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La globalización del trago y la comida peruanos
La popularidad del pisco fuera del Perú está siguiendo el patrón de la gastronomía peruana. Cada vez más, el trago nacional peruano se encuentra en bares y restaurantes de las principales ciudades del mundo.
En Washington, DC, por ejemplo, el restaurante Causa Amazonia ofrece una selección de 34 piscos peruanos. Conocí recientemente a uno de los socios, Glendon Hartley, en la residencia del embajador peruano Alfredo Ferrero, quien organizó una «Noche del pisco» con numerosos invitados y varios dueños de restaurantes y bares de la capital estadounidense que sirven el trago y sus derivados cócteles.
Hartley, cuyo restaurante tiene una estrella Michelin, es hijo de inmigrantes antillanos y ha puesto el pisco también en el menú de sus otros reconocidos bares y restaurantes no peruanos. Así como ha habido un ‘boom’ de la cocina peruana alrededor del mundo, la globalización está empezando a incentivar una demanda creciente por el pisco.
El auge internacional de la gastronomía peruana ha sido impresionante y se debe tanto a la globalización como a la innovación. Según un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre la comida peruana, «hace una década solo había alrededor de 200 restaurantes peruanos en el exterior, mientras que en la actualidad hay cerca de 4.000″.
Este ‘boom’ no hubiera ocurrido sin la apertura y otras reformas económicas que implementó el Perú en los 90, que crearon la estabilidad económica y la oportunidad de innovar en este sector. El reporte del BID observa que estudiar en el exterior fue clave: «un elemento en común que tiene la mayoría de los chefs que revolucionaron la cocina peruana es que se formaron en las mejores escuelas de cocina del mundo y realizaron experiencias laborales en los mejores restaurantes del mundo».
El BID aplica un análisis económico de la innovación para decir algo simple: la experiencia que trajeron los chefs peruanos del exterior permitió que se aplicaran nuevos conocimientos a condiciones y realidades locales.
Es así como «el público peruano se encontró más que dispuesto a abrazar un nuevo mundo de comida peruana local, orgulloso, innovador y gourmet, usando una mezcla de técnicas y productos locales con las lecciones de los mejores institutos culinarios de Estados Unidos y Europa«.
Pero la verdad es que la gastronomía peruana ha sido globalizada por siglos, y su éxito se debe en gran medida a esa diversidad cultural y a la biodiversidad. Han influido las comidas y cocinas indígenas mezcladas con las españolas, italianas, japonesas, chinas y africanas. El turismo en el Perú no solo ha dado impulso al «turismo gastronómico«, sino que también ha jugado un papel en el auge internacional de la cocina peruana.
En palabras del chef Mitsuharu Tsumura del restaurante Maido, «el Perú acepta otras cocinas, no las rechaza; las integra dentro de sus recetarios». Agrega algo que es importante para muchos sectores, pero no bien apreciado por quienes estudian la innovación: «El éxito que tenga un cocinero es el éxito de todos porque nosotros no estamos pensando solo en el Perú, estamos pensando en el mundo; si a la cocina peruana le va bien, si el mundo pide cocina peruana, lo que van a faltar son cocineros. Aparte de ser amigos, nos apoyamos mutuamente porque cada uno tiene su ciclo distinto. Compartir conocimiento no es copiar; al contrario, es importante compartir los conocimientos».
En la práctica, los innovadores tienden a compartir sus conocimientos porque cada uno se enfoca en sus ventajas comparativas y al crear un sistema abierto sacan un mayor provecho. Esperemos que el ejemplo de apertura que nos han dado los chefs peruanos inspire a una creciente parte de la economía peruana.
La globalización del trago y la comida peruanos – Ian Vásquez – Libertad Digital
La dieta que se asocia con una menor mortalidad, reduce las enfermedades cardiovasculares y el cáncer y controla el peso
Seguir un patrón de alimentación basado en la dieta atlántica, tradicional de Galicia y el norte de Portugal, tiene un impacto positivo para la salud, pues se asocia con una menor mortalidad por todas las causas, incluido enfermedades cardiovasculares y cáncer, mejora la microbiota intestinal y ayuda a controlar el peso corporal, por lo que es beneficiosa frente al sobrepeso y la obesidad.
Así lo confirma un reciente estudio europeo, cuyos resultados se han presentado en el XX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), que se está celebrando en Santiago de Compostela. Este trabajo ha realizado un seguimiento de la dieta específica segiuda en España, Polonia, República Checa y Reino Unido.
«Una mayor adherencia a la dieta atlántica está relacionada con una menor mortalidad por todas las causas, por causas cardiovasculares y por cáncer, con beneficios similares a los de otros patrones dietéticos saludables», ha destacado la profesora Rosario Ortolá, del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
En concreto, aquellas personas que se adhieren a una dieta atlántica presentan una mortalidad un 15 por ciento menor en comparación con quienes siguen patrones alimentarios muy distintos. En este sentido, este tipo de alimentación se asocia con niveles bajos en algunos de los factores de riesgo cardiovascular, como el colesterol, los triglicéridos, la resistencia a la insulina, la presión sanguínea, el peso corporal y el perímetro de cintura, entre otros.
