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Por qué deberías evitar que pongan haba tonka en tu gin tonic.
Uno de los ingredientes que se han puesto de moda para añadir a los populares gintónics está el haba tonka. Muy valorada por su aroma, que se describe como una mezcla de vainilla, clavo, vainilla, regaliz, caramelo … Sólo tiene un problema: está prohibida su comercialización y venta en España desde 2015. Desde los años 50, también en Estados Unidos.
Pero parece que no se hace mucho caso de la legislación porque es fácil comprarla tanto en tiendas especializadas como por internet. El haba tonka es una semilla de unos 3-4 cm, oscura y arrugada, de un árbol de gran tamaño, el dipterix odorata, que se da en la selva amazónica. Si su aroma es tan agradable como justifica que se utilice en perfumería y su sabor tan delicioso que puede colar por vainilla y es un básico de la pastelería, ¿por qué está proscrita?
En concreto, porque contiene una sustancia conocida como cumarina (denominación que se basa en el nombre caribeño de la planta), que es la que le proporciona sus virtudes gustativas y olfativas, pero que envenena.
Que no te den tonka por vainilla
Es muy probable que, sin ni siquiera saberlo, la hayan degustado en dulces, jarabes, refrescos, ya que se utiliza como sustituto, mucho más barato, de la vainilla. No teman, no habrán tomado tanta como para resultar gravemente perjudicados. O tal vez sí y lo descubran demasiado tarde.
“El haba tonka contiene una sustancia conocida como cumarina que envenena”
También habrán tenido la oportunidad de disfrutar de su aroma en jabones, desodorantes y gel de baño, y en perfumes (sin ir más lejos varios de Chanel), en el tabaco para pipa y en cigarrillos electrónicos. En ese caso, tampoco es muy recomendable, porque puede penetrar a través de los poros y en los pulmones.
Los defensores, los aficionados a los gintónics o a comidas exóticas en las que se utiliza como especia rallando el haba (como se hace con la nuez moscada), se agarran al hecho de que para resultar intoxicado hay que consumir unas cantidades de habas o del sucedáneo químico que no son las habituales.
La cumarina fue aislada por primera vez de las habas de tonka en 1820. Más de cien años después, en 1940, se había sintetizado en laboratorio. Era uno de los primeros aditivos químicos conocidos y, debido a que resultaba muy barato, pronto se convirtió en un sucedáneo de la vainilla, que se usa sobre todo en productos de no muy buena calidad.
A las ovejas les sienta fatal
Con su extensión como aditivo alimentario se inició también su estudio, y se descubrió que dañaba el hígado en animales de laboratorio, como ratas y perros, en unas pocas semanas y con dosis relativamente pequeñas, y en ovejas resultaba fatal con sólo 5 gramos (unas dos cucharaditas). El caso es que esos trabajos científicos provocaron que en Estados Unidos se prohibiera tanto la cumarina sintética como las habas tonka ya en 1954 y más tarde las prohibiciones se extendieran a otros países.
“La cumarina fue aislada por primera vez de las habas de tonka en 1820. Más de cien años después, en 1940, se había sintetizado en laboratorio”
En el BOE del 2 de julio de 1976 aparecía una disposición prohibiendo el uso de “agentes aromáticos que en su composición contengan cumarina o habas tonka”. No son éstas, sin embargo, el único producto que contiene la cumarina. También se encuentra en la conocida como “falsa” canela, que se extrae de la corteza del cassia, un árbol del sudeste asiático, y que es bien distinta de la genuina, en rama, que procede de Sri Lanka.
Son primas hermanas, salvo que la primera contiene 25.000 veces más de cumarina. Mientras en Estados Unidos no existe ninguna restricción sobre el empleo de esta canela, en la Unión Europea se han establecido unos limites diarios de consumo. En Dinamarca estuvieron hace unos años a punto de prohibir unos pastelitos de canela muy populares, sobre todo entre los niños, porque casi la mitad de la producción del país incluía la poco recomendable “falsa” canela.
Los estudios realizados con animales son aplicables a los humanos de forma muy relativa, porque los rasgos biológicos difieren en muchos aspectos. Uno de ellos es la manera de expulsar la cumarina.
“En el BOE del 2 de julio de 1976 aparecía una disposición prohibiendo el uso de ‘agentes aromáticos que en su composición contengan cumarina o habas tonka’”
El hígado se lleva la peor parte, pero no mata
Las personas tenemos unas enzimas que provocan sutiles cambios en su estructura que facilitan su expulsión del cuerpo. El problema es que hay personas que tienen una versión distinta de esa enzima y no eliminan el tóxico. Normalmente los daños se producen por acumulación lenta de la sustancia en el hígado, lo que hace difícil detectarlo previamente.
La única forma de determinar si te afecta o no es que sufras sus efectos, normalmente dolencias hepáticas, y te lo detecten en un hospital o mediante un test genético. También es cierto que hasta el momento no hay constancia de ninguna muerte humana debido al haba tonka o a la cumarina sintética.
Ésta puede ser también perjudicial para personas con afecciones cardíacas o problemas de coagulación sanguínea. No porque sea en sí un anticoagulante, sino porque puede convertirse en tal por la interacción de un hongo. La versión resumida es que ese descubrimiento llevó a desarrollar un medicamento anticoagulante, la warfarina, uno de los más prescritos del mundo, que es, además, un potente pesticida. Su sobredosis puede provocar una afección similar a la que produce la curmarina.
Una noticia interesante pero y tú, ¿conocías el haba tonka? Seguro que muchas de las personas que lean este artículo no sabían lo que es ni les sonaba, espero os sirva.