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Las variedades de tomate pera resistentes al rugoso me han sorprendido desde el primer momento

Empiezan a aumentar significativamente los volúmenes de tomate de la campaña 2024/25 en Almería. «Es cierto que al principio de la campaña, en agosto, hizo mucho calor y tuvimos un problema bastante generalizado de mal cuajado de la fruta; las flores se caían y muchos tomates se abortaban. Esto hizo que los primeros cortes de tomate fueran un poco más flojos, pero los siguientes, que se desarrollaron cuando refrescó en septiembre, han recuperado la normalidad», explica Armando Berenguel, agricultor de tomates en la vega de La Cañada, mientras realiza la cosecha en uno de sus invernaderos, de las 8 hectáreas que cultiva en total de tomate.

«En cuanto a los precios, ahora mismo son bastante buenos para el tomate en general, pero están empezando a bajar a medida que aumentan los volúmenes de campaña. Al principio de la cosecha siempre se paga mucho más, sobre todo en las subastas, donde el cherry ha estado a más de 5 euros por kilo y el tomate pera por encima de los 2 euros; no obstante, en la comercialización fuera de subasta, aunque se manejan unos precios menores, se tiene una mayor estabilidad en toda la campaña sin los picos que se ven en las subastas a lo largo del año».

«En mi caso, cultivo tomate pera y este año, como la mayoría de los agricultores en Almería, estoy cultivando una nueva variedad con resistencia al virus rugoso», indica Armando. «Desde un primer momento me ha sorprendido: la planta y los frutos se han desarrollado muy bien y desde el principio hemos visto que no había presión de virus; el año pasado, sin ir más lejos, tuvimos una infección de mosca blanca en nuestras fincas que venían contaminadas de virus, y las plantas sufrieron un gran estrés que este año no se ve».

«Por otro lado, temíamos que las variedades con resistencias perdieran otras características, como el sabor; pero la experiencia es que al menos la variedad con la que estoy trabajando tiene mucho más sabor que la variedad de tomate pera sin resistencia al rugoso que había estado cultivando hasta ahora».

El cambio que suponen las variedades con resistencia al ToBRFV podría compararse a cuando en Almería se introdujo el tomate RAF resistente al Fusarium, una de las principales preocupaciones en el cultivo en los años 60 que generaba grandes pérdidas a los agricultores de la época, quienes, contando con muchos menos recursos o maquinaria y cultivando al aire libre, trazaron el camino del éxito actual de la producción de tomate en Almería.

«Mis hermanos y yo venimos de una familia de agricultores, y los tres nos dedicamos al cultivo de tomate», comparte Armando, «desde cuando se regaba con regaderas, se recogían los tomates con cestas de mimbre y echábamos los plásticos en los invernaderos ayudándonos unos agricultores a otros, hasta ahora, que vamos recolectando con tractores, se sulfata con cañones mecanizados o podemos regular el calibre con bioestimulantes y aminoácidos. No obstante, también contamos con nuevas variedades que nos permiten seguir cultivando tomates, incluso con el surgimiento de nuevos virus».

«Por ahora, octubre ha sido un mes muy tranquilo, y poco a poco los volúmenes irán subiendo, con tomates de calibres cada vez superiores, en una campaña en la que estamos libres de la preocupación y la presión que hemos por el virus».

https://www.freshplaza.es/article/9675377/las-variedades-de-tomate-pera-resistentes-al-rugoso-me-han-sorprendido-desde-el-primer-momento

Los tomates a la vanguardia de la revolución alimentaria

¿Puede la edición de genes ayudar a que las plantas comestibles se adapten al cambio climático en un mundo de temperaturas en alza y fenómenos meteorológicos extremos? BBC Future informa sobre una planta que, a simple vista, parecía un tomate común. Marta Zaraska analizó una variedad desarrollada en 2018 en la Universidad de Minnesota: hojas alargadas y pequeños frutos rojos caracterizaban a la especie silvestre de tomate originaria de Perú y Ecuador, conocida como Solanum pimpinellifolium o tomate «Red Currant». Este tomate era especial. Según Zaraska, esta planta tenía menos ramas pero producía más frutos, que además eran ligeramente más oscuros, una señal de mayor contenido de licopeno, un antioxidante relacionado con la reducción de riesgos de cáncer y enfermedades cardíacas. El tomate fue diseñado específicamente para desarrollar estas características.

