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Salud lanza un campaña para promover la alimentación saludable desde la infancia
La Consejería de Salud lanza la campaña ‘Ídolos. Una alimentación saludable es clave para su futuro’, que incide en la necesidad de que los adultos sean el ejemplo de los niños en cuanto a alimentación sana y un estilo de vida saludable desde la infancia y en el ámbito de la familia.
«Con esta campaña queremos concienciar a los adultos, especialmente con hijos, de que tienen que servir de ejemplo a los más pequeños para que, en el futuro, sean personas con hábitos saludables que se preocupen por estar sanos y entiendan cómo hacerlo», explicó el consejero de Salud, Juan José Pedreño.
Las dietas con exceso de grasa y poco variadas son un factor de riesgo para padecer obesidad y sobrepeso. En este sentido, Pedreño señaló que «la obesidad es un problema del conjunto de la sociedad», lo que implica que «debemos abordarlo como una estrategia de salud pública en la que prima la prevención, y actuar especialmente en el ambiente doméstico, donde se promocionan los buenos hábitos».
De ahí que ‘Ídolos’ promueva una alimentación saludable, es decir, una dieta variada y equilibrada en la que predomine el consumo de frutas enteras, hortalizas y legumbres, preferentemente de temporada, y se reduzcan o eliminen los alimentos ultra procesados con alto contenido en sal, azúcares añadidos y grasas saturadas.
Además, el consejero señaló que la obesidad puede derivar en problemas de salud mental «porque influye en la autoestima, y puede provocar incluso depresión». En este sentido apuntó que también puede dar lugar a problemas de integración social.
La Encuesta Europea de Salud 2020 (última publicada) reveló que la Región de Murcia es una de las comunidades con mayor ingesta diaria de frutas y verduras en adultos y jóvenes de 15 a 24 años, «pero debemos seguir incidiendo en los beneficios de su consumo, especialmente entre los más pequeños», afirmó Pedreño.
PROGRAMAS ESPECÍFICOS PARA MENORES
El sobrepeso y la obesidad se asocian a enfermedades no transmisibles, como hipertensión arterial, diabetes tipo 2, niveles anormales de colesterol, enfermedades cardiovasculares o cáncer.
Por ello, la Consejería de Salud desarrolla acciones de promoción de vida saludable, entre las que se encuentra el ‘Programa Infantil de Atención Sanitaria al Sobrepeso y Obesidad Regional’, que contempla el ‘Programa para la prevención y el manejo del sobrepeso y la obesidad Infanto-Juvenil en Atención Primaria’, que se desarrolla en las consultas de Pediatría y Enfermería de los consultorios y centros de salud.
Éste incluye la prevención en todas las edades (promoción de lactancia materna, consejos de alimentación y actividad física) y el tratamiento de la obesidad cuando ya está establecida, con una intervención integral en el niño y su familia.
Otra de sus acciones es abordar la obesidad infantil en menores de nueve a 11 años y sus familias a través del desarrollo de varias sesiones. Además, con un importante enfoque de promoción de la salud y en coordinación con la Consejería de Educación y Formación Profesional, desde el curso 2006-2007 se desarrolla el ‘Plan de Educación para la Salud en la Escuela’.
Desde su puesta en marcha han participado más de 540 centros educativos que trabajan para mejorar los estilos de vida de la comunidad educativa, tanto el alumnado, como las familias y los profesionales de los centros, y conseguir que, cada vez más, sean saludables y promotores de salud.
Entre los contenidos de la educación para la salud que se trabajan en los centros educativos destacan la alimentación y nutrición, la actividad física, ocio y tiempo libre o la salud emocional con un enfoque positivo.
Entre las estrategias de implantación del plan, y para desarrollar estos contenidos, se realizan convocatorias de programas y proyectos de promoción y educación para la salud . Hasta la fecha se han seleccionado 706 proyectos educativos que en los que se ha invertido un total de 290.000 euros.
Estos programas permiten el desarrollo en las escuelas e institutos de actuaciones educativas efectivas, promueven la participación de las familias y permiten realizar mejoras en el entorno. Todo ello con la finalidad de conseguir que las comunidades educativas sean cada vez más saludables.
Los consejos alimentarios sin fundamentos científicos de las redes sociales son un gran riesgo para la salud
El intrusismo profesional en nutrición se ha convertido en un grave problema debido al acceso masivo a la información a través de redes sociales. Este fenómeno, que involucra a personas sin la formación adecuada que practican o asesoran en nutrición, pone en peligro la salud de los individuos que siguen consejos alimentarios sin fundamento científico. Las redes sociales han facilitado la difusión de información relacionada con la nutrición, pero también han permitido que personas no calificadas compartan recomendaciones alimenticias.