Ortolá también ha indicado que esta dieta podría reducir el riesgo de depresión y ayudar a tener una buena microbiota intestinal, algo que impactaría tanto en la salud digestiva como en la salud general. Para las personas mayores, está demostrado que la dieta atlántica tiene tantos beneficios sobre la mortalidad como la dieta mediterránea.
Beneficios frente a la obesidad
En lo que respecta a la obesidad, el estudio GALIAT, en el que participaron 250 familias durante un periodo de seis meses, demostró que aquellas personas que se alimentaron en base a la dieta atlántica vieron mejorado su peso corporal, su índice de masa corporal (IMC) y de medidas de adiposidad y sus niveles de colesterol.
«En 6 meses, los adultos del grupo de intervención perdieron 1,1 kg de peso corporal y redujeron 5,2 mg/dl de colesterol total en comparación con el grupo control. También se observaron mejoras en otras variables antropométricas y niveles de colesterol LDL, confirmando los efectos positivos de la dieta atlántica sobre la adiposidad y el perfil lipídico», ha señalado la coordinadora de este estudio, María del Mar Calvo Malvar, del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
Además, la intervención ayudó a reducir en un tercio el riesgo de desarrollar síndrome metabólico en el grupo de intervención frente al de control. Esto resulta importante porque casi un 25 por ciento de la población adulta mundial padece este trastorno, que incrementa de forma signifivativa la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y/o enfermedades cerebrovasculares.
¿En qué consiste la dieta atlántica?
La dieta atlántica es la dieta tradicional del noroeste de España, en particular de Galicia, y el norte de Portugal. Se caracteriza por un elevado consumo de alimentos frescos, de temporada y de origen local, como frutas, verduras, cereales integrales, principalmente en forma de pan, legumbres, patatas, pescados y productos lácteos.
Asimismo, destaca la presencia frecuente, entre tres y cuatro veces por semana, de pescados y mariscos, así como el consumo elevado de lácteos, especialmente leche y queso. Mientras, el consumo de carne de ternera y cerdo, así como de huevos, es más moderado.
Otra de las características de la gastronomía atlántica es el consumo diario de frutas y verduras, y particularmente de verduras de la familia de las Brassicas, como el grelo, la berza o el repollo. Como principal fuete de grasa para cocina y aliño, se emplea el aceite de oliva y el consumo de vino es moderado, generalmente en las comidas.
Por qué tiene tanta importancia la cocina en la serie ‘La Promesa’, ganadora de un Emmy Internacional
La gastronomía es una de las patas importantes de este producto audiovisual, que cuenta con un equipo de documentación y una persona se encarga de cocinar todos los platos que aparecen
Cuando se estrenó la bautizaron como el “Downton Abbey español”, pero tras casi dos años en antena, su reciente aterrizaje en Netflix y el Emmy Internacional con el que se ha hecho este lunes, la serie diaria de RTVE ha demostrado que va sobrada de personalidad propia. La Promesa, creada por Josep Cister Rubio, transcurre en el primer cuarto del siglo XX en un lujoso palacio del mismo nombre situado en el Valle de los Pedroches (Córdoba) y, más allá de sus laberínticas tramas, destaca por el mimo con el que tratan los aspectos culinarios de la ficción. No es de extrañar, cuando el propio Cister se define a sí mismo como “un loco de la gastronomía”. Para él, era impensable que la comida no jugara un papel fundamental.
“En ningún lugar se come tan bien como en La Promesa”, es un piropo que se repite a menudo en la serie. El secreto está en el equipo de cocina del palacio, que despierta la admiración de todo el que pasa por allí, ya sea para una simple merienda o para quedarse una temporada. Ese equipo, formado por tres de los personajes más queridos, tiene además un peso importante en las tramas. “Yo siempre digo que la cocina es uno de los pulmones que hace respirar a La Promesa. Sin la cocina, no sería lo que es”, dice Cister.
Simona es la cocinera más experimentada. Candela, su ayudante y amiga del alma. Y a ellas se une Lope, un lacayo que descubre que su vocación no está llevando bandejas, sino en los fogones y que, tras muchas peripecias, consigue trabajar en lo que le gusta, a pesar de que en La Promesa nunca antes habían tenido a un hombre en cocina. Simona y Candela ponen el sabor local y tradicional, mientras que el personaje de Lope es el que aporta una visión de lo que pasa fuera de España a nivel gastronómico, sobre todo en Francia. Él es quien introduce en palacio recetas como los éclairs, el parmentier o los volovanes.