La planta fue creada por el genetista Tomas Cermak y su equipo mediante la edición de genes con Crispr, una tecnología galardonada con el Premio Nobel, que actúa como una herramienta de «cortar y pegar» en el material genético. Esta técnica está revolucionando la agricultura y contribuye a crear cultivos para el futuro. La ambición de Cermak es desarrollar un tomate fácil de cultivar, nutritivo y sabroso, que además esté mejor adaptado a un clima cambiante. “La planta ideal sería resistente a todo tipo de estrés: calor, frío, salinidad y sequía, además de a las plagas”, explica.

Un clima adverso para los tomates

El cambio climático plantea problemas para muchos cultivos, y los tomates no son una excepción. Estos crecen mejor entre 18°C y 25°C. Un estudio de 2020 estimó que, para mediados de siglo, hasta el 66% de las tierras de cultivo en California, donde tradicionalmente se cultivaban tomates, podría superar esta temperatura óptima. Otras investigaciones indican que, para 2050, grandes extensiones de tierra en Brasil, África Subsahariana, India e Indonesia también podrían volverse inadecuadas para el cultivo de tomates.

Si bien el aumento de temperaturas promedio podría hacer que regiones previamente frías se vuelvan aptas para el cultivo de tomates, las condiciones extremas siguen siendo un problema. En 2019, en el norte de Italia, la temporada de cultivo estuvo marcada por granizadas, vientos fuertes, lluvias intensas, y temperaturas extremas tanto de frío como de calor, lo cual resultó en una cosecha deficiente y tomates de baja calidad.

La escasez de agua también lleva a los agricultores a usar agua de peor calidad para el riego, a menudo con contenido salino, lo que incrementa la salinidad del suelo y afecta a los tomates comerciales. Además, niveles más altos de ozono hacen que los tomates sean más susceptibles a enfermedades como la mancha bacteriana en las hojas.

Crispr al servicio de la agricultura

Además de ser uno de los cultivos favoritos de la humanidad, el tomate es una planta de cultivo modelo: de crecimiento rápido, fácil de criar y relativamente simple de manipular a nivel genético. “La investigación sobre los tomates recibe más fondos que otros cultivos, lo cual permite el desarrollo de recursos como secuencias genómicas, ingeniería genética y edición de genes”, dice Joyce Van Eck, genetista de plantas de la Universidad de Cornell. Esto hace que los tomates sean ideales para investigar nuevas tecnologías de edición genética, como Crispr, que en un futuro cercano podría producir muchas plantas adaptadas al clima.

Después de identificar genes que ayudan a la adaptación al clima, Crispr puede dirigirse a estos genes para eliminar algunos indeseables, ajustar otros o insertar nuevos. Usada en plantas desde 2013, Crispr permite a los investigadores modificar el genoma con gran precisión para obtener rasgos específicos, como tolerancia a la sal o resistencia a patógenos, e incluso se ha utilizado para crear plantas enanas que resisten mejor los vientos fuertes, otro efecto secundario del cambio climático. Investigadores como Cermak van aún más lejos, utilizando Crispr para domesticar especies silvestres “de novo” o desde cero, logrando en una sola generación lo que antes tomaba miles de años y con mucha mayor precisión.

La domesticación de Solanum pimpinellifolium «de novo» fue la manera en que Cermak y sus colegas en Minnesota crearon un tomate en 2018, obteniendo frutos más grandes que en su versión silvestre. Aún no era el tomate perfecto que el científico buscaba. “Añadiendo más genes, podríamos hacer que los frutos sean aún más grandes y abundantes, aumentar la cantidad de azúcar para mejorar el sabor, así como los antioxidantes, vitamina C y otros nutrientes”, afirma Cermak.

