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Por qué tiene tanta importancia la cocina en la serie ‘La Promesa’, ganadora de un Emmy Internacional
La gastronomía es una de las patas importantes de este producto audiovisual, que cuenta con un equipo de documentación y una persona se encarga de cocinar todos los platos que aparecen
Cuando se estrenó la bautizaron como el “Downton Abbey español”, pero tras casi dos años en antena, su reciente aterrizaje en Netflix y el Emmy Internacional con el que se ha hecho este lunes, la serie diaria de RTVE ha demostrado que va sobrada de personalidad propia. La Promesa, creada por Josep Cister Rubio, transcurre en el primer cuarto del siglo XX en un lujoso palacio del mismo nombre situado en el Valle de los Pedroches (Córdoba) y, más allá de sus laberínticas tramas, destaca por el mimo con el que tratan los aspectos culinarios de la ficción. No es de extrañar, cuando el propio Cister se define a sí mismo como “un loco de la gastronomía”. Para él, era impensable que la comida no jugara un papel fundamental.
“En ningún lugar se come tan bien como en La Promesa”, es un piropo que se repite a menudo en la serie. El secreto está en el equipo de cocina del palacio, que despierta la admiración de todo el que pasa por allí, ya sea para una simple merienda o para quedarse una temporada. Ese equipo, formado por tres de los personajes más queridos, tiene además un peso importante en las tramas. “Yo siempre digo que la cocina es uno de los pulmones que hace respirar a La Promesa. Sin la cocina, no sería lo que es”, dice Cister.
Simona es la cocinera más experimentada. Candela, su ayudante y amiga del alma. Y a ellas se une Lope, un lacayo que descubre que su vocación no está llevando bandejas, sino en los fogones y que, tras muchas peripecias, consigue trabajar en lo que le gusta, a pesar de que en La Promesa nunca antes habían tenido a un hombre en cocina. Simona y Candela ponen el sabor local y tradicional, mientras que el personaje de Lope es el que aporta una visión de lo que pasa fuera de España a nivel gastronómico, sobre todo en Francia. Él es quien introduce en palacio recetas como los éclairs, el parmentier o los volovanes.
Este peculiar trío protagoniza algunos de los momentos más divertidos, emotivos y didácticos de la serie. Porque con La Promesa se aprende, y mucho, de gastronomía española. Por ejemplo, lo que simboliza el huevo duro en un potaje de vigilia o que hay tantas variantes de la pipirrana como personas, pero también cosas más prácticas, como cuál es la mejor manera de recuperar la mayonesa cuando se corta, la ciencia que hay detrás de un buen cocido o el truco para que el arroz con leche quede bien cremoso. La ficción está plagada, además, de anécdotas históricas, como la explicación al color rojo de las puertas de las tabernas madrileñas (una forma de indicar a la gente que no sabía leer que allí se servía vino) o el guiño a que la palabra “cocreta” se recogerá algún día en el diccionario (a pesar del alcance de esta leyenda, la RAE aclara que nunca ha figurado en el diccionario académico).
Pero el protagonismo de lo gastronómico en La Promesa va más allá. Uno de los negocios familiares es una línea de mermeladas con recetas vanguardistas que logra un gran éxito y que, por supuesto, es fuente de múltiples conflictos. Nuestra ilustre gastrónoma Emilia Pardo Bazán ha salido a relucir en algunos episodios cuando a una duquesa de la zona le da por seguir sus pasos y elaborar un recetario. Y la comida ha cobrado importancia en momentos de gran peso dramático, como cuando Simona relata que unas manitas de cerdo lograron que el marqués empezara a superar la muerte de su primera esposa o cuando Lope prepara un cabritillo con trufa para homenajear a un compañero que acaba de morir, recordando que “la comida es uno de los placeres de la vida”, dice Cister.
Tampoco pierden la oportunidad de hacerle algún guiño a la actualidad. En esos meses en los que ir al súper era sinónimo de gastarse un dineral, hicieron una mención a la subida del precio de los alimentos que también tenía lugar en la España de la época en la que transcurre la serie. “Estando en la tele pública, creo que nuestra obligación es entretener y algo más. Ese algo más es siempre tener el retrovisor puesto, y estas series te permiten ver cómo hemos cambiado, para bien o para mal”, cuenta Cister.
