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Un componente de la grasa láctea podría ayudar a prevenir el deterioro cognitivo leve asociado al envejecimiento
Un estudio piloto del CIAL (CSIC-UAM) realizado en personas mayores de 65 años indica que la membrana del glóbulo graso presente en la leche bovina podría ralentizar la pérdida de las capacidades cognitivas.
Un equipo de investigación liderado por el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL, CSIC-UAM) ha publicado un estudio clínico en personas mayores de 65 años en el que se concluye que la suplementación de la dieta con componentes de la membrana del glóbulo graso lácteo (en inglés, MFGM), resulta de gran interés por su implicación en la potenciación de la memoria y podría emplearse en la prevención del deterioro cognitivo leve durante la edad adulta.
El deterioro cognitivo es una de las consecuencias más importantes del envejecimiento y hasta ahora las terapias farmacológicas han resultado en gran medida infructuosas. Es bien conocido que los déficits cognitivos en el hipocampo del cerebro están vinculados con bajos niveles de fosfolípidos relacionados con el mantenimiento de la actividad cognitiva, con la memoria y el aprendizaje. Los fosfolípidos son los principales lípidos del sistema nervioso, se localizan en las membranas celulares y tienen capacidad de interactuar con metabolitos, hormonas, anticuerpos y otras células. Estudios recientes han reportado que durante el envejecimiento se produce una reducción del contenido en fosfolípidos en diversas regiones cerebrales, lo que se ha vinculado al deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.
La MFGM consiste en una estructura compleja de glicoproteínas, fosfolípidos, esfingolípidos, glicolípidos (cerebrósidos y gangliósidos), colesterol y otros componentes minoritarios. Entre los fosfo- y esfingolípidos presentes en la MFGM se incluyen: fosfatidilcolina (PC), fosfatidiletanolamina (PE), fosfatidilinositol (PI), fosfatidilserina (PS) y esfingomielina (SM). El papel de la SM en el cerebro es bien conocido por su contribución a la cognición, mientras que a la PS se le atribuyen efectos positivos en enfermedades como depresión, estrés e incluso en la enfermedad de Alzheimer. El estudio parte de la hipótesis de que la MFGM bovina, de composición similar a la de leche humana, se utiliza también en nutrición infantil para mejorar la formulación de preparados para lactantes, a los que aportan beneficios cognitivos e inmunitarios.
Varios estudios preclínicos en modelos animales, llevados a cabo por el mismo grupo del investigador en el CIAL Javier Fontecha que ha realizado el presente estudio, han demostrado que la suplementación de la dieta con un concentrado de MFGM, obtenido a partir de un subproducto lácteo como la mazada (suero de mantequilla), modula la expresión de miRNA, mejora la resistencia a insulina y la señalización sináptica del hipocampo, atenúa la memoria emocional (condicionamiento contextual del miedo), modifica la composición lipídica de los sinaptosomas en corteza frontal e hipocampo y mejora la memoria de trabajo espacial.
En este trabajo de intervención nutricional, los investigadores han desarrollado una bebida láctea fortificada con MFGM que ha sido puesta a prueba en un estudio clínico piloto aleatorizado. Cuarenta y cuatro sujetos mayores de 65 años, sanos o con deterioro cognitivo leve, recibieron una ración diaria de leche con MFGM o leche control desnatada (sin MFGM) durante 14 semanas. Al inicio y al final del estudio, se sometió a los voluntarios a una batería de pruebas cognitivas y analíticas. Aquellos participantes que consumieron el preparado con MFGM mostraron mejoras en la memoria episódica, es decir, la capacidad de recordar acontecimientos recientes de su vida, con especial relevancia en mujeres frente a hombres. Por todo ello, concluyen, que la suplementación nutricional con MFGM podría emplearse para prevenir o ralentizar la progresión del deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Los autores indican que cualquier intervención en este sentido debería iniciarse antes de que se manifiesten los síntomas clínicos, como medida preventiva contra el deterioro cognitivo. Futuros estudios clínicos a largo plazo podrían arrojar más luz sobre este punto. Actualmente la línea de investigación del grupo se centra en el abordaje de ensayos que permitan elucidar los mecanismos de acción del MFGM a nivel cognitivo.
La diferencia de altura entre sexos puede deberse a que se priorizaba la alimentación de los niños a la de las niñas
Una reciente investigación apunta que la clave podría estar en la nutrición de los neolíticos del norte de Europa
La genética no tiene el monopolio de la altura. Muchos son los factores que configuran la altura de una persona, como su entorno, su dieta… Las investigaciones más recientes de la antropología apuntan a la importancia de la cultura y los resultados han sido publicados en la revista científica Nature Human Behaviour. En este estudio, los científicos se han centrado en el análisis de los cuerpos de casi 1.300 personas que vivieron a principios del Neolítico, hace entre 8.000 y 7.000 años. Para saber cuánto medían estos primeros europeos, midieron la longitud del fémur.
