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Cocina polaca medieval
¿Pequeña y bien sazonada? ¿O demasiado grasienta y salada? ¿Cómo era la cocina polaca en la Edad Media?
Esto es lo que nuestros antepasados comían hace 500 años…
Nabos y mijo con cerveza
Hoy en día, consideramos que las verduras y las frutas son la base de la pirámide alimentaria, pero en la Edad Media, este lugar lo ocupaban los cereales. Al principio, en las cocinas, despensas y mesas reinaba un poco olvidado hoy en día el mijo, seguido por el centeno y el trigo.
Se consumían (y se valoraban) las legumbres, que hoy se consideran muy saludables y nutritivas (guisantes, lentejas, altramuz o habas). Pero también se apreciaban las verduras de raíz (el nabo se comía en Polonia a finales de la época en una escala comparable a la de las patatas más tarde) y las coles (nuestros antepasados ya disfrutaban de la col en el siglo X).
En el siglo XV, el trigo sarraceno era muy popular, conocido hoy como la «reina de las harinas» y un superalimento polaco. No se servía como acompañamiento en la comida, sino como un plato independiente, por ejemplo, acompañado de tocino, bañado en cerveza como sopa, o mezclado con legumbres y carne.
La carne más popular era la de cerdo (se criaban cerdos incluso en los edificios de los burgueses). También se consumía mucho ave y pescado. La carne de ave era muy valorada en la Edad Media y desempeñaba un papel mucho más importante en las mesas de los poderosos que la caza, que se consideraba un manjar de las clases altas.
Pescado de Cuaresma
Durante el período de Cuaresma, los pescados eran un elemento esencial de la dieta, ya que la carne estaba prohibida, especialmente los viernes y en la Cuaresma, que duraba nueve semanas. Se consumían diversas especies de pescado, como arenques, salmón y lucios. Las técnicas de preparación eran similares a las de hoy: se asaban, freían y a la parrilla. La precaución era importante al comprar, ya que a veces los comerciantes engañaban al vender pescado en mal estado.
Nuestro pan de cada día
Del Zielnik de Szymon Syreński, publicado en 1611 durante el reinado de Sigismundo III, conocemos cinco tipos de pan:
- El mejor, llamado pan real o de señor, es el pan de trigo;
- El pan de harina media, que no está completamente desprovisto de salvado, se llama pan de ciudad o comerciante;
- El pan común, hecho de harina común y un poco de salvado, es el que se hornea de manera general;
- Hay también pan de grano casi molido, o de harina muy gruesa y con salvado, que utilizan los campesinos en el campo; este es el pan de sémola;
- Y hay un quinto, muy grueso, hecho de grano sin limpiar, o mezclado con trigo, centeno, avena, cebada y mijo, que comúnmente se utiliza en Lituania y Ruthenia; este se llama «boró» porque lo usan las personas de los bosques, especialmente en tiempos de escasez y hambre.
El pan unía a todos los estratos sociales, aunque se consumían diferentes variedades según la riqueza. El pan de centeno o el pan mezclado, con adición de harina de cebada y trigo, era el más común, al que se le añadían anís, comino y también nigella, que sigue siendo popular hoy en día.
Los panes integrales hechos de harina no tamizada, considerados hoy como los más saludables, eran vistos en la Edad Media como un alimento de penitencia para monjes y ascetas.
El pan medieval se horneaba con levadura de cerveza y masa madre. Se consumía en grandes cantidades, ya que los panes de la época eran bastante pequeños, pesando en la segunda mitad del siglo XIV no más de 350 gramos. Los cortesanos que se sentaban a la mesa con el rey o la reina podían comer varios de esos pequeños panes.
Dulces
Jadwiga Andegaweńska, conocida por sus virtudes tanto espirituales como físicas, adoraba el pan en todas sus formas: desde bollos de trigo hasta pretzels, pasteles y croissants. Por ello, en los días laborables, solía comer una comida más, a última hora de la tarde. En esa ocasión, le servían su pan blanco favorito y cerveza, a veces también frutos secos y frutas, tanto autóctonas como importadas (por ejemplo, higos).
Entre las frutas locales más populares estaban las peras, ciruelas, cerezas y, por supuesto, las manzanas. Se consumían cocidas, fritas, al horno, se utilizaban para rellenar aves, se hacían purés o se secaban para el invierno. Además, su dieta se complementaba con hongos, miel y nueces. Sin embargo, es importante señalar que las frutas y verduras crudas se consumían relativamente poco en la Edad Media.