Estos detalles son la demostración de que cuentan con un gran equipo de documentación. Diego Sandoval, del restaurante Coque, les asesoró en los inicios sobre algunos aspectos clave y, para las cosas más concretas, los guionistas se documentan con libros de todo tipo. El equipo de arte se encarga de que cada cosa esté en su sitio para sumergir al espectador en la cocina de aquella época. Para quien tenga la duda: sí, en La Promesa se come de verdad. Una persona se encarga de cocinar todos los platos que aparecen en pantalla y tienen hasta una vajilla propia con el emblema del palacio, un sueño personal de Cister, que logró cumplir hace un año. “Podrías decir ‘si esto no se ve, nunca haces un plano corto de un plato’. Pero para mí es importante cuidar los detalles, que la gente que está actuando aprecie que eso es real”, explica Cister.
Por supuesto, la comida es uno de los aspectos que más conversación generan en torno a la serie en redes sociales. “Ay, esto mi abuela lo hacía exactamente así’ o ‘Simona ha dicho que le pondría un toquecito de vinagre, así que se lo voy a poner yo también”, son solo dos ejemplos de los muchos comentarios que reciben. Hay quien les saca los colores señalando algún ingrediente o receta que está fuera de lugar, pero lo cierto es que se toman estas licencias de forma consciente, para poder reflejar un abanico culinario lo más amplio posible. “Cuando hacen pescado, por ejemplo, es algo que no sería normal en el Valle de los Pedroches, pero entendemos que La Promesa no solamente es el reflejo de ese lugar. Con el tiempo, se ha convertido en un reflejo de España”, dice Cister.
Ahora puedes comer como las Gilmore Girls gracias a este libro de recetas
Ok, ok, calma. Todavía no se trata de un proyecto oficial, pero eso no nos impide soñar. El libro se llama » Come como una Gilmore: recetas inspiradas en los chefs de Stars Hollow«.
El proyecto pertenece a Kristi Carlson, cocinera de profesión y de alma, que se encontraba en busca de un emprendimiento que le permitiera revitalizarse. Adicta a la serie, y especialmente atenta a sus aspectos culinarios, Carlson decidió juntar sus dos pasiones en una sola idea. Así nació el libro que va a compilar recetas extraídas de la serie, así como platos y comidas centrales a la trama de la serie.
Como cualquier buen fan de Gilmore Girls sabe, la comida juega un rol primordial en la serie, ya que Rory y Lorelai son capaces de comer mesas enteras (sin nunca engordar, por supuesto).
Lo que primero cautivó a la cocinera fue lo imaginativo de las recetas y de los platos mencionados en la serie, que a veces rayan en lo fantasioso, como una torta de casamiento hecha de s’mores (malvavisco tostado y chocolate entre dos trozos de galleta) o panqueques de calabaza con jalea de manzana.
Algunos de estos platos, como es de imaginarse, no son para nada fáciles de hacer por lo que la autora del libro confesó haber pasado varios meses experimentando con los ingredientes.
El libro incluiría platos como pastelillos de salmón, tartas de manzana, el famoso mac & cheese (macarrones con queso) con salsa de crema de jalapeño, helado de kiwi (!!), espaguetis con albóndigas, tortas de fresa, y el famoso risotto «mágico» de Sookie (la cocinera y amiga de las Gilmore, interpretada por la ahora famosísima Melissa McCarthy), risotto que tanto obsesiona a Sookie y cuya preparación incluye parmesano, prosciutto y semillas de calabaza.
Claro que el libro no estaría completo sin la presencia de la hamburguesa con queso, tan central al universo de Rory y Lorelai.
No se trata solo de imaginar recetas, se trata también de intentar recrear todo lo que serie crea en torno a la comida deliciosa, especialmente el gusto por la comida y por comer, algo que Gilmore Girls hace especialmente bien.
El proyecto se encuentra aún en su campaña de Kickstarter, y al participar con donaciones es posible sugerir recetas o platos de la serie, por lo que podemos suponer que el resultante será un verdadero compilado de las obsesiones y fantasías culinarias que los fanáticos de Gilmore Girls tienen.
