puede agregar sabor a tus comidas y estarán mucho más sabrosas.
Enlatados de vegetales: como el maíz o guisantes, son prácticos para tener vegetales a mano.
Salsa de tomate: puede ser utilizada como base para muchas comidas, como pizzas, salsas, sopas o guisos.
Cereales o granos: son fuentes de carbohidratos saludables, como la avena, el trigo sarraceno o la quinoa.
Día Mundial de la Alimentación: ¿por qué se celebra este día? (antena3.com)