También era raro comer dulces, ya que muy pocos podían permitirse el costoso y escaso azúcar. Por supuesto, en la corte real no faltaban. Los llamados «confectos», elaborados no solo con azúcar, sino también con oro o azafrán, eran un manjar no solo en épocas de ayuno.
En la Edad Media, la gente bebía cerveza, vino o leche, ya que el acceso al agua limpia era limitado. Los productos lácteos, especialmente los quesos, jugaban un papel clave en la dieta. Los pierogi de queso eran un plato favorito del rey Władysław Jagiełło, y a las comidas se les añadían diversas especias, incluyendo ajo y eneldo.
Valencia celebra la I Feria Artesana del Pan y una ruta gastronómica por hornos de la ciudad
La gran fiesta del pan llega del 14 al 18 de octubre de 2024 a Valencia con una feria artesana para degustar panes tradicionales y una ruta gastronómica por hornos de barrio de la ciudad.
El próximo miércoles 16 de octubre de 2024, la capital valenciana acoge la I Feria Artesana del Pan de Valencia con motivo del Día Mundial del Pan, efeméride establecida anualmente por la Federación Internacional de Panaderos (UIB) con el objetivo de rendir homenaje a este alimento básico.
En horario de 10:00 a 14:00 horas, en la plaza del Agua de la Marina de Valencia (junto al Tinglado 2 y el edificio del Reloj), el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia ofrecerá la posibilidad a vecinos y visitantes de la ciudad de disfrutar de una mañana frente al mar para degustar auténtico pan artesano y conocer la elaboración y procesos de este. Además, la misma mañana se realizará a las 12:30 horas una mesa redonda sobre “Mujeres Panaderas” para dar a conocer su participación en este oficio y la importancia de elaborar pan con los mejores ingredientes.
El gremio, además, invita a participar del lunes 14 al viernes 18 de octubre en la I Edición de las Jornadas Gastronómicas de Panadería y Pastelería Artesana con la ruta gastronómica que se ha preparado para degustar productos de panadería y pastelería artesana y tradicional en hornos de barrio asociados al gremio.
Estas jornadas, tienen como objetivo divulgar y concienciar al consumidor de las ventajas nutricionales, gastronómicas y medioambientales de apostar por un producto artesano de proximidad.
Por último, recalcar que el martes 15 de octubre se darán a conocer los ganadores del LIII Concurso de Panadería “Panes tradicionales” y “Panes de formato libre” y del LIII Concurso de Ornamentación de tienda de pan, certamen anual que se enmarca dentro del programa de fiestas patronales del propio gremio en honor a su patrona, la Virgen de la Merced.
https://www.valenciabonita.es/2024/10/12/feria-artesana-del-pan-valencia-2024/
La inclusión de vegetales deshidratados en la receta mejora notablemente las propiedades nutricionales del pan
Un grupo de investigación del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha realizado un estudio que demuestra que incluir una pequeña cantidad de vegetales deshidratados (un 2% de la receta) en la elaboración de pan plano, uno de los panes más consumidos del mundo, tiene efectos positivos en la textura, color y, sobre todo, en sus propiedades nutricionales. La investigación, publicada en la revista International Journal of Food Science and Technology, revela que la inclusión de estos ingredientes en el pan afecta a la digestión del almidón, mejorando la respuesta glucémica tras su ingesta.
El pan es un alimento fundamental en nuestra dieta. Ocupa un lugar destacado como fuente de nutrientes, acompaña a otros alimentos y juega un papel central en los desayunos, comidas y cenas de todo el mundo. Pero su importancia no se limita a su sabor o versatilidad. El pan, especialmente las versiones integrales y ricas en fibra, proporciona carbohidratos complejos que liberan energía de manera sostenida, esenciales para una dieta equilibrada.
El LINCE Group, un equipo de trabajo del grupo de Cereales y Productos Derivados del IATA-CSIC analizó la inclusión de vegetales como espinacas, acelgas, remolachas o cebollas y su impacto en las propiedades de los panes planos, un tipo de panes elaborados con la masa extendida, sin masa madre ni levadura. El pan plano es uno de los panes más antiguos y consumidos en todo el mundo, especialmente en el Mediterráneo. Además de ser un alimento básico, el pan plano presenta ventajas tecnológicas: tiene un proceso de elaboración relativamente simple y rápido, y existen muchas recetas variadas en muchas culturas.
