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Gastronomía y literatura, el mejor maridaje posible
En el mundo de la creatividad humana, hay dos artes que han sido inseparables desde tiempos inmemoriales: la gastronomía y la literatura
En la intersección de estas dos disciplinas, se entretejen historias de sabores, aromas y emociones que han enriquecido nuestras vidas de maneras inimaginables.
El próximo 23 de abril, en el Día Internacional del Libro, celebramos la profunda conexión entre estas dos formas de expresión cultural. Desde los banquetes descritos en las epopeyas homéricas hasta los exquisitos platos mencionados en las novelas contemporáneas, la literatura ha sido un vehículo para transmitir la pasión por la comida y la cocina.
Uno de los aspectos más fascinantes de esta relación es cómo los autores utilizan la gastronomía como una herramienta narrativa para profundizar en la caracterización de sus personajes y en la ambientación de sus historias. A través de descripciones detalladas de comidas y bebidas, los escritores pueden evocar no solo sensaciones gustativas, sino también contextos culturales y emocionales que enriquecen la trama de sus obras.
Un ejemplo clásico de esta fusión entre gastronomía y literatura es ‘Como agua para chocolate’ de Laura Esquivel, donde las recetas culinarias se convierten en metáforas de los deseos y las pasiones de los personajes. En esta novela, cada plato preparado por la protagonista está imbuido de sentimientos intensos que desencadenan eventos trascendentales en la trama.
Asimismo, la literatura ha inspirado a chefs y cocineros de todo el mundo a crear platos que rinden homenaje a obras y personajes célebres. Pero la conexión entre la gastronomía y la literatura va más allá de las páginas de un libro o los platos de un restaurante. En la cocina misma, cada receta es un relato en sí mismo, transmitido de generación en generación a través de la tradición oral o escrita. Detrás de cada ingrediente y técnica culinaria, se esconde una historia que nos conecta con nuestras raíces culturales y con las personas que nos precedieron.
En este Día del Libro, los lectores tienen la oportunidad de explorar el delicioso mundo de la literatura gastronómica. Sumergirse en las páginas de las novelas y cuentos favoritos y dejarse llevar por los aromas y sabores que despiertan en la imaginación. Como dijo el genial Jean Anthelme Brillat-Savarin, «La cocina es la base de la felicidad del hombre».
La literatura y la alimentación en Galicia
Galicia, conocida por su exuberante paisaje y su costa abundante en mariscos, también ha sido el escenario de una vibrante tradición literaria que a menudo incorpora elementos culinarios.
La Gastronomía en la Literatura Gallega
Álvaro Cunqueiro: Un Pionero Literario-Gastronómico
Álvaro Cunqueiro es una figura central en la literatura gallega que ha sabido integrar la gastronomía en sus obras de manera única. Cunqueiro no solo documentó la cocina gallega, sino que la elevó a un nivel literario, creando un imaginario gastronómico que conecta a Galicia con otras culturas. Su enfoque no era meramente descriptivo; más bien, utilizaba la comida como un vehículo para explorar temas culturales y mitológicos, creando un puente entre lo real y lo imaginario.
La Cocina como Elemento Narrativo:
En las obras de Cunqueiro y otros escritores gallegos, la comida se convierte en un símbolo de identidad y tradición. La representación de platos típicos como el pulpo á feira o el lacón con grelos no solo destaca los sabores locales, sino que también refleja las costumbres sociales y las relaciones familiares.
Elementos Gastronómicos de Galicia
Ingredientes y Platos Típicos:
La gastronomía gallega se caracteriza por su uso de ingredientes frescos y locales, como los productos del mar, las carnes y productos agrícolas . Platos emblemáticos como la empanada gallega, el caldo gallego y la tarta de Santiago son ejemplos de cómo los alimentos reflejan las tradiciones culinarias de la región.
Celebraciones Gastronómicas:
Las fiestas gastronómicas son una parte integral de la cultura gallega. Durante estas celebraciones, se destacan platos tradicionales y se fomenta el comer en comunidad, lo que refuerza los lazos sociales y culturales. Celebradas durante muchas generaciones .