Son varias las conclusiones que se han sacado. Entre ellas, que los neolíticos del norte de Europa ya eran más altos que los mediterráneos. Sin embargo, la diferencia de altura entre hombres y mujeres era mucho menor en el sur. La hipótesis que se saca es que los niños norteños estaban mejor alimentados que las niñas, a diferencia de lo que ocurría en el Mediterráneo en donde la dieta (se supone) era más igualitaria. Lo que está claro es que, al igual que en la última etapa de la Prehistoria, los europeos del Norte siguen siendo más altos que los del Sur.
Los neolíticos llegaron a Europa desde Anatolia (la Turquía moderna) y tomaron dos rutas: una por el centro de Europa hasta el Norte (Alemania, Países Bajos…) y otra siguiendo la costa hasta la actual Italia y la Península Ibérica. Aquellos dos grupos acabaron asentados en distintas partes del continente, aunque ambos implantaron la agricultura, la ganadería y el sedentarismo que acabaría desembocando en la construcción de las primeras ciudades.
La agricultura de Anatolia se pudo imitar fácilmente en la península Ibérica y la Itálica gracias a la similitud de los clima. No ocurrió lo mismo en el Norte, ya que aquellos primeros europeos tuvieron más dificultades para encontrar suelos fértiles para los cereales y, en consecuencia, se alimentaron peor. Así lo demuestran el análisis de sus huesos y sus dientes. Aún así, los científicos reconocen que no saben porque a pesar de que la alimentación de los europeos norteños era más deficiente eran más altos que los del Sur.
El estudio de los yacimientos reveló que casi la mitad de los europeos del Norte habían sufrido hipoplasia, una debilidad dental provocada por una deficiente alimentación durante la infancia. Por su parte, los mediterráneos no llegaban al 20%. De modo parecido ocurrió con la hiperostosis porótica, una lesión craneal propia de la anemia, que se presentaba en mayor medida en las personas del Norte de Europa.
La diferencia de altura entre hombres y mujeres
Mientras que los hombres del Norte eran más altos, las mujeres eran más bajas que las mediterráneas. Esto, sumado a la menor diferencia de altura entre los dos sexos en el Sur, es lo que ha llevado a los antropólogos a pensar que la clave se encuentre en la alimentación.
La líder de la investigación e investigadora de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), Samantha Cox, sugiere que la distribución de los alimentos no era equitativa por ese estrés dietético del Norte, es decir, que los hombres se alimentaron mejor que las mujeres. Por tanto, la discriminación sexual podría ser la explicación.
Otro factor que apoya esta teoría es el dimorfismo sexual, que son las variaciones de la fisionomía de los animales entre machos y hembras. La ratio del dimorfismo sexual entre las personas del Mediterráneo es del 1.05, frente al 1.14 de los Norte, una cifra muy elevada si tenemos en cuenta que las sociedades actuales que superan el 1.10 son las que han priorizado a los niños sobre las niñas, como la India.
Por ello, muchos estudios se centran ya en relacionar el dimorfismo sexual en la estatura y la nutrición entre hombres y mujeres, así como su vinculación a la discriminación por género.
Tomado de: Noticias de España – Infobae
Crean en Castilla-La Mancha el ‘tomafrán’, el superalimento que previene el Alzheimer
El nuevo fruto nace de un estudio del grupo de Biología Molecular y Fisiología Vegetal del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) e investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP)-CSIC.
Una nueva variedad de tomate ha nacido en Castilla-La Mancha. Se trata del ‘tomafrán’, una nueva planta que a partir de genes de azafrán produce un tomate con una elevada capacidad antioxidante que ayuda a prevenir o controlar enfermedades como el Alzheimer.
Los ‘padres’ del ‘tomafrán’ son el grupo de Biología Molecular y Fisiología Vegetal del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), quienes junto a investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP)-CSIC han publicado el resultado de su trabajo en la prestigiosa revista Horticulture Research.
En una nota de prensa, desde la Universidad de Castilla-La Mancha explican que el fruto del tomate fue elegido por el grupo de investigadores como un cultivo “ampliamente cultivado que puede usarse para aumentar la producción y ofrecer potencialmente una fuente natural estandarizada y controlada de crocinas y picrocrocina para su uso farmacológico”.
En el trabajo, financiado por el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Cienca e Innovación, el equipo de investigación explica como se insertaron los genes del azafrán en la planta de tomate, “que codifican para las enzimas de la síntesis de crocinas y picrocrocina”, lo que condujo a la obtención de frutos de tomate con niveles de 14,48 mg/g de crocinas y 2,92 mg/g de picrocrocina en peso seco, unas cantidades que hasta la fecha no se habían obtenido. “Esto permitiría escalar la producción de crocinas y picrocrocina a un coste relativamente bajo. Una industria local podría preparar estos compuestos a partir de tomates porque son solubles y fáciles de extraer, pudiendo obtener un producto purificado con una tecnología relativamente sencilla”, añaden.
Estos tomates modificados genéticamente muestran una elevada capacidad antioxidante y «son capaces de proteger contra los trastornos neurológicos en un modelo de Caenorhabditis elegans de la enfermedad de Alzheimer”. Además, estos experimentos abren las puertas a la realización de futuros estudios en otros modelos como animales y su salto a los ensayos en humanos.