‘Ahora todos los niños quieren aprender a cocinar’
El interés de los niños por la cocina en España ha aumentado, en parte por la influencia de programas como Masterchef Junior. Este fenómeno no solo refleja una tendencia de moda, sino que conlleva grandes beneficios. Según expertos, como el psicólogo educativo Jesús Ramírez, cocinar ayuda a los niños a desarrollar habilidades como la organización y el trabajo con la memoria, además de fomentar hábitos alimenticios saludables. A medida que aprenden a seguir recetas, los niños también empiezan a comprender la importancia de elegir ingredientes saludables y a comer de forma variada, lo cual es especialmente relevante en un país donde el sobrepeso infantil sigue siendo un desafío importante.
Este interés también ha cambiado sus actividades de ocio: muchos niños ahora eligen campamentos de cocina además de los tradicionales de deportes o aventuras. Según investigaciones, los niños que ayudan a preparar comida en casa tienden a hacer elecciones alimenticias más sanas. Expertos como el doctor José Manuel Moreno, de la Asociación Española de Pediatría, señalan que conocer el origen y preparación de los alimentos fomenta decisiones alimentarias conscientes y responsables.
Cocinar también fortalece el vínculo familiar. Actividades como comprar ingredientes o cocinar en grupo contribuyen a mejorar tanto la alimentación como las relaciones familiares, y ayudan a los niños a desarrollar la capacidad de trabajo en equipo. Aunque la cocina implica riesgos, los especialistas recomiendan que los padres guíen a los niños al inicio, asignándoles tareas simples como batir o amasar, y poco a poco introduciéndoles en tareas más complejas bajo supervisión. Con el tiempo, esta práctica refuerza su autonomía y confianza, haciendo de la cocina una herramienta de aprendizaje y bienestar.
https://www.elmundo.es/salud/2015/08/31/55e40747268e3e726e8b4579.html (visitado el 14 de octubre de 2024)
La comida en las series de televisión: alimentos y personajes unidos
Hay alimentos que automáticamente nos recuerdan a series de televisión o algún personaje concreto y, al revés, hay personajes que asociamos con alimentos o con platos de comida específicos. Lo cierto es que hay muchas series en las que ciertas comidas o alimentos están muy presentes y tienen parte del protagonismo.
En la vida real, muchas anécdotas, conversaciones y acontecimientos importantes suceden alrededor de una buena comida, por eso, la pequeña pantalla también lo refleja. A continuación hacemos un repaso por algunas de las series más populares en las que la comida tiene un papel importante.
Noches de pizza y la comida tailandesa en Big Bang Theory
Los seguidores de esta serie saben que es muy frecuente que el grupo de amigos salga sentado cenando alrededor de una pequeña mesa en el salón de casa de Sheldon y de Leonard o también es habitual ver a los amigos frikis almorzando en el comedor de la universidad. Sheldon tiene una meticulosa agenda de comidas que todo el grupo cumple gracias a su infinita paciencia y en esa agenda los jueves son noche de pizza, pase lo que pase mientras que los lunes son noches de comida tailandesa.
Café en Friends
Muchos de los momentos vividos por los populares amigos de la serie Friends tienen lugar en el Central Perk con una buena taza de café, por lo que asociar esta bebida con la mítica serie es muy común.
Donuts y la cerveza Duff en Los Simpsons
Los seguidores de Los Simpson saben que Hommer tiene muchos puntos débiles, pero sin duda los donuts son uno de ellos. ¿Quién podría resistirse a uno de esos míticos donuts rosas? Aparte, la cerveza Duff sale recurrentemente en la serie, hasta el punto de ser tan popular que la Fox decidió sacarla a la venta en la vida real y no solo eso, el disfraz de Duffman es uno de los que casi nunca faltan es las fiestas.
El arroz en Shin-chan
En Shin-chan, la popular serie de dibujos manga, Shin’nosuke «Shin-chan» (un travieso niño de cinco años) y su familia aparecen en numerosos capítulos sentados en el suelo alrededor de la mesa y comiendo arroz blanco, una estampa muy japonesa.