Una revolución verde en el plato

La domesticación «de novo» también podría fomentar el interés en los «cultivos huérfanos», plantas que se cultivan a pequeña escala pero que tienen gran potencial para contribuir a la seguridad alimentaria. La baya de kamchatka, una pariente silvestre del tomate, es una de estas plantas domesticadas recientemente con Crispr. En el futuro, esta técnica podría llevar a cultivos como el frijol caupí, el sorgo y el teff –cereales africanos– a una audiencia mundial. Crispr también se usa actualmente para mejorar diversos cultivos, desde bananas y uvas hasta arroz y pepinos.

Algunos científicos consideran que Crispr marca el comienzo de una segunda revolución verde, que ayudaría a alimentar a la creciente población mundial. No obstante, aún existen desafíos técnicos, como las regulaciones legales y la aceptación social. Las plantas modificadas con Crispr pueden estar «libres de transgénicos», es decir, no contienen ADN de otra especie, a diferencia de los cultivos transgénicos tradicionales.

Sin embargo, los estudios sobre la aceptación de productos alimenticios editados con Crispr arrojan resultados mixtos. En una encuesta en EE.UU., Canadá, Bélgica, Francia y Australia, los consumidores veían de manera similar los alimentos modificados con Crispr y los transgénicos. Pero en un estudio de 2020 en Canadá, los consumidores mostraron mayor disposición a aceptar los alimentos modificados con Crispr.

https://forsal.pl/biznes/rolnictwo/artykuly/8317929,pomidory-crispr-edycja-genow-uratuje-rolnictwo.html

Crean en Castilla-La Mancha el ‘tomafrán’, el superalimento que previene el Alzheimer

El nuevo fruto nace de un estudio del grupo de Biología Molecular y Fisiología Vegetal del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) e investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP)-CSIC.

Una nueva variedad de tomate ha nacido en Castilla-La Mancha. Se trata del ‘tomafrán’, una nueva planta que a partir de genes de azafrán produce un tomate con una elevada capacidad antioxidante que ayuda a prevenir o controlar enfermedades como el Alzheimer.

Los ‘padres’ del ‘tomafrán’ son el grupo de Biología Molecular y Fisiología Vegetal del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), quienes junto a investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP)-CSIC han publicado el resultado de su trabajo en la prestigiosa revista Horticulture Research.

En una nota de prensa, desde la Universidad de Castilla-La Mancha explican que el fruto del tomate fue elegido por el grupo de investigadores como un cultivo “ampliamente cultivado que puede usarse para aumentar la producción y ofrecer potencialmente una fuente natural estandarizada y controlada de crocinas y picrocrocina para su uso farmacológico”.

En el trabajo, financiado por el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Cienca e Innovación, el equipo de investigación explica como se insertaron los genes del azafrán en la planta de tomate, “que codifican para las enzimas de la síntesis de crocinas y picrocrocina”,  lo que condujo a la obtención de frutos de tomate con niveles de 14,48 mg/g de crocinas y 2,92 mg/g de picrocrocina en peso seco, unas cantidades que hasta la fecha no se habían obtenido. “Esto permitiría escalar la producción de crocinas y picrocrocina a un coste relativamente bajo. Una industria local podría preparar estos compuestos a partir de tomates porque son solubles y fáciles de extraer, pudiendo obtener un producto purificado con una tecnología relativamente sencilla”, añaden.

Estos tomates modificados genéticamente muestran una elevada capacidad antioxidante y «son capaces de proteger contra los trastornos neurológicos en un modelo de Caenorhabditis elegans de la enfermedad de Alzheimer”. Además, estos experimentos abren las puertas a la realización de futuros estudios en otros modelos como animales y su salto a los ensayos en humanos.