“Los apocarotenoides vegetales tienen un gran impacto en la salud humana generando beneficios para la salud al prevenir o controlar enfermedades crónicas o sus síntomas, por lo que son explotados por distintos sectores industriales como el farmacéutico y agroalimentario. Entre estos compuestos destacan los Apocarotenoides del azafrán: crocinas y picrocrocina, que son responsables de las propiedades organolépticas y medicinales del azafrán, que incluyen, entre otros, efectos antiinflamatorios, antidepresivos, antienvejecimiento y cicatrización de heridas,” explican en el artículo.
Crean en Castilla-La Mancha el ‘tomafrán’, el superalimento que previene el Alzheimer
Tomado de: EL ESPAÑOL – Diario digital, plural, libre, indomable, tuyo
¿Cómo influye la investigación alimentaria en nuestras vidas?
La inteligencia artificial, el ‘food tech’ o el ‘big data’ son conceptos que forman ya parte indispensable de la investigación en materia alimentaria y que cada vez son más utilizados por empresas y entidades debido a las múltiples ventajas que permiten.
Un ámbito, el de la I+D+i relativo a la nutrición, cuyo impulso es fundamental para que el consumidor esté bien informado y tome así las decisiones que mejor se adecúe a sus necesidades. Asimismo, aspectos tan relevantes como la seguridad alimentaria, los productos impresos en 3D, las dietas basadas en el ADN, las propuestas innovadoras que tratan de aportar comodidad en sus comidas a los enfermos de cáncer, las ‘apps’ que permiten entender las etiquetas nutricionales o los sistemas de control de dolencias como la diabetes en dispositivos móviles son algunos de los logros que permite la tecnología aplicada a la alimentación.
Proporcionar soluciones prácticas de formación profesional y educativa para futuros agricultores urbanos contribuyendo así a concienciar a la sociedad sobre el papel de la agricultura urbana en la sostenibilidad ambiental y socioeconómica de las ciudades es el objetivo de ‘Innofarming’, proyecto europeo Erasmus+ K204 ‘Asociaciones Estratégicas en el ámbito de la Educación de Personas Adultas’ y desarrollado por el Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2).
«La investigación en temas de nutrición y salud es clave para aumentar el conocimiento sobre los beneficios y mecanismos de actuación de los alimentos y sus distintos componentes. También es necesario investigar en otros ámbitos como la actividad física, las tecnologías de procesado y conservación de alimentos o en áreas sociales que estudian factores de compra, aceptabilidad e influencia psicosocial en las mismas. Además, es crucial la divulgación y comunicación a la sociedad; solo un consumidor bien informado podrá tener unas correctas decisiones de compra y de consumo», apunta Sara Remón, Gestora y Promotora de Proyectos del IA2.
Entre las formas en las que la tecnología puede ayudar al consumidor en su día a día la doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos destaca soluciones sencillas como las ‘apps’ de lectura de etiquetas nutricionales o «las técnicas de análisis que permiten identificar multitud de componentes de los alimentos y evaluar los efectos sobre la salud del consumo de los mismos, así como el desarrollo de sensores que posibilitan monitorizar procesos e incluso identificar biomarcardores de riesgo».
En el apartado de las personas que tienen necesidades nutricionales específicas también existen ejemplos, como los sistemas de control de diabetes en dispositivos móviles u otros métodos rápidos de detección de alérgenos o sistemas de cuantificación de gluten. «Poco a poco, los sistemas de detección que se van desarrollando son más fáciles de usar y permitirán en el futuro su uso por el propio consumidor, lo que le dará mayor garantía en sus decisiones nutricionales», apunta Remón.
En el IA2, más de 200 doctores trabajan en distintas líneas de investigación en toda la cadena agroalimentaria que va ‘del campo a la mesa’. Unos programas que están destinadas tanto a potenciar la investigación de excelencia como a favorecer la transferencia de esta al sector.
A lo largo de su carrera, la investigadora ha participado en diversas iniciativas que reflejan la importancia de la I+D+i en la nutrición, como una sobre fortificación de panes en ácido fólico para mujeres gestantes o el proyecto ‘Higea’, en el que se trabaja en la reducción del índice glucémico de distintas matrices alimentarias. Y, recientemente, al IA2 le han concedido otro proyecto Erasmus+, cuyo acrónimo es ‘Indeed’ y que está destinado a desarrollar guías de alimentos texturizados para personas con disfagia.
Soluciones para enfermos
A este respecto, cabe subrayar igualmente planes como ‘Oncofood’, un proyecto europeo financiado por EIT Food y coordinado por AZTI, centro de investigación especialista en la cadena de valor alimentaria y marítimo-pesquera, para diseñar nuevas soluciones alimentarias innovadoras dirigidas a pacientes de cáncer considerando sus requerimientos nutricionales y sus alteraciones sensoriales, promoviendo así el placer de comer y previniendo la malnutrición.
