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Analizan la historia de la alimentación en los Juegos Olímpicos
Una investigación de la UOC saca a relucir la historia de la alimentación en los Juegos Olímpicos. El estudio incluye multitud de anécdotas que reflejan los cambios en la sociedad y en la nutrición deportiva de los siglos XX y XXI. Por ejemplo, los atletas pensaban que si comían pata de cabra tendrían la fuerza de ese animal.
Han pasado casi 130 años desde que, en 1896, se celebraron en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la Edad Contemporánea. En este tiempo, las prácticas deportivas han experimentado una gran evolución. También ha cambiado mucho qué y cómo comen los atletas, y en concreto los participantes en los Juegos. Precisamente, la nutrición de los deportistas olímpicos, desde 1896 y hasta nuestros días, es el foco de la primera tesis del doctorado de Salud y Psicología de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).
“En las primeras ediciones no había villas olímpicas, los atletas eran amateurs, bebían vino y todavía pensaban, como en la antigua Grecia, que si comían pata de cabra tendrían la fuerza de una cabra”. Así lo explica el autor de la tesis, Xavi Santabárbara Díaz, graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y que ha cursado dos másteres en la UOC.
Si bien algún otro grupo de investigación en nutrición ya había revisado estos informes, lo que distingue al estudio de Santabàrbara es su mirada multidisciplinar: “Habitualmente, las investigaciones se centran en los nutrientes que hacen que mejore el rendimiento, pero analizado poco de dónde venimos y por qué ocurre esto. Los Juegos Olímpicos son el evento por antonomasia del mundo deportivo y queríamos ir más allá: estudiar todos los factores que influyen en la nutrición deportiva en un evento así”.
Gastrodiplomacia: el kimchi coreano y el arroz con pescado japonés
Entre estos factores se encuentran las particularidades gastronómicas de cada país y su efecto sobre los alimentos que encontrará el deportista en la villa olímpica. “En 1988, en Seúl, el comité organizador utilizó la gastronomía para potenciar el país. Es todo un ejemplo de gastrodiplomacia. Desde entonces, se ha conocido el kimchi en todo el mundo”, ilustra el autor de la tesis. Sin embargo, continúa, en el caso de Barcelona se dio más prioridad a transformar la ciudad que a potenciar la gastronomía catalana o española.
U otro ejemplo: Japón siempre había sido reacia a considerar su dieta como interesante para los deportistas, hasta que en los Juegos Olímpicos de Tokio, en 1964, la selección nacional de voleibol femenina ganó la medalla de oro. “Entonces, su entrenador explicó la dieta que hacían las deportistas, centrada en bolas de arroz y pescado. Esto cambió la forma de ver la alimentación japonesa”, detalla.
De los Juegos Olímpicos a la historia del siglo XX
El exhaustivo análisis que ha hecho Santabàrbara, que también incluye aspectos como el suministro de alimentos, las empresas de restauración o la suplementación deportiva, refleja los cambios que se han producido en la sociedad y en la alimentación de los atletas a lo largo del siglo xx.
La nutrición deportiva ha pasado de ser anécdota y mito a una especialidad consolidada basada en la evidencia científica. Y los Juegos Olímpicos lo ponen de relieve.
“Por ejemplo, a principios de siglo se consideraba que las proteínas eran lo más importante de los años cuarenta, las investigaciones ya determinaron que quien da la energía es el hidrato de carbono. Y, después de la Segunda Guerra Mundial, en los Juegos Olímpicos de Helsinki ya se tenía en cuenta la importancia de los hidratos”, subraya.
¿Qué se espera de París 2024?
Ahora, Santabárbara está a la espera de comprobar si, en los Juegos Olímpicos de París de 2024 se cumplen los tres ejes que se ha marcado el COI en el ámbito de la nutrición deportiva: incidir en la producción local y abaratar los costes del transporte de materias primas; establecer políticas claras de aprovechamiento de alimentos y reducción del desperdicio, y fomentar las opciones de proteína de origen vegetal.
“Dentro de un par de años, cuando tengamos el informe, veremos cómo se ha hecho. También veremos cómo París posiciona la gastronomía de la ciudad y del país. Y, sobre todo, la sostenibilidad será un reto”, adelanta el investigador, que tiene previsto seguir investigando en esta línea”.
De hecho, remarca el autor de la tesis, los grandes eventos deportivos, como los Juegos Olímpicos, “pueden ayudar a impulsar el desarrollo social, el crecimiento económico, la salud, la educación y la protección ambiental, especialmente si forman parte de políticas a largo plazo coherentes y sostenibles en el ámbito municipal, regional y nacional”.