Este peculiar trío protagoniza algunos de los momentos más divertidos, emotivos y didácticos de la serie. Porque con La Promesa se aprende, y mucho, de gastronomía española. Por ejemplo, lo que simboliza el huevo duro en un potaje de vigilia o que hay tantas variantes de la pipirrana como personas, pero también cosas más prácticas, como cuál es la mejor manera de recuperar la mayonesa cuando se corta, la ciencia que hay detrás de un buen cocido o el truco para que el arroz con leche quede bien cremoso. La ficción está plagada, además, de anécdotas históricas, como la explicación al color rojo de las puertas de las tabernas madrileñas (una forma de indicar a la gente que no sabía leer que allí se servía vino) o el guiño a que la palabra “cocreta” se recogerá algún día en el diccionario (a pesar del alcance de esta leyenda, la RAE aclara que nunca ha figurado en el diccionario académico).
Pero el protagonismo de lo gastronómico en La Promesa va más allá. Uno de los negocios familiares es una línea de mermeladas con recetas vanguardistas que logra un gran éxito y que, por supuesto, es fuente de múltiples conflictos. Nuestra ilustre gastrónoma Emilia Pardo Bazán ha salido a relucir en algunos episodios cuando a una duquesa de la zona le da por seguir sus pasos y elaborar un recetario. Y la comida ha cobrado importancia en momentos de gran peso dramático, como cuando Simona relata que unas manitas de cerdo lograron que el marqués empezara a superar la muerte de su primera esposa o cuando Lope prepara un cabritillo con trufa para homenajear a un compañero que acaba de morir, recordando que “la comida es uno de los placeres de la vida”, dice Cister.
Tampoco pierden la oportunidad de hacerle algún guiño a la actualidad. En esos meses en los que ir al súper era sinónimo de gastarse un dineral, hicieron una mención a la subida del precio de los alimentos que también tenía lugar en la España de la época en la que transcurre la serie. “Estando en la tele pública, creo que nuestra obligación es entretener y algo más. Ese algo más es siempre tener el retrovisor puesto, y estas series te permiten ver cómo hemos cambiado, para bien o para mal”, cuenta Cister.
Estos detalles son la demostración de que cuentan con un gran equipo de documentación. Diego Sandoval, del restaurante Coque, les asesoró en los inicios sobre algunos aspectos clave y, para las cosas más concretas, los guionistas se documentan con libros de todo tipo. El equipo de arte se encarga de que cada cosa esté en su sitio para sumergir al espectador en la cocina de aquella época. Para quien tenga la duda: sí, en La Promesa se come de verdad. Una persona se encarga de cocinar todos los platos que aparecen en pantalla y tienen hasta una vajilla propia con el emblema del palacio, un sueño personal de Cister, que logró cumplir hace un año. “Podrías decir ‘si esto no se ve, nunca haces un plano corto de un plato’. Pero para mí es importante cuidar los detalles, que la gente que está actuando aprecie que eso es real”, explica Cister.
Por supuesto, la comida es uno de los aspectos que más conversación generan en torno a la serie en redes sociales. “Ay, esto mi abuela lo hacía exactamente así’ o ‘Simona ha dicho que le pondría un toquecito de vinagre, así que se lo voy a poner yo también”, son solo dos ejemplos de los muchos comentarios que reciben. Hay quien les saca los colores señalando algún ingrediente o receta que está fuera de lugar, pero lo cierto es que se toman estas licencias de forma consciente, para poder reflejar un abanico culinario lo más amplio posible. “Cuando hacen pescado, por ejemplo, es algo que no sería normal en el Valle de los Pedroches, pero entendemos que La Promesa no solamente es el reflejo de ese lugar. Con el tiempo, se ha convertido en un reflejo de España”, dice Cister.
Veiganova, el obrador situado en una carretera que vende 500 empanadas al día (y envía a toda España)
El establecimiento, ubicado en Sanxenxo, lleva casi 30 años perfeccionando su receta de la elaboración gallega de la que ofrece hasta 25 variedades diferentes, entre ellas, la exitosa empanada de pulpo y queso de tetilla.
En la carretera que va de O Vinquiño a Sanxenxo, en la regional pontevedresa 504, hay un punto en el que se agolpan los coches estacionados en los laterales y una fila de personas aguarda pacientemente a las puertas de un obrador. Casi todas recogen sus pedidos encargados previamente en los que hay, principalmente, empanadas, el producto estrella de Veiganova (Vinquiño, 9 Bajo, Sanxexo). En época estival, esta panadería, comandada ahora en su totalidad por María Jesús Pérez Bea (44 años, Sanxenxo) ante la inminente jubilación de su padre, llega a despachar entre 500 y 600 unidades diarias de esta elaboración tradicional gallega que ellos, con el paso de los años, han ido mejorando hasta lograr un bocado de masa fina y ligera rellena de productos cuidadosamente seleccionados que ellos mismos cocinan.