Influencers, celebridades y figuras públicas que no tienen formación profesional en nutrición, como modelos o entrenadores personales, frecuentemente promueven dietas populares sin respaldo científico. Estas personas tienen un gran impacto en sus seguidores, a menudo millones, quienes confían en ellos sin cuestionar la validez de sus consejos.
El intrusismo no solo afecta la salud física, sino también la emocional y mental. Muchas veces, la desinformación difundida en redes sociales puede generar confusión y fomentar prácticas peligrosas. Esto se ve claramente en el aumento de trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia, donde las redes sociales amplifican comportamientos destructivos al ofrecer consejos erróneos y peligrosos.
Aunque en muchos países existen leyes que regulan el ejercicio de profesiones como la nutrición, las plataformas digitales no han avanzado a la misma velocidad. Un estudio realizado por la Universidad de Dublín sobre contenido de nutrición en TikTok reveló que solo el 2,1% del contenido nutricional en la plataforma era científicamente correcto. Esto resalta el gran problema de desinformación que enfrentan los usuarios, quienes pueden estar tomando decisiones perjudiciales basadas en información errónea.
Es urgente que los profesionales de la salud, las instituciones educativas y las plataformas digitales colaboren para garantizar que los consejos sobre nutrición provengan solo de fuentes calificadas. Solo con una educación adecuada, una regulación efectiva y un trabajo conjunto se podrá frenar esta tendencia y proteger la salud pública.
Las dietas del futuro: a medida y de precisión gracias a la ciencia
Un ambicioso e integrador estudio sanitario en todo Estados Unidos pretende predecir qué dietas proporcionarán la mejor nutrición en función de los genes, los microbios y el estilo de vida.
Los que tenemos al típico amigo o conocido que puede permitirse comer todos los días productos azucarados sin engordar ni un gramo, o un pariente que ha desarrollado una cardiopatía a pesar de evitar las grasas saturadas, sabemos que las recomendaciones dietéticas únicas no reflejan las distintas reacciones que tenemos ante los alimentos. Ahora, uno de los nuevos estudios más integradores y ambiciosos sobre dietas jamás realizados podría cambiar esta situación y aportar información que permita a los expertos adaptar por fin sus recomendaciones a cada persona.
Estados Unidos va a inscribir a 10 000 personas de edades y pesos muy diversos para determinar mejor los factores importantes que intervienen en lo que se denomina nutrición de precisión. Se realizarán esfuerzos específicos para incluir a quienes a menudo se pasan por alto en la ciencia de la nutrición: mayores de 65 años, afroamericanos, residentes en zonas rurales, personas con discapacidad y minorías sexuales.
Durante la primera fase de la investigación, que durará dos semanas, se indicará a todos que coman como lo hacen habitualmente. En la segunda fase, se asignará a 1500 personas una de varias dietas con comidas enviadas directamente a sus casas. Y en la fase final, 500 personas elegidas del grupo más numeroso comerán mientras residen en un centro de investigación durante dos semanas. Los participantes se seleccionarán a partir del programa de investigación sanitaria All of Us [Todos Nosotros] del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, al que puede unirse cualquier ciudadano del país.
Este esfuerzo amplio y diverso «nos acercará un poco más a la posibilidad de ofrecer recomendaciones nutricionales más detalladas a grupos de personas», afirma Sai Krupa Das, científico especializado en metabolismo de la Universidad de Tufts, uno de los seis centros de investigación que coordinan los lugares de inscripción.
CÓMO FUNCIONARÁ EL ESTUDIO
Durante el estudio, los investigadores realizarán periódicamente análisis de orina y sangre y completarán un censo del microbioma intestinal de cada persona, es decir, los billones de organismos que residen permanentemente en el tubo digestivo. Los participantes llevarán monitores de glucosa para registrar las subidas y bajadas de azúcar en sangre, un marcador de la forma en que el organismo procesa los hidratos de carbono y un importante indicador de la salud. También se hará un seguimiento de comportamientos diarios como el sueño, el estrés y las horas a las que se come, entre otros factores.
El nuevo estudio cambiará nuestra comprensión de las dietas humanas porque es radicalmente distinto de cómo se realizan la mayoría de los estudios sobre nutrición, afirma Diana Thomas, profesora de matemáticas de la Academia Militar de West Point, que participa en la investigación. En este estudio no partimos de una hipótesis, dice, sino que «nos preguntamos cuáles son los factores implicados».