«Se están desarrollando distintas soluciones alimentarias dirigidas a cubrir sus necesidades nutricionales, sensoriales y de textura. Productos como cremas, sopas o sazonadores deben integrarse en su día a día y que sean de fácil acceso para casa. También soluciones a nivel hospitalario cuando se necesitan texturas adaptadas obtenidas con la tecnología de impresión 3D», explica Itziar Tueros, coordinadora de departamento de Alimentación y Salud en AZTI.
La doctora en Química afirma que la clave de este tipo de proyectos está en el trabajo desarrollado por equipos multidisciplinares, que incluyen expertos de diferentes campos como tecnología de alimentos, bioquímica, nutrición y dietética, consumidor y análisis sensorial. «Además, es necesario que exista una orientación a mercado, de forma que la investigación no se quede en un cajón, sino que se transfiera a este y sea así accesible para el paciente», agrega.
Transformar la ciencia en desarrollo sostenible y saludable, poniendo la investigación y la ciencia al servicio del bienestar común de toda la sociedad es uno de los principales objetivos de AZTI, donde también se trabaja sobre los últimos avances en biotecnología, que se reflejan en las técnicas ómicas –nutrigenética, proteómica, metabolómica, lipidómica, microbiota–. «Aplicadas en el campo de la alimentación, nos permiten profundizar en cómo los alimentos repercuten en la prevención o la evolución de enfermedades y proporcionar recomendaciones nutricionales personalizadas, más precisas y adaptadas según las características moleculares de cada persona, ya que no todos reaccionamos de igual manera a los alimentos, por lo que constituyen una herramienta para mejorar nuestra salud a través de mejorar nuestros hábitos nutricionales», sostiene la también investigadora de la Fundación Científica de la Asociación Española contra el Cáncer.
Precisamente, los estudios clínicos nutricionales, caracterizando perfiles moleculares de diferentes grupos poblacionales para el diseño de estrategias de nutrición personalizadas, constituyen otra de sus líneas de trabajo. «Además de pacientes con cáncer, trabajamos con niños o adultos con sobrepeso y/o obesidad, embarazadas, población senior y deportistas. Para poder llevarlo a cabo, colaboramos con hospitales y médicos de referencia, por tanto, la coordinación entre el sector salud y el alimentario resulta clave para poder generar resultados de impacto y que puedan trasladarse a la sociedad», sostiene la experta.
Por su parte, y sobre el contexto que deja la pandemia y que ha puesto de manifiesto la importancia de la investigación, Remón espera que se traduzca en una apuesta clara por la misma ya que sin esta «no hay futuro». «Parece que existe un interés claro en ahondar en el efecto que la dieta puede tener en la potenciación del sistema inmunitario. Además, en nuestro instituto hay investigadores que trabajan en temas relativos a la zoonosis y el concepto de ‘one health’, por lo que sus investigaciones están directamente relacionadas con las que se desarrollan para combatir la pandemia», añade.
Por último y en cuanto a los retos futuros de la investigación en materia alimentaria, Remón señala como el principal «integrar la sostenibilidad en todo el sistema productivo». «Lo que implica también a la nutrición y a los hábitos alimentarios, donde se debe contemplar la sostenibilidad medioambiental y la socioeconómica. Debemos investigar para tener una alimentación más sostenible y saludable que nos permita contribuir a un nuevo modelo social y económico europeo», concluye.
Ya es posible que la empresas puedan saber si sus envoltorios son sostenibles antes de sacarlos al mercado
El Servicio de Evaluación de Reciclabilidad (RES) se ha diseñado para ayudar a empresas de todos los sectores y tamaños a adaptar su packaging a los nuevos requisitos legales, los hábitos de compra y la demanda de mayor sostenibilidad por parte de los consumidores.
DS Smith, líder global en soluciones de packaging sostenible, lanza un servicio para que las empresas puedan evaluar los niveles de reciclabilidad de su packaging. El Servicio de Evaluación de Reciclabilidad (RES) se ha diseñado para satisfacer la creciente demanda de sostenibilidad por parte de consumidores y organizaciones, a la vez que permite adaptar el packaging de las empresas a los cambios que está introduciendo la legislación sobre envases.
Y es que, en la actualidad, el packaging debe dar respuesta a muy distintas exigencias: reciclabilidad, rendimiento, estética… Todo ello, en un contexto donde las normativas evolucionan constantemente para prestar mayor atención a la creación de soluciones de embalaje más sostenibles.
Para ayudar a las empresas a resolver estos desafíos, el nuevo servicio de DS Smith realiza pruebas específicas para determinar cuál es el nivel de reciclabilidad de su packaging a base de fibra. El RES se basa en los procesos que siguen las fábricas de papel estándar en Europa y es adecuado para analizar cualquier tipo de embalaje a base de fibra, especialmente los primarios o de consumo. Esto lo convierte en un servicio de alto valor añadido para sectores como el retail, el de alimentación y bebidas, los bienes de consumo o la industria farmacéutica, entre otros.
¿Cómo funciona?
Las pruebas se llevan a cabo en el Laboratorio de Desarrollo de Fibras de última generación que la compañía tiene en la fábrica de papel de Kemsley (Reino Unido), siguiendo los estándares industriales de CEPI y de 4evergreen. Una vez realizadas, los clientes reciben un informe con datos detallados, junto con una puntuación de reciclabilidad de -100 a +100, así como una valoración sobre la idoneidad del material para su reciclaje.