“Tenemos una persona que se dedica solo a cocinar a diario el relleno”, cuenta Pérez Bea, a quien conocen como “Susi”, sobre uno de los secretos de las empanadas que producen. Ya es mitad de septiembre y ella y su equipo comienzan a coger aire tras la vorágine de los meses de verano en un municipio que, según datos de turismo, llega a multiplicar por siete su población durante la temporada vacacional. “En verano, el 80% de lo que despachamos son reservas”, dice, mientras confiesa que ya han conseguido poner algo de orden en el obrador, de unos 150 metros de superficie. La tienda, por el contrario, es un espacio bastante reducido en el que también venden panes y dulces típicos como la bica gallega —un bizcocho— que fabrican a diario.
La historia de Veiganova está a punto de cumplir 30 años. En 1995, el padre de Susi Pérez, Suso Pérez Torres, montó el negocio, aunque en la familia ya había tradición panadera y Susi Pérez es la cuarta generación que ha seguido en el oficio. Ella confiesa que se crio entre panes y empanadas y que tomar las riendas del obrador fue algo que surgió de manera natural. También recuerda cómo al principio, a lo largo de dos años, su madre y su padre llevaban a Madrid empanadas que después se servían en varios establecimientos. “Yo empecé a hacerlas como las hacían mis padres, pero poco a poco intenté mejorar la base”, sostiene.
En aquellos comienzos, apenas se hacían las clásicas de atún, carne y bacalao, pero ahora el catálogo asciende a unas 25 variedades poco habituales como la de lacón, grelos y chorizo “gallego”, puntualiza Pérez, o incluso dulces, como la de queso de tetilla con membrillo. La más exitosa, no duda al decirlo, es la de pulpo con queso de tetilla. “Nos ha dado mucha fama. Las clásicas se venden mucho, pero se nos conoce por las variedades diferentes”.
Preguntada por el secreto de una buena empanada, Pérez contesta sin dudar que es el relleno, que ellos hacen con ingredientes “frescos”, como la cebolla que utilizan —no es precocinada, como ocurre en muchos sitios, asegura Pérez— y “de calidad”. El pulpo que usan en su empanada estrella lo cuecen y lo pican en el propio obrador y ponerle ese mimo “da mucho sabor”. Sobre la masa, al principio la hacían con margarina, aceite, agua y harina y ahora le añaden también “huevos camperos”. “La amasamos diariamente, formamos la empanada y la horneamos durante 35-40 minutos”, describe y matiza que, para este último paso, utilizan un horno con leña de carballo y eucalipto. El resultado es una masa a medio camino entre el pan y el hojaldre.
En Veiganova no cierran en todo el año, aunque en invierno reducen su personal a la mitad. Venden las empanadas en tienda por unidades o mitades y, desde hace un tiempo, también las envían a toda España a través de la página web. “La empanada llega perfecta, envasada al vacío”, cuenta la propietaria. En el local (y online) se venden además dulces tradicionales gallegos como la bica —un bizcocho mantecoso, a 15 euros el kilo— o la larpeira (16 euros), de textura parecida a una mona o roscón pero con almíbar en el interior. “La única empanada que no vendemos por la web es la de tortilla con chorizo”, asegura, ejemplificando la variedad y originalidad de las elaboraciones.
Gastronomía y literatura, el mejor maridaje posible
En el mundo de la creatividad humana, hay dos artes que han sido inseparables desde tiempos inmemoriales: la gastronomía y la literatura
En la intersección de estas dos disciplinas, se entretejen historias de sabores, aromas y emociones que han enriquecido nuestras vidas de maneras inimaginables.
El próximo 23 de abril, en el Día Internacional del Libro, celebramos la profunda conexión entre estas dos formas de expresión cultural. Desde los banquetes descritos en las epopeyas homéricas hasta los exquisitos platos mencionados en las novelas contemporáneas, la literatura ha sido un vehículo para transmitir la pasión por la comida y la cocina.
Uno de los aspectos más fascinantes de esta relación es cómo los autores utilizan la gastronomía como una herramienta narrativa para profundizar en la caracterización de sus personajes y en la ambientación de sus historias. A través de descripciones detalladas de comidas y bebidas, los escritores pueden evocar no solo sensaciones gustativas, sino también contextos culturales y emocionales que enriquecen la trama de sus obras.
Un ejemplo clásico de esta fusión entre gastronomía y literatura es ‘Como agua para chocolate’ de Laura Esquivel, donde las recetas culinarias se convierten en metáforas de los deseos y las pasiones de los personajes. En esta novela, cada plato preparado por la protagonista está imbuido de sentimientos intensos que desencadenan eventos trascendentales en la trama.
Asimismo, la literatura ha inspirado a chefs y cocineros de todo el mundo a crear platos que rinden homenaje a obras y personajes célebres. Pero la conexión entre la gastronomía y la literatura va más allá de las páginas de un libro o los platos de un restaurante. En la cocina misma, cada receta es un relato en sí mismo, transmitido de generación en generación a través de la tradición oral o escrita. Detrás de cada ingrediente y técnica culinaria, se esconde una historia que nos conecta con nuestras raíces culturales y con las personas que nos precedieron.