Nueve de cada diez anuncios de televisión para niños en España incumplen la normativa de alimentación saludable
En los últimos años, se ha incrementado notablemente el número de menores con sobrepeso u obesidad en países desarrollados o en vías de desarrollo, como demuestran informes recientes avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este contexto, y tras una profunda revisión bibliográfica de estudios anteriores, los investigadores consideran que «la publicidad de alimentos y bebidas ejerce un papel fundamental sobre la alimentación de los niños».
Por este motivo, el principal objetivo de este trabajo ha sido evaluar el cumplimiento del Código PAOS en España, así como su relación con los hábitos nutricionales en televisión. Concretamente, en canales dirigidos al público infantil. Cabe recordar que el Código PAOS, destinado a la infancia, la prevención de la obesidad y la salud, pretende promover el bienestar físico y la felicidad de los menores a través de una dieta saludable en la sociedad actual, por lo que los operadores de televisión de España deben exigir que estas normas se cumplan.
Así, los autores del estudio han analizado en franja infantil hasta un total de 177 piezas durante la emisión publicitaria de cinco canales de televisión, con el fin de comprobar si los anuncios se ajustaban a los estándares establecidos por la normativa.
Los resultados de la investigación reflejan «un incumplimiento sistemático de este código que se traduce en hábitos alimentarios inadecuados entre los niños », como señalan los expertos. Asimismo, los autores de este trabajo aseveran que «9 de cada 10 piezas publicitarias de alimentos y bebidas no cumplen con ninguna de las normas del Código PAOS, lo cual demuestra que la autorregulación de las empresas publicitarias por parte de los organismos competentes es insignificante e insuficiente».
Entre las conclusiones, el equipo de investigadores observó, por una parte, que «el 83,05% de los alimentos anunciados no son esenciales» y, por otra, que «el 60,5% de los anuncios examinados contravienen el Código PAOS». De hecho, los datos finales muestran que, en cuanto al grado de incumplimiento: «los anuncios de productos lácteos son los que más infringen las normas, seguidos por los de bollería industrial, con un 31,25% y un 25%, respectivamente. Por el contrario, las piezas de bebidas azucaradas, salsas y snacks son las que más cumplen con la normativa, con solo un 6,25% de infracciones».
Por otro lado, los científicos consideran que también « se incumplen estándares éticos relacionados con el lenguaje comunicativo de los anuncios (por ejemplo, cuando se utilizan elementos fantásticos o se generan expectativas inalcanzables para el público infantil)». De igual modo, los autores de este trabajo opinan que “las piezas publicitarias analizadas infringen normas relativas a los beneficios del producto o sobre ofertas promocionales, ya que inducen al público a errores de juicio sobre las ventajas de utilizar el producto”, lo que califican de “publicidad engañosa”.
El 40% de los niños europeos tiene obesidad
«Con este artículo hemos querido poner de relieve la necesidad de que las autoridades públicas emprendan acciones de comunicación y marketing que adviertan de las consecuencias nocivas de los malos hábitos alimentarios en los niños ». Y, es que «la obesidad es uno de los problemas de salud pública más importantes de la infancia», como explican los expertos. «Según un estudio reciente de la OMS, alrededor del 40% de la población infantil europea tiene obesidad o sobrepeso, debido principalmente a que el 30% de la dieta de nuestros niños se baja en ultraprocesados».
En consecuencia, para estos investigadores preocupa «el hecho de que, en España, alrededor del 50% de los espacios comerciales de bebidas y alimentos dirigidos a menores de 12 años sean productos no saludables ». En este sentido, el grupo de investigadores aboga por «que se adopten de manera urgente medidas legislativas obligatorias que protejan la integridad de los niños y además se actúe en favor de un consumo más adecuado, restringiendo la sobreexposición masiva de los niños a productos no saludables».
«Desde nuestro punto de vista, la gestión de la felicidad y el marketing social pueden jugar un papel vital tanto para concienciar a las organizaciones y a las empresas de la necesidad de desarrollar campañas publicitarias que cultiven el consumo de productos saludables como también para animar a los padres a fomentar a su niños para llevar una vida saludable , basada en el deporte y el consumo de alimentos bajos en calorías y grasas saturadas», como concluyen en este trabajo científico.