Hospitalidad Gallega
Compartir una comida es un acto de hospitalidad profundamente arraigado. Es común que las reuniones familiares o con amigos giren en torno a una mesa bien servida, donde se valora tanto el acto de comer como el compartir historias y experiencias. Esta tradición se refleja en la literatura gallega, donde la comida es frecuentemente utilizada para simbolizar unidad y pertenencia.https://www.ardan.es/exportacion/media/catgastronomia_es.pdf
Libros sobre alimentación y buen comer
La nutrición y el buen comer en la literatura ha evolucionado desde manuales básicos hasta estudios científicos exhaustivos y obras narrativas que nos conectan con la importancia del buen comer. Estos textos no solo nos enseñan qué alimentos elegir o cómo prepararlos, sino que también abordan las implicaciones culturales, económicas y emocionales de nuestra dieta.
Comer de otra manera
Alimentación intuitiva, de Elyse Resch y Evelyn Tribole, es un libro esencial en nutrición que propone reconectar con las señales internas de hambre y saciedad, dejando de lado las dietas restrictivas. Las autoras abordan temas como superar trastornos alimentarios y el estigma del peso, ofreciendo herramientas prácticas para integrar la alimentación intuitiva en la vida diaria.
Por su parte, Alimentación consciente, de Suzanne Powell, da indicaciones para tener una correcta combinación de alimentos y la elección de opciones libres de tóxicos. El libro incluye dietas desintoxicantes, monodietas de frutas y la relación entre los hábitos alimenticios y el bienestar emocional.
Tu alimento es tu medicina
Los principios modernos de nutrición no están peleados con la sabiduría ancestral del yoga, como se lee en La alimentación como medicina. En sus páginas, Dharma Singh Khalsa ofrece un enfoque integral para la salud física, mental y espiritual con un programa práctico basado en la desintoxicación, el uso de productos naturales y recetas nutritivas y una dieta rica en frutas, jugos y proteínas vegetales que no solo alimenta, sino revitaliza el cuerpo y la mente.
A la par, el Manual de alimentación sana, de Rafael Lezaeta Pérez-Cotapos, combina principios de la medicina natural con estrategias prácticas para una dieta equilibrada, destacando el impacto de los hábitos alimenticios en la salud integral. Siguiendo el legado de su padre, Manuel Lezaeta Acharán, el autor ofrece recomendaciones dietéticas adaptadas a diversas etapas de la vida y condiciones específicas como diabetes o problemas hepáticos.
Libros sobre alimentación y buen comer
Bar de Jugos, de Sara Lewis, es un libro práctico que ofrece más de 80 recetas de jugos y bebidas saludables para revitalizar el cuerpo y la mente. Destacando ingredientes naturales como frutas frescas y vegetales, el libro propone combinaciones nutritivas que promueven el bienestar.
Y siguiendo la línea de los alimentos en estado líquido, recomendamos Superfood Smoothies. Batidos de superalimentos, de Julie Morris, es un libro que ofrece 100 recetas de batidos energizantes y nutritivos, centrados en los beneficios de los superalimentos. Incluye un sistema de iconos que permite identificar las propiedades específicas de cada receta, como el contenido de proteínas o calorías.
https://librotea.com/estanterias/nutricion-y-buen-comer-en-la-literatura
Llega una nueva edición de Leer y Comer, la feria que combina gastronomía y lectura
El evento se llevará a cabo el sábado 5 y domingo 6 de octubre. Contará con más de 20 charlas abiertas en las que se abordarán temas como la inteligencia artificial, la longevidad y la gastronomía del futuro. Cuál será el cronograma de cada día.
Leer y Comer se llevará a cabo en CABA los días 5 y 6 de octubre, ofreciendo charlas, música en vivo y comida.
La gastronomía y el conocimiento se entrelazarán en un festival que promete deleitar a los concurrentes con un ambiente único: Leer y Comer. La feria presentará su 17a edición, cuya temática principal será el Futuro, el porvenir de la tecnología y su influencia en múltiples ámbitos.
El evento se llevará a cabo los días sábado 5 y domingo 6 de octubre en Concepción Arenal y Warnes, CABA. A partir de las 12 hs, las personas podrán disfrutar de charlas, puestos de comida y presentaciones musicales en vivo. La entrada será libre y gratuita.
Más de 20 conferencias abiertas serán realizadas por cocineros, escritores, periodistas, artistas y especialistas en tecnología en 2 escenarios principales: Escenario Montenegro y Auditorio Margen del Mundo. Algunas de las figuras que se presentarán serán: Luis Novaresio, Luis Brandoni, Sergio y Micaela Lapegüe, Mateo y Augusto Salvatto, Christian Petersen, Donato de Santis.
En la feria estarán disponibles múltiples puestos de libros de la mano de importantes editoriales.
Las temáticas que se abordarán en Leer y Comer se enfocarán en los usos de la inteligencia artificial, la tecnología, la psicología detrás del miedo al futuro, la longevidad, la gastronomía, la economía, el sexo en la era digital, entre otras. También participarán de las charlas y actividades Gastón Duprat, Mariano Cohn, Mariana Kersz, Milo Lockett, Pablo Rossi, Gonzalo Aramburu, Pamela Villar, Santiago Giorgini, Germán Martitegui, Ferderico “Dexter” Wiemeyer, Daniel López Rosetti, Diego Valenzuela, Fiamma Curtosi, Santiago do Rego, Conrado Estol, Mario Massaccesi, Claudio Zuchovicki, Guillermo Oliveto, Florencia Canale, Gabriel Zurdo, Fernando Polack y Pietro Sorba.
Por otro lado, los conductores de El Observador 107.9 Luis Majul, Horacio Cabak, Agustina Girón, Luis Gasulla y Camila Dolabjian estarán presentes, junto a los principales exponentes de Radio Berlín 107.7, Jowi Campobassi, Vanina Parejas, Dammy Fernández, Maru Drozd y Santi Costa.
El artista musical emergente Fonso realizará un show musical en vivo el sábado para ambientar el final de la primera jornada. Para los más chicos, las principales propuestas se centrarán en talleres de arte y maquillaje.
Además, durante los dos días se harán sorteos con importantes premios, y habrá puestos de lectura disponibles en todo el predio de la mano de destacadas editoriales, como Siglo XXI, Planeta, Penguin, El Ateneo, entre otras.
Las propuestas gastronómicas
La comida que se ofrecerá durante la feria presenta opciones variadas y saludables a precios accesibles. También contarán con menús vegetarianos, veganos y sin TACC. Los puestos gastronómicos estarán enfocados en la cocina española, latina y regional.
Presentarán todo tipo de carnes, hamburguesas, comidas tradicionales como el logro, arepas y tequeños, milanesas, empanadas, pizzas, bondiola al espiedo, tamales y más. Algunos de los productos de alta calidad que se venderán incluyen conservas, mermeladas, aceites, quesos, panificados, embutidos y vegetales frescos.
También asistirán pastelerías y cafeterías de especialidad, quienes ofrecerán preparaciones ideales para acompañar el entorno del evento. Entre las 16 y las 18 hs, ambos días contarán con una sección de cata de vinos, con los principales ejemplares vitivinícolas.
Fuente: Llega una nueva edición de Leer y Comer, la feria que combina gastronomía y lectura – Infobae
El libro con el que el CSIC quiere acabar con los mitos más populares sobre la alimentación
El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Miguel Herrero, que publicó hace unos años el libro ‘Los falsos mitos de la alimentación’ (2018, CSIC-Catarata), vuelve a desmentir dichos populares con la evidencia científica en el ejemplar ‘Los bulos de la nutrición‘ (CSIC-Catarata), en nuevo título de la colección ‘¿Qué sabemos de?’.
Herrero continúa recurriendo a estudios científicos para desmontar ‘fake news’ y «desterrar frases infinitamente repetidas en el ideario alimentario colectivo». Según informó el CSIC, las diferencias entre alergias e intolerancias alimentarias, la percepción errónea de que los antioxidantes son sustancias buenas para todo o la falsa creencia de que los aditivos son compuestos que se deben evitar a toda costa son algunas de las cuestiones aclaradas en el texto.
También explica cómo interpretar correctamente la información que contienen las etiquetas de los alimentos y por qué las ‘dietas milagro’ no son tan milagrosas. Por último, recoge de forma breve pero científicamente razonada un listado de bulos sobre alimentación que en los últimos años circulan por las redes sociales. Aunque algunos estudios relacionan el consumo de, por ejemplo, ciertas variedades de tomates con posibles efectos antitumorales, Herrero señaló que «no existe una evidencia científica suficiente que revele el verdadero papel de los antioxidantes de la dieta en cuanto a su efecto preventivo frente al desarrollo de enfermedades».
Sin embargo, también pueden tener un efecto positivo, aunque no se sepa en qué medida, y están apareciendo cada vez más investigaciones que estudian cómo se absorben y metabolizan los antioxidantes de los alimentos en humanos. Además, el uso concreto de un aditivo y la cantidad máxima que puede incluirse en un alimento está regulado a partir de la evidencia científica disponible.
La ingesta diaria admisible se define como «la cantidad de un aditivo que puede consumir diariamente una persona durante toda la vida sin que se observe un riesgo apreciable para la salud». Asimismo, «contiene en su cálculo un factor de seguridad que puede llegar a ser 100 veces menor que la cantidad que se considera perjudicial».
El libro incluye un capítulo dedicado a varios bulos alimenticios difundidos en los últimos años y que el autor desmiente de forma breve y con argumentos científicos. Uno de los más comunes afirma que la miga de pan engorda más que la corteza, cuando sucede justo lo contrario. Al tener menos agua, los componentes de la harina, básicamente hidratos de carbono, se encuentran más concentrados en la corteza, por lo que, a igualdad de peso entre la corteza y la miga, «habrá una concentración de calorías mayor en la corteza», destacó el investigador.
De qué maneras eleva la comida a arte el escritor japones Haruki Murakami, eterno candidato al Nobel
Repasamos las claves que caracterizan las descripciones culinarias y gastronómicas del prestigioso escritor nipón
Haruki Murakami (Kioto, Japón, 1949) es uno de los escritores más interesantes de nuestro tiempo. Los relatos y las novelas de este autor nipón rezuman intimismo, búsqueda vital, sensualidad, melomanía y buenas dosis de introspección y aventura.
Pocos autores como él hablan de personalidad, música, moda, cocina y sexo. En este artículo vamos a indagar por qué es más que recomendable la lectura de sus textos para estimular el gusto para elaborar y degustar comida.
El placer de elaborar alimentos y disfrutarlos es una de las constantes de las principales creaciones de Murakami, como Tokyo Blues, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Sputnik, mi amor o Kafka en la orilla.
Cómo Murakami estimula el arte gastronómico
Algunos de los pasajes clave de sus libros están marcados por el modo en que sus protagonistas elaboran y comparten platos, mientras los disfrutan.
Hay un tono minucioso y preciosista en la manera en la que Murakami expone las habilidades culinarias de los personajes, que tiene que ver con una actitud atenta en la cocina, de completa inmersión en lo que se hace.
Esa manera de confeccionar preparaciones tiene un toque reconciliador con la vida y gratificante en un tiempo como el actual, tan saturado de estímulos y enfoques que llevan a la multitarea.
El restaurante Tsumiki, donde puedes comer los platos de Tokyo Blues
La fama de las narraciones gastronómicas de Murakami, que siempre está en las quinielas para ganar el Nobel de Literatura es tal que un restaurante de Nishinomiya, donde se crió el autor, elabora los platos más importantes de su novela Tokio Blues y los sirve al público con gran aceptación.
Resulta muy interesante conocer cómo se articulan las propuestas del restaurante, cuyo proceso queda de relieve al leer las declaraciones al respecto de su cocinero principal el chef de Tsumiki, Eishu Kanayam
«Lo más difícil a la hora de confeccionar estos platos fue que no había imágenes, por lo que tuve que leer detalladamente lo que estaba escrito y emplear mi imaginación para elaborarlos»
El restaurante está emplazado a pocos metros del templo sintoísta de Nishinomiya, un lugar sagrado que los habitantes del lugar afirman que inspiró al creador nipón para cincelar su novela Norwegian Wood.
Un corazón que se enamora en Norwegian Wood gracias a la destreza cocinera
Al margen de su talento para incluir la preparación de la comida en la ficción, Murakami publicó en 1998 una guía con sus restaurantes favoritos.
En Norwegian Wood, Toru Watanabe, el personaje protagonista, es cautivado por la habilidad en la cocina de una chica llamada Midori, quien es capaz de confeccionar exquisitos platos japoneses como «caballa marinada en sopa de miso al estilo de Kioto» o «arroz salteado con setas shimeji«. A través de esa destreza, el corazón de Watanabe queda lenta e irremisiblemente hechizado.
Cómo muestra, este pensamiento del protagonista en un momento de la historia en la que empieza a ser consciente de lo que siente por su partenaire femenina: «la cocina de Midori era mucho mejor de lo que nunca me hubiera imaginado».
Escribir y comer ostras fritas cocinadas por uno mismo
El gusto por la comida de este autor japonés transpira también en sus entrevistas y encuentros públicos.
En su momento, Haruki Murakami confesó durante una encuentro literario que el acto de escribir es tan «solitario» como el de comer ostras fritas cocinadas por él mismo, según recogieron en su momento los medios japoneses.
«Cuando como ostras estoy solo, pero están deliciosas. Es como la relación entre la soledad y la libertad. Ambas giran en un círculo interminable».
Cómo Murakami honra la comida japonesa en sus obras
Murakami es un experto en explorar los sentidos y el placer de comer. Hasta el punto de que una parte muy significativa de la variedad de la comida japonesa está en su obra: ubon,tofu, soba, soja, bantó…
Además sus personajes disfrutan de forma especial el hecho de realizar la compra y de preparar con detalle toda clase de platos. Cuando habla de la comida, el autor emplea adjetivos de fuerte carga sensorial. Murakami es un maestro en describir el goce y los matices, olores y texturas que representa el arte de comer.
Tanto que acaba ‘contagiando’ ese gusto por comer al lector o lectora, transmitiendo ese deleite por todo el proceso (logístico, artesano, sensorial y social) que representa comer, ya sea en solitario o acompañado.
El escritor japonés Haruki Murakami eleva la comida a arte
Tomado de: Revista digital de Gastronomía
Mirando la literatura gótica a través del prisma de la comida.
Cuando la doctora Alessandra Pino y Ella Buchan, que habían sido amigas durante años, no pudieron encontrar un libro de cocina gótico que les encantara, decidieron escribir el suyo propio. El resultado es «A Gothic Cookbook: Hauntingly Delicious Recipes Inspired by 13 Classic Tales».
«Creo que lo gótico es un reflejo de todas las ansiedades que existen en la sociedad», dice Pino, «así que creo que es la lente perfecta a través de la cual ver la vida, en general, y todos los miedos que podemos tener como humanidad colectiva».
Cuando examinas las novelas góticas a través de la lente de la comida, puedes entenderlas de una manera diferente, explica Pino. Ella cita una escena en «Rebecca» de Daphne du Maurier, después de que la heroína anónima acaba de aceptar una propuesta de matrimonio de Maxim de Winter. En lo que debería ser un momento feliz, ella se detiene en la amargura de la mandarina que está consumiendo.
«Te dice que tal vez esté mirando hacia atrás y recordando algo porque no está feliz con la situación ahora o es una pista sobre su carácter y algo no está del todo bien bajo la superficie aparentemente perfecta», dice Pino.
La literatura gastronómica y sus orígenes. ¿Desde cuándo escribimos sobre cocina?
El hombre del siglo XXI vive en una gran paradoja: ya no cocina, pero habla de cocina. Está inmerso en un mundo donde la comunicación gastronómica le rodea, le avasalla, le alecciona, le dirige, le provoca y le estimula. Nada nuevo bajo el sol. El hombre de las cavernas también dormía entre pinturas de bisontes y soñaba con un chuletón muy hecho. Esa es la función de la literatura gastronómica: mover al individuo hacia el ámbito del placer mientras le recuerda su condición de ser social, finito y hambriento.
Así empezaron los sumerios y otros pueblos de la antigua civilización mesopotámica, apuntando en unas tablillas de arcilla y en escritura cuneiforme la cantidad de camellos, cabras, dátiles, pistachos y trigo que llegaba a los silos y las arcas del gobierno. Tarea de burócratas, más que nada, aunque a nosotros nos guste interpretar, 4.000 años después, la vida de aquella Babilonia lujuriosa que se zampaba algo parecido a unabaklava. Al poeta griego Arquestrato (siglo IV a.C.) le gustó tanto la idea que escribió un larguísimo poema lleno de guasa y hexámetros sobre qué comer y dónde y lo llamó Hedypàtheia, traducido como Gastronomía. No fue un éxito de ventas, pero tanto las tablillas sumerias como el poema griego nos ayudan a comprender el pasado con una perspectiva más humana y apetecible que la descripción de la sangrienta batalla de las Termópilas.
En la Roma clásica ya habían aprendido de sus antecesores lo suficiente como para saber que en la vida hay que tener un Imperio donde abastecerse, un agrónomo hispano —Columela— que conozca la tierra y sus frutos, un buen cocinero griego, un gran anfitrión —Lúculo— y un gastrónomo que lo escriba todo. A saber, Marco Caio Apicius, quien legó a la posteridad las recetas de los conviviums en su De Re Coquinaria. La parte menos loable de tanto festín, y por extensión del mundo romano, la contó Petronio en El Satiricón, con el banquete de Trimalción y la versionó Fellini.
En la Edad Media y en el Renacimiento escribían de comida los que la tenían: un almohade que vivió en el Al-Andalus del siglo XII y que sabía lo suyo de especias y delicias hispano-magrebís, un cristiano del siglo XIV que escribió en catalán el Llibre de Sent Soví, los monjes letrados y cocinillas, los cocineros de los reyes (Monsieur Taillevent, guisandero de Carlos VI, el Mestre Rupert de Nola, cocinero de Fernando de Nápoles) o de los papas (Bartolomeo Scappi) y algún despistado como Francisco Delgado que dejó anotado en La Lozana Andaluza (siglo XVI) un montón de platos deliciosamente conversos. En este mismo siglo se escribe, cómo no, la Historia General de las Indias (1556) de Francisco Gómez de Gómara, donde se describen por primera vez las maravillas de la futura fusión alimentaria entre Europa, América y África.
En el siglo XVII español se escribe de comida, pero de formas opuestas. La novela picaresca es la mejor descripción del hambre en la España imperial de Carlos V y Felipe II, género coincidente en el tiempo con las recetas del Arte de Cozina (1611) de Francisco Montiño, cocinero real de Felipe II, III y IV. La cocina opulenta de palacio la contó muy bien Carmen Simón Palmer en el libro La Cocina de Palacio, pero la de las calles, Francisco de Quevedo en El Buscón (1603) y, ya en el siglo XX, Lorenzo Silva en La Cocina del Barroco.
Para conocer lo que se comía en la España del XVIII y principios del XIX, además de recurrir al recetario del fraile aragonés Juan de Altamiras (¡por fin, después de dos siglos, se le echa tomate a los platos!), es muy interesante la literatura de viajes, aunque la cocina española no salga muy bien parada, como ocurre con el puchero de garbanzos (“guisantes del tamaño de una bala”) en el periplo de Dumas De París a Cádiz.
Y es que el inicio del XIX fue esplendorosamente gastronómico. Y francés. A un juez llamado Brillat-Savarin se le ocurrió, incluso, reflexionar, analizar y meditar sobre el gusto y le salió un protoensayo gastronómico o Fisiología del Gusto con tanto aforismo que aún es lectura obligatoria en todas las escuelas de hostelería. Los franceses exportaron el concepto gourmand junto con las guerras napoleónicas. Los españoles respondieron con una Constitución Liberal, un aliado inglés que dio nombre a un solomillo (el duque Wellington) y una perdiz al modo de Alcántara que está en la Guide Culinaire de Escoffier, pero que en realidad es más extremeña que las criadillas de tierra.
Y es que el inicio del XIX fue esplendorosamente gastronómico. Y francés. A un juez llamado Brillat-Savarin se le ocurrió, incluso, reflexionar, analizar y meditar sobre el gusto y le salió un protoensayo gastronómico o Fisiología del Gusto con tanto aforismo que aún es lectura obligatoria en todas las escuelas de hostelería. Los franceses exportaron el concepto gourmand junto con las guerras napoleónicas. Los españoles respondieron con una Constitución Liberal, un aliado inglés que dio nombre a un solomillo (el duque Wellington) y una perdiz al modo de Alcántara que está en la Guide Culinaire de Escoffier, pero que en realidad es más extremeña que las criadillas de tierra.
Y luego, llegaron ellos… El Manual de Cocina, de Ana María Herrera, o el cocido como metáfora de la indisoluble unión de la familia española (Manuel Vázquez Montalbán, dixit), las Carmencitas, la marquesa de Parabere, Simone Ortega y sus 1080 Recetas, los escritores de la Transición, los cocineros de la Nueva Cocina Vasca, los críticos, los gastrónomos de oficio y beneficio, los Mc Donald’s, el chef mediático, el gurú de lo gastro y hasta un premio de literatura gastronómica apellidado como el recetario medieval: el Premio Sent Soví.
A día de hoy —dicen algunos lastimosamente— “ya no se escribe igual”. Porque no se vive igual. Pero se comunica, se predica, se difunde, se redescubre el pasado, se intuye el futuro…. Porque la vida sigue y habrá que comérsela para contarla.
Dos granadinos publican el primer libro ilustrado de recetas en películas y series de televisión
‘Cocinando con palomitas’ permite aprender en “sencillos” pasos a preparar distintas recetas de la pequeña y la gran pantalla
Julio Le Marchand y María Victoria Hernández, dos granadinos especializados en el mundo de la edición y apasionados del cine y la gastronomía, son los autores de ‘Cocinando con Palomitas: 100 recetas icónicas del cine y la televisión’, el primer libro ilustrado que recopila las recetas de los platos más famosos de películas y series de televisión.
Editado por ‘Ondas del Espacio’, el libro, que se acaba de publicar y ya está disponible en librerías y en la web, consta de 240 páginas, encuadernadas en tapa dura y a color. Las ilustraciones que acompañan a cada una de las 100 recetas son obra de Melissa Siles.
La publicación explora paisajes culinarios muy reconocibles y ofrece un “menú” variado que recopila un centenar de recetas inspiradas en la comida y la bebida que ha marcado a varias generaciones a través del cine y la televisión: desde la pasta de El Padrino, el bocadillo de Friends o la tarta de manzana de American Pie, hasta los huevos de Breaking Bad, la cerveza de mantequilla de Harry Potter o los pastelillos de limón de Juego de Tronos. Las recetas han sido seleccionadas por los autores y pertenecen a películas y series de todo tipo: clásicas, de culto, antiguas, modernas, animadas… “El libro es la guía perfecta para crear platos deliciosos y memorables que te transportan al universo de tus historias favoritas”, ha señalado Le Marchand, uno de los autores.
También ha explicado que ‘Cocinando con palomitas’ permite aprender en “sencillos” pasos a preparar un dorayaki o las rosquillas de Los Simpson, desayunar como Walter White o como en Downton Abbey, degustar “auténticos” platos de importación desde Méjico hasta Corea, “sin perder de vista la cocina tradicional española «made in Almodóvar». Además, el libro incluye recetas de varias bebidas y combinados, incluida una selección de cócteles de series como Mad Men (Old Fashioned) y Sexo en Nueva York (Cosmopolitan), y de películas como Cocktail (Red Eye) y El Gran Lebowsky (Ruso Blanco).
Literatura y buenos alimentos.
El texto destaca varias iniciativas educativas dirigidas a fomentar hábitos alimenticios saludables entre los jóvenes, utilizando recursos literarios y didácticos. La Fundación Vasca para la Seguridad Alimentaria, Elika, lanzó un concurso literario sobre seguridad alimentaria para estudiantes de secundaria, acompañada de una guía didáctica para el profesorado. El concurso, basado en un relato de Patxi Zubizarreta, permitió que los estudiantes escribieran el final del cuento y votaran los mejores a través de una plataforma online, movilizando así a la comunidad escolar.
Los ganadores de esta primera edición fueron Lucía Velayos, Nerea Martín y Tania Fernández. Además de esta iniciativa, Kutxabank también presentó un programa destinado a sus clientes más jóvenes, entre 0 y 14 años, para promover hábitos de alimentación saludable mediante un álbum interactivo con juegos, concursos y sorteos, elaborado por un equipo de educadores y expertos en alimentación. Ambas propuestas reflejan el esfuerzo por inculcar en los más jóvenes la importancia de la buena alimentación de manera lúdica y educativa.
https://www.noticiasdealava.eus/sociedad/2013/01/24/literatura-buenos-alimentos-1664191.html