Comprender la composición del embalaje es cada vez más valioso. El hecho de ser la primera empresa integrada de papel, packaging y reciclaje que ofrece este servicio a las empresas, sitúa a DS Smith en una posición preferente a la hora de asesorarlas. “No solo señalamos los problemas, sino que también podemos resolverlos”, afirma Edmunds.
Consumir uvas puede proteger la piel de los rayos ultravioleta
Un estudio ha evidenciado que después de consumir uvas, se necesitaba una mayor exposición a los rayos UV para quemarse.
Consumir uvas puede proteger a la piel de los rayos ultravioleta | Freepik
Consumir uvas puede proteger a la piel de los rayos ultravioleta, según han evidenciado varios investigadores de la Universidad de Alabama, en Estados Unidos, en un estudio que ha sido publicado recientemente en la revista Journal of the American Academy of Dermatology.
Concretamente la investigación ha concluido que los componentes naturales que se encuentran en las uvas, conocidos como polifenoles, son responsables de estos efectos beneficiosos.
Para llegar a este hallazgo de la uva contra el fotodaño de la luz ultravioleta, los expertos analizaron el impacto de consumir una uva entera en polvo durante 14 días, que es lo mismo que consumir 2,25 uvas por día.
Además, durante la investigación, la respuesta de la piel de los participantes a la luz ultravioleta se midió tanto antes, como después de consumir uvas, durante un periodo de dos semanas. Se determinó la dosis umbral de radiación ultravioleta que indujo un enrojecimiento visible después de 24 horas, la dosis mínima de eritema (MED).
La uva podría ser un aliado del protector solar
Bloqueadores solares con distintos niveles SPF
De esta forma, los expertos observaron que, después de haber consumido uvas, se necesitaba una mayor exposición a los rayos UV para causar quemaduras solares en el cuerpo. Además, la MED aumentó en promedio un 74,8 por ciento.
El análisis de las biopsias de piel mostró que la dieta de la uva se asoció con una disminución del daño del ADN, menos muertes de células de la piel y una reducción de los marcadores inflamatorios que, si no se controlan, juntos pueden afectar la función de la piel y potencialmente conducir a cáncer de piel.
Según explican los investigadores, observaron un “efecto fotoprotector significativo con el consumo de uva” y, mediante la reparación del daño del ADN y la regulación a la baja de las vías proinflamatorias, fueron capaces de identificar las vías moleculares por las que se produce ese beneficio.
En definitiva, los expertos concluyen que las uvas pueden actuar como un protector solar comestible, ofreciendo una capa adicional de protección. Aunque los investigadores recalcan que la uva no puede sustituir los productos de protección tópicos, que no deben dejar de utilizarse si vas a exponerte al sol.
FUENTE: Casas, M. (2021, 13 julio). Consumir uvas puede proteger la piel de los rayos ultravioleta. Mundo Deportivo. https://www.mundodeportivo.com/vidae/nutricion/20210713/410516927673/consumir-uvas-protege-piel-rayos-ultravioleta-act-pau.html
¿Cómo influye la investigación alimentaria en nuestras vidas?
Dar soluciones innovadoras a pacientes con cáncer o ‘apps’ que permiten entender las etiquetas son algunos logros de la I+D+i en nutrición, clave para que el consumidor tome las mejores decisiones.
La inteligencia artificial, el ‘food tech’ o el ‘big data’ son conceptos que forman ya parte indispensable de la investigación en materia alimentaria y que cada vez son más utilizados por empresas y entidades debido a las múltiples ventajas que permiten.
Un ámbito, el de la I+D+i relativo a la nutrición, cuyo impulso es fundamental para que el consumidor esté bien informado y tome así las decisiones que mejor se adecúe a sus necesidades. Asimismo, aspectos tan relevantes como la seguridad alimentaria, los productos impresos en 3D, las dietas basadas en el ADN, las propuestas innovadoras que tratan de aportar comodidad en sus comidas a los enfermos de cáncer, las ‘apps’ que permiten entender las etiquetas nutricionales o los sistemas de control de dolencias como la diabetes en dispositivos móviles son algunos de los logros que permite la tecnología aplicada a la alimentación.
Proporcionar soluciones prácticas de formación profesional y educativa para futuros agricultores urbanos contribuyendo así a concienciar a la sociedad sobre el papel de la agricultura urbana en la sostenibilidad ambiental y socioeconómica de las ciudades es el objetivo de‘Innofarming’, proyecto europeo Erasmus+ K204 ‘Asociaciones Estratégicas en el ámbito de la Educación de Personas Adultas’ y desarrollado por el Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2).
«La investigación en temas de nutrición y salud es clave para aumentar el conocimiento sobre los beneficios y mecanismos de actuación de los alimentos y sus distintos componentes. También es necesario investigar en otros ámbitos como la actividad física, las tecnologías de procesado y conservación de alimentos o en áreas sociales que estudian factores de compra, aceptabilidad e influencia psicosocial en las mismas. Además, es crucial la divulgación y comunicación a la sociedad; solo un consumidor bien informado podrá tener unas correctas decisiones de compra y de consumo», apunta Sara Remón, Gestora y Promotora de Proyectos del IA2.
Entre las formas en las que la tecnología puede ayudar al consumidor en su día a día la doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos destaca soluciones sencillas como las ‘apps’ de lectura de etiquetas nutricionaleso «las técnicas de análisis que permiten identificar multitud de componentes de los alimentos y evaluar los efectos sobre la salud del consumo de los mismos, así como el desarrollo de sensores que posibilitan monitorizar procesos e incluso identificar biomarcardores de riesgo».
En el apartado de las personas que tienen necesidades nutricionales específicas también existen ejemplos, como los sistemas de control de diabetes en dispositivos móviles u otros métodos rápidos de detección de alérgenos o sistemas de cuantificación de gluten. «Poco a poco, los sistemas de detección que se van desarrollando son más fáciles de usar y permitirán en el futuro su uso por el propio consumidor, lo que le dará mayor garantía en sus decisiones nutricionales», apunta Remón.
En el IA2, más de 200 doctores trabajan en distintas líneas de investigación en toda la cadena agroalimentaria que va ‘del campo a la mesa’. Unos programas que están destinadas tanto a potenciar la investigación de excelencia como a favorecer la transferencia de esta al sector.
A lo largo de su carrera, la investigadora ha participado en diversas iniciativas que reflejan la importancia de la I+D+i en la nutrición, como una sobre fortificación de panes en ácido fólico para mujeres gestantes o el proyecto ‘Higea’, en el que se trabaja en la reducción del índice glucémico de distintas matrices alimentarias. Y, recientemente, al IA2 le han concedido otro proyecto Erasmus+, cuyo acrónimo es ‘Indeed’ y que está destinado a desarrollar guías de alimentos texturizados para personas con disfagia.
Soluciones para enfermos
A este respecto, cabe subrayar igualmente planes como ‘Oncofood’, un proyecto europeo financiado por EIT Food y coordinado por AZTI, centro de investigación especialista en la cadena de valor alimentaria y marítimo-pesquera, para diseñar nuevas soluciones alimentarias innovadoras dirigidas a pacientes de cáncer considerando sus requerimientos nutricionales y sus alteraciones sensoriales, promoviendo así el placer de comer y previniendo la malnutrición.
«Se están desarrollando distintas soluciones alimentarias dirigidas a cubrir sus necesidades nutricionales, sensoriales y de textura. Productos como cremas, sopas o sazonadores deben integrarse en su día a día y que sean de fácil acceso para casa. También soluciones a nivel hospitalario cuando se necesitan texturas adaptadas obtenidas con la tecnología de impresión 3D», explica Itziar Tueros, coordinadora de departamento de Alimentación y Salud en AZTI.
La doctora en Química afirma que la clave de este tipo de proyectos está en el trabajo desarrollado por equipos multidisciplinares, que incluyen expertos de diferentes campos como tecnología de alimentos, bioquímica, nutrición y dietética, consumidor y análisis sensorial. «Además, es necesario que exista una orientación a mercado, de forma que la investigación no se quede en un cajón, sino que se transfiera a este y sea así accesible para el paciente», agrega.
La información la he encontrado en :
Crean bioplásticos a partir de celulosa para el envasado de alimentos de consumo rápido
En este artículo descubriremos un gran invento para la industria alimentaria. En general en el mundo es un gran problema el uso masivo de plásticos, sobre todo en los artículos de consumo rápido como por ejemplo las magdalenas. En un paquete cada magdalena tiene su propio envoltorio de plástico haciendo que la cantidad de este sea excesiva.
Un equipo de investigación de IHSM la Mayora ha producido un plástico transparente y biodegradable como alternativa a los tradicionales. Este material es más resistente que otras propuestas similares y mantiene su transparencia. Los expertos confirman que podría emplearse como envase para la comida rápida o productos de panadería.
Un equipo de investigación del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (IHSM, UMA-CSIC) en Málaga ha desarrollado un bioplástico elaborado a partir de celulosa para envasar alimentos de consumo rápido. Este material podría emplearse para recubrir bollería como pan, magdalenas o galletas, o como complemento a otros envases sólidos como los que se emplean en la carne o el pescado.
El material se podría emplear como envase para productos de repostería o comida rápida.
Para elaborarlo, los expertos han aplicado, por un lado, celulosa comercial – principal componente de las plantas-, y glicerol, un alcohol con aspecto aceitoso que posee propiedades lubricantes y ablandantes. “Se trata de una estrategia sencilla que no se había estudiado con anterioridad”, explica la investigadora del IHSM La Mayora, Susana Guzmán.
Una de las características de este material es que es inocuo para el medio ambiente, repele el agua y a los microorganismos patógenos y posee propiedades físicas muy similares al del papel film, como su elasticidad, transparencia y maleabilidad. Según los expertos, su objetivo era encontrar una manera sencilla de desarrollar un material a través de residuos agrícolas que fuera transparente, resistente y biodegradable como alternativa a los plásticos de uso común, derivados de fuentes fósiles.
Equipo de investigación del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea ‘La Mayora’ (IHSM, UMA-CSIC) en Málaga.
La proporción perfecta
Tal y como explican en el artículo ‘Transparent, plasticized cellulose-glycerol bioplastics for food packaging applications’ publicado en la revista International Journal of Biological Macromolecules, para desarrollar este material, emplearon celulosa, una sustancia que proporciona rigidez y resistencia a las paredes celulares de las plantas. Después, la disolvieron hasta obtener una solución transparente. A continuación, añadieron glicerol, que reúne propiedades aglutinantes que aportó a la mezcla cualidades plastificantes. “Tuvimos que realizar varios experimentos con distintas proporciones hasta dar con un rango de composición aceptable para el contacto con alimentos”, indica Guzmán.
Bioplástico de celulosa-glicerol, material con propiedades físicas muy similares al papel film como su elasticidad y transparencia. Foto: IHSM.
Tras preparar distintas soluciones, el grupo científico evaporó el disolvente y obtuvo distintas películas transparentes. Todas ellas mostraron una buena resistencia y conservaron sus propiedades sin descomponerse al contacto o pasar directamente a los alimentos, requisito para su potencial uso en envases alimentarios.
Para probarlo, envolvieron pequeños bizcochos y evaluaron la dureza de los mismos a distintos tiempos, demostrando que el alimento se conservaba mejor cuando estaba protegido por este bioplástico. “Estas pruebas sirven como primer paso para continuar con el desarrollo de este material, que podría emplearse en el futuro en los mercados, restaurantes de comida rápida o panaderías”, explica la responsable del estudio.
Material biodegradable
Por último, sometieron este material a un ensayo de degradación en agua de mar para comprobar cómo se descomponía de forma natural en los entornos acuáticos. Así, confirmaron que este bioplástico se degradaba con más facilidad debido a su contenido en glicerol, dado que los microorganismos pueden consumirlo y nutrirse del mismo.
El siguiente paso del grupo Materiales Agroalimentarios Sostenibles del IHSM es mejorar la fórmula de este bioplástico para que sea más resistente al agua. En paralelo, trabajan con otros materiales como los residuos de patata y de tomate, así como el caparazón de pequeños crustáceos, para desarrollar a partir de los mismos recubrimientos para envases alimentarios respetuosos con el medioambiente e inocuos para el ser humano.
Este trabajo ha sido financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y fondos propios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
ay diversos estudios sobre el reciclaje del plástico, pero la mayoría coinciden en que se recicla una pequeña parte del plástico usado, una alternativa muy eficaz para evitar que todo ese plástico acabe en la naturaleza y contamine sería creando este tipo de plásticos que se puedan degradar. Es importante invertir en este tipo de proyectos de investigación y fomentar sobre la importancia que puede tener esto en el futuro.
I+D+i en alimentos
¿Has visto alguna vez estas iniciales pero no sabes qué significado tienen? ¿Sabes por qué son tan importantes en la industria alimentaria?
¿Qué es I+D+i en alimentos?
Es la Investigación, Desarrollo e Innovación de alimentos y productos agroalimentarios nuevos con el fin de dar respuesta a la creciente demanda de la sociedad acorde a las tendencias y necesidades del momento.
¿Para qué sirve la I+D+i en la industria alimentaria?
Para satisfacer la demanda del consumidor, diferenciar cada producto, ayudar a las empresas para desmarcarse de la competencia y mejorar sus beneficios, crear alimentos comprometidos con la salud y la calidad, así como incrementar una producción sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
¿Qué es la investigación y desarrollo de alimentos? ¿Qué temas trata?
Es la búsqueda y la capacidad de proporcionar soluciones alimenticias seguras y de alta calidad para los consumidores, tanto en los aspectos de nutrición, salud y bienestar, como en gusto, textura y comodidad de sus productos.
Por tanto, la investigación y desarrollo garantiza a la industria productos finales de mejor calidad, mayor seguridad y eficiencia en todos los procesos de la cadena de valor.
Algunos temas que trata son:
- Simplicidad.
- Respetar la conciencia social y ambiental.
- Funcionalidad.
- Respetar la naturalidad.
- Poder unir calidad y precio.
- Empleo de nuevas tecnologías.
¿Qué es la innovación en alimentación? ¿Qué temas trata?
Se dedica a crear productos nuevos y mejores: con mejor sabor, más duraderos, más nutritivos o que ofrezcan una mayor seguridad o atractivo para los consumidores, cada vez más informados y exigentes.
Se puede centrar en:
1.Producto. tanto en la formulación del producto en sí (ingredientes, composición, preparación…) como en el envase y embalaje.
–Formulación: mejorar la funcionalidad del producto, hacer más atractivos su sabor, olor, color o textura (lo que se conoce como perfil organoléptico) y/o mejorar sus características nutricionales.
–Envase y embalaje: mejorar la practicidad del envase, facilitar el reconocimiento del producto, hacerlo más atractivo, ofrecer información nutricional al consumidor de la forma más completa y clara posible y usar materiales biodegradables que sean respetuosos con el medioambiente y reduzcan la contaminación.
2.Proceso: La innovación en los procesos relacionados con la industria de la alimentación tiene mucho que ver con la innovación tecnológica a nivel de procesos logísticos: reducción del espacio de almacenaje, mejoras en el transporte y tramitación de pedidos, nuevos métodos de conservación de los alimentos manteniendo intacto su aspecto, sabor y valor nutricional, etc.
¿Qué áreas abarca la I+D+i en la industria alimentaria?
Las áreas que abarca la I+D+i son las siguientes:
- Tecnológica: nuevas tecnologías de procesado, conservación y envasado.
- Sostenibilidad: alimentos naturales y respetuosos con el medio ambiente.
- Envases: reciclables, biodegradables y ecológicos.
- Nutrición: alimentación inteligente (son alimentos con excelentes propiedades nutricionales), y personalizada.
- Funcionalidad y simplicidad: alimentos fáciles de abrir, apilar y guardar, platos precocinados cada vez más sencillos de preparar y servir…
- Marketing: Ser capaz de identificar tendencias y oportunidades de mercado para desarrollar alimentos innovadores.
¿Qué legislación regula la I+D+i en alimentación?
La Investigación, Desarrollo e Innovación en alimentos está regulada por la Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, siendo el marco para el fomento de la investigación científica y técnica y sus instrumentos de coordinación general.
En TECOAL somos consultores de I+D+i en alimentación. Desde nuestro departamento de I+D+i ponemos a tu disposición nuestros conocimientos y experiencia para el desarrollo de nuevos productos alimenticios, la puesta en marcha de procesos, diseños de planta y alargamiento de vida útil de los alimentos.
https://tecoal.net/investigacion_desarrollo_innovacion/idi-en-alimentos/
El alimento ideal que reduce el riesgo de tener Alzheimer, según Harvard
Descubre aquí cuál es el alimento que reduce el riesgo de desarrollar Alzheimer según la ciencia.
Alzhéimer, el mal neurodegenerativo más común en el mundo.
Un reciente estudio realizado por la Universidad de Harvard ha revelado qué alimento podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer, una de las enfermedades neurodegenerativas más preocupantes en la actualidad que afecta a millones de personas en todo el mundo y sigue siendo uno de los mayores desafíos de la medicina moderna. Esta información es valiosa, ya que ofrece una estrategia preventiva que puede ser fácilmente incorporada en la vida diaria.
A lo largo de los años, los expertos han explorado diversas formas de prevenir o controlar enfermedades crónicas como el Alzheimer. Sin embargo, nuevos descubrimientos sugieren que ciertos hábitos alimenticios pueden jugar un papel esencial en la reducción del riesgo de padecer esta condición. Los expertos han identificado un alimento fácil de incorporar en la dieta diaria, que podría ser un poderoso aliado en la prevención del Alzheimer.
¿Cuál es el alimento que reduce el riesgo de Alzheimer?
Según el estudio de Harvard, el aceite de oliva extra virgen es el alimento que puede reducir considerablemente el riesgo de padecer Alzheimer.
Este aceite, conocido por sus múltiples beneficios para la salud, se ha vinculado a una reducción del 28% en la mortalidad relacionada con la demencia, incluidas las muertes por Alzheimer.
El aceite de oliva extra virgen y sus propiedades contra el Alzheimer.
Los investigadores llegaron a esta conclusión tras analizar los datos de 4,749 participantes que fallecieron a causa de la enfermedad. Aquellos que incluían de manera regular el aceite de oliva en su alimentación mostraron una disminución significativa en el riesgo de morir por esta causa.
La recomendación de los expertos es simple: consumir una cucharada de aceite de oliva extra virgen al día puede contribuir a una mejor salud cerebral y reducir el riesgo de Alzheimer en el futuro.
El aceite de oliva extra virgen tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que pueden proteger las células cerebrales del daño, lo que lo convierte en un aliado en la prevención de la demencia. Además, es fácil de integrar en la dieta diaria, ya sea añadiéndolo a ensaladas, verduras o utilizándolo como aderezo en diferentes platillos.
No es una cura, pero sí una ayuda
Aunque el aceite de oliva extra virgen puede ser un factor importante en la reducción del riesgo de Alzheimer, es esencial entender que no garantiza la prevención total de la enfermedad. El Alzheimer es un trastorno multifactorial, lo que significa que la genética y otros factores juegan un papel importante en su desarrollo.
Sin embargo, incorporar hábitos saludables, como el consumo de este aceite, puede ser una medida preventiva eficaz. Solo se requiere constancia en el uso del aceite de oliva extra virgen en la alimentación diaria. Siempre es recomendable acompañar esta práctica con otros hábitos como una alimentación equilibrada, ejercicio regular y un control adecuado del estrés.
FUENTE: Ciampa, C. (2024, 30 septiembre). El alimento ideal que reduce el riesgo de tener Alzheimer, según Harvard. Mundo Deportivo. https://www.mundodeportivo.com/vidae/nutricion/20240930/1002325184/alimento-reduce-riesgo-alzheimer-harvard.html