Viaje al corazón de la cocina: el papel de la comida en el cine y la televisión.
Saborea las historias que la comida cuenta en el cine y la televisión, revelando identidades y emociones a través de los sabores.
La comida y la gastronomía han jugado un papel importante en el cine y la televisión a lo largo de su historia, reflejando y moldeando nuestra relación con los alimentos y las tradiciones culinarias. Sin embargo, más allá del simple entretenimiento, las representaciones de la cocina y la cultura culinaria en el mundo del entretenimiento transmiten mensajes contundentes sobre identidad ligadas a la memoria, la familia y la nostalgia.
Desde el más pragmático de los enfoques, los alimentos crean ambientes, establecen la época y el lugar, y ayudan a desarrollar la trama y los personajes. Han llegado a comunicar ideas sobre la clase social, la etnicidad, género y estructuras de poder.
La comida como un personaje de la trama
Algunas producciones recientes se han volcado a explorar las posibilidades de las narrativas dentro de una cocina en donde se ponen a prueba los límites de las jerarquías, la ansiedad y la creatividad como justificación del abuso laboral. Es así como The Bear (2022) , El Menú (2022) y Hambre (2023) han puesto sobre la mesa toda una disección de lo que esta confrontación de fuerzas implica.
El papel de la comida en el cine
Uno de los temas más comentados es el papel de la comida en la cultura italiana y mafiosa, donde se utiliza para definir y reforzar los límites sociales. El Padrino (1972) es un ejemplo claro de esta ambivalencia de la comida y su servicio a propósitos narrativos de poder y roles culturales. Pero el uso de la comida en el cine mundial va mucho más allá de este complejo escenario del escalafón social.
En la película Tiburón (1975) se utiliza la comida como símbolo de poder ya que muestra a tres personajes en la película comiendo, y son los que tienen el poder de marcar la diferencia: el tiburón, Quint y Hooper.
En cuanto a las películas de Alfred Hitchcock, se destaca el papel de la comida como símbolo de satisfacción sexual o como elemento ominoso que amenaza a los personajes con culpa o violencia. Las escenas de comida en sus filmes suelen incluir cuchillos, los cuales representan la ansiedad y la culpa que los personajes experimentan por sus acciones.
La comida como un elemento del género de horror
El género del horror y la comida ha sido objeto de un detallado análisis en el libro Consuming Gothic: Food and Horror in Film de la autora Lorna Piatti-Farnell. En esta obra, se examina cómo se utiliza la comida para crear terror y pesadillas en el cine. El libro aborda diversas temáticas relacionadas con la comida y el horror, como las sustancias abominables, las narrativas del cuerpo, las controversias de la incorporación y el uso de las mesas de comedor en contextos de terror.
Si bien producciones como El Menú (2022) tienen muy en cuenta esta cualidad de los poderes del horror en el mundo de la cocina, también queda el espacio para rescatar lo hermoso de la relación humana con la comida, tal cómo lo plantean El oso (2022) y Hambre (2023).
La comida en las producciones de Studio Ghibli
El Viaje de Chihiro (2001) revela una visión profunda de los viajes de los personajes y su crecimiento personal. En este mundo la comida se considera sagrada, ya que es un tema recurrente. Todas las decisiones que cambian la vida de la protagonista parecen girar en torno a la comida. En un caso, la comida y la codicia tienen un vínculo innegable.
La película comienza a desarrollarse como Chihiro, la protagonista, acompaña a sus padres al puesto de comida. Sus padres consumen grandes cantidades de comida sin pagar por ella, por lo que pronto son convertidos en cerdos. Como es bien conocido, la cultura japonesa en última instancia, se reduce a un término: Respeto.
Sin embargo, además de la codicia y sus consecuencias, la comida resulta ser una fuente de consuelo en la película. Cuando Chihiro atraviesa por su colapso mental, Haru le ofrece bolas de arroz en un intento de animarla. Como podemos ver, este acto logra transmitir la importancia de la comida y cómo logra cambiar el mundo de alguien en un instante.
Fuentes: Viaje al corazón de la cocina: el papel de la comida en el cine y la televisión – Tomatazos