En este Día del Libro, los lectores tienen la oportunidad de explorar el delicioso mundo de la literatura gastronómica. Sumergirse en las páginas de las novelas y cuentos favoritos y dejarse llevar por los aromas y sabores que despiertan en la imaginación. Como dijo el genial Jean Anthelme Brillat-Savarin, «La cocina es la base de la felicidad del hombre».
Frutas de proximidad: alimentos que contribuyen a tu salud y la ‘salud’ de tu entorno
El naranja de mandarinas y calabazas llega para quedarse hasta la primavera. El amarillo del plátano, siempre presente en el frutero. El verde de la chirimoya reclama su sitio… Llega diciembre y, como en cada época del año, el consumo de frutas de temporada y cercanía no sólo es sinónimo de sabor y calidad, sino también de responsabilidad social, económica y medioambiental.
Cuando el campo y la despensa se acercan, todos ganamos. En un contexto en el que, en España, el consumo de fruta se encuentra en continuo descenso (-8,4% en los últimos 5 años, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) y el sobrepeso y la obesidad afectan a un 60% de los adultos y un 40% de los niños, es fundamental concienciar a la población sobre la importancia de unos buenos hábitos alimenticios que impliquen el consumo de fruta fresca de origen español y europeo.
El consumo de fruta de cercanía, además de contribuir a nuestra salud, es garantía de sabor y calidad, siendo alimentos producidos de acuerdo con los altos estándares europeos. Unos criterios que también deben cumplirse en materia social y medioambiental, y a los que se une también la reducción de los desplazamientos y el transporte, haciendo todo esto que el consumo de fruta de proximidad contribuya al desarrollo de nuestro sector agroalimentario, a la economía local y al cuidado del planeta.
Una decisión que enriquece nuestra dieta y es un compromiso real con el entorno. Por ese motivo, iniciativas como el programa Proper Diet, desarrollado por Plátano de Canarias y la Asociación 5 Al Día, y financiado por la Unión Europea, trabaja por promover hábitos equilibrados y responsables en torno a la alimentación.
El plátano, aliado para la economía, empleo y sostenibilidad en Canarias
El plátano de Canarias es sin duda ejemplo del impacto positivo que tiene apostar por el producto de proximidad. Con más de 7.000 productores, el sector genera en Canarias más de 9.000 empleos directos y hasta 5.000 empleos indirectos dedicados a las actividades de cultivo, manufactura y exportación. Su cultivo supera las 8.500 hectáreas en las siete islas y aporta, cada año, más de 500 millones de euros. Unas cifras que indican que el plátano es algo más que un elemento imprescindible en nuestra dieta: es un pilar de la economía y el empleo del Archipiélago.
También, un actor fundamental para el cuidado del territorio. Y es que, si se compara con otras producciones, el Plátano de Canarias destaca por su bajo impacto medioambiental. En 2022, la Asociación de Organizadores de Productores de Plátanos de Canarias renovó el Certificado AENOR de Huella de Carbono de CO2 Calculado, que certifica que el cultivo del plátano emite 120,71 gramos por kilo durante todas las etapas del ciclo de vida del producto, una cifra de emisiones que, en solo una década, el sector redujo en un 50%. Pero, además, su cultivo es un sumidero de carbono en las Islas, porque capta más CO2 .de la atmósfera del que genera: hasta -76,26 gramos de CO2/kg por plátano.
Al impacto sostenible se suma el social. En pueblos como Tijarafe, Fuencaliente, Puntallana o San Andrés y Sauces, en la isla de La Palma, más del 30% del empleo depende de su cultivo. En sitios como Barlovento pasa del 50% y en Tazacorte, del 75%. Los últimos cálculos oficiales de impacto de la actividad en 2023, estiman que los salarios pagados a los trabajadores generan una masa salarial bruta de más de 186 millones de euros en Canarias. Si se suma el empleo indirecto y la actividad del transporte, la maquinaria, el cartón, los abonos o combustibles, entre otros insumos, se alcanza un total de ingresos superior a 169 millones de euros.
En las Islas Canarias, el cultivo y la exportación del plátano tiene muchos significados. Si en Japón hay una leyenda que asegura que un hilo rojo une a determinadas personas, en Canarias ese hilo sería amarillo por este producto de proximidad fundamental que sostiene pueblos, origen de costumbres y da sentido a tradiciones locales. Además, previene la despoblación y mueve la economía local. Por eso, conviene no olvidarlo: si el campo y la despensa se acercan, todos ganamos.
https://www.elmundo.es/uestudio/2024/11/27/6746d353fdddffcc9e8b4594.html
Juver Alimentación crece el 3,6% hasta los 160 millones de euros
La empresa murciana ha hecho grandes esfuerzos de innovación para frenar el avance de la marca blanca en la categoría de zumos. El canal Horeca y la exportación, claves en sus perspectivas de crecimiento.
Juver Alimentación ha cerrado el ejercicio fiscal 2023-2024 con una facturación de 159,4 millones de euros, lo que representa un avance del 3,6% respecto al año anterior.