“Los apocarotenoides vegetales tienen un gran impacto en la salud humana generando beneficios para la salud al prevenir o controlar enfermedades crónicas o sus síntomas, por lo que son explotados por distintos sectores industriales como el farmacéutico y agroalimentario. Entre estos compuestos destacan los Apocarotenoides del azafrán: crocinas y picrocrocina, que son responsables de las propiedades organolépticas y medicinales del azafrán, que incluyen, entre otros, efectos antiinflamatorios, antidepresivos, antienvejecimiento y cicatrización de heridas,” explican en el artículo.

Crean en Castilla-La Mancha el ‘tomafrán’, el superalimento que previene el Alzheimer

Tomado de: EL ESPAÑOL – Diario digital, plural, libre, indomable, tuyo

La UPV participa en una investigación que demuestra que el RDC contribuye a mejorar tanto el sabor como valor funcional del tomate

Regar los tomates con menos agua (RDC) una vez los frutos ya han cuajado ayuda a aumentar su valor funcional y mejora su sabor. Esta es la principal conclusión de un estudio desarrollado por investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón, el Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA S.A.) y el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX).

El estudio, parcialmente financiado por el INIA y los fondos FEDER, ha sido publicado en la revista Food Chemistry.

Valor funcional de los alimentos

En la actualidad, los consumidores prestan cada vez más atención al valor funcional de los alimentos, es decir, a su capacidad para prevenir el desarrollo de enfermedades o contribuir a una buena salud en general.

Jaime Cebolla, investigador del Instituto Universitario de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la UPV, afirma que, «en el tomate, este valor funcional viene condicionado especialmente por el contenido en carotenoides (beta-caroteno y licopeno), ácido L-ascórbico (vitamina C) y polifenoles. Estos compuestos ayudan a prevenir determinados tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares».

En este estudio, los investigadores evaluaron el impacto y la eficacia de un riego deficitario controlado (RDC) para aumentar el valor funcional del tomate. Raúl Martí, investigador también del COMAV-UPV, explica que «se trataba de restringir el riego una vez los frutos ya han cuajado, con el objetivo de reducir el uso de un recurso cada vez más escaso como es el agua, mejorando a la vez su sabor», apunta.

Importante interacción genotipo ambiente

El estudio concluye que el riego deficitario controlado no aumenta el contenido en carotenoides, pero sí de determinados polifenoles y del ácido L-ascórbico. «Sin embargo», matiza Miguel Leiva (COMAV-UPV), «hay una importante interacción genotipo ambiente. Es decir, la respuesta de cada variedad cambia en función del ambiente de cultivo. En este caso, se evaluaron las respuestas en dos de las principales zonas productoras de tomate de industria: Extremadura y Navarra».

Para optimizar el valor funcional, los investigadores concluyen que es fundamental seleccionar las variedades y zonas de cultivo que maximizan la acumulación de este tipo de compuestos: polifenoles y ácido L-ascórbico.

A este respecto, Salvador Roselló, de la Universitat Jaume I, indica que «el uso de variedades con alto licopeno permite aumentar no sólo los contenidos en carotenoides, sino también en polifenoles y ácido L-ascórbico, por lo que representan el material idóneo para el desarrollo de productos procesados de alto valor añadido».

Ayuda a la prevención de enfermedades degenerativas

Por lo que respecta al RDC, los investigadores destacan que su uso permite, en determinadas zonas, aumentar el valor funcional. Además, estudios previos constatan cómo aumenta el contenido en azúcares y ácidos y volátiles relacionados con el sabor del tomate.

«El uso combinado de variedades de alto licopeno, su cultivo en zonas más favorables y el RDC, puede contribuir a obtener productos con elevado valor funcional, que nos ayudarán a prevenir enfermedades degenerativas», concluye Jaime Cebolla.

Estos resultados se enmarcan dentro del proyecto «Optimización de la calidad organoléptica y funcional del tomate de industria. Selección de genotipos y técnicas de cultivo respetuosas con el medio ambiente».

https://biotech-spain.com/es/articles/la-upv-participa-en-una-investigaci-n-que-demuestra-que-el-rdc-contribuye-a-mejorar-tanto-el-sabor-como-valor-funcional-del-tomate