El objetivo es desentrañar las muchas variables que influyen en las respuestas nutricionales y desarrollar algoritmos que las predigan, lo que permitiría a los nutricionistas ofrecer consejos dietéticos a otras personas con características similares.
Ofrecer recomendaciones más específicas es crucial para mejorar la salud pública, afirma Das. «La nutrición de precisión nos permitirá ir más allá del consejo de la dieta mediterránea. En lugar de eso, diremos: ‘Si tienes determinadas etnias, características, respuestas físicas a los alimentos, esta dieta puede ser más adecuada’. Ese es el paso al que nos estamos acercando», afirma.
El estudio se centrará en comer para gozar de una salud óptima más que para perder peso, pero ambas cosas van de la mano, afirma Das. «No estamos proporcionando dietas restringidas en calorías, pero creo que la respuesta en términos de tratar de optimizar el metabolismo ayudaría también para el control del peso».
LOS GENES FRENTE AL MICROBIOMA
Varias décadas de investigación ya han dado pistas sobre qué elementos moldean la salud en general.
Uno de ellos es la genética. En un pequeño número de casos, los científicos han vinculado un gen concreto a un efecto directo sobre la salud. El gen CYP1A2, por ejemplo, es casi el único responsable de determinar la rapidez con que las enzimas metabolizan la cafeína en el hígado. Las variaciones genéticas determinan si una taza de café por la tarde mantiene a una persona despierta toda la noche o le permite dormir plácidamente. También influyen en si el café ayudará a una persona a hacer ejercicio de mayor intensidad, como montar en bicicleta más deprisa.
«La genética interviene, pero no nos dará las ecuaciones predictivas para individualizar las recomendaciones, porque intervienen muchos otros factores», afirma Ordovás. Dado que muchos de esos factores, sobre todo el comportamiento, son más fáciles de modificar que nuestros genes, comprenderlos debería conducir a un planteamiento más eficaz para mejorar la salud, afirma.
Cientos de estudios han demostrado que el microbioma (las bacterias, hongos, parásitos y virus que residen en el intestino) es un factor crítico en la forma en que el organismo procesa los alimentos.
Todavía queda mucho por aprender sobre el microbioma, como su composición óptima, la forma en que los microbios trabajan sinérgicamente, y cómo influye el estilo de vida en esta comunidad, afirma Eran Elinav, jefe de inmunología de sistemas del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel y prolífico investigador del microbioma.
CÓMO INFLUYE EL ESTILO DE VIDA EN EL PROCESAMIENTO DE LOS ALIMENTOS
Uno de los aspectos más complicados a la hora de determinar la dieta perfecta para cada persona es la compleja interacción entre el genoma, el microbioma y el estilo de vida, que los científicos denominan «exposoma».
Según Elinav, uno de esos factores es la hora a la que cenamos. «Cuando alteramos nuestros patrones de sueño-vigilia con el trabajo por turnos o el jet lag«, dice Elinav, «una de las primeras cosas que ocurre es que esto altera la actividad diurna de los microbios». Los mayores índices de obesidad, diabetes de tipo 2 y cánceres asociados a las personas cuyos horarios de sueño y alimentación se alteran crónicamente tienen su origen en esta alteración del microbioma, según sugieren estudios realizados en ratones.
El sueño deficiente, junto con el estrés intenso, altera además el metabolismo y tiene otros efectos negativos para la salud incluso en personas que siguen una dieta sana, afirma Das, de Tufts.
EN BUSCA DEL AJUSTE ÓPTIMO DE LA DIETA Y EL ESTILO DE VIDA
El objetivo de la próxima investigación de los NIH es mejorar la comprensión de los factores que explican las diferencias de procesamiento de alimentos en las diferentes personas. La esperanza es que esto permita a las personas ajustar su estilo de vida y su dieta, y tal vez su microbiota intestinal, para mejorar la respuesta de su organismo a diversos nutrientes. Aún no está claro si la manipulación de la microbiota, por ejemplo mediante cambios en la dieta, tiene efectos duraderos.
Por ahora, Das dice que el mejor consejo nutricional que ella y otros ofrecen se ciñe a lo básico: llenar el plato de verduras y frutas ricas en fibra y evitar los alimentos muy procesados en favor de los integrales.
«En los próximos cinco a 10 años se producirán grandes cambios en nuestra forma de ver las dietas», predice Thomas, de West Point. «Cuando empiecen a aparecer los resultados del estudio de los NIH, sabremos mucho más».
Las dietas del futuro: a medida y de precisión gracias a la ciencia | National Geographic