El especialista en zumos y néctares, que ha apostado de manera decidida por la innovación y el canal Horeca en los últimos años, ha crecido el 17,3% en la categoría de zumos, al tiempo que las bebidas sin azúcar experimentaron un incremento del 10,3%.
El lanzamiento de productos de innovación como Juver Funcional —que contiene antioxidantes, ventajas cardiovasculares y de salud ósea— le ha permitido contrarrestar el avance de la marca de distribuidor en la categoría y seguir creciendo en el segmento saludable.
Juver lidera el mercado de zumos y néctares en varias regiones de España. Su cuota de mercado es del 11% en Andalucía, del 14% en Asturias y el 18% en Canarias. Además, es líder en el canal Horeca en el sur de España con una cuota de volumen del 42%, sobre todo en formato botellín.
En la actualidad, el 55% de las ventas en marca Juver proceden de Horeca, mientras que el 45% corresponde a Retail, donde ha tenido que enfrentarse al avance imparable de las marcas blancas.
«Estamos realizando un cambio, tanto en posicionamiento como en nuestro territorio de marca. Debemos reformular nuestra propuesta de valor ya que, en el retail, la categoría de zumos está muy apalancada en precio», reconocía recientemente Joaquín Jiménez, director comercial y de Marketing del fabricante.
Expansión en Asia y Latinoamérica
En el ámbito internacional, la compañía murciana ha conseguido incrementar su presencia en Asia (en particular, en el canal ecommerce de Japón y Corea del Sur) y ha cerrado recientemente acuerdos de distribución con Walmart para distribuir en el mercado centroamericano.
La exportación es uno de los pilares estratégicos de la compañía y ya representa el 24% de los ingresos totales de la compañía.
«Nos marcamos objetivos de crecimiento y resultados ambiciosos, enfocados en consolidar nuestras gamas de productos y seguir expandiendo la marca Juver en mercados estratégicos a nivel internacional», ha explicado José Hernández, CEO de la empresa propiedad de Grupo Conserve Italia.
https://www.foodretail.es/fabricantes/juver-alimentacion-crece-3-6_0_2000006263.html
Aguasvira renueva su alianza con el Banco de Alimentos de Granada por sexto año consecutivo
Ambas entidades celebran este 2024 sus aniversarios al cumplir 25 y 30 años respectivamente
Redacción Granada
Granada/Aguasvira, empresa que gestiona el ciclo integral del agua en 22 municipios metropolitanos de Granada, y que está participada por el Consorcio Vega Sierra Elvira, presidido por Antonio Salazar, e Hidralia, ha renovado, por sexto año consecutivo el convenio de colaboración con el Banco de Alimentos de Granada, entidad que trabaja para mejorar el estado de vida de los colectivos en riesgo de exclusión. Aguasvira tiene la condición desde 2019 de socio protector de la entidad humanitaria.
Desde 2016 la empresa cuenta con un protocolo regulador de medidas contra la pobreza hídrica y la vulnerabilidad económica, actualizado con fecha 8 de julio de 2022. Aguasvira cumple este año 25 años de vida y el Banco de Alimentos de Granada, 30.
Asimismo, Aguasvira afirma en un comunicado de prensa que el voluntariado es una parte fundamental de su compromiso con el que se promueve activamente la implicación de todos los empleados en los retos sociales, suponiendo además una vía adicional de contribución social que permite abordar de manera más cercana y solidaria los desafíos a los que se enfrentan los grupos de población en riesgo de exclusión. De esta manera, durante los días 22 y 23 de este mes de noviembre, la empresa ha participado en la Gran Recogida de Alimentos, un evento solidario que este año ha tenido una connotación especial, pues parte de la recolección de comida irá destinado a las personas afectadas por la DANA.
A la firma del acuerdo asistieron la gerente del Consorcio Vega Sierra Elvira, María José Mateos; el director de Aguasvira, Carlos Corral, junto con los responsables de Clientes y Acción Social de la compañía; y el presidente del Banco de Alimentos de Granada, Manuel Marchal.
Para Antonio Salazar, presidente del Consorcio, “Aguasvira es una empresa comprometida con las personas y familias más vulnerables y que están más necesitadas de atención por parte de las instituciones para no verse excluidas de la sociedad”. Corral, por su parte, incidió en “la necesidad de seguir fortaleciendo y estrechando lazos y alianzas con el sector social para seguir manteniendo este nivel de implicación y protección social de los colectivos más desfavorecidos”.
Manuel Marchal, como presidente del Banco de Alimentos, agradeció a Aguasvira “su inestimable colaboración y ayuda hacia las personas que tienen dificultades para acceder a una alimentación digna, y su aportación extraordinaria destinada a las personas que se han visto afectadas por el temporal de la DANA”.
Qué son los Soles Repsol y cómo se otorgan
En el mundo de la gastronomía se habla muchas veces de los Soles Repsol. ¿Sabes exactamente qué son los Soles Repsol, quién los creo, cómo se dan y cuándo? Te explicamos todo lo que debes saber.
Cuando hablamos de restaurantes muchas veces escuchamos hablar de los Soles Repsol. Es posible que incluso al visitar algún restaurante te hayas encontrado con la correspondiente pegatina en la puerta, ¿Qué son exactamente los Soles Repsol? ¿Cómo se entregan y quién se encarga de hacerlo? Damos respuestas a todas estas preguntas acerca de una de las distinciones gastronómicas más relevantes en España.
Qué son los soles Repsol
Los soles Repsol son los reconocimientos que entrega la Guía Repsol como sistema de calificación de los mejores restaurantes de España. Un restaurante puede recibir hasta 3 soles Repsol, que significan «una experiencia única». Los dos soles premian «un sitio que sobresale», mientras un sol premia ese restaurante «que recomendarías a un amigo y al que ya estás pensando en volver un montón de veces».
Los «soles» nacieron ya con la primera Guía del viajero editada por Campsa en 1979, guía precursora de la posterior Guía Campsa hoy conocida como Guía Repsol, aunque en aquel momento se comenzaron entregando hasta cuatro.
La guía se vio forzada a cambiar los soles por surtidores en 1983 tras no publicarse durante dos años, pero los recuperaría en 1989. Fue en el año 2009 cuando Repsol, empresa propietaria para entonces de Campsa, rebautizó la guía con su nombre y convirtió los soles en «soles Repsol».
Qué significan los soles Repsol
Los soles Repsol evalúan la calidad de un restaurante según el criterio de la Guía Repsol. Como hemos visto, un restaurante puede tener entre uno y tres soles:
- 3 Soles Repsol: es la máxima distinción que puede ostentar un restaurante en la guía. En la actualidad, 42 restaurantes poseen los tres soles, que la guía considera como “el destino final del viaje. Donde percibes nada más entrar que será una experiencia única”. Se premia la cocina que buscar portar nuevo conocimiento, que trabaja de forma cercana con productores locales, que ofrece bodegas sobresalientes y un servicio de sala a la altura.
- 2 Soles Repsol: hasta 155 restaurantes en 2022 poseen la doble distinción. Con ella, Repsol destaca “Un sitio que sobresale por desarrollar un concepto en el que la cocina muestra la madurez, el potencial y la ambición para seguir evolucionando”, poniendo también el foco en materias primas, técnicas, servicio o bodega. “Merece los muchos kilómetros recorridos”.
- 1 Sol Repsol: 469 restaurantes poseen un sol en la guía, restaurantes donde “es premisa la calidad del producto y la intención de elaborar una cocina honesta y coherente que irá creciendo”. Bodega y servicio también intervienen en la valoración. “Justifica hacer kilómetros o parar a conocerlo en medio de un viaje”.
Cómo se otorgan los soles Repsol
Actualmente, para otorgar los soles Repsol se pone en común la opinión de un equipo de 62 inspectores (frente a los 53 del pasado año), profesionales de distintos ámbitos sin vinculación directa con el mundo de la hostelería pero con gran conocimiento de la gastronomía de sus regiones, abarcando todas las comunidades autónomas: «abogados, diseñadoras, periodistas, catedráticas, ingenieros, músicos, economistas, psicólogos, galeristas, médicos…». Los inspectores de la guía Michelin son personas con mucho conocimiento en el mundo de la gastronomía que tienen entre 20 y 70 años y cuya pasión común es descubrir nuevos restaurantes que visitar, lo que en palabras de Repsol está «en las antípodas del estereotipado inspector elitista».
Ellos son los encargados de visitar los restaurantes y de aplicar un sistema de calificación desarrollado en 2018 con el asesoramiento del Basque Culinary Center en busca de reflejar fielmente la experiencia del comensal. La valoración se fundamenta en la parte gastronómica, pero también tiene en cuenta otros factores que terminan siendo determinantes a la hora de recomendar un restaurante: el espacio, la bodega, el servicio de sala o la relación del restaurante con los productores locales y su aportación a la economía local son también algunos de los aspectos valorados.
¿Qué es un Recomendado Guía Repsol?
Son restaurantes que no llegan a tener un sol pero que la guía quiere destacar igualmente por ofrecer una cocina y un servicio digna de mención. Por lo general, son restaurantes donde la clientela pone en valor una cocina sincera y de calidad. Con este reconocimiento Repsol busca que sus lectores estén al día sobre restaurantes recomendados y que potencialmente podrían llegar a conseguir un sol aportando su visión experta. La figura del restaurante recomendado existe desde la primera edición de la guía en 1979.
Qué es la Guía Repsol
La Guia Repsol es una guía de viajes editada por la empresa Repsol que con los años se ha convertido en una de las guías gastronómicas de referencia. Aunque la cartografía y los restaurantes convivieron desde su aparición en 1979 como Guia del viajero Campsa, lo cierto es que el papel de la guía como guía gastronómica de restaurantes en España se ha convertido en su principal negocio. La Cofradía de la Buena Mesa de Madrid y la Academia de Gastronomía asesoraban esa primera edición.
La guía nació con intención turística en una España que se abría a la democracia. Tras un parón en 1981 y 1982, continuaría editándose de forma ininterrumpida a partir de 1983 ya convertida en Guía Campsa, nombre que mantendría hasta 2009 cuando Repsol, que había integrado Campsa en los años 90, puso su firma en las tapas.
Estos son los beneficios de la alimentación ecológica y BIO
Huevos de gallinas «felices y libres», tomates que huelen y saben a tomate, verduras recién cogidas de la huerta… El consumo de alimentación bio ha pasado de ser una tendencia a convertirse en un nuevo estilo de vida cada vez más habitual entre las familias que a la hora de hacer la compra valoran otros aspectos como la trazabilidad del producto o si es respetuoso con el medio ambiente.
Los hábitos de consumo han evolucionado hasta el punto que desde la ciudadanía hasta las empresas apuestan por un modelo alimentario sostenible que ponga a las personas y al planeta en el centro.
Los alimentos bio son aquellos que provienen de la agricultura o la ganadería ecológica. «Se obtienen de una forma respetuosa con el medio ambiente, sin pesticidas ni conservantes ni fertilizantes químicos”, detalla Jasmijn de Kegel, cooperativista de Molsa y una de les propietarias de Molsa Tot Bio (Masnou). La producción de la alimentación bio se basa en métodos y procesos tradicionales optimizando los recursos naturales para conservar la esencia de los productos de la tierra.Lee también
«Al ser alimentos que no se han procesado ni llevan conservantes artificiales, mantienen todas las propiedades naturales», cuenta de Kegel, que también destaca que son más sanos porqué no llevan residuos químicos. En este sentido, la alimentación bio también es sostenible, ya que se cultiva a través de medios de producción artesanales y naturales que ayudan a reducir la contaminación del agua y el aire, entre otros.
¿Por qué es importante el certificado “ecológico»?
Ante el boom de «lo saludable», el certificado ecológico toma más relevancia que nunca. La producción agraria y la industria alimentaria deben acreditar que sus alimentos proceden de sistemas de producción ecológica certificada si quieren generar confianza al cliente, cada vez más exigente.
Para que un alimento sea calificado como ‘ecológico’, en su fase de producción ningún elemento puede ser artificial. Es decir, en el caso de la agricultura ecológica, desde las semillas hasta el abono tienen que ser naturales; y en la ganadería no pueden aplicarse hormonas ni piensos industriales y los animales, como las gallinas, tienen que criarse al aire libre.
Las tiendas Molsa solo venden productos ecológicos certificados. «Creo que es importante remarcarlo, ya que asesoramos e informamos a nuestros clientes sobre el tipo de alimentos que están comprando, también a través de nuestra tienda online«, apunta Jasmijn de Kegel. En este sentido, los establecimientos Molsa cuentan con un proveedor 100% ecológico: Hortec, una cooperativa que lleva trabajando en el sector de productos de la huerta bio y eco desde el año 1991 y reúne agricultores de más de 10 comarcas catalanas diferentes.
«Hortec surgió porque una serie de productores eco detectaron la necesidad de crear una red de distribución que suministrara fruta y verdura ecológica a las tiendas de alimentación», señala Núria Cantí, directora de la cooperativa, que apunta que el interés por este tipo de producto ha crecido exponencialmente en los últimos años.
Hortec solo sirve producto fresco, ecológico, 100% responsable con el medio ambiente y con la etiqueta que garantiza la procedencia eco. «Además, intentamos que los agricultores que trabajan con nosotros tengan unas buenas condiciones y que las tiendas que proveemos tengan mucha variedad de productos, sobre todo de fruta y verdura», detalla Cantí. En este sentido, tanto Hortec como los establecimientos Molsa, priorizan el producto de temporada y proximidad, que contiene más valor nutricional y está en el momento justo de maduración, lo que permite aportar más sabor al alimento.
El tejido industrial ecológico se abastece de agentes locales y rurales. Hortec no solo trabaja con agricultores que cultivan grandes cantidades, sino que también cuenta con la colaboración de pequeños agricultores «para que el cliente pueda escoger y tenga más variedad”.
Barcelona, capital mundial de la Alimentación Sostenible
Este 2021, Barcelona es la Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. A lo largo del año, se desarrollarán más de noventa proyectos y políticas de fomento de la alimentación sostenible que se extenderán hasta el mes de diciembre. Los mercados municipales, los restaurantes, los centros de investigación, el tejido asociativo, las cooperativas y los comedores escolares ecológicos han convertido la Ciudad Condal en la Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. En este sentido, las tiendas Molsa, repartidas por toda la ciudad y por gran parte del territorio catalán, también fomentan este tipo de alimentación gracias a su clara apuesta por los productos bio, ecológicos y sostenibles.