Productos de panadería más saludables
“En este estudio hemos utilizado vegetales deshidratados por su alto contenido en compuestos bioactivos, particularmente compuestos polifenólicos, que pueden actuar reduciendo la digestibilidad del almidón. Con esta alternativa hemos conseguido desarrollar productos de panadería más saludables y ofrecemos nuevas experiencias a los consumidores, sobre todo por el abanico de colores y sabores”, afirma.
El pan plano presenta un alto contenido en carbohidratos, especialmente almidón de rápida digestión, lo que contribuye a un índice glucémico alto. Esta característica ha permitido estudiar el impacto glucémico de la inclusión de vegetales deshidratados. “A través de estos ingredientes se puede transformar un alimento tradicional en una opción más nutritiva e innovadora”, explica el equipo de investigación del IATA-CSIC. El estudio se ha desarrollado en el marco de proyecto europeo PRIMA FlatBreadMine, liderado por Patricia LeBail en el Instituto Nacional para la Investigación Agronómica (INRA) en Francia.
Diego Marín, de maquillador de efectos especiales en cine a nuevo mejor panadero de España
Nacido en Santa Cruz de Tenerife, acaba de ganar el Campeonato de España de Panadería Artesana y regenta desde hace poco más de dos años un establecimiento en Vigo llamado PanDemonium
Diego Marín nació pidiéndole plastilina a su madre. Lo cuenta él mismo, apenas unas horas después de haber obtenido un reconocimiento como escultor, solo que su obra maestra estaba hecha de harina y agua, entre otros ingredientes. Y es que aunque sus aptitudes con las manos le llevaron en un principio a hacerse maquillador de efectos especiales para cine, ahora es el nuevo campeón de España de Panadería Artesana, un certamen en el que ha recibido, además, una mención a Mejor Pieza Artística por una figura de pan de más de medio metro de altura. Con el título del campeonato ya son siete las distinciones que ostenta, entre ellas la de Mejor Pan de Masa Madre de España 2022, aunque eso no se traduzca en el éxito de su negocio, la panadería PanDemonium, en Vigo. “Con siete premios que tengo, en Madrid me tendría que haber hinchado a vender. Las cuentas no me salen, tengo que estar viajando y asesorando para clases para poder pagarlo”, confiesa. “Si te quieres comer el mundo, hay que estar en Madrid o Barcelona”.
Y Marín, de Santa Cruz de Tenerife y 41 años, quiere comérselo. Las metas de este tinerfeño de 41 años pasan por “tener la panadería más importante y con mejor producto de toda España” o por “ser campeón en un mundial como representante nacional”, aunque su oficio comenzara de forma casual. Antes de ser panadero, fue maquillador de efectos especiales en cine, participando en películas como Hable con ella y Mortadelo y Filemón. “Vi que no había salida, que las empresas empezaban a trabajar con autónomos y yo no podía vivir así porque era muy inestable”, cuenta. Así que, como se le daba bien la cocina y la creatividad la llevaba de serie, decidió estudiar cocina y durante el trabajo en un obrador se “enamoró” de las masas. “Los principios básicos como escultor y como creativo los podía sacar a través de ella y empecé a dar rienda suelta a mis manos en el ámbito de la panadería”, comenta. Tenía apenas 19 años.
PanDemonium, abierta hace poco más de dos años, es solo la última parada de un periplo por casi toda la geografía española, y países como Francia e Italia, en busca de conocimiento y aprendizaje. Curiosamente, una de las pocas regiones en las que no había aún aterrizado era Galicia y allí llegó, como ocurre en incontables ocasiones, por amor. “Fue en una época en la que yo ya estaba haciendo asesorías y masterclass por toda España, pero no podía seguir haciéndolo y perderme la infancia de mi hija. Con todo el dinero ahorrado monté la panadería de Vigo”, dice, mientras la pequeña aguanta estoicamente la videollamada. No era el primer negocio propio de Marín, quien antes tuvo una panadería en Tenerife, La tradicional, que decidió cerrar antes que dejar de hacer aquella panadería en la que cree: de masa madre y concebida desde la máxima creatividad. “La gente quería pan de toda la vida, no quería pagar por el producto y no supo encajarlo”, asegura.