Fuente: Analizan la historia de la alimentación en los Juegos Olímpicos – CMD Sport
Los 10 bulos más habituales en la nutrición deportiva
Berta Rodríguez López, dietista-nutricionista de Alimmenta, nos explica que, “en la era digital, las redes sociales se han convertido en una fuente rápida de información, pero también en un lugar donde circula gran cantidad de desinformación, especialmente en el ámbito de la nutrición deportiva. Influencers y personas no cualificadas a menudo difunden mitos que pueden poner en riesgo la salud de los deportistas, generando confusión sobre lo que realmente es beneficioso para el rendimiento deportivo”.
Es fundamental que los deportistas busquen orientación basada en evidencia científica. Estos son 10 de los bulos más comunes en nutrición deportiva.
1. Necesitas consumir grandes cantidades de proteínas para ganar músculo. Hay algunos deportistas que toman suplementos de proteína en exceso creyendo que eso les ayudará a aumentar su masa muscular más rápidamente. Pero, aunque la proteína es esencial para la síntesis muscular, consumir más de lo necesario no se traduce en mayor ganancia muscular. El exceso de proteínas puede convertirse en grasa o eliminarse a través de los riñones, pero no se acumula como músculo extra.
2. Los suplementos son imprescindibles para rendir al máximo. Muchos creen que sin suplementos no es posible alcanzar el máximo rendimiento y, aunque es verdad que pueden ser útiles, no son imprescindibles. Una dieta adecuada es suficiente, solo si ésta no satisface las demandas nutricionales, pero siempre con la supervisión de un profesional.
3. Entrenar en ayunas quema más grasa. Creen que esto obliga al cuerpo a utilizar las reservas de grasa, lo que lleva a una mayor pérdida de grasa corporal. Aunque es cierto que el cuerpo utiliza más grasa como fuente de energía durante el ejercicio en ayunas, esto no significa una mayor pérdida de grasa corporal a largo plazo. Además, entrenar sin una adecuada ingesta de nutrientes puede reducir el rendimiento, aumentar el riesgo de lesiones y llevar a una mayor fatiga.
4. La creatina es un esteroide peligroso. Se piensa que su consumo pueden ser peligrosos para la salud. Sin embargo, se ha demostrado ser seguro y eficaz para mejorar el rendimiento en deportes de fuerza y potencia. No es un esteroide y no tiene los efectos secundarios de estos. Su uso adecuado bajo supervisión es seguro y puede mejorar el rendimiento en los atletas.
5. Las dietas bajas en carbohidratos mejoran el rendimiento, además de reducir la fatiga durante el ejercicio. Esto no es cierto por el hecho de que los carbohidratos son la principal fuente de energía para actividades de alta intensidad. Las dietas bajas en carbohidratos pueden disminuir la capacidad de rendimiento. Estas dietas pueden tener ciertos beneficios, pero no son adecuadas para la mayoría de los atletas que necesitan mantener un alto nivel de actividad.
6. Los batidos de proteínas son imprescindibles después del entrenamiento, ya que se cree que así se maximiza la recuperación muscular. Aunque consumir proteínas después del entrenamiento es importante, no es necesario que sea en forma de batido. Comer alimentos ricos en proteínas dentro de las dos horas posteriores al ejercicio es suficiente para estimular la recuperación muscular.
7. Las grasas son malas para los deportistas. Muchos piensan que las grasas pueden ralentizar el metabolismo o el rendimiento. Sin embargo, las grasas saludables son imprescindibles para cualquier persona, por lo que no deben eliminarse nunca de la dieta, solo asegurarse de que las que se consumen son saludables.
8. La deshidratación leve mejora el rendimiento, esto es por el hecho de que se reduce el peso corporal y mejora el rendimiento deportivo. Pero esto es importante evitarlo, ya que la deshidratación es perjudicial para el rendimiento físico y mental. Es imprescindible mantener una hidratación adecuada.
9. El azúcar siempre debe evitarse en la dieta deportiva. Se piensa que el azúcar es malo en cualquier contexto y debe evitarse por completo. Pero, si se consume en cantidades controladas y en los momentos adecuados, puede ser beneficioso para los deportistas, especialmente durante y después de actividades intensas.
10. El café deshidrata y empeora el rendimiento, por lo que no debe consumirse antes de entrenar. Esto también es falso, ya que la cafeína en dosis moderadas no deshidrata significativamente y puede mejorar el rendimiento en deportes de resistencia, así como la concentración.
Berta Rodríguez resalta que “la nutrición deportiva es un ámbito complejo y con abundante información contradictoria, por lo que es fundamental buscar la orientación de un profesional cualificado”.
Además, cabe recordar que la nutrición es una ciencia en constante evolución, y lo que funciona para un atleta puede no ser ideal para otro. Un profesional de la nutrición deportiva está equipado con el conocimiento y las herramientas para guiarte hacia tus objetivos de manera